Publicado en ctxt.es el 4 de diciembre de 2016
Los dirigentes europeos parecen empeñados en que no pase un día sin que las personas corrientes tengamos que sentir algo más que vergüenza de lo que hacen en materia económica (por no hablar de otras decisiones en temas incluso de mayor calado humano como el de los refugiados).
Se siente vergüenza cuando se empecinan en aplicar políticas que son un manifiesto fracaso pero se siente algo peor cuando se comprueba que no lo hacen por error sino como una farsa gigantesca para poder darle todavía más a los que ya lo tienen casi todo.
Se dijo por activa y pasiva que los recortes sociales y las ayudas multimillonarias a la banca eran la condición necesaria para recobrar la actividad y el empleo, para reducir la deuda y para asegurar definitivamente al sistema financiero. Pero lo cierto es que desde que empezaron a aplicarse en la Unión Europea al estallar la crisis hay unos siete millones menos de empleos a tiempo completo, seis millones más de parados, otros casi seis millones más de empleos no voluntarios a tiempo parcial (en la UE28), cinco millones más de personas en riesgo de pobreza y 35 puntos más sobre el PIB de deuda pública (en la Eurozona). Y los bancos se siguen encontrando en insolvencia y muchos de ellos a punto de estallar de nuevo en cualquier momento. Pero eso no es solo un fracaso o un error sino un engaño porque eran multitud los economistas que habían advertido que esto era justamente lo que iba a ocurrir cuando las autoridades decían a los ciudadanos que sus políticas frente a la crisis eran seguras, las adecuadas y plenamente infalibles.
Se siente algo mucho peor que vergüenza cuando se tiene noticia de propuestas como la que acaba de lanzar la comisaria europea de Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska, como siempre de modo sibilino y completamente al margen de las instituciones representativas y del debate democrático.
Según ha dejado caer la comisaria, la Comisión Europea pretende promover un amplio programa de gasto militar que quedaría exento a la hora de calcular el déficit público que, como se sabe, no debe superar el 3% del PIB de cada economía.
Como he explicado en el libro que acabo de publicar (Economía para no dejarse engañar por los economistas. Ediciones Deusto), este criterio del tres por cien no tiene base científica ninguna. No hay nada, absolutamente nada que lo justifique. Se podría haber puesto el 1, el 5 o el 30 por ciento con el mismo fundamento económico, es decir, con ninguno. El criterio del 3% del PIB como límite del déficit público se lo inventó un funcionario francés, Guy Abeille, cuando su jefe le pidió alguna norma para que el recién elegido presidente Mitterand pudiera frenar las demandas de más presupuesto que le hacían sus ministros. En unos minutos tuvo que inventarse algo siendo plenamente consciente de que no había ningún economista ni teoría económica alguna que proporcionara algo así. Pero como tenía que ofrecer rápidamente una solución a sus superiores se decidió por el 3%.
Tal y como reconoció el propio Abeille años después, el 1% o el 2% le parecía demasiado poco mientras que “el tres es una figura sólida que tiene detrás de él precedentes ilustres […], un amplio eco en la memoria común: las tres Gracias, la Trinidad, los tres días de la Resurrección, los tres órdenes de la alquimia, la triada hegeliana, las tres edades de Augusto Compte, los tres colores fundamentales, el acuerdo perfecto…, la lista es infinita…».
Aunque pueda parecer mentira, esa y no otra es la teoría o la ciencia económica que hay detrás del criterio del 3% del PIB que se impone como límite del déficit público a las naciones europeas. Ninguna. Un engaño que hasta el que fue presidente del Instituto Monetario Europeo, Alexandre Lamfalussy, reconoció sin tapujos: “Los gobernadores son gente demasiado honesta y que saben que los criterios son arbitrarios. Yo jamás habría aceptado cifras de este género”.
El criterio del 3% es una arbitrariedad, una farsa, pero, además, algo completamente inútil para lo que aseguraban que iba a servir, es decir, para reducir la deuda: cuando comenzó a utilizarse como criterio de cumplimiento obligatorio para todos los países la deuda era aproximadamente de un 55% del PIB, como media de los países europeos, y ahora, como he señalado, supera el 90%.
La prueba de que se trata de una cifra completamente arbitraria, que no se establece así porque sea mejor o peor para la economía o para reducir la deuda, sino como recurso de los dirigentes europeos para disciplinar y someter a los gobiernos y para anular su capacidad de maniobra, es que se puede incluir o dejar de incluir dentro de ese porcentaje lo que le venga en gana a quien lo impone. Si de verdad fuese imprescindible que el déficit público no sobrepase el 3% del PIB daría igual que fuese a causa del gasto militar o del gasto en educación porque no hay ninguna razón que pueda justificar que el gasto militar sea inocuo desde el punto de vista de la deuda que genere y cualquier otro no. Y si no hay ningún problema para dejar fuera del cómputo del déficit al gasto militar, con el exclusivo propósito de que los grandes grupos industriales hagan negocio con el dinero de la gente ¿por qué no se deja fuera el gasto social que es imprescindible para evitar que millones de personas vivan en la indigencia, pierdan su vivienda, carezcan de recursos y formación o incluso mueran por falta de atención? ¿dónde está escrito que la economía no se resienta si (al margen de ese 3%) se incrementa el gasto militar y que, por el contrario, sí sufra si aumenta el gasto social que se necesita para que la inmensa mayoría de la población sobreviva y disponga de bienes y servicios esenciales para su sustento diario? ¿qué argumento económico justifica que se pueda “perdonar” el déficit que genere el gasto militar y no el gasto necesario para salvar vidas humanas o el empleo y los ingresos de millones de personas y empresas?
No se cansen: no hay respuesta para esas preguntas. O, al menos, no hay respuesta económica, científica o razonable. Se permite el gasto militar y no cualquier gasto social o humanitario, o incluso de apoyo a la vida empresarial que crea riqueza efectiva, porque el criterio del 3% solo busca amedrentar a los gobiernos y a la ciudadanía para conseguir lo que efectivamente se viene logrando con él: que los más ricos y poderosos lo sean cada vez más.
Decía hace unos días el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que la integración europea se había debilitado en los últimos tiempos por los populismos. Una opinión que demuestra que las autoridades europeas han perdido completamente el norte y que no entienden el sentido de las cosas que están pasando y de las que se encuentran ya a la vuelta de la esquina en Europa. Eso que llaman los populismos no es lo que debilita a la integración europea sino la consecuencia de haber querido integrar a Europa a base de mentiras y de políticas que constantemente han dado como resultado lo contrario de lo que se decía que traerían consigo.
Cuando se ha hecho sufrir a millones de personas y cuando han muerto miles a causa de los recortes, cuando se han deteriorado los servicios públicos y no se ha atendido las necesidades básicas de la población porque, según se decía, había que cumplir a rajatabla la norma del déficit, y de pronto se dice que no hay límite para comprar armamento, carros de combate o minas, ¿tienen también culpa los populismos del asco o de los negros fantasmas que comienzan de nuevo a recorrer a Europa?
SUSCRIBETE Y RECIBE AUTOMATICAMENTE TODAS LAS ENTRADAS DE LA WEB
11 comentarios
Y si lo malo es que mientras los pueblos sufren un reducido grupo de privilegiados aumentan cada dia mas sus riquezas, aun es peor ver la indiferencia de los pueblos por su destino.
Es como si idiotizados estuvieran esperarando el apocalipsis.
Si tuviera que tratar de explicar esa nueva actitud sobre la justificación del incremento del gasto militar, diría simplemente que preparan su modelo de «negocio» para el escenario bélico generalizado que están orquestando.
Si algo he llegado a comprender con bastante claridad, tanto a través de tus escritos como de otros autores críticos, es que «no han perdido el norte»: saben perfectamente hacia qué horizonte ponen rumbo. Los que gobiernan o encabezan este mal llamado proyecto europeo son gestores del capital, ricos gobernando para ricos.
Saludos y gracias.
Sr Torres,comparto plenamente sus opiniones.Acá en Argentina,despues de un oasis de 12 años,estamos padeciendo lo mismo que Europa.Pero que hacemos con el asco?.Como lo combatimos?.Seguimos poniendo la cabeza para que nos den palos y mas palos?.Esto mismo le pregunto a mis compatriotas y miro a España,la España republicana que me iluminaba y que ahora tampoco la encuentro.Se dará ud cuenta que me encuentro sumamente decepcionada.Es como que los pueblos se han entregado,que no tienen mas ganas de luchar.Si,ya sé que en esa lucha se pierde a veces,pero deja la semilla para que sigan los demas.Gracias Sr Torres por su claridad de concepto y por iluminar el camino correcto,Carmen
Cuando escuché la noticia me quedé estupefacto, pedí que alguien me dijese que era real lo que había escuchado pues no me lo podía o quería creer.
No pierdo la fe en los humanos ya que quiero creer que en algún momento reaccionaremos ante tanta indignidad, pero si que puedo decir públicamente, que he perdido la fe en nuestros político y en las instituciones que han ido modelando a sus intereses partidistas, imagen y semejanza y al dictamen de intereses que nada tienen que ver con el bien común de quienes los eligen.
Creo que ha llegado el momento de que la dignidad que mueve nuestra conciencia se ponga en marcha.
Un abrazo a todas las personas de buen corazón y a ti Juan porque estando entre ellas, siempre pones ante nosotros unas grandes aportaciones.
El proyecto europeo del nuevo avion de combate ( miren ustedes mismos por internet) esta dejando subvenciones y ayudas millonarias en las empresas del sector aeronautico y de defensa. Son dineros que provienen de los tax payers, es decir , de las arcas publicas. Pagamos impuestos para que hagan una bolsa de dinero para financiar proyectos que no son de gasto social ni siquiera de investigacion cientifica o de obras publicas. Los directivos de tales empresas se enriquecen a costa de las sibvenciones, parece. Y esto es Europa y su plan. Si Sr Torres. Europa da asco. Mucho asco.
Cuando estos bocas hablan de la «regla del 3%» se refieren a deficit acumulado o anual? Potque estamos a 20 pueblos del 3%, no?
Juan, que se puede esperar de los constructores de esta Europa, y de todas las naciones que las componen, están armando al brazo armado, por lo que pueda suceder, ellos van 30 años por delante de los acontecimientos, esto no ha sido una crisis, es una estafa, y un latrocinio, o ponemos en marcha nuestro intelecto, cada uno lo que tenga, y acabamos con esta banda de criminales organizada
Un poco tarde. Muy tarde, Hace mucho que Europa da asco, Incluso antes de la crisis, cuando repartía las migajas de su colonialismo (¿por qué llamarlo de otra forma) y el desclasamiento hacía furor entre obreros de cuello gris. ¿Despiste ideológico? Mucho. Ellos saben quiénes son. Nosotros no. Como con mucha gracia dicen los mejicanos: Todos somos doñas florindas que en su patio de vecindad se creen de clase superior. Ahora hay drama porque nos empieza a tocar el asunto (ignorantes de que eso ya lo tenían en países rojos). Antes, cuando morían miles para obtener grandes réditos de los que nos daban miserias, eramos la sdad. del bienestar. ¿Como puede haber bienestar porque la tripa esté llena, estando vacía la conciencia? Pero no se aborda el asunto. Incluso Podemos parece estar acomodándose…
Se habla de Cuba cuando hay 50 millones de niños de la calle en Hispanoamérica (no ibero ni latinomaérica) o mueren 60 mil personas diariamente por culpa de la miseria. ¿Comienza a dar asco Europa?). Daba asco desde la colonización de África, Asia. América, Oceanía. Un mar se sangre para satisfacer a un 15% que dentro tiene un 25% de miseria. ¡Increible!
¿Que se puede hacer? Yo ya he perdido toda esperanza. En las Europeas voté a Podemos. En las Generales les volví a votar. No creo que vuelva a hacerlo salvo que cambien mucho las cosas. La chulería demostrada por las actuaciones de Iglesias junto a sus absurdas exigencias nos ha conducido a un callejón a todas luces peor que en el que estaríamos si se hubiesen abstenido en la votación anterior dejando gobernar al PSOE y Ciudadanos. Creo que habríamos ganado credibilidad, tiempo y dinero y habría servido para que todos
nos conociésemos mejor.
Ya se que esto no tiene nada que ver con el tema de la política Europea, pero si con nuestra entrada en la misma y con que «en este País, siempre hacemos las cosas a tontas y a locas».
¡PERDÓN! Seguro que esto ya no le interesa a nadie.
En los últimos meses la UE anda especialmente convulsa ante una serie de acontecimientos, supuestamente inesperados, como el Brexit, el referéndum italiano, o la irrupción de partidos neofascistas en Centroeuropa. Politólogos y periodistas no terminan de ponerse de acuerdo en una explicación coherente al estado de cosas actuales, más allá de recurrir al manido argumento sobre el ascenso de un peligroso populismo.
Parece algo incuestionable que la construcción de una Europa unida, próspera, solidaria y libre es un proyecto actualmente en claro declive. La crisis en la que está inmersa como consecuencia de la gran estafa que el capitalismo financiero perpetró, va hacer ya una década, ha desencantado peligrosamente a muchos europeos. La propuesta que las élites políticas europeas ofrecen está basada en un dilema tramposo que se sustancia en, o se acepta la deriva conservadora y neoliberal actual donde el peso de la crisis la está soportando la ciudadanía o, la llegada al Gobierno de partidos de corte neofascista será inevitable.
Aceptar la discusión en esos términos es una falacia. El auténtico dilema está planteado entre un cambio radical de esas políticas neoliberales, inservibles para salir de la crisis, o aceptarlas resignadamente a pesar del daño que están causando. Ni mucho menos el neofascismo representa una alternativa, más allá de usarlo, una vez más, como un espantajo de la política.
Hombre, algun tope habra que poner al endudamiento no se si el 3 o el 5 pero no nos podemos estar endeundando hasta el infinito.