El inicio del curso escolar lleva a los medios de comunicación dos noticias que, cuando se ponen una frente a la otra, me parece que son bien significativas.
Una de ellas dice que en España “La escuela pública asume la inmigración”. Así lo pone de relieve el dato que indica que cuatro de cada cinco niños inmigrantes están en la escuela pública. Actualmente, en la enseñanza pública el 10,2% de los estudiantes es extranjero, mientras que en la privada (lo que incluye la concertada que es la privada que está subvencionada con fondos públicos), representan menos de la mitad, un 4,6%. La segunda noticia es que en la enseñanza en la Comunidad Autónoma de Madrid (gobernada por la derecha liberal intervencionistas) “deriva hacia la educación privada”. En esta Comunidad «los ayuntamientos del Partido Popular han regalado más de 50 parcelas de suelo público para la construcción de escuelas privadas», según el sindicato Comisiones Obreras. Además, este sindicato afirma que el gobierno autónomo «ha frenado la instalación de oferta pública y ha promovido lo privado, por ejemplo, instalando en los nuevos barrios antes las escuelas concertadas que las públicas».
Si comparamos este proceso con las diferencias que se dan a la hora de escolarizar inmigrantes, es evidente que lo que se está generando en marginación y desigualdad.
Para los ingenuos o miopes que siguen pensando que no hay diferencia entre la izquierda y la derecha hay un dato interesante: Mientras que en la comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular, casi ocho de cada diez nuevos alumnos acudieron a la privada o concertada, en la segunda, dirigida por el tripartito de izquierdas (PSC, ERC e IC-V), nueve de cada diez entraron en la pública.
Precisamente, el gobierno liberal intervencionista de la derecha madrileña es el que menos gasto dedica a la educación en relación con el PIB. Según los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, sólo representa un 2,7% frente al 4,4% de la media española.
Para el portavoz de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza, Emilio Díaz, lo que significan estas diferencias y lo que las justifica es que “los padres puedan escoger». Pero el presidente de la federación de padres Giner de los Ríos, José Luis Pazos, hace una lectura diferente de esa aparente libertad de elección: «Cuando se construyen los nuevos barrios siempre los coles privados son los primeros. Mientras que a esos se les dan 1.500 plazas, luego cuando se construyen los públicos éstos apenas son de 500 plazas».
Mientras el dinero público se dedique a iniciativas privadas que, lógicamente, se desentienden de los intereses públicos por razones de negocio, religiosos o de cualquier otro tipo, será inevitable que aumenten las desigualdades y la marginación.
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