Titulo este comentario con la broma que siempre me decía mi amigo el farmacólogo Paco M. Pero es que parece que lleva razón. El País de hoy publica un reportaje en el que dice que es «Imposible separarse tras el ‘boom’ inmobiliario. Los divorciados de la era de la vivienda más cara se hunden en la precariedad. Ni pueden comprar, ni alquilar, ni pedir piso social». Esta contribución de la banca a la estabilidad matrimonial quizá sea lo que explique el afecto tan grande que últimamente le tiene la jerarquía de extrema derecha de la Iglesia Católica. Y lo malo es que no sé cómo van a ir ahora las parejas endeudadas por la codicia bancaria a pedirle ayuda a la Virgen del Pilar, que ya juega en el equipo contrario.
SUSCRIBETE Y RECIBE AUTOMATICAMENTE TODAS LAS ENTRADAS DE LA WEB