Publicado en Ctxt.es el 7 de noviembre de 2016
Siempre que hay elecciones en Estados Unidos se genera interés e incertidumbre sobre el futuro de ese país y el de todo el planeta. Y es normal porque, por grande y decisiva que sea la influencia de los poderes fácticos, que lo es, un presidente de Estados Unidos tiene mucha influencia y capacidad suficiente para hacer que las cosas sean de una u otra manera.
Pero si eso ha sido siempre así, mucho más lo es ahora, cuando el voto se dirime entre lo que casi todo el mundo considera un mal menor (vista la trayectoria de Hillary Clinton como Secretaria de Estado, las grabaciones que se han conocido de sus opiniones, y los apoyos que ha recibido en su campaña) y una especie de mal absoluto en la figura del derechista Donald Trump.
En esta situación, es lógico que muchas personas se preguntan qué ha pasado en Estados Unidos para que la sociedad haya alcanzado este tipo de polarización, para que un candidato socialista como Bernie Sanders haya puesto en jaque a todo el Partido Demócrata y para que medio mundo tiemble ante la posibilidad de que un extremista y bocazas como Trump pueda llegar a ser presidente de la primera potencia mundial.
Desde luego no son pocos los factores que hay que tener en cuenta para poder entender algo de lo que allí está pasando. Entre ellos, el extraordinario y casi gigantesco incremento de la desigualdad que se ha producido desde los años setenta del siglo pasado y que se ha exacerbado durante los años de la Gran Recesión: el 1% de las familias más ricas se ha quedado con el 52% del nuevo ingreso generado en el periodo 1993-2015, pero entre 2009 y 2012 se quedó con el 91%, según los datos oficiales analizados por Emmanuel Saez (Striking it Richer: The Evolution of Top Incomes in the United States (Updated with 2015 preliminary estimates). Y una de las consecuencias de esa impresionante concentración de la riqueza no es solo la pobreza (11,3% de las familias) sino que en seis de cada diez familias pobres haya uno o más miembros trabajando. Hay casi planeo empleo (al menos estadísticamente) pero el trabajo asegura cada vez en menor medida un ingreso suficiente y un futuro digno.
La desigualdad que se ha venido generando explica sin duda lo que ha pasado años atrás y lo que está ocurriendo hoy día en Estados Unidos pero seguramente no sea todo lo que haya que tener en cuenta. Por eso quiero referirme ahora a otros datos que me parece que sirven no solo para explicar el presente, y más concretamente lo que se pueda votar el 8 de noviembre, sino lo que puede ocurrir un poco más adelante, en el pasado mañana.
Me refiero a los resultados de un estudio realizado por la consultora Ernst & Young sobre la generación del milenio, es decir, la que nació a partir de 1980 y ha crecido bajo la estela de las políticas neoliberales (The Millennial Economy). Me limitaré a transcribir algunos de los resultados más interesantes porque creo que hablan por sí solos y no precisan de más comentarios.
– El 74% está preocupado por no tener dinero suficiente para pagar el cuidado médico si enferman.
– El 79% está preocupado por no tener dinero suficiente para vivir cuando se jubilen.
– El 52% tiene o va a tener deuda de préstamos estudiantiles y el 59% teme no poder pagarla.
– El 63% tendría dificultades para hacer frente a un gasto inesperado de 500 dólares.
– El 30% no recibe ingresos suficientes para hacer frente a sus gastos y solo el 30% ahorra un poco (24%) o bastante (6%). El resto ingresa lo justo para pagar los gastos.
– Solo el 36% de los hombres blancos y el 27% de las mujeres blancas cree que su nivel de vida será mejor que el de sus padres. Sin embargo, eso lo creen el 52% de los hispanos varones y el 54% mujeres de raza negra.
– El 62% ha considerado iniciar su propio negocio aunque sólo el 22% cree que el espíritu empresarial es la mejor manera de avanzar en su carrera.
– El 42% afirma no poder iniciar un negocio porque no dispone de medios llevarlo a cabo (53 por ciento para las mujeres negras y el 59 por ciento de las mujeres hispanas).
– El 59% cree que el gobierno hace que sea difícil que las personas tengan éxito iniciando su propio negocio.
– El 51% cree que la clase media paga demasiado en impuestos y el 70% que los ricos pagan muy poco en impuestos.
– El 84% está orgullosos de ser estadounidense (91% en el caso de los hispanos).
– El 57% de los hombres y el 68% las mujeres creen que las cosas no van en dirección correcta en Estados Unidos.
– El porcentaje de jóvenes de la generación del milenio que tiene mucha o bastante confianza en las instituciones es el siguiente: corporaciones (Corporate America): 20%; gobernadores: 21%; medios de comunicación: 21%; gobierno federal: 22%; religiones: 25%; Alcaldes: 26%; Sistema judicial: 27%; bancos: 29%; sindicatos: 31%; Universidades y Colleges: 51%; ejército: 55%.
Hasta aquí los datos que me han parecido más relevantes. Las dos preguntas que me sugieren creo que son obvias: ¿Realmente es raro que el voto se polarice cuando la generación que se supone debe empujar a la sociedad vive así el presente y tiene esa visión de su futuro?; ¿puede ser estable y sostenible una nación que pretende liderar el mundo con una generación tan temerosa de su futuro y que tiene tan pocos asideros en el presente?
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9 comentarios
Por todo eso acaban de votar por algo diferente, solo queda ver si tendran esa oportunidad o deberan seguir cpn mas de lo mismo.
A lo que se le teme es a la juventud, desocupada y endeudada y las unicas posibilidades de empleo son salarios miserables mientras grupos selectos se llenan los bolsillos con millones.
Se dice que los blancos anglosajones trabajadores decidieron la votacion por Trump, lo uqe indica que el sistema actual ni a ellos representa.
Un articulo sensacional !! a lo que normalmente nos tiene acostumbrados con su pluma.
Gracias Juan
Lo de que los blancos anglosajones trabajadores decidieron me temo que es una generalización gratuita que nos quieren vender, merece la pena leer este artículo: http://www.eldiario.es/theguardian/idiotas-peligrosos-progresistas-comprender-estadounidenses_0_571843050.html
Saludos. Diría que son tiempos de incertidumbre y orfandad política.
Donde se debe incidir es en la causa raiz del empobrecimiento ( o en las causas varias) y del miedo al futuro. Los electores francamente, solo han tenido dos opciones. La «democracia» con 2 opciones impuestas no es tal. Los poderosos ( y ricos) van a seguir intentando exprimir a los que estamos por debajo. Polarizar a la sociedad es el arma para dividirla y que se vote «otra cosa» no es la solucion, sino parte de ella…. ahora, esa opcion politica que se ha votado, Cambiara algo? hara que los salarios suban, que la pobreza baje, y que los que pagan pocos impuestos porque son ricos paguen mas?Eso esta por ver.
Un verdadero polvorín, una bomba social que no se sabe cuando estallará, de hecho ya hay explosiones muy débiles… a ver si le cortamos el dedo nuclear a Trump con presión interna y externa, ya que es nuestro emperador…
Aquí en España y en las diferentes comunidades autónomas tenemos algun estudio similar de este año?
Clinton ha ido de «sobrada» y así le ha ido. ¿Trump? tal vez decida molestarse en gobenar o se limite a pasarle el poder a sus «validos» = halcones republicanos. ¿puede haber una revuelta en USA? es posible. En todo caso, no deberíamos olvidar que medio país está armado hasta los dientes. Debemos esperar a ver qué pasa finalmente. Una cosa sí digo: Lo que Clinton iba a «ofrecer» al mundo era «más de lo mismo», así que no veo qué puede empeorar con el «nuevo títere del poder económico USA». En todo caso, no debemos caer en el error de que el voto a Trump, ha sido «el voto con las tripas» de una manada de zoquetes. Me temo que hay mucho voto meditado, que ha elegido dar una patada en el culo a los «señoritos de la oligarquía estadounidense». ¿qué otra cosa es la Clinton?
Un saludo
En relación con las elecciones USA y sus resultados se han divulgado muchos análisis un tanto improvisados en los medios de comunicación que no llegan al fondo del problema y sólo rascan la superficie. Cuando se valora el comportamientos de los distintos sectores sociales se hacen presunciones acerca de las motivaciones de los electores que en nada tienen que ver con la realidad. Las diferencias entre progresistas y conservadores se construyen en base a estereotipos que en nada representan la verdadera pluralidad existentes en la sociedad estadounidense. Tampoco es cierto que Trump simbolice las expectativas de los que han recogido los efectos de una política que ha generado paro y pobreza en un sector de la población.
Lo cierto es que los resultados electorales eran previsibles hasta cierto punto, pero son explicables desde otras perspectivas más pegadas al suelo y a los procesos que anteceden a toda esta situación.