Publicado en La Opinión de Málaga. 27-03-2004
La Comisión Europea ha anunciado que declarará ilegal el régimen fiscal actualmente vigente en Gibraltar y que, entre otros efectos, ha hecho que el dinero de las mafias rusas que están operando desde hace años en la Costa del Sol se transfiera a través del Peñón hacia Rusia.
En Gibraltar hay actualmente unos 30.000 habitantes y unas 28.500 empresas, de las que casi 9.000 están exentas de impuestos. El Fondo Monetario Internacional calcula que cada año se crean unas 3.000 nuevas empresas que no duran más de cinco o seis años
Sin embargo, las empresas radicadas en Gibraltar no están sujetas al tipo impositivo que rige en el Reino Unido (30% de los beneficios) ni en España (35%) lo que significa que Gibraltar actúa de hecho como un verdadero paraíso fiscal, es decir, como un lugar donde los capitales se benefician de condiciones excepcionales que, entre otras cosas, atraen a los de origen y destino más dudoso.
La existencia de paraísos fiscales es aprovechada también por bancos y grandes empresas e inversores para blanquear dinero y obtener rentabilidad de negocios poco claros y tiene graves inconvenientes para los territorios adyacentes, como es el caso de nuestra provincia. Desgraciadamente, en lugar de servir de foco de atracción de capital productivo constituyen vías de evasión y extraversión inversora. Y el dinero ilegal que suele deambular alrededor de estos paraísos trae consigo todo tipo de delitos y criminalidad organizada.
Vivimos una época en la que está de moda afirmar que los impuestos son malos y que sólo representan una carga negativa para las empresas y los ciudadanos. El caso de los paraísos fiscales y en concreto el de Gibraltar es una buena muestra de la falacia sobre la que se construyen esas opiniones que sólo convienen a los que se aprovechan de ellas.
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