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Los rostros del rey Felipe de Borbón

Decía Peter Drucker, el gran gurú del management y la consultoría empresarial, que “lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”.

Efectivamente, el lenguaje no verbal nos delata siempre porque expresa mucho más de lo que podamos decir con palabras. Al rey Felipe de Borbón lo ha delatado recientemente, cuando los medios de comunicación han mostrado rostros muy diferentes del monarca en dos momentos semejantes.

El primero, de seriedad e incluso de incomodidad y malestar, lo mostró en la toma de posesión de Pedro Sánchez como recién investido presidente del gobierno. No se puede reflejar de un modo más evidente el desagrado e incluso el rechazo. No se sabe, naturalmente, lo que realmente pudiera haber en ese momento dentro del rey, sus auténticos sentimientos cuando se daba posesión al socialista tras el acuerdo con los independentistas, pero la molestia y el descontento que expresaba su rostro eran tan claros como el agua.

Por el contrario, el rostro del rey Felipe de Borbón cuando acompañaba al que iba a ser nuevo presidente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei, mostró, en las fotos que hay del acto, a un soberano alegre y sonriente a más no poder.

La cuestión no es baladí porque todo el mundo sabe que la monarquía se precia de compostura y de actuar siempre respetando las formas como nadie más lo hace.

Quienes conocen los entresijos de la Corte, como se decía antiguamente, o lo que se cuece entre las bambalinas del poder en España, han dicho siempre que Felipe de Borbón ha sido desde muy joven una persona de ideas muy conservadoras, e incluso de extrema derecha. Se sabe, entre otras cosas, porque su propio padre, Juan Carlos de Borbón, se quejaba de ello a muchos de sus visitantes. Yo mismo oí contar a Santiago Carrillo que a él le pidió consejo para evitarlo y que le recomendó que le hiciera relacionarse con personas de otras ideologías.

Desconozco si, con el paso del tiempo y por el peso del cargo, han cambiado las ideas de Felipe de Borbón. Por mucho que lo critique la extrema derecha por limitarse a cumplir con sus deberes constitucionales, a tenor de su lenguaje no verbal, no lo parece; y el rey Felipe debería saber lo que decía Maquiavelo: “pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.

Si España fuese una república y dados los resultados electorales, cabría la posibilidad de que ahora tuviésemos un presidente tan de derechas como pueda serlo Felipe de Borbón, o quizá peor (¿se imaginan a Aznar o Esperanza Aguirre de jefes del Estado?). Pero, al menos, podríamos esperar a una siguiente elección para intentar cambiarlo.

En el aforismo 98 de su Oráculo manual y arte de prudencia, escribe Baltasar Gracián: «El más práctico saber consiste en disimular; lleva riesgo de perder el que juega a juego descubierto». Felipe de Borbón debería tenerlo en cuenta.

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16 comentarios

José L. Gómez 11 de diciembre de 2023 at 12:52

Muy fino y justo en la diana,.
Por fin veo claro el por qué de la regla de oro de la publicidad “solo lo aparente es real” , aunque me hace dudar si está referido a real o a Real ( aunque pega en los dos casos)

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Juan José Rodríguez Jiménez 11 de diciembre de 2023 at 18:24

Sagaz observación y magnífico relato. Puedo, no obstante, señalar, en defensa del monarca, que, al menos en su infancia y adolescencia, parece que era seguidor del Atlético y no madridista como su progenitor y su tutor. Como despegue parvulario-colegial no era mal augurio, pero se ve que la trayectoria se ha ido corrigiendo al uso y costumbre de la institución.

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Eduardo Villanueva 11 de diciembre de 2023 at 18:27

El Rey, es bondadoso, tolerante y respetuoso con todo el pueblo (pobres y ricos). Sánchez aún puede serlo.

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copitodenieve 11 de diciembre de 2023 at 18:33

Una buena reflexión y mejor observación.
Resulta complicado esperar de un rey posturas progresistas, pero cabe exigirle una exquisita neutralidad y educación.
Nunca olvide el dicho «de casta le viene al galgo», y este galgo goza de un pedigrí de extrema derecha por parte de padre y de madre.

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Francisco 11 de diciembre de 2023 at 19:34

¿No puede influir en él la Reina o es también de derechas ya?

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Antonio Moll 11 de diciembre de 2023 at 20:26

Lo que escribe Baltasar Gracian y que Ud. resalta a mi me parece muy verdadero . Esperemos que la institución monarquica no se oponga a un avance en la redistribución de la riqueza ni de las libertades en nuestro pais .

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Mar 11 de diciembre de 2023 at 23:08

¿Estaría muy sonriente usted con alguien que ha pactado con los que le quieren quitar parte de su “casa”?

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Antonio Moll 12 de diciembre de 2023 at 03:01

Estaba leyendo de nuevo . Estupenda la cita de Baltasar Gracian

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Victor 12 de diciembre de 2023 at 05:36

Dicen que la cara es el espejo del alma.
Pero dudo que Felipe VI se encuentre más a gusto con quien le tilda de felpudo que de quien le salvó el culo.
Y hago esta afirmación con el máximo de los rigores y me explico.
Solo Sánchez gracias a su oposición y reiteradas abstenciones en las comisiones de investigación del (de)mérito consiguió que se fuera de rositas del fisco.
Una condena por fraude fiscal cogido de la mano de un referendum acerca de la corona, tenia muchas papeletas de dejar a Felipe en el paro.
Claro que no le hará ninguna gracia la investidura asistida por Puigdemont, pero en otra tesitura podria ser peor aún.
Para finalizar una reflexión.
Lo de Sánchez, renunciando a sus principios republicanos en pro de unas mejores connivencias y convivencias solo tiene un nombre, patriotismo bien entendido.

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Carmen Rodríguez 12 de diciembre de 2023 at 09:31

Respuesta a Mar: El rey no es propietario del país, el rey es su representante y como tal se ha de comportar. No olvidemos nunca que España es una monarquía parlamentaria y que la soberanía la tiene el pueblo y no el rey, le guste o no le guste.

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JUAN CRUZ 12 de diciembre de 2023 at 09:49

No he visto todavía las imágenes de la toma de Milei, pero habría que compararlas con las de Colombia y entonces ya entenderíamos qué sabe o quiere saber sobre España. En lo que respecta a Cataluña (que es mucho más importante que el fantasma de Waterloo) hace lo que se espera de su dinastía.

De todas formas, su clasismo nos machaca todos los días en su desprecio coreado por los que levantan y levantamos el país. Lo de Hispanoamérica es anecdótico y lo de Cataluña es penoso a la altura de Piolín. A mí me revuelve más que esté preparando a la presunta sucesora ignorándonos, con un COU [sic] en el Reino Unido y especulo que le conseguirán algún grado (legacy student) en una universidad de renombre. Si la muchacha hubiera terminado en un centro público de la elección de los padres, se apuntara a un grado en una universidad catalana y pensara en algún posgrado bajo la dirección de alguien con prestigio en España, quizás el papá no fuera tan categórico. Pero visto lo que hay, me conformo con mantener la Constitución tal como está añadiendo solamente tres palabras: que nuestra querida monarquía parlamentaria sea «electiva y plebiscitaria.» A ver si cuela, aunque corramos el riesgo de implantar la dinastía Aguirre. Saludos.

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Antonio 12 de diciembre de 2023 at 10:06

Buen día. A mi una persona que miente, que cumple a raja tabla el «Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros» o «Éstos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio» jamas será un patriota y defender a Sánchez sólo lo hacen los que son de su misma condición.

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Juan Torres López 12 de diciembre de 2023 at 11:05

Respeto mucho su opinión aunque proceda de un comportamiento distinto al mío. El suyo es el de un forofo que ni siquiera se detiene a leer con detenimiento, mesura y entendimiento lo que critica. Yo soy un modesto analista. Observo y doy mi opinión, a sabiendas de que puedo equivocarme. Saludos

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Iluso 12 de diciembre de 2023 at 11:25

Al rey le podrá o no, gustar la situación, pero lo que está claro es que la derecha no va a resolver el » problema territorial,» de España. Puede que Sánchez lo haya hecho por intereses más espureos, pero lo que estaba claro es que al problema con Cataluña había que buscarle una salida. No olvidemos que el origen del conflicto lo provocó el PP al denunciar el Estatuto que salió de las cortes catalanas, así como la actuación irregular del constitucional a suprimir apartados del mismo que estaban presente en otros estatutos de autonomía. A veces hay que ver los hechos de forma diacrónica, pues si no, perdemos perspectiva.

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Tito 13 de diciembre de 2023 at 21:56

Todo indica que usted es un totalitario incapaz de argumentar. También un forofo.

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Julio 14 de diciembre de 2023 at 13:40

El rey es un personaje muy de derecha, por no decir de extrema derecha. No lo esconde para nada. Recordar su comportamiento en Cataluña.
No me extraña que no le tenga simpatías al presidente Sánchez.
Saludos.

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