Leo esto en un artículo en el Excelsior de México de Xavier Caño Tamayo titulado El verdadero origen de la tragedia en Haití:
(…) La tragedia ha sido tan cuantiosa porque en Puerto Príncipe, la capital, se hacinaban miles y miles de personas pobres que huyeron hace años de las zonas rurales y se instalaron allí en viviendas precarias; villas miseria, favelas, bidonvilles o como quieran llamar a esos agujeros de pobreza y marginalidad.
¿Y porqué se desplazaron en masa del campo a la capital? Porqué se quedaron sin trabajo ni posibilidad de tenerlo. ¿Y por qué ese desempleo masivo? Porque los genios del Fondo Monetario Internacional decidieron “liberalizar” el mercado del arroz en aras del libre comercio. Es decir, desposeyeron a Haití de la potestad de poner aranceles al arroz extranjero.
El resultado fue que cultivadores y recolectores de arroz de Haití quedaron a merced del sector arrocero estadunidense, subvencionado por el gobierno de los Estados Unidos. Arruinaron el arroz haitiano, vendiendo Estados Unidos el suyo mucho más barato; de hecho por debajo del precio de costo. Ésa es la libertad de comercio que entienden los Estados poderosos, las organizaciones económicas internacionales y las minorías privilegiadas y codiciosas a cuyo leal servicio están.
La película real de los hechos es ésta: el sector arrocero haitiano se hunde, los campesinos haitianos emigran a su capital y se amontonan en viviendas precarias, se produce el terremoto y las endebles viviendas (y otras que parece que no lo son) se hunden. Muchos haitianos mueren, otros muchos quedan heridos y todos sin hogar ni medios ni nada de nada deambulan por las calles de Puerto Príncipe sin futuro ni horizonte (…).
Está claro: el Fondo Monetario Internacional mata.
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