Hace algunos años coordiné un libro sobre el futuro de las pensiones públicas (PENSIONES PÚBLICAS: ¿Y MAÑANA QUÉ? Editorial Ariel, Barcelona) en el que demostrábamos que lo que estaba ocurriendo e iba a ocurrir era una ofensiva de las clases acomodadas y de los bancos para quedarse con el ahorro de los trabajadores. Y en otros trabajos he explicado que la llamada viabilidad del sistema de pensiones públicas no depende, como dicen, de su privatización. Tampoco de reducir derechos sociales o de aumentar la vida laboral.
En primer lugar, hay que tener claro que su financiación depende de lo que la sociedad quiera dedicar al sistema. Y lo que ahora sucede es que los ricos no quieren contribuir a algo que a ellos no les hace faltas: prefieren el ahorro privado. Y, además, que los bancos quieren disfrutar del ahorro de los trabajadores para especular y ganar dinero con él, en lugar de que esté en manos del sector público.
Y, en segundo lugar, que para obtener más fondos que hicieran más cómodo financiar las pensiones lo que se necesita es una economía más productiva (y menos especulativa y financiarizada), mejor distribución de la renta, más empleo y un capital social más abundante. Es decir, lo contrario que produce la continua privatización y el capitalismo neoliberal de nuestros días.
Por otro lado, la propuesta del gobierno español de aumentar la edad de jubilación no arregla en realidad nada. Solo hace que sea mucho mayor la carga que deben soportar los trabajadores a la hora de generar el producto social y menor el provecho que les corresponde. Creo que hay que entenderla en el contexto en el que se da: cuando se anuncia un déficit público de más del 11% y cuando las agencias internacionales y la Comisión Europea están presionando para que el gobierno tome medidas más ortodoxas.
Me temo que, sin demasiada fortaleza por la izquierda, seguirá sucumbiendo a estas presiones. Es culpa, pues, del gobierno adoptar estas medidas tan antisociales pero creo que la responsabilidad última no solo recae sobre el gobierno sino sobre el conjunto de los ciudadanos que no somos capaces de dar respuestas, de expresar nuestras preferencias, de movilizarnos para decir lo que queremos y lo que no. Sin esa presión, el gobierno socialdemócrata, y cualquier otro por muy de izquierda que fuese, lo quiera o no, será cada vez más esclavo.
A continuación y por si alguien quiere refrescar ideas inserto algunos enlaces de textos en los que he analizado el asunto de las pensiones.
La crítica del sistema público de pensiones públicas
Otra vez las pensiones
Así nos engañan para robarnos los cuartos
Los adivinos del Banco de España
Pronósticos
Y además, también recomiendo el texto de Vicenç Navarro Es un error retrasar obligatoriamente la edad de jubilación que se puede encontrar en su página web.
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