Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

¿Para qué privatizan?: El caso de Correos

Publicado en Público.es el 4 de enero de 2014

En los últimos años los gobiernos de inspiración neoliberal han llevado a cabo la liberalización y privatización de multitud de antiguas empresas y servicios públicos.

Las razones que se han dado para justificarlas siempre han sido las mismas: el Estado es un mal empresario y provee los bienes y servicios en peores condiciones que la empresa privada. Si se privatizan servicios como la educación, la salud, los correos, la televisión, las comunicaciones, la energía, los transportes, etc. el capital privado los suministrará con toda seguridad a mejor precio, con mayor competencia, con más innovación y con menos coste para la sociedad y para todos los individuos.Como ya hace años que esas privatizaciones se llevaron a cabo, estamos en condiciones ahora de evaluar con rigor cuál es su efecto real, si verdaderamente las promesas neoliberales eran ciertas o si se trataba de un engaño para poner capital público en manos del privado.

Precisamente, en el año que acaba de terminar se han cumplido quince años de la Directiva  europea de 15 de diciembre de 1997 relativa a las normas comunes para el desarrollo del mercado interior de los servicios postales de la Comunidad y de la mejora de la calidad del servicio. Disponemos, pues, de la experiencia y de estudios que han evaluado lo ocurrido en estos años en Europa (que, por cierto, no es muy distinto de lo que ha sucedido en otros lugares del mundo).

– En contra de lo asegurado por las autoridades europeas y por los neoliberales que defendían la liberalización privatización, después de estos años no hay apenas competencia en el mercado.

En la mayoría de los países, lo que se ha hecho con la liberalización y privatización ha sido «trocear» la antigua red nacional de correos para que las empresas privadas se instalen en los segmentos más rentables. Diversos estudios demuestran que la competencias apenas si alcanza a un máximo del 10% del mercado total, en el mejor de los casos.

– En contra de lo asegurado por las autoridades europeas y por los neoliberales que defendían la liberalización y privatización, después de estos años no ha mejorado la prestación del servicio.

Los antiguos operadores nacionales que siguen en el mercado disponen de menos ingresos (porque reciben menos financiación del estado y porque se han tenido que quedar con los segmentos menos o no rentables). Por tanto, prestan un peor servicio, con menos oficinas y menos personal, como señalaré enseguida. Por su lado, los nuevos operadores privados no se han dedicado a mejorar el servicio en su globalidad sino a encontrar nichos de rentabilidad. Eso lo han conseguido, principalmente, especializándose en los grandes clientes corporativos; en gran parte, además, para dedicarse a enviar millones de cartas no deseadas a la población. Y en casi todos los países se han cerrado multitud de oficinas de correos (el 90% en Holanda que fue el país más avanzado en la liberalización y privatización), lo que ha dificultado el acceso al servicio de los clientes normales y corrientes.

En consecuencia, en la mayoría de los casos y países se ha deteriorado el tiempo medio de entrega y la red de recogida y los servicios se prestan en peores condiciones, tal y como ha ocurrido en general con otras actividades también privatizados en los últimos años.

– En contra de lo asegurado por las autoridades europeas y por los neoliberales que defendían la liberalización y privatización, después de estos años no han bajado los precios de los servicios postales en la mayoría de los servicios y de los países, salvo en el caso de los prestados a grandes clientes que sí pueden negociar precios con las empresas. En algunos países, como Austria, el precio de los sellos para envíos ha llegado a subir el 90% (un país, por cierto, que han incentivado la conversión de los carteros en agentes de policía a cambio de 10.000 euros por cabeza). Y en otros, como Bélgica, el precio de algunos tipos de envíos ha subido el 200%.

– En contra de lo asegurado por las autoridades europeas y por los neoliberales que defendían la liberalización y privatización, después de estos años no ha mejorado la situación laboral en el sector.

Los datos de los diferentes países europeos muestran que el proceso de liberalización y privatización ha traído consigo recortes muy importantes en el empleo y, más concretamente, la sustitución de los puestos de trabajo a tiempo completo por los contratos a tiempo parcial o incluso de autónomo.

En algunos países la disminución en el número de empleos ha llegado a ser del 50% (Portugal) y en la mayoría de ellos la disminución se sitúa entre el 20% y el 30%. En España, la pérdida de empleos es más o menos equivalente a los nuevos que se han creado en el sector privatizado pero éstos últimos son en su inmensa mayoría a tiempo parcial, lo que supone una gran pérdida neta de empleo e ingreso laboral.

Los sueldos también ha disminuido a consecuencia de todo ello en la práctica totalidad de los países. En Alemania, cuyo nuevo sector postal está plagado de los llamados «mini jobs», se han reducido alrededor del 30% llegando a ser de unos 5 euros por hora en algún tipo concreto de servicios. En España se calcula que, hasta que empezó la crisis, la caída salarial fue del 30% y, tras ella, posiblemente de hasta el 50%.

– Finalmente, y en contra también de lo asegurado por las autoridades europeas y por los neoliberales que defendían la liberalización y privatización, después de estos años no se ha producido una gran innovación, salvo la que ahorra puestos de trabajo y costes laborales, y las empresas compiten principalmente a través del precio y no de la calidad en el servicio.

La privatización, pues, no ha proporcionado más eficacia y menor coste para los gobiernos y la población. Ha sido simplemente un puro negocio para el capital privado del que solo se han beneficiado los propietarios de las nuevas empresas del sector, los grandes clientes y no el conjunto de la sociedad. Y, para colmo, cuando se han privatizado empresas públicas, como en otros ámbitos, los estados ni siquiera han obtenido ingresos competitivos porque las han vendido a precios de saldo.

En España, el Partido Popular puso en marcha la aplicación de la directiva privatizadora y luego el Socialista, como en tantos otros ámbitos, no tuvo coraje político para revertir el proceso y mucho menos para aprovechar la oportunidad y crear un banco público a partir de la antigua Caja Postal que hubiera sido un instrumento decisivo para afrontar de otro modo y con más empleo y bienestar la crisis económica.

De todo esto se deduce que una tarea que tiene pendiente la ciudadanía española es evaluar con rigor lo que ha habido detrás de estas privatizaciones, determinar quién y de qué modo se ha beneficiado de ellas y pedir responsabilidades a quienes se pasan todo el día hablando de patriotismo pero que regalan la riqueza nacional a los más poderosos.

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11 comentarios

Ismael 7 de enero de 2014 at 10:55

Yo soy trabajador de Correos. Y ahora no se contrata a nadie salvo que sea totalmente imprescindible.
Si no vas a trabajar, lo saca el compañero incluso antes que su trabajo. Aunque sean las vacaciones y en algunos casos sin cubrir vacantes.
Por un lado ahorran dinero. Por otro si no sale el trabajo la gente se queja y justifican que «habrá que privatizar Correos por su mal servicio». Este verano en algunas carterías se han ido acumulado hasta más de 8000 certificados y no han contratado a nadie.

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Ismael 7 de enero de 2014 at 10:57

Y las bolsas están llenas de trabajadores queriendo trabajar.

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Ivan 7 de enero de 2014 at 23:42

Yo diría que privatizan para poder complacer a la megafauna jurásica en un planeta de 7.000 millones de pequeños mamíferos bípedos, sin posibilidades de éxito (por el momento) en la lucha por una supervivencia digna sin la contribución de un nuevo meteorito. Hace unos días pudimos leer en Público que los 300 ciudadanos más acaudalados han incrementado su fortuna personal en nada más y nada menos que 500.000 millones de dólares. Casi la mitad del PIB español es el suplemento anual que necesita esta megafauna mutante, de crecimiento exponencial. ¿A quién le puede extrañar que se esté recurriendo a la privatización de lo público,a las plusvalías de la ingeniería financiera o al saqueo de recursos en el tercer mundo para poder aplacar tanta voracidad? ¿Cuánto faltará para que las clases humildes nos convirtamos en las migajas con las que garantizar su necesario sustento? ¿Vamos a esperar a que una nueva guerra sistémica provoque el descaste y abra un nuevo ciclo de horror y esperpento o seremos capaces de expropiar, inhabilitar y rehabilitar a tiempo a miembros de nuestra especie que han perdido el autocontrol, el juicio y la sensatez?
El crecimiento por el crecimiento es una estupidez que arrastra al suicidio a las células malignas: ¿qué podría detener a la megafauna que esclaviza a la especie humana en su irrefrenable adicción al crecimiento exponencial? Creo que ha llegado el momento de formularse preguntas de este tipo. Como en el ejemplo de los nenúfares, puede que estemos viviendo las últimas 24 horas de existencia del estanque dorado, al menos parte de las últimas 24 horas sin graves turbulencias, solo que en vez plantas van a ser gigantes de nuestra especie los que nos arrebaten el aire de los pulmones para poder cumplir su objetivo del crecimiento ilimitado. Resulta difícil imaginar lo que pudo experimentar un antepasado nuestro hace más de 60 millones de años al contemplar a un tiranosaurio rex, apenas nada si lo comparamos con lo que deberíamos experimentar al contemplar a la megafauna que nos esclaviza y para la que acabaremos siendo su último sustento si antes no logramos cambiar los guiones existenciales.

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Mª Pia Uribe 8 de enero de 2014 at 01:42

Estoy en contra de las privatizaciones y del método con el que se llevan a cabo, dicho esto, también estoy absolutamente en contra de como se gestionan los servicios públicos en general. A nadie le importa si se tira el dinero y se malgasta el tiempo. En general se organiza mal el trabajo y nadie es responsable de nada; existe la idea por desgracia bastante generalizada, de que al ser de todos no es de nadie y que nada importa. Empezando por los altos cargos y terminando por el del nivel más bajo.
No he visto ningún interés real en los políticos de acometer una auténtica reforma administrativa, más bien al contrario. ¡A rio revuelto….!
En este país, por desgracia nada se racionaliza. El maravilloso comunicado de los Jueces Decanos denunció, a mi manera de ver, los gravísimos males que padece la Justicia y que impiden su funcionamiento adecuado. ¿le interesa a alguien?
La filosofía de su reflexión me parece extrapolable a todo lo público. Pero da igual,
en vez de arreglar nuestra casa, la subastamos y siempre al peor postor que seguro que es amiguete.

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Antonio Gonzalez 8 de enero de 2014 at 02:22

Hay varias razones
1-Es un buen negocio y se le puede sacar mucho
al que se haga cargo de explotarlo.
2-No se puede mejorar porque competiría con la
llamada iniciativa privada, debe tener malos
resultados, es decir es inviable.
3-Dar un golpe mas al estado como admistrador
y llevar a la sociedad «al unico camino» como
solucion de futuro.
Es curioso y en el caso de Espana mas aun, que la
que hundio economicamente el pais fue la iniciativa
privada y ahora se pinta como la unica salvación.

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Francisco Javier Braña 8 de enero de 2014 at 13:08

Estupendo artículo. ¿Serías tan amable de decir de dónde has sacado esa información tan detallada? ¿Hay publicado algún informe o trabajo sobre el tema? Muchas gracias.

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Francesc Tormo Mejias 8 de enero de 2014 at 16:31

Totalmente de acuerdo con el análisis. Esto es el chocolate del loro.

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JM 8 de enero de 2014 at 16:43

Sin valorar demasiado el mantra de “menos gobierno por su ineficacia gestora” y dos curiosidades derivadas (por escoger entre tantas):
1.- ¿Gobierno y gestores = medicos, maestros, funcionarios de carrera ??? me da que no, ergo si el fallo es de gestión porque no se cambia de gestores y demás asesores a dedo… y sobre todo… porqué siguen de mamandurria cuando ya no gestionan llo que se suponía….
2.- Están por un lado vendiendo España a trozos (recordemos que riquezas naturales no abundan), destruyendo todos los sectores de produccción… para entre otras cosas:
.-Maquillar (como si fuese a colar fuera jajaja) los datos cual empresa burbujera o no para salir a bolsa o mantenerse… aunque te cueste un h8evo más camuflas opex en capex… (inútil para un estado)
.- Una vez privatizado es más fácil recibir pasta en una cuenta opaca desde otra igual de opaca de una subsidiaria de una subsidiaria de… la primera … además de la manipulación de precios que permite el trabajo con empresas fantasmas, no pagar impuestos….
Saludos

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Paint 9 de enero de 2014 at 15:05

Se justica la privatizacion, se privatiza y luego nadie se acuerda de que paso. Los medios no ayudan a informar sobre estos fracasos anunciados para la sociedad que son grandes exitos para algunos.

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Celemin 19 de enero de 2014 at 19:38

Correos: hace 10 años había 65.000 trabajadores. Ahora apenas 47.000. Se contratan becarios con sueldos de miseria para el centro directivo y decenas de directivos con salarios multimillonarios (en pesetas). Mientras, cada vez hay menos carteros y se reparte cada tres o cuatro días. Esta es la realidad de las privatizaciones liberales.

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D.L.Gold 11 de agosto de 2014 at 19:32

Acabo de mandar el mensaje siguiente a la Federación de Gremios de Editores de España y a la Sociedad General de Autores y Editores de España:
La privatización de Correos dificulta la venta de libros españoles en el extranjero
Buenos días,
Si ustedes todavía no están al tanto de ello, quisiera informales que la privatización de Correos dificulta la venta de los libros editados en España.
En 2009 el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante publicó mi libro de 870 págines y fijó el precio muy razonable de 35 euros pero con la privatización de Correos de España los libreros tanto en España como en el extranjero tienen que cobrar gastos de envío tan irrazonables que el precio total del libro lo pone fuera del alcance de muchas bibliotecas y de muchísimos individuos (conste que todas las reseñas del libro, sin excepción, han sido positivas). Estoy seguro de que el caso de mi libro es también el de otros libros editados en España.
Espero que ustedes obren por que en las tarifas postales se otorgue a los libros editados en España el tratamiento más favorable. En el mundo intelectual los libros españoles se encuentran entre las tarjetas de visita más impresionantes de la cultura española.
Reciban mi cordial saludo.
Prof. D. L. Gold
EEUU

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