Cada día que pasa caen en la pobreza 40.000 personas en el mundo. Otras tantas (o quizá muchas más según distintos informes) mueren de hambre a pesar de que la producción mundial permitiría alimentar al doble de la población existente en el planeta.
La razón de esas tragedias (y de otras tantas como la muerte de una mujer cada segundo cuando da a luz sin atención médica suficiente, o la de casi 5.000 niños al día por falta de agua limpia) no es la escasez de recursos, como nos quieren hacer creer. Se producen porque los recursos se distribuyen de un modo muy desigual como consecuencia del poder inmenso de las minorías privilegiadas que controlan la vida en la Tierra.
Nos engañan diciendo que todo eso es inevitable porque no hay dinero suficiente para poner en marcha los planes de actuación que elaboran los organismos internacionales y multitud de grupos y personalidades científicas de todo el mundo. Pero es mentira.
Me gustaría empezar el año en positivo, indicando una vez más que hay alternativas y, más concretamente, señalando a continuación tan solo las 10 medidas que propone un estudio reciente y con las cuales se podrían obtener 2,8 billones de dólares para financiar la solución de los problemas que hacen sufrir innecesariamente a millones de personas y al propio planeta, puesto que también el medio ambiente es víctima del modo criminal con que utilizamos los recursos (más información en Financing the global sharing economy. How to mobilise $2.8 trillion to prevent life-threatening deprivation, reverse austerity measures, and mitigate the human impacts of climate change o en su Resumen Ejecutivo):
Imponer tasa sobre actividades especulativas: 650.000 millones de dólares
Acabar con los subsidios a los combustibles fósiles y biocombustibles: 531.000 millones de dólares
Limitar gasto militar: 434.500 millones de dólares
Frenar la evasión fiscal: 349.000 millones de dólares
Aumentar de la ayuda internacional: 297.000 millones de dólares
Acabar con el apoyo al agronegocio internacional: 187.000 millones de dólares
Redistribuir los recursos del FMI: 115.500 millones de dólares
Imponer impuesto a las emisiones de carbón: 108.000 millones de dólares
Cancelación de la deuda ilegítima: 81.000 millones de dólares
Proteger las tarifas arancelarias de los países pobres: 63.400 millones de dólares.
Incluso con medidas tan conservadoras y elementales como estas sería posible evitar el dolor innecesario, la muerte de millones de personas por falta de recursos básicos y la destrucción de nuestro medio ambiente.
No tenemos derecho a hacer sufrir a tanta gente. No tenemos derecho a destruir el planeta. ¡Hagamos algo ya!
¡Ojalá que 2013 marque el despertar de una nueva era de paz, de justicia y de solidaridad entre los seres humanos!
Feliz Año a todos los lectores y lectoras de la web. Es decir, que haya salud, que haya muchas risas y que haya compromiso para cambiar el mundo.
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