Publicado en Público el 4 de agosto de 2014
Lo que está oyendo y leyendo la mayoría de la gente en los medios de comunicación en los últimos días es que Argentina ha dejado de pagar a sus acreedores y que eso es consecuencia de la mala gestión de un gobierno que se ha apartado de lo que debe hacerse para gestionar bien los asuntos económicos. Una versión que, como suele ocurrir, se aparta bastante de la realidad.
Un poco de historia
Argentina es un país que ha sido saqueado varias veces en los últimos decenios. Primero, por sus propia oligarquía, bien directamente o a través de gobiernos de militares fascistas o de civiles que no solo expoliaron a su pueblo en beneficio de muy pocas personas y empresas, sino que mataron o encarcelaron a miles de personas para conseguirlo. También, por grandes empresas y bancos internacionales (entre las que los españoles ocupan un lugar de honor) que se apropiaron a precio de saldo de los principales activos de la economía argentina. Y, últimamente, por los grandes fondos financieros y de inversión internacionales.
Los dos principales medios que se han utilizado para ese saqueo (además, como he dicho, de la represión política y del asesinato) han sido las privatizaciones y la deuda. Mediante las primeras, los gobiernos corruptos neoliberales vendieron empresas y propiedades argentinas a grupos económicos extranjeros que se hicieron a precio de saldo con la mejor parte de la economía de aquel país (ver como un simple ejemplo: Cómo España vació Aerolíneas Argentinas). La estrategia de la deuda fue puesta en marcha por la dictadura militar al servicio de los grandes bancos internacionales y más adelante se ha ido retroalimentando a base de intereses leoninos y de la gestión ruinosa de los gobiernos neoliberales.
Para complacer a la banca internacional, la dictadura militar argentina endeudó al país en unos 45.000 millones de dólares, y a pesar de que se lleva treinta años pagando principal y deuda y de que ha habido varias quitas y reestructuraciones, ahora la deuda es seis veces mayor que cuando empezó la espiral. Algo lógico porque el interés compuesto que se aplica a los préstamos está concebido justamente para eso: para que la deuda no solo no desaparezca, sino para que crezca indefinidamente, sobre todo, si al mismo tiempo se deja a los deudores sin fuentes propias de ingresos para hacer frente con normalidad a los pagos.
El origen del problema actual
En 2001 se produjo la última gran caída de la economía argentina que llevó a la pobreza al casi el 40% de la población. En esa situación un gobierno interino declaró la suspensión de pagos, lo que permitió que entre 2002 y 2004 la economía se recuperase, creciendo un 9% anual. Cuando la situación quedó algo más estabilizada, en 2005, el nuevo presidente Kirchner propuso una reestructuración de esa deuda dejada de pagar (lo que significaba seguir pagándola, aunque en condiciones diferentes) que fue aceptada por el 76% de los acreedores. Y más adelante, en 2010, la nueva presidenta Cristina Kirchner volvió a proponer otra reestructuración que ya alcanzó al 91%. Eso significaba que solo quedaban por reestructurar unos 3.600 millones de dólares.
Se puede afirmar que esas operaciones de 2005 y 2010 fueron exitosas, aunque no exentas de críticas al aceptar que una deuda inicialmente ilegítima siguiera siendo asumida por el pueblo argentino. Al menos, permitieron que la economía se recuperase y que los acreedores siguiesen cobrando.
Los fondos buitre
El 9% restante de la deuda es la que habían adquirido los llamamos “fondos buitre”, es decir, inversores que expresamente compran deuda en riesgo de suspensión de pagos (con tipos de interés muy altos pero con gran posibilidad de impago) para hacer negocio logrando por vía judicial que se pague al 100%.
Para lograrlo, los buitres no aceptan nunca ningún tipo de reestructuración y pleitean en países favorables —normalmente Estados Unidos o Inglaterra— para reclamar cantidades multimillonarias por los títulos que poseen. Para ganar solo necesitan que el país se vea forzado a la reestructuración (y para ello hacen todo lo posible para que la economía en donde han comprado títulos se hunda) y que un juez les dé la razón, como últimamente ocurrió en Estados Unidos con la deuda propiedad de Paul Singer, el propietario de un fondo buitre de menos de 300 empleados que ahora pone en jaque a un país con más de 40 millones de habitantes.
La connivencia de los estados y las instituciones internacionales
La influencia de estos fondos buitre sobre la deuda de los estados, y por tanto sobre la estabilidad de sus economías, fue deliberada y precisamente con el fin de debilitar a los gobiernos ante los poderes financieros privados. Comenzó cuando en los planes de los años 80 del siglo pasado dirigidos a “salvar” a las economías periféricas previamente endeudadas, se permitió que lo que hasta entonces hacía ese tipo de fondos de inversión con la deuda privada se hiciera también con la deuda soberana. Y, sobre todo, cuando el llamado Plan Brady permitió que los títulos públicos pudieran ser canjeados en mercados bursátiles, lo que multiplicó el número de prestamistas y dificultaba enormemente la negociación de los gobiernos con sus acreedores, pues muchos de ellos se ocultaban en el anonimato, justamente, para poder actuar más tarde como auténticos buitres.
Paralelamente, los organismos internacionales que patrocinaban y diseñaban todos estos planes obligaban a que los estados incorporasen cláusulas de renuncia a su propia jurisdicción y aceptaran la de tribunales extranjeros.
Lo que ha ocurrido ahora
El problema al que actualmente se enfrenta Argentina es que se ha hecho firme una sentencia de un juez de Nueva York que en febrero de 2012 dio la razón, como siempre pasa en algún lugar u otro, al fondo buitre de Paul Singer y que obliga a pagarle en su totalidad los títulos que se dejaron de abonar en 2001.
Como en ocasiones anteriores, Argentina había hecho frente al pago correspondiente a las condiciones establecidas en la reestructuración mencionada depositando para ello 539 millones de dólares en un banco estadounidense. Pero con esta sentencia, el citado juez bloqueó el pago al establecer que también debe pagarle el 100% y con anterioridad a quienes, como acabo de decir, no aceptaron la medida, a los fondos buitre. Es decir, para satisfacer a algo menos del 1% el juez impide que se siga pagando al 99% restante de los acreedores.
Al bloquear ese pago es cuando se produce la paradoja: hay una suspensión de pagos (como inmediatamente afirma la agencia de calificación Standard & Poor’s para complicar las cosas favoreciendo a los acreedores y disparando las operaciones especulativas) porque los 539 millones de dólares no llegan a los acreedores, pero Argentina sí ha pagado, puesto que ha depositado el dinero con la intención de pagar.
Y lo malo es que el problema creado por esa sentencia no termina aquí: cuando se realizó la reestructuración, los acreedores que la aceptaron lo hicieron a condición de que si algún otro recibía en algún momento condiciones especiales (como ahora ocurre con el fondo buitre) el Estado argentino tendría que resarcirlos. Lo que significa que las indemnizaciones pueden multiplicarse y provocar entonces un problema insoluble para ese país (un llamado “efecto aceleración” de la deuda).
La otra paradoja es que ahora Argentina está de nuevo de rodillas antes los grandes grupos financieros a pesar de que ha cumplido regularmente con sus obligaciones, de que ha manifestado que tiene voluntad de pagar incluso la deuda que aún tiene en suspensión de pagos desde hace años, a pesar de que los acuerdos se consideraron favorables para la inmensa mayoría de los acreedores y a pesar de que ha aceptado todas las resoluciones judiciales. Le ha pasado lo que decía Rose Park que le ocurrió a la comunidad negra de Estados Unidos: “cuanto más obedecimos, peor nos trataron”.
Las conclusiones de esta historia tan rápidamente expuesta son claras: al no haber tribunales internacionales especializados y realmente independientes, los pueblos están al albur de quienes pueden influir en cualquier juez del juzgado más inhóspito. Las operaciones puramente especulativas y los financieros que deberían de ser un crimen económico contra la humanidad gozan de plena libertad mientras que los gobiernos representativos han de actuar con las manos atadas. El negocio de la deuda se nos impone a todos y por encima de cualquier otra lógica social o necesidad humana.
Es el imperio de los buitres sobre el mundo y Argentina volverá a pagarlo si el mundo no reacciona.
Para saber más:
Rubén M. Lo Vuolo. El “default selectivo” de la deuda del Estado argentino
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14 comentarios
Agradezco, estimado amigo, vuestra esclarecedora explicación acerca del problema suscitado por los llamados » Fondos Buitres», brazo «armado» del sionismo internacional.Varios han sido los Países que, historicamente, han sufrido «experiencia» similares. Pero esta vez, Argentina ha decidido decir: ¡BASTA!!…Desde 1820, con el emprétito » Baring Brothers» que nos están robando, estafando y engañando…lamentablemente con ayuda de «gestores» locales.
Ahora bien: un Juez de Nueva York impide que los fondos que ha depositado la Argentina para el pago de una de las cuotas de las deudas renegociadas con en 92,40% de nuestros acreedores sean transferidas a las cuentas de esos acreedores. Sustenta su sentencia en la juridicción estadounidense de esas bancas. En realidad, se oculta la verdad, pues en la crisis del 2001 las casas matrices de esos Bancos instalados en Argentina expresaron explicitamente que dichos Bancos eran de juridicción Argentina, debiendo entonces el País hacerse cargo de las deudas de esas entidades bancarias. Hoy se expresa exactamente lo contrario…
Ademas, es jurisprudencia que en caso de Convocatoria de Acreedores por parte de empresas, la aceptación de mas del 70% de los acreedores a una renegociación OBLIGA al resto a allanarse a lo pactado. En este caso, el 7,60% de los acreedores externos fuerza, mediante un fallo irrisorio, a tener que abonar el 100% del valor nominal de los bonos. Y esto no es todo: esos bonos fueron adquiridos a precio vil, en momentos en que la Argentina se encontraba en cesación de pagos, es decir, no pertenecen a inversores de buena fé, sino a especuladores que, sistematicamente, vienen ejerciendo esas actividades, rayana a un hecho ilícito, que, aunque se lo quiera presentar como lícito, no es ético, concepto que estos fondos parecen desconocer…Ahora bien, nos preguntamos…¿ si en definitiva son los Estados quienes deben hacerse cargo de los desquicios de la banca internacional ( véase lo acontecido en EE.UU y Europa)…son necesarios los bancos privados?
El asunto es importante, porque después de Argentina vamos nosotros. Por otra parte, los «mercados» no parecen haberse tomado el asunto demasiado en serio (por ahora), de lo contrario ya hubiera habido un cataclismo, porque la sentencia del juez Griesa deja dos cosas claras:
1) Imposiblita, de facto, cualquier reestructuración de la deuda (y convierte en papel mojado las reestructuraciones pasadas, como es el caso de Argentina).
2) Lo cual en la práctica condena a los Estados deudores a NO PAGAR, porque una deuda sin reestructurar es impagable (lo cual saben perfectamente de antemano los acreedores). Y si eso es así, ello significa que los tenedores de deuda pública lo que tienen en sus manos, en esos momentos, es…. PAPEL con el que empapelarse el cuarto de baño de su casa.
Todo un disparate, que nadie parece haberse tomado en serio… por el momento.
Ya veremos como acaba.
Otro ejemplo más de lo que es capaz el Imperio del Caos. Porque al principio incluso Obama estuvo a favor de Argentina y en contra de la sentencia del juez Griesa, pero luego se ha echado para atrás… (sic).
Respecto a nosotros nos afecta y mucho aunque nuestra plaza jurídica es Londres. ¿Habrá un Griesa en Londres? Seguro. Así pues, pongamos las barbas a remojar. La profesión de más futuro es, sin duda, la de especialista en temas de deuda. Les recomiendo esa especialidad a los jóvenes, porque van a tener trabajo asegurado en las próximas décadas.
Buenos días:
Pero supongo que los políticos actuales, que tampoco serán ángeles custodios, tendrán algo que ver, tendrán parte de culpa. Supongo que interesará a sus lectores conocer, aunque sea someramente, cuáles han sido (o están siendo) sus principales errores.
Saludos,
Muy esclarecedor el art. Mi pregunta es ¿podrá ocurrir esto mismo a España con su deuda, si no se remedia?
Acabo de leer otro resumen muy interesante, de Juan Francisco Martín Seco:
«Argentina, cuando las barbas de tu vecino…»
http://www.republica.com/2014/08/07/argentina-cuando-las-barbas-de-tu-vecino_831060/
Agradecido por su explición.
Un cordial saludo.
Es posible que mi sueldo de la universidad vuelva a estar debajo de la línea de pobreza. Es posible que vuelva a pagar cuentas, lo que queda dividirlo por 30, y sí o sí vivir con eso todo el mes. Es posible que vuelva a ir de laboratorio en laboratorio buscando un medicamento. Es posible que vuelva a amasar el pan. Es posible volver a arreglar ropa vieja y no comprar una nueva por años. Pero no es posible que la recuperación del nieto de Estela de Carlotto a Abuelas pueda arrebatarlo nadie. Ni siquiera el juez Griesa.
Un señor feudal a la criolla, presidente de la Sociedad Rural de la zona de Olavarría se apropió del niño y se lo entregó a un peón y su mujer. Esta suciedad rural está ideologica, política y económicamente a favor de los fondos buitres. Podrán volver a quebrar nuestra economía pero no nuestra moral.
Lo curioso es que esa tremenda deuda se la impuso occidente a Argentina armando la dictadura y su Plan Condor para precisamente asesinar a la población de ese país. Y de eso no se habla.
Es curioso tampoco se quiere mencionar los responsables de los crímenes muchos de los cuales viven como millonarios en occidente. Y eso no se puede tocar.
Argentina vive hoy el encuentro del nieto 114 y despues de la alegría nada pasara una vez mas no se ira contra los verdaderos autores de ese estado de cosas, los que a traves de los sicarios de Plan Condor dirigido desde Washington llenaron el país de terror, llanto, dolor y muerte y ahora quieren cobrar por eso.
Te agradezco la labor que estas desarrollando pues nos ayuda a entender algunos conceptos como «los fondos buitres» y es estremecedor pensar que la deuda soberana está a merced de estos inversionistas «expoliadores».
Manfred Max Neef: El mundo en rumbo de colisión
https://www.youtube.com/watch?v=h_OJZliXBSE
Cuando regrese la próxima semana de vacaciones prometo hacer un comentario sobre los fondos buitres. Un abrazo Juan.
Estos son los argumentos que prenderán la idea de revolución, en la mente del ciudadano libre, que va a ser esclavizado.
Cumpliendo con la promesa del comentario sobre los fondos buitres, puedo opinar que Fernández de Kirchner está haciendo lo correcto para evitar que unos pocos se enriquezcan comprando deuda pública a precio de saldo y luego pretender cobrarla a mejor precio con una rentabilidad del 1.300%. Vamos, que los ciudadanos argentinos no están para hacer millonarios a los bonistas que especulan con su deuda, a costa claro del hambre de muchas de estas personas. Sería interesante saber de dónde proviene el dinero del inversor en deuda, porque si cobra por un título, debe también explicarnos ese dinero de dónde lo obtuvo? Creo que la abogacía argentina debería ponerse en ello. Si no se hubiese reestructurado la deuda el país no habría podido salir del corralito del 2001. Un Estado como Argentina no tiene porqué someterse a otro Estado como los USA. Tiene que haber una corte internacional que dirima el asunto.
Creo que si un país no quiere que le pase lo que le ha pasado a Argentina, lo que tiene que hacer es muy simple: no gastar más de lo que ingresa. Así no tiene que pedir prestado. El problema es que las ideologías se están imponiendo a la ciencia y al sentido común, y nos creemos que “porque tenemos derecho” podemos sacar de donde no hay sin consecuencia alguna. Los que pagan son las generaciones futuras. Otra opción es quitarles el dinero a los que más tienen. Seguro que lo vamos a solucionar así. Seguro.
Por otra parte ¿Crees que el Sr. Singer sabía de antemano que los jueces le darían la razón? Ganó y le salió bien, pues vale, enhorabuena. Comprar deuda de un país en quiebra, vamos yo no lo haría ni loco.
El mundo financiero está como está debido al intervencionismo, no al capitalismo. En estos momentos los bancos centrales imprimen dinero de la nada alterando el mercado de divisas y manipulan de los tipos de interés manteniéndolos artificialmente muy bajos para que los gobiernos puedan seguir endeudándose y gastando, y encima subiendo impuestos con la excusa del déficit, y reduciendo gastos en servicios básicos sin antes reducir políticos, duplicidades administrativas, etc. ¿Cómo acabará la historia? Ah! La culpa es de los fondos buitre, quienes deberán sufrir las quitas. Claro, es justo.