Publicado en Público.es el 6 de enero de 2023
Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar: Habiendo comprobado desde mi infancia su extraordinaria generosidad y su mágica capacidad de transformar en realidad tantas de mis ilusiones, me permito pedirles en esta ocasión tan solo tres regalos sobre las cuestiones económicas de las que Sus Majestades saben que modestamente me ocupo.
Sobre la crisis que estamos viviendo, les pido que hagan que sea breve y leve y que las previsiones sobre su gravedad y naturaleza estructural que vengo realizando resulten equivocadas, aunque eso hiciera que se vendan menos ejemplares de mi nuevo libro Más difícil todavía que aparecerá en febrero.
En particular, quisiera pedirles que desplieguen Sus Majestades todo su poder para hacer que los organismos internacionales que constantemente nos supervisan y controlan y muy especialmente el Banco Central Europeo dejen de equivocarse en sus predicciones y, sobre todo, que no vuelvan a ser ellos, con sus medidas equivocadas, quienes creen los problemas que se supone deben resolver, como viene sucediendo desde hace décadas.
En relación con la economía española, me gustaría que Sus Majestades hicieran que se cumpla el vaticinio que vengo haciendo desde mayo de 2019, cuando comenzaba a manifestarse la crisis estructural que hay detrás de la subida de precios que estamos sufriendo: si nuestros gobernantes y las fuerzas sociales aciertan y son capaces de diseñar y asumir conjuntamente una estrategia nacional, de intereses del país y no de los grupos de más poder, España podrá aprovechar la gran oportunidad que esta crisis le brinda para que nuestra economía salga fortalecida y con mucho mejor desenvolvimiento.
Les pido, para que ello sea posible, que concedan a la derecha económica y política española el don de la generosidad y la virtud del realismo para que sea capaz de reconocer lo que de positivo hay en nuestra situación económica y no mientan sobre lo que de verdad ocurre para tratar de vencer de cualquier forma y en particular a base de mentiras, a sus adversarios. Sé que es mucho pedir a Sus Majestades que hagan patriotas a las derechas españolas, para que entiendan que España va mucho más allá de sus idearios conservadores e intereses oligárquicos, o que dejen de ser nacionalistas, excluyentes y en consecuencia totalitarias. Pero me atrevo a pedírselo confiando en su generoso poder y por el bien de los millones de españolas y españoles que estamos hartos de la polarización, del cainismo y del odio a quien no es exactamente igual que los nacionalistas, de uno u otro lado, que se creen exclusivos depositarios de la identidad de su patria.
Quisiera pedirles también, mis queridos Reyes Magos, que concedan al gobierno que ahora tiene la responsabilidad de decidir sobre los destinos de nuestra economía las dosis que sean suficientes de lucidez y prudencia para evitar que siga metiéndose innecesariamente en charcos que no conducen nada más que a enturbiar su buena gestión en las cuestiones más importantes. Esto, al revés que mi anterior petición, puede que parezca a Sus Majestades una cuestión nimia o apenas sin importancia, pero déjenme tomarme la osadía de indicarles que no es así. Resulta desolador que un gobierno que mejora las cifras del empleo, el problema que más han sufrido los españoles durante décadas, que combate la subida de precios con más éxito que los demás de su entorno, que está marcando a Europa las líneas a seguir y el que más medidas de protección a familias y empresas ha tomado en muchos años, eche fango sobre sus éxitos por sus continuas manifestaciones de división interna o por empeñarse en tomar medidas sobre cuestiones de segundo orden tan polémicas y desacertadas que ni sus partidarios podemos defender.
Para terminar, puesto que tengo entendido que todos los monarcas se consideran primos entre sí y que, por tanto, deben tener indudable ascendencia sobre nuestro actual Jefe de Estado, el Rey Felipe VI, me permito pedirles un último regalo a manera de suplicante postdata.
Deben saber Sus Majestades, que el artículo 56.1 de nuestra Constitución establece que el Rey «arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones».
Sucede, sin embargo, que don Felipe de Borbón viene incumpliendo este mandato pues nada ha hecho para moderar y arbitrar con el fin de evitar la situación irregular en la que se encuentran algunas de nuestras instituciones, cuando el principal partido de la oposición se niega explícitamente y con argumentos expresamente ilegítimos a tomar las medidas a las que está obligado para hacer que nuestras funcionen con la regularidad y normalidad debidas.
El hecho de que la máxima autoridad de nuestro Estado, su representación primera y más elevada, el rey de España, no ejerza la función que le encomienda la ley de leyes es tan grave que me permito solicitarles que adviertan a su primo de la vergüenza y la indignación que su comportamiento está provocando en millones de sus compatriotas, hasta el punto de que él mismo está reforzando la idea de que más valiera que abdicara si sigue comportándose de esa manera. Algo que va a resultar obligado que le reclamen quienes defendemos el cumplimiento de la ley y la Constitución como base de la vida democrática.
En la confianza de que se hagan reales mis deseos, les deseo toda clase de felicidad y ya espero con renovada ilusión su llegada en 2024.
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5 comentarios
Sin comentarios. OK
Excelente carta profesor. Feliz año nuevo
Este año parece que todo el mundo se ha portado mal o muy mal, a la espera de que los «reyes magos» les traigan carbón. Lo siento Señor Juan, ésta vez los «reyes magos» no le pueden dar carbón, está muy cotizado y se lo llevan para Alemania.
Feliz año 2023 y no se desanime en esta Europa de mediocres.
Buenas tardes,
¿ Se equivocan o hacen esas predicciones catastrofistas conscientemente para tomar medidas que benefician a los centros de poder económico ?
Saludos
¡Un saludo!