El Banco de España es quizá la institución pública más poderosa de España. No dicta leyes pero puede hacer que no se promulguen. No toma decisiones sobre política económica general pero puede evitar que se adopten. Es completamente independiente y nadie le puede pedir cuentas, aunque puede influir y de hecho influye sobre la manera de pensar y sobre lo que ocurre con el bolsillo de todos los españoles.
En su seno trabajan los que quizá sean los empleados públicos más privilegiados de España. Reciben elevadísimos sueldos y pensiones (el ex gobernador Fernández Ordóñez recibió una indemnización de 95 días por año trabajado en el Banco cuando lo dejó), disponen de residencias de veraneo prácticamente gratuitas, reciben créditos casi regalados, además de otras muchas prebendas de todo tipo…
No cabe duda de que allí trabajan los economistas mejor preparados y los que disponen de mejores medios para analizar la realidad pero el Banco de España es un completo desastre a la hora de hacer análisis y de llevar a cabo las funciones que la ley le encomienda.
Como ya va siendo bien sabido, sus directivos no se se apercibieron de la burbuja inmobiliaria ni de los problemas que estaban acumulando los bancos y cajas españoles o, mejor dicho, no hicieron nada para evitarlos, a pesar de que los inspectores lo advirtieron por escrito (ver ¿Para quién trabaja el Banco de España?).
La escuela de negocios ESADE publica anualmente una «diana» en la que se muestra el grado de acierto en sus predicciones de diversas instituciones. Pues bien, el Banco de España es la que peores resultados tuvo en predicción del PIB y del empleo en 2015, la tercera peor en 2014 en ambas, y la segunda peor en predicción del PIB y la tercera en empleo en 2013. Demoledor suspenso en toda regla.
Entre las funciones del Banco de España se encuentra la de «supervisar el cumplimiento de la normativa específica de las entidades de crédito» y, lógicamente, eso lleva consigo evitar que éstas cometan abusos contra sus clientes. Pero también en este campo su actuación es mucho peor que deficiente como saben millones de españoles que han sido estafados por los bancos en los últimos años.
Ahora, el ingeniero sevillano Antonio Moreno, conocido porque desde hace años viene denunciando los fraudes que cometen las empresas eléctricas con la complicidad de los gobiernos y la judicatura (ver su web estafaluz.com) acaba de hacer otra denuncia que pone de relieve la actitud pasiva del Banco de España ante lo que se puede considerar como una auténtico robo por parte de los bancos (más detalles aquí: El jubilado de las eléctricas golpea de nuevo: «Hay miles de hipotecas fraudulentas»).
Moreno ha descubierto en un caso concreto que la entidad Caixabank no utiliza con su cliente el sistema de amortización de la hipoteca que figura en la escritura sino otro conocido como «hipoteca montaña» que es mucho más caro (hasta un 20% más) para los deudores.
El propio Antonio Moreno ha explicado claramente el perjuicio que eso significa para la persona concreta cuyo caso ha estudiado: pasar de la amortización de hipoteca montaña que le aplican indebidamente al que consta en el contrato le supone un ahorro de 21.585 euros (hasta el momento) mientras que de haber seguido en el primero le hubiera costado 60.000 euros adicionales que hubieran ido al bolsillo del banco.
Moreno sospecha con razón que debe haber miles de casos como el que él ha estudiado pero lo sorprendente es que el Banco de España ni lo haya detectado ni haga nada para evitar el auténtico robo que esa actuación de la banca supone. Como dice el ingeniero, es prácticamente imposible que una persona normal y corriente, sin buenos conocimientos de matemáticas financieras, se pueda dar cuenta del cambiazo, de modo que debería ser el Banco de España, pues para eso le pagamos entre todos buenos sueldos y privilegios a sus empleados, quien supervisara con eficacia para evitar los engaños. Pero a la vista está que tampoco en este campo parece que su voluntad sea ponerse del lado de los españoles de a pie sino encubrir a los bancos.
¿Se trata de incompetencia? La verdad es que cuesta trabajo creerlo. Es cierto que los métodos de selección del Banco de España priman la asunción de la ideología económica neoliberal y que solo como un milagro podría encontrarse un economista crítico en su plantilla y que eso supone un velo que ciega a la hora de tomar decisiones. Pero no puede ser solo una cuestión de ideología. Allí están los mejores, los más preparados… ¿Cómo fallan tanto, sobre todo a la hora de descubrir los abusos de la banca?
Me temo que la explicación no puede ser otra que la corrupción dominante en nuestra primera autoridad bancaria. Seguramente, no se trata de una corrupción directa pero sí de una complicidad evidente de sus dirigentes con los corruptos, con quienes realizan habitualmente malas prácticas y financian a quienes los hacen. La corrupción no solo consiste en robar a pleno día sino también en dejar hacer a los corruptos y los bancos españoles lo son porque la dirección del Banco de España los ha dejado y los deja hacer prácticamente lo que les venga en gana, tal y como desgraciadamente se ha podido demostrar en los últimos años. La corrupción es, también, que quienes deben actuar como servidores del interés público den prioridad al privado, como demuestra que después de estar en el Banco de España tantos de sus directivos recalen en las entidades financieras a las que se supone han controlado previamente, en sus patronales o en los organismos internacionales que las protegen (el ex gobernador Jaime Caruana, al que sus inspectores denunciaron por pasividad y actitud complaciente ante los riesgos que acumulaba el sistema financiero español, es ahora director general del Banco Internacional de Pagos, la primera autoridad bancaria mundial).
Y es también corrupción que nadie se preocupe de estas cosas, que ante denuncias como las de Antonio Moreno no haya jueces y fiscales que actúen ni gobiernos que pidan cuentas.
Luego se extrañan de que la gente se indigne.
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3 comentarios
A todo ello habría que añadir que la famosa carta-chantaje que envió Trichet, presidente del BCE, a Zapatero, en agosto 2011, donde se exige una fatal reforma laboral o se cierra el grifo del dinero, estaba firmada también por el director del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez (sucesor de Caruana en el cargo). Con bancos centrales así, ¿por qué no cerramos el Ministerio de Economía? O mejor: ¿por qué no cerramos todos los ministerios y mandamos el Gobierno a casa?
de acuerdo, que ganen un buen sueldo, pero esto de las altas direcciones roza la corrupción y hasta el derroche, nos estan dejando en numeros rojos
Se prodría estar de acuerdo en que los bancos centrales sean independientes. Pero «independiente» significa no sólo serlo respecto de los gobiernos, sean del color que sean, sino ser independiente también de los bancos. Lo cual no es el caso. Que el Banco de España haga gala de independencia es una broma pesada. Más bien los bancos centrales son «lobbies» de los grandes bancos. Ahora bien, ¿cómo puede funcionar un Estado en estas condiciones? Es imposible. ¿Cómo puede funcionar un Estado secuestrado por los intereses financieros particulares, y obligado a poner su economía al exclusivo servicio de esos intereses? El desastre está a la vista.