Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Hay alternativas y se pueden poner en marcha

Publicado en Público.es el 7 de julio de 2014

Las movilizaciones que se habían venido produciendo en los últimos años ponían de relieve que en España había rechazo hacia lo que estaba pasando y que millones de personas estábamos suficientemente indignadas como para reaccionar. Pero las últimas elecciones europeas han ido mucho más allá, al poner claramente de manifiesto que esa reacción no va a diluirse como los de arriba esperaban, sino que es mucho más que probable que lleve directamente a un cambio sustancial en las instituciones y el gobierno en España.

La gente acaba de comprobar que se puede cambiar y ahora es el momento de subrayar una vez más que decir que se puede no puede significar sino mostrarle al resto de la sociedad que hay alternativas reales, próximas, eficaces y mejores que las de los partidos hasta ahora gobernantes para abordar los problemas que tiene nuestra sociedad.

Ahora hace tres años que Vicenç Navarro y yo, con la colaboración de Alberto Garzón, dábamos a la imprenta un libro que primero no se quiso publicar y que luego se convirtió en un auténtico fenómeno viral en la red: Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar en España (puede descargarse pinchando aquí).

En él tratamos de explicar de la manera más clara posible por qué había ocurrido lo que nos estaba ocurriendo y qué se podía hacer para salir de la situación en la que estábamos, y en la que realmente seguimos estando.

En el prólogo, Noam Chomsky señalaba que se está produciendo una concentración cada vez mayor del poder y la riqueza pero que eso no se debía «a leyes de la naturaleza o a leyes económicas o a otras fuerzas impersonales, sino al resultado de decisiones específicas dentro de estructuras institucionales que los favorecen» y que eso seguiría ocurriendo mientras que esas decisiones y planes no se reviertan «mediante acción y movilizaciones populares con compromisos dedicados a programas que abarquen desde remedios factibles a corto plazo hasta otras propuestas a más largo plazo que cuestionen la autoridad ilegítima y las instituciones opresivas entre las que reside el poder».

Escribimos ese libro porque teníamos la convicción de que era ya imprescindible ofrecer ese tipo de propuestas, pero en la situación en que estamos ahora lo es incluso mucho más. Y por eso creo que es importante recordar algunas de nuestras conclusiones, cuando los movimientos sociales y las fuerzas políticas se plantean (o se deben plantear) elaborar programas concretos de actuación y de gobierno.

En primer lugar decíamos que lo más importante es poner la economía al servicio de las personas, lo que, entre otras, cosas obliga a evaluar antes de tomar una medida económica a quién va a beneficiar y en qué medida, y dar la posibilidad a la gente para que se pronuncie sobre si, a la vista de ello, quiere que se adopte o no. También a impedir que un grupo social concreto tenga la posibilidad de imponer sus intereses a los demás sin que medie un método democrático de deliberación y decisión. Y, sobre todo, a rechazar cualquier asignación de los recursos que implique la desprotección de seres humanos, su empobrecimiento y su exclusión, así como toda decisión económica que quite a los que tienen menos para dar a quienes tienen más y de sobra.

También concluíamos señalando algo fundamental: la crisis que vivimos es el resultado de un fenómeno viejo pero que se ha exagerado en los últimos tiempos de las economías capitalistas, el desarrollo de la producción y el consumo como si dispusieran para sí de recursos inagotables. Por tanto, decíamos que sería imposible salir de la crisis si no aprendemos a medir y a dar valor de otro modo a las cosas que necesitamos, utilizando otros indicadores y variables para gobernar la vida económica y tomar decisiones. Y, sobre todo si no avanzamos hacia otra economía basada en la producción de los bienes que necesitemos ajustándonos no sólo, como ahora, a la escasez de recursos valorables monetariamente sino también a la de todos aquellos que nos proporciona la naturaleza o que no se valoran en dinero. Y escribíamos que las alternativas a la crisis pasan por romper también este cascarón de fantasía consumista y de individualidad en el que están encerrados millones de personas para generar nuevos valores que nos permitan avanzar desde la actual centralidad del dinero, el comercio, la ganancia, la competición y el cálculo hacia la cooperación y el afecto, hacia la justicia y el amor o hacia el placer de sentirse satisfecho con mucho menos pero en realidad con mucho más de lo que ahora tenemos.

En el libro proponíamos multitud de medidas concretas, «remedios factibles a corto plazo», como pedía Chomsky en el Prólogo, pero advirtiendo que ninguno de ellos puede entenderse como un fin en sí mismo sino como una forma de resolver lo inmediato pero también y al mismo tiempo de construir a medio y largo plazo una sociedad diferente. Y terminábamos señalando que todas ellas serían posibles si iban de la mano de una nueva sociedad de contrapoderes en las plazas, como estaba ocurriendo cuando escribíamos el libro, pero también en los centros de trabajo, en los barrios y también en la vida personal y diaria, en donde tan a menudo esta sociedad reproduce la esclavitud y la discriminación, por ejemplo, en el caso de las mujeres.

Hemos avanzado bastante desde que el libro salió a la calle e inundó la red pero ahora todavía queda por delante una tarea gigantesca: convertir los buenos deseos en programas de acción concretos, claros y realistas pero al mismo tiempo capaces también de abrir brechas y rupturas profundas en el sistema que produce y reproduce constantemente los males que se quieren combatir.

Con inteligencia y sin sectarismo intelectual, abriendo los debates en la mayor medida posible y con generosidad y autocrítica constantes, tengo la seguridad de que podrá elaborarse el necesario programa de actuaciones concretas que regeneren nuestra economía abriendo paso a un horizonte realmente transformador, democrático y humanamente satisfactorio.

8 comentarios

Agustín Salvador 11 de julio de 2014 at 08:30

«…todas ellas serían posibles si iban de la mano de una nueva sociedad de contrapoderes en las plazas, como estaba ocurriendo cuando escribíamos el libro, pero también en los centros de trabajo, en los barrios y también en la vida personal y diaria,…» Y en una alternativa electoral unitaria con un programa de gobierno viable antineoliberal, añadiría yo.

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José Luis Pérez Álvarez 11 de julio de 2014 at 08:56

He leído el libro y sin duda, cuando vemos que otra realidad es posible, no tenemos mas remedio como humanidad que ponernos en marcha. Solo poniendo a las personas y este planeta finito en el centro de nuestras acciones podremos generar para las generaciones futuras un mundo diferente. ESA ES NUESTRA RESPONSABILIDAD.
Contamos para este reto con los Principios de “LA CARTA DE LA TIERRA EN ACCIÓN”, apoyémosla y conseguiremos lo que en el final de la misma se nos dice en esas bellas palabras que cierran “El Camino hacia adelante”:
“QUE EL NUESTRO SEA UN TIEMPO QUE SE RECUERDE POR EL DESPERTAR DE UNA NUEVA REVERENCIA ANTE LA VIDA, POR LA FIRME RESOLUCIÓN DE ALCANZAR LA SOSTENIBILIDAD; POR EL ACELERAMIENTO EN LA LUCHA POR LA JUSTICIA Y LA PAZ Y POR LA ALEGRE CELEBRACIÓN DE LA VIDA.”

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Manuel 11 de julio de 2014 at 09:26

En ese momento estamos y creo que es posible, aunque no fácil.
Ellos, los responsables y beneficiarios últimos, hacen/van a hacer mucho para evitarlo.
No sé si seré un iluso pero confío en la fuerza profunda que nos sacó del feudalismo. No quiero creer en una historia circular.
Gracias. Cada artículo es una semilla.

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Antonio Gonzalez 11 de julio de 2014 at 13:33

Desde luego que hay una alternativa y es una sola, no se puede creer van a aflojar el dogal que tan bien le funciona cuando lo aprietan.
El caso es que la falta de unanimidad hace imposible llegar a algo por las vías llamadas «constituciones» cuando los gobiernos de un país en realidad no responden a los intereses de sus pueblos.
Hipoteticamente….resistiria Espana por una decada o mas las penurias que se le impondrían como resultado de buscar un mundo mejor, de seguro que no, entonces debe descansar en el conformismo y la resignación hasta que sea imposible vivir peor. Y eso vale para cualquier país.
Y no hablemos de medio siglo, como sucede con Cuba por ser un mal ejemplo.
El sistema global permite asfixiar cualquier intento, se unen todos contra «el uno» y la falta de escrúpulos es prodigiosa a la hora de ir contra la humanidad.
Lo curioso es que vemos se vira la torta, la explotación indiscriminada en centroamerica les provoca ahora un éxodo de inmigrante que no saben como contener, primero matándolos en Mexico y ahora son infantes y adolescentes a lo que no se han decidido a aseinar.
O Medio Oriente con su guerra infinita donde todo ha sido mentira desde un inicio y seguirán mas.
Lo bueno es que la crisis llego a los países llamados centrales y en la medida que se agrave la situación la gente buscara la solución al margen de las farsas electorales democráticas pero falta mucho todavía.
Espana especialmente tiene un problema adicional porque tiene un rey que no entregara sus privilegios y los de los que lo mantienen en el poder solo por razones democráticas. En un mundo en que se tortura y asesina por razones económicas todo esta claro.
La alternativa vendrá cuando la tragedia obligue al consenso desde abajo.

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Bruno Renaud (Petare, Caracas) 11 de julio de 2014 at 18:07

Nada más que, ¡Gracias, Juan!
– por tus envíos diarios,
– por haber(me) permitido la descarga de tu libro «Hay alternativas», que estoy aprovechando,
– por haber permitido a tus lectores la adquisición de tu manual de «Economía política», 4ª ed. Me lo mandaron desde Madrid. Me permite retomar – revolucionar mi (pobre) formación sistemática en la materia, la cual se paraba en manuales de los años ’80… ¡Un poco desfasado!…
Gracias por tu trabajo intelectual, tan útil en los tiempos actuales.
¡Un abrazo muy cordial!
Bruno Renaud
(Sigo siendo, con mis 75 primaveras, militante religioso y social en los barrios populares de Petare-Caracas, donde nos hiciste el favor de una visita y una charla recordada).
No pierdas tus minutos contestándome. Tu tiempo es importante…)

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Jano 13 de julio de 2014 at 13:34

Buenos días a todos.
Gracias una vez más por todo. Sin duda todo puede cambiar, pero por desgracia, casi nunca los cambios son fáciles. De hecho, TODO CAMBIÓ HACE MUCHO YA. Cambió concretamente hace treinta años. De repente, al mundo se le «rompió algo por dentro», hizo un «clik» que cambió el interruptor del sentido más lógico de la vida, en la que parecía que nos acercábamos a un mundo capitalista posible, capaz de cubrir correctamente nuestras necesidades TODAS (bienes de consumo, bienes culturales, etc..) con una idea del beneficio razonable y con una dirección clara acerca de la finitud del planeta y la preservación de sus recursos…de repente, como una maldición, sobre los seres humanos se abatió la figura de Margaret Thatcher y la de su comparsa Reagan. Ya no era posible un mundo razonable, ya solo era posible el mundo del más fuerte, el más pillo, el más desaprensivo, el más depredador. El mundo fue dando la vuelta, girando sobre sí mismo para enfilar de nuevo el siglo XIX…ciertamente yo, como Manuel no creo en la historia circular, pero sin duda la historia es una especie de hélice, una especie de espiral, que «en otro plano» nos hace pasar por puntos semejantes a los que ya habíamos recorrido. ¿Acaso podemos dudar, de que -de alguna manera- vivimos experiencias pasadas?.. ahí tenemos el mundo de los impuestos, vitales para una sociedad democrática y redistribuidora. Parecía que todo el mundo sin excepción pasaría a contribuir en la medida de sus posibilidades, lo tocábamos con la punta de los dedos, cuando de repente pasamos por situaciones de la historia pasada. ¿Recuerdan cuando SOLAEMNTE EL TERCER ESTADO esto es «el pueblo llano» pagaba impuestos? ¿Recuerdan que la realeza la noblez y el clero estaban «libres» de pagar impuestos en la llamada sociedad estamental?. Pregunto: ¿a que -lógicamente- a otro nivel el estado actual de las cosas nos recuerda esta situación? es más: la iglesia sigue sin pagar y la «nueva nobleza parásita», escondida detrás de las mil formas de evasión tampoco paga…
El mundo cambió hace años, cuando tomó el camino que nos ha traído hasta aquí, SOLO QUE ES AHORA, cuando la gran mayoría empieza a darse cuenta de ello. Solamente cuando sufre los efectos del cambio, advierte el veneno que escondían ¡y esconden! las propuestas políticas que se nos ofrecían ¡y se nos ofrecen aún! COMO ÚNICA SOLUCIÓN POSIBLE. El daño está hecho y ahora, solo falta rematarlo en un intento desesperado de mantener el modelo al que han logrado traernos. PERO EL MUNDO HA CAMBIADO YA…¡¡¡OTRA VEZ!!!. Aún faltan años para que veamos los efectos de ese cambio; y me refiero a la gran masa de población, PORQUE LOS QUE MANDAN sin duda ya saben que todo ha cambiado, que de nuevo se ha activado un «clik» que ya nos conduce a otro estadío social. ¿qué consecuencias prácticas tendrá y a qué peligors nos enfrentaremos? no lo sabemos, pero debemos ir pensando en el futuro, porque LOS QUE AHORA NOS GOBIERNAN, mál que les pese YA SON PASADO.

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Nohelia Cádiz 14 de julio de 2014 at 08:06

Los “clicks” internos suceden por una gota que colma el vaso, pero el vaso ya estaba lleno y eso lo puede ver cualquiera que tenga un mínimo de observación. Normalmente se suele echar la culpa al último que puso la gota de todo un vaso que estaba a punto de desbordarse. El dueño del vaso alguna culpa tendrá en dejarlo llenar de tal manera. La clase trabajadora de Reino Unido tenía el vaso lleno pero era más cómodo hacer como si no estuviera a punto de desbordarse. Su economía estaba en franco declive.

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Agujeros negros 14 de julio de 2014 at 20:02

Los tiempos que se avecinan serán turbulentos pero como dicen los chinos: «que vivas tiempos interesantes». La vida es una aventura, y hay que estar preparado para la montaña rusa. Las familias con sus tonterías del qué dirán no nos dejan disfrutar de las subidas y bajadas. Bajar es bueno porque entonces se puede subir, si uno siempre está arriba se convierte en un miedicas. Las oligarquías son como un gallinero asustado.

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