Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

La reválida de Susana Díaz

En el artículo de esta semana en El País Andalucía comento el conflicto que se ha producido en el gobierno andaluz. Puede leerse aquí.

10 comentarios

José 17 de abril de 2014 at 13:45

Creo Juan, que no aciertas esta vez en tu visión de lo ocurrido. La ley de desahucios es injusta, por supuesto. La Junta promulgó una ley que daba utilidad a los pisos vacios pero el PP la tiene recurrida ante el constitucional. La situación es que miles de personas están más que necesitadas de vivienda y no las reciben por el tema comentado. Pero si la ley es injusta y hubiera que no respetarla, Juan, se debiera empezar a dar esos pisos a familias necesitadas por su orden o al menos por su prelación de necesidad. Nunca demostrar al necesitado pacifico que otros, quizá o seguro que con menos necesidad, pero más activos, les adelantan y obtienen un premio menos merecido. Lo contrario, Juan, es de nuevo la ley de la selva o la ley de más fuerte, o las ley del más listo, o la ley del más activo. Pero eso, Juan, tampoco sería justicia.

Responder
José Manuel Gutiérrez 17 de abril de 2014 at 13:56

Una vez más enhorabuena por este magnífico artículo que llama a las cosas por su nombre y pone en su lugar a cada uno. Gracias por tu referencia ética y por tu compromiso con los más débiles. Sigue sin desfallecer enmendando la plana a los injustos y escribe muchos artículos. Salud, José Manuel

Responder
Antonio 17 de abril de 2014 at 16:32

Esto es oxígeno, muy buen artículo. Gracias

Responder
AGUSTIN SALVADOR 17 de abril de 2014 at 20:22

Me da la impresión de que en buena parte ha sido un problema de «a ver quién manda aquí». Lo que no se puede es dejar a la gente en la calle ni un solo día. ¿Se saltaron la «lista de espera»? Lo grave son las listas de espera para necesidades humanas urgentes. Hay también un castigo implícito a quienes pelean y ocupan pisos vacíos frente a quienes temerosamente aguantan la cola, que es el tipo de súbdito del Reino que gusta al PPSOE. Total que han salvado la coalición, pero no a parte de los afectados.

Responder
AGUSTIN SALVADOR 18 de abril de 2014 at 10:35

José, parece que discrepamos. Yo dejaría a un lado la «ley de la selva» porque a los animales en estado salvaje les regula mucho mejor que las «leyes humanas» a nosotros. «Ley del más fuerte» y «del más listo» es la de los que dejan a la gente sin vivienda y póngase Vd. a la cola, si es que hay habilitada tal cola. Tal y como están las cosas, admito la «ley del más activo (también pacífico)» frente a la del «necesitado pacífico» (por sumiso, miedo, situación «soportable»…). No estoy por una cultura de «izquierda aséptica» de «buenos modales», trámite documental y voto cada cuatro años. Que predica este tipo de «comportamiento pacífico» y llama violencia a todo lo que se mueve. Eso es lo que quieren «los fuertes y listos» que interioricemos. Como verá, de su «si la ley fuera injusta y hubiera que no respetarla», yo saco una conclusión diferente.

Responder
José Manuel 18 de abril de 2014 at 15:52

Estoy completamente de acuerdo con el comentario de José, y as u opinión me remito.
Otra cosa Juan, en mi opinión es un poco demagógico, comparar y aplicar a casos completamente distintos, una ley. ¿Qué tiene que ver un aceleración de los juicios de desahucio de un arrendamiento por falta de pago, con los desahucios por no pagar hipotecas? Vamos a ver, en el caso de un arrendamiento dejas de pagar por el uso de una cosa que no es tuya, ¿debe el propietario, arrendador, soportar esto, o debe ser el gobierno el que ayude al arrendatario, inquilino, si tiene problemas?, En el caso, de los desahucios por no poder pagar una hipoteca, el deudor es propietario de la vivienda, que en el caso de ser la vivienda única y habitual es más grave, que repito aquí el deudor es el propietario, nada que ver con el arrendamiento en que el deudor no es propietario.
Un abrazo.

Responder
juan 18 de abril de 2014 at 19:37

Excelente articuló, como todos un soplo de aire fresco. Por supuesto completamente de acuerdo en que las leyes injustas tenemos la obligación de no cumplirlas. Las leyes las promulgan los poderes establecidos, para auto proteger sus bienes y a ellos mismos, pero nunca al mas débil, al que dejan tirado en la cuneta, en este caso literalmente.

Responder
jesús de la fuente 19 de abril de 2014 at 21:32

Comparto la tesis de tu artículo y en consecuencia no las críticas vertidas en comentarios adjuntos. Solo una reflexión añadida: en el asunto en cuestión no estaba en juego solo «desobedecer» una ley, sino que desde una posición de izquierdas se trataba, se trata de alentar la ruptura, la lucha, la reivindicación activa con el objetivo de cumplir un lema que ya debería formar parte del «adn» de la izquierda moderna española: «¡Sí, se puede!». Y ahí, lamentablemente, y aunque supongo que habrá estado en la trastienda de la estrategia de IU, no se ha atrevido a defenderlo de verdad. Una lástima. Una nueva oportunidad perdida. ¿Hasta cuándo?

Responder
Mª Pia Uribe 20 de abril de 2014 at 00:30

Me parece que la mayor parte de los males que sufrimos la población se agrandan, casi siempre, por la pésima y lentísima administración pública que padecemos.
Tenemos una considerable ausencia de racionalidad en los procedimientos y unas normativas que se contradicen en muchos casos.
No creo que a los que participan del poder tengan ningún interés en arreglarlo.
Ya se sabe…a rio revuelto….

Responder
Enrique de Amo 21 de abril de 2014 at 11:06

Además de iluminador en los asuntos que tienen que ver con tu carga profesional, Juan, me alegra también compartir sensibilidad en los asuntos que tienen más en común con la forma de vivir la realidad que con las «escuelas intelectuales».
Si ánimo de faltar al respeto a nadie y respetando a todas las personas que opináis, creo que sería bueno que nos exigiéramos el compromiso de no tener que estar siempre opinando sobre la opinión de los demás: es por ello por lo que creo que hoy cabe felicitarse por estar de acuerdo con Juan o lamentar estar en desacuerdo con su opinión…
Pero de ahí a decir que estamos acertados o equivocados los que coincidimos o disentimos en nuestras opiniones -opiniones que no análisis racionales de datos objetivos-… ¡esa es la «jodida España» que nos sigue atenazando!
No hay que estar de acuerdo en todo para luchar por los mismos objetivos.

Responder

Dejar un comentario