Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

La dictadura del decreto-ley

En mi artículo de esta semana en El País Andalucía comento los efectos que tiene la generalizada utilización del decreto-ley por el gobierno del Partido Popular, una prueba más de lo imperfecta que es nuestra democracia. Puede leerse aquí.

8 comentarios

Jesús franciscano 8 de julio de 2014 at 22:00

Juan, estamos en el gobierno de la dictadura de la oligarquía financiera y militar. No nos van a consultar si queremos que nos perjudiquen. Sus negocios quiebran si no aumentan sus ganancias. La gente no se rebela porque esté contenta sino porque le quitan lo que gana, o que no la dejan trabajar para ganarse la vida. Generalmente suele ocurrir lo segundo. Pero estamos en cambio de sistema y lo viejo y caduco tendrá que dar paso a lo nuevo. A los mayores siempre les cuesta más adaptarse porque su cabeza está llena de prejuicios, los cuales les han ayudado a caminar un trayecto que ahora es diferente y les cuesta desprenderse de sus viejas creencias. Entre los mayores se cuentan los que están al mando de la nave Capitalista.

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A. Montes 9 de julio de 2014 at 12:59

La desfachatez del actual gobierno no tiene parangón. Que no dejen de vanagloriarse en todas sus manifestaciones y comunicados oficiales afirmando que lo están haciendo de maravilla (solo les falta recuperar aquello del: «España va bien») y a la vez gobernar sistemáticamenta a base de decreto-ley, lo que presupone, de hecho, que España tiene que estar en un estado de crónico desastre, no solo es un despropósito, sino también un ejercicio de sinvergonzonería política que les deja en el peor de los lugares por que, si tan bien lo están haciendo y España no levanta cabeza, ¿qué demonios están haciendo? ¿No será que no están haciendo lo que se debería hacer? ¿No será que España está como está, precisamente, por lo que están haciendo?

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Antonio Gonzalez 9 de julio de 2014 at 17:56

Es evidente se van eliminando esos molestos requisistos
de la discusion para guardar las formas democraticas al
menos en apariencia.
Pero se ha hecho norma en occidente.

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Agustín Salvador 10 de julio de 2014 at 08:11

Creo que fue a Lenin al que en su día leí algo así como que la democracia liberal era la “dictadura-democrática de la burguesía” y que la democracia socialista sería la “dictadura-democrática del proletariado”. Luego, esta segunda, acabó en una dictadura pura y dura de la nomenclatura “comunista”, para más tarde terminar en el peor de los desastres capitalistas. La primera, la liberal, se convierte en dictadura-dictadura por períodos históricos, cuando los sectores más poderosos de la burguesía ven peligrar sus intereses. El PP está aplicando a tope la “dictadura-democrática de la burguesía”, apoyándose en su mayoría parlamentaria y dentro de lo que le permite la ley, si bien interpretada ésta muy a su favor. ¿Acaso un futuro gobierno de otro signo, con mayoría absoluta y favorable a los intereses de las clases subalternas, no podría hacer lo mismo? Yo opino que sí, pues tampoco le faltarían razones de urgencia, que las habría, viendo lo que estamos viendo. No me gusta practicar una doble moral y me opongo a los decretazos del PP porque hoy me perjudican, pero no porque utilice su mayoría y las leyes que se lo permiten. Mañana, “la dictadura-democrática” de los representantes de las clases trabajadoras y populares, podría (tendría) que hacer lo mismo, para recuperar lo antes posible todos los derechos perdidos.
En cuanto a lo que dice Jesús Franciscano sobre “los mayores”, me parece que los prejuicios los tiene él. Tengo 65 años y pertenezco a una generación que tuvo la fortuna de vivir situaciones sociales y políticas muy activas, ricas y polémicas, que a muchos nos dieron una formación, una mente, amplia y flexible. Luego han venido detrás otras generaciones “jóvenes” que yo podría opinar que dan penita, pero no quiero hacerlo, para no equivocarme generalizando. Y las creencias dogmáticas y rígidas, si investiga, no son exclusiva de “los mayores”, muchísimos “jóvenes” dejan mucho que desear. Y eso de que estamos ante un cambio de sistema, etc., etc., me parece cuando menos de un optimismo ingenuo (¿”joven”?). Un saludo.

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tormentas solares 10 de julio de 2014 at 23:46

Los derechos cuestan, la pregunta es quién pagará los derechos perdidos?? ¿los desempleados!?|? las ganancias de las corporaciones que le toman del pelo a las naciones????. Hoy vivimos el endiosamiento de la juventud hecho por los mayores con el fin de explotarles el trabajo mientras ellos se dedican a la dolce vita. Quién ha dicho que los derechos no tiene alguien que pagarlos??????? No salen gratis. Alguien tendrá que trabajar para pagarlos. Los viejos quieren que sean los jóvenes. Los jóvenes que sean sus padres. Sus padres que ojalá lo pague el paro. Y la izquierda se sueña viviendo a costa de los empresarios en el paraíso del Estado….;)

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Gabriela 11 de julio de 2014 at 12:27

¡Los derechos adquiridos por la casta son los más caros!

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Anillos de Saturno 11 de julio de 2014 at 23:19

La casta al ser minoritaria puede ser mantenida por la población, en cambio la población no puede ser mantenida por la casta porque es mucha. Cuando los trabajadores decidan renunciar a estar bajo el mando de la casta, entonces y solo entonces se acabarán los lamentos del desempleo. No pueden esperar cambiar a la casta por una dirección de los trabajadores, que como cualquier amo se creerá por encima de sus gobernados, si observan que los mismos no muestran el mayor interés por retener a su propiedad. Cuando los trabajadores se emancipen lo tienen que hacer para siempre, haciéndose cargo de sus propiedad y conociéndola a fondo. Bastante tiempo libre que tendrán para ello. Emanciparse es emanciparse, estar por lo que es de uno. Asumir derechos pero también obligaciones que hagan realidad esos derechos. El que delega y se desentiende de lo que es suyo generalmente termina perdiéndolo.

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JM 13 de julio de 2014 at 20:22

Nuestra democracia no es imperfecta… nunca ha sido tal… no cumple ningún requisito formal, empezando por la separación de poderes desde las urnas en votaciones separadas en el tiempo, donde el ejecutivo gobierna y el legislativo legisla… no sigo con el resto… [en teoría se cumple el derecho universal al ejercicio del voto, en la práctica es incompleto si tenemos en cuenta el voto rogado…]
Salud y acracia mientras no haya democracia

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