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Los obispos dan una patada al gobierno en el culo de los pobres

Publicado el 2 de abril de 2020

Según informó la Cadena Ser, el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha declarado que el ingreso mínimo vital o renta básica que prepara el gobierno para ayudar a quienes se han quedado en paro o lo necesitan «es indispensable», pero sólo mientras dure la crisis del coronavirus pues, en su opinión, «pensar en una permanencia de grupos amplios de cuidadanos que vivan de manera subsidiada yo creo que no sería un horizonte deseable a largo plazo para el bien común».

Naturalmente, la jerarquía de la Iglesia católica española está en su derecho de mantener las posiciones políticas que desee y es lógico que lo haga, teniendo tantos privilegios heredados de la dictadura que le conviene proteger. Sin embargo, me parece que la declaración que ha hecho su portavoz se puede considerar objetivamente como tramposa, cínica y tan falsa y oportunista que incluso es contraria a la propia doctrina católica y a lo que propone Cáritas, que es la organización a la que los propios obispos españoles confían la lucha contra la pobreza. A continuación, justifico mi opinión.

Declaración tramposa

Los obispos han hecho una declaración tramposa porque la renta básica, ingreso mínimo, renta de inserción… o como se quiera llamar a lo que va a aprobar el gobierno ya existe en todas las comunidades autónomas de España, gobernadas por partidos de distinto signo.

Lo único que ahora parece que pretende hacer el gobierno es establecer en España lo que ya existe en todos los países miembros de la Unión Europea, un ingreso o renta mínima nacional para combatir la pobreza, algo que en nuestro país (y esto sí que es criticable) no existe porque lo que tenemos son rentas mínimas en todas las comunidades autónomas, aunque con distinto nombre, condiciones y contenido y conformando todas ellas un conjunto (más bien una maraña) con grandes deficiencias, inequidades y disfuncionalidades que sí conviene reformar.

Por lo tanto, los obispos españoles hacen trampa cuando se meten en el rifirrafe contra el gobierno con la excusa de estar preocupados porque haya «grupos amplios de cuidadanos que vivan de manera subsidiada», como ha dicho su portavoz.

Son tramposos porque están criticando como si fuera nuevo lo que ya existe. Si su preocupación por esa situación fuese sincera la hubieran expresado ya hace tiempo en todas las comunidades autónomas y no ahora; y, además, habrían criticado ese ingreso mínimo o renta básica no sólo en España sino en toda Europa.

¿Por qué lo hacen ahora, justo en este momento político? Obviamente, no puedo saber las intenciones de sus eminencias pero, en fin, es como eso de que sale de una vaca, es blanca y se mete en una botella…

Declaración cínica

Además de tramposa, la declaración de los obispos españoles es cínica porque la institución que recibe más subsidios en España y la que tiene más privilegios democráticamente injustificables, y a diferencia de lo que ocurre en cualquier otro país europeo, es precisamente la Iglesia Católica.

Sin necesidad de entrar en el debate de si una parte del dinero que recibe del Estado es como contraprestación a servicios que realiza a la sociedad (algo que es bastante discutible pero que incluso puedo dar por bueno), lo cierto es que la Iglesia Católica tiene en España una financiación privilegiada que se puede considerar como un auténtico subsidio: entre otros, multitud de exenciones fiscales, el pago a sacerdotes o la posibilidad de inmatricular propiedades (se ha calculado que se ha apropiado de unas 100.000 desde que la dictadura franquista le permitió quedarse con ellas sólo con que el obispo correspondiente certificara que era suya).

Es muy cínico, pues, que los obispos españoles se preocupen ahora porque las personas sin empleo ni ingreso puedan recibir un subsidio para sobrevivir cuando su Iglesia católica española no podría vivir como vive ni hacer lo que hace si no fuera por los subsidios que recibe del Estado.

Y es particularmente cínico que la Conferencia Episcopal haga esa crítica cuando la jerarquía católica española hace un uso tan poco ejemplar del dinero que recibe del Estado. Por ejemplo, cuando dedica más dinero (10 millones de euros últimamente y más en años anteriores) a una cadena de televisión derechista y muy deficitaria (13TV) que a Cáritas (6 millones).

Declaración tan falsa y oportunista que incluso es contraria a la doctrina de la Iglesia y a lo que propone Cáritas

Con tal de atacar al gobierno, los obispos españoles se saltan a la torera su propia doctrina.

El Papa Francisco acaba de reclamar hace unos días un «salario universal» para «garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos». Una reivindicación que, en puridad, es mucho más radical que la de una renta básica pues implica que el precio del trabajo no se fije en función de la oferta y la demanda en los mercados sino de tal manera que «reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan» quienes «viven el día a día sin ningún tipo de garantías legales que los proteja». Esta reivindicación del Papa de un salario universal (que no sería de mercado porque el mercado de trabajo no funciona para dignificar y reconocer la nobleza de las tareas humanas) se corresponde con una amplia tradición doctrinal de la Iglesia Católica que siempre ha concebido el derecho al trabajo de todas las personas como «un derecho fundamental» puesto que se considera que el trabajo es un instrumento insustituible de humanización (Juan Pablo II, Laboren Exercem). Y siendo el derecho a trabajar un derecho fundamental que se supone que siempre debe estar garantizado, lo lógico es que «la vida digna en el plano material, cultural y espiritual» (Pablo VI Octogesima Adveniens, 14) que la Iglesia católica defiende para todas las personas se garantice a través de un salario o remuneración del trabajo justos, eso sí, «teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común» Pablo VI, Gaudium et Spes, 67).

Y Juan Pablo II señaló en una de sus encíclicas que, si no se disfruta de ese derecho fundamental al trabajo de donde nace la remuneración justa que garantiza una vida digna, el Estado tiene «la obligación de prestar subsidio a favor de los desocupados, es decir, el deber de otorgar las convenientes subvenciones indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias» (Juan Pablo II, Laborem Exercens, 18a).

Es cierto que eso no es defender un ingreso mínimo o renta básica para cualquiera que carezca de recursos y no pueda sobrevivir dignamente, sino un subsidio de desempleo para quienes habiendo estado ocupados han perdido el empleo. Pero ¿qué ocurre, entonces, cuando hay personas que no tienen los recursos necesarios para sobrevivir porque el Estado no cumple con esa obligación de concederle el subsidio de desempleo al ser despedidos involuntariamente (un millón de parados en España no recibe ayudas) o cuando, por cualquier otra circunstancia indeseada, no encuentran empleo? Para los obispos españoles está claro: esas personas empobrecidas deben mantenerse en la indigencia o vivir de la caridad. El gobierno, como antes todas las comunidades autónomas y todos los gobiernos europeos sin excepción, trata de evitar -con más eficacia de la que se consigue hasta ahora- que quienes estén en esa situación permanezcan en la pobreza. Y esto le parece mal a los obispos españoles, unos señores que en nombre de Dios se llenan la boca pregonando justicia, amor al prójimo, solidaridad, generosidad o paz.

La prueba palpable de que la propuesta que acaban de hacer los obispos españoles (dejar sin ingreso mínimo a las personas que no están empleadas y carecen de rentas una vez que pase la crisis del coronavirus) es contraria a su propia doctrina la ofrece Cáritas, la organización católica que tan ejemplar y esforzadamente se dedica a combatir la pobreza y a tratar de remediar el daño que produce a tantas personas.

Basta dedicar unos minutos a indagar en Google o en cualquier otro buscador para encontrar pruebas de que, quienes de verdad siguen la doctrina católica y luchan día a día contra la pobreza como hace Cáritas, sí defienden un ingreso o renta mínimos, antes y después de la crisis del coronavirus. Yo ofrezco modestamente estas primeras que he encontrado sobre la marcha por si de su lectura pudiera brotarles a sus eminencias algo de arrepentimiento y propósito de la enmienda:

Cáritas seguirá promoviendo la renta mínima garantizada

Cáritas pide que los Presupuestos de 2020 amplíen la cobertura de la Renta Mínima y un plan de apoyo a las familias

Cáritas solicita la renta básica como garantía para erradicar la pobreza

Cáritas edita un manual de referencia sobre el actual marco legal de la protección social en España (…) la autora propone la articulación de un marco legal básico de garantía de mínimos para todo el territorio

Cáritas insiste en establecer un Ingreso Mínimo Garantizado que proteja a las familias más golpeadas por el coronavirus. Urge al Gobierno a establecer un IMG equivalente para todo el Estado y que se mantenga en el futuro

Cáritas: La propuesta de ingreso mínimo garantizado para la inclusión no puede quedar circunscrita a la actual crisis que estamos atravesando

Como he dicho antes, los obispos están en su derecho de militar contra el gobierno y de defender sus intereses y privilegios. Por mí pueden seguir haciéndolo pero, como acabo de demostrar, lo que han hecho con esta declaración es muy feo. Si de verdad creen en el infierno y en todo lo que predican yo les aconsejo humildemente que vayan corriendo a confesarse.

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10 comentarios

UN LECTOR 22 de abril de 2020 at 11:42

Buenos días:
Ud. es lo bastante inteligente como para saber que en el texto de la Conferencia Episcopal, hay un trasfondo humanista y vertebrador de la existencia humana a través de la independencia personal, del libre albedrío. Para tener independencia de criterio hay que disponer de independencia económica. Y Ud. lo sabe muy muy bien. Y vivir de la “paguita” del Estado no ayuda en eso, bien al contrario, nos infantiliza y nos embrutece.
Por eso me producido profunda tristeza que no haya ahondado en el texto episcopal.

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Francisco 25 de abril de 2020 at 11:13

El economista Guy Standing uno de los padres teóricos de la renta básica universal a la siguiente pregunta: ¿Cómo se explica que esta idea suya tenga ahora tantos partidarios?, afirma lo siguiente:
«Porque el sistema económico ya se encontraba en un embrollo terrible. Un sistema que yo llamo capitalismo rentista. Y los ocho gigantes de este sistema son cada vez mayores y más amenazadores: la desigualdad, la inseguridad, la deuda, el estrés, la precariedad, la automatización, el riesgo de extinción y el populismo neofascista debilitan al sistema enormemente. Y sólo ha hecho falta un desencadenante como esta pandemia para desatar una crisis económica de terribles dimensiones. La situación es muy frágil. Y, si los políticos no responden con firmeza, tendremos una crisis enorme, mucho peor que la de 2008 en Grecia o España. Podríamos llegar a un desempleo del 30%. No debemos pensárnoslo dos veces. Debo decir que me impresionaron las declaraciones del vicepresidente catalán, Pere Aragonès; parece entender que es necesaria una renta básica universal. En cambio, me preocupan los cautos políticos de Madrid, capaces de salir ahora con ayudas destinadas a los llamados pobres, en lugar de proponer una renta básica universal. Si actúan así, España tendrá muchos más problemas. Espero que tengan el coraje suficiente para implantar la renta básica universal.»
Señor Torres lo que va a hacer el Gobierno no es una renta básica universal, por eso es criticable, como lo hace Guy Standing .No se rompa las vestiduras, nadie queremos subsidios permanentes para pobres, usted tampoco… esto va contra la dignidad de la persona y no libera sino esclaviza si es permanente. No sé por qué se escandaliza con las palabras de Luis Argüello… La Renta Básica universal si puede ser «liberadora» y es alternativa a los subsidios que es lo que va a hacer el Gobierno.
Los siguientes artículos son muy clarificadores .
La renta básica universal como alternativa a los subsidios condicionales:
https://www.enriquedans.com/2016/09/la-renta-basica-universal-como-alternativa-a-los-subsidios-condicionales.html
“La renta básica universal sería maravillosamente liberadora”. Entrevista a Guy Standing
http://www.redrentabasica.org/rb/la-renta-basica-universal-seria-maravillosamente-liberadora-entrevista-a-guy-standing/

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Juan Torres López 25 de abril de 2020 at 12:02

Estimado Francisco, con todos los respetos, no puedo comprender que se pueda pensar que darle a todas las personas 700 u 800 euros hoy día sea algo «maravillosamente liberador». Sería, sin duda, una ayuda importantísima, fundamental, pero ni es lo suficiente, ni resuelve todo, ni evitaría que siguieran dándose carencias fundamentales en una parte muy grande de la sociedad. Saludos cordiales!

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jaime67 25 de abril de 2020 at 15:14

Adjunto un link en relacion a la Renta Basica Universal, aunque podria a;adir cincuenta mas como ejemplo.
https://www.sinpermiso.info/textos/una-renta-basica-en-la-actual-situacion-y-mas-alla-de-momento-gana-la-banca
La encuentro imprescindible la Renta Basica Universal.
Ya se que a usted y a mi gran querido Vicens Navarro, / que los sigo hace mas de 10 a;os / no le hace gracia la RBU.
Si se ve caro, por favor mirar este video es una obra de arte, lo que hace la FED eso si que es una autentica mierda al igual que el BCE.
https://www.youtube.com/watch?v=6-sBupBb0a8
Por favor escuchar el final del video a Michael Hudson.
Eso si me preocupa que Espa;a pase por la bajada de pantalones del BCE como en el a;o 2008.
Un saludo, y te sigo hace 10 a;os o mas y me encantas, pero tambien soy critico, con todo lo que leo.

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FRANCISCO REY ALAMILLO 25 de abril de 2020 at 18:02

Claro que no resuelve todo. Lógicamente el ser humano tenemos que enfrentarnos al dolor, a la muerte, a nuestro propio egoísmo, a la esclavitud de millones de niños que fabrican productos que consumimos barato, al hambre y la enfermedades ya superadas por la ciencia que padecen millones de inocentes, a la guerra de fuertes contra débiles, a la guerras que provocamos para robar los recursos de países empobrecidos, con quienes tenemos una deuda inmensa, no ellos con nosotros… Y esto lo genera este sistema económico genocida que mata, exprime y descarta a los empobrecidos, que no duda usted valientemente en denunciar y del que nos servimos los mas privilegiados que vivimos en Europa. Un verdadero holocausto que se alimenta de la sangre de los pobres y potenciamos con nuestras formas de vida o cuando ponemos nuestros conocimientos intelectuales al servicio de las grandes multinacionales, el sistema financiero, intereses mezquinos y no al servicio del pueblo empobrecido.
La renta básica universal pienso que es parte del camino, para generar espacios de libertad para muchas familias que viven el infierno de no saber si mañana comerán tus hijos, y permitirá espacios de creatividad de lucha social solidaria internacional, que permitan enfrentarse a las cadenas de la precarización en la sociedad de la información y por eso es camino liberador, y trae consigo nuevas posibilidades liberadoras para las miles de personas que trabajan en la economía informal mas de 12 horas al día. Es liberador , porque quita el miedo existencial y permite un espacio de libertad por derecho, no por concesiones del Estado.
Con la automatización y la Inteligencia Artificial la mitad de los puestos de trabajo desaparecerán . La mitad de los empleos desaparecerán pero no el trabajo humano.
Nunca hubo tanta automatización y tecnología , nunca tuvimos tanta esclavitud . Nunca tantos tuvieron tan poco, y tan pocos tuvieron tanto. La tecnología de nuestra generación, patrimonio del conocimiento de toda la humanidad, de los empobrecidos especialmente , al servicio del capitalismo especulativo ha generado las mayores desigualdades de la historia. El cambio de época necesita un cambio en la nueva sociedad de la robotización y la inteligencia artificial . Y estoy de acuerdo en lo fundamental que usted defiende: una fiscalidad más justa, evitar el endeudamiento con los bancos privados, necesidad de banca pública que no se sirva de la usura, reducción de las horas de trabajo, LUCHAR POR EL BIEN CÓMUN y no el interés de unos pocos etc… pero sobre todo necesitamos de un CULTURA SOLIDARIA, ahora vuelve a verse brotes de ello, que embellece la vida social y se respira buen aliento de justicia y fraternidad, frente al feroz individualismo que corrompe, de sálvese quien pueda, que alimenta este sistema.
La Renta Básica Universal no es la solución, pero es parte de la solución.
Se tiene derecho a poder vivir con dignidad, una vivienda, poder cubrir las necesidades básicas de todos, un salario básico para subsistir por derecho, por ser persona, por que es parte de su patrimonio, no porque se lo conceda el gobierno de turno , que pasará. No, con los subsidios quién paga exige y te quitan la libertad .
La Renta Básica Universal no es la solución, pero es parte de la solución. Al tiempo que protagoniza la lucha solidariamente y se organiza la sociedad por un salario justo y demás derechos fundamentales que no pueden ser letra mojada que conceda tal empresa, gobierno o Estado.
El movimiento obrero combatió el asistencialismo, el paternalismo que generaba sumisión y para ello crearon los obreros sus propias cajas de resistencia, la ayuda mutua y sus sindicatos… y su arma fue la CULTURA OBRERA y la SOLIDARIDAD INTERNACIONAL, no el nacionalismo burgués individualista.
Es parte de la solución, por tanto liberador, sí va unido a un cambio radical en nuestras formas de vidas y de lucha por un nuevo sistema económico al servicio del Bien Común. La riqueza , los bienes de la Tierra, el patrimonio de la Ciencia y la Tecnología de toda la historia de la humanidad, que se ha gestado durante muchas generaciones, pertenecen a todos ciudadanos por igual . La Renta Básica Universal, que cubre las necesidades básicas, es una forma justa de redistribución para toda persona, para la humanidad por ser ciudadano de este mundo, y tener derecho al patrimonio universal por derecho propio. El capital lo ha generado su trabajo, ayer y hoy…
Ello potenciará el trabajo solidario, la libertad, el empleo al servicio de una sociedad mas justa y fraterna… PAZ Y BIEN.

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Víctor. 6 de mayo de 2020 at 10:00

Con dolor, y muy a mi pesar, pues siempre he sido seguidor de este blog y lector de sus libros, al menos me ayudan en mi labor docente. Pero con dolor, digo con dolor no puedo entender que usted no se haya dignado leer las reflexiones de don Luis Argüello. Hace usted, casi de vocero de la Cadena Ser, que desde el principio hace una presentación sesgada de la noticia.
Don Luis Argüello no habla en nombre de los obispos, sino en el suyo propio, y plantea el hecho de que la renta ciudadana pueda ocultar el conflicto entre capital y trabajo. Desde luego, en el texto se posiciona, con la Doctrina Social de la Iglesia (Laborem exercens) con la tesis de que el trabajo está por encima del capital, entendiendo por trabajo la persona del trabajador.
Aquí le facilito el texto original: https://www.revistaecclesia.com/1o-de-mayo-renta-basica-y-doctrina-social-de-la-iglesia-por-luis-arguello/
También le dejo el dialogo mantenido con la filósofa Victoria Camps: https://www.youtube.com/watch?time_continue=88&v=7lTYDzlyGXE&feature=emb_logo, que no es precisamente una conservadora.

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Juan Torres López 9 de mayo de 2020 at 05:56

Cuando leí este comentario lamenté haber podido interpretar mal al Obispo Argüello. Incluso le escribí a quien me lo hizo para agradecerle que lo hiciera tan respetuosamente y la información y para decirle que escribiría en esta web una vez que leyera el texto que me recomendaba. Sin embargo, cuando lo leí comprobé que era posterior a las declaraciones que yo critiqué y, además, que en él no había una posición que permitiera comprobar que yo había interpretado mal sus palabras sobre la propuesta de ingreso mínimo del gobierno. El texto es una acumulación de juicios muy deslavazados y con bastante poca tesis y fundamento. Lo respeto pero, a mi parecer, no dice nada sustantivo. Esto fue lo que me llevó a no escribir nada.
Sin embargo, un par de días después he podido leer un comunicado de la Asociación española de teólogas y teólogos Juan XXIII ante la pandemia en la hace prácticamente la misma interpretación que yo de las declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal. Concretamente, dice la declaración: «Creemos que el Ingreso Mínimo Vital es un derecho de ciudadanía y como tal resulta imprescindible su reconocimiento y su aplicación inmediata para mantener la cohesión social y aliviar las escandalosas desigualdades y las situaciones de pobreza extrema permanente que vive la sociedad española. Por ello compartimos el malestar, e incluso la indignación, que han provocado las declaraciones de la Conferencia Episcopal Española a través de su secretario general en contra del salario mínimo permanente, que ninguno de los miembros del episcopado ha desmentido o cuestionado.»
Me reconforta saber que no he sido yo solo quien ha interpretado así a los obispos.
La declaración completa de esta asociación está aquí: http://www.redescristianas.net/declaracion-de-la-asociacion-espanola-de-teologas-y-teologos-juan-xxiii-ante-la-pandemia/

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Víctor 10 de mayo de 2020 at 14:11

Respondiendo, a usted y a Redes Cristianas, tenga en cuenta los comentarios de la Hoac, que por lo que leo en algún libro suyo son amigos de usted. https://www.hoac.es/2020/05/01/el-secretario-general-de-la-conferencia-episcopal-espanola-defiende-el-ingreso-minimo-vital-y-propone-un-nuevo-pacto-social/
Hay una cosa, que si me parece patente, monseñor Luis Argüello respeta y toma distancias del mundo económico, porque como el reconoce no es su competencia. En su caso, veo que usted no domina la exposición en el terreno de la ética y la antropología, con lo cual lleva a confundír ética, política e economía. Cada texto debe ser leído desde su propia clave hermenéutica.

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Víctor 10 de mayo de 2020 at 14:41

https://youtu.be/Gupm15WHUjY
Quizás se refiera este vídeo, no veo motivo para tanto “jaleo”. Luis, sobre la base de poner trabajo sobre capital, entiende que una renta básica permanente llevaría al Estado a ser el apagafuegos del capitalismo, mientras el capitalismo se frota las manos.
En otras palabras, yo entiendo que la renta básica está al mismo nivel que el reparto de trabajo. No son medidas de redistribución sino de restitución. De devolver a la sociedad los beneficios de la tecnología, que son patrimonio de todos.
El primer programa político del PSOE en 1879, con Pablo Iglesias decía que el objetivo era la “emancipación completa del proletariado”, no una renta universal a corto plazo.
Una renta básica podrá ser un medio, pero nunca un fin.

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Juan Torres López 10 de mayo de 2020 at 16:01

Me reitero en que una cosa es la declaración de Argüello sobre el ingreso mínimo (algo que cualquier persona leída sabe que no tiene nada que ver con la renta básica universal) y otra su escrito de días más tarde (y me reitero también en que este es un galimatías que sólo ofrece ideas deslabazadas y de mínima profundidad).
Que yo tenga a muy buenos amigos de Hoac y que admire y respete mucho el trabajo que hacen no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que dicen. En este caso, le han hecho un gran favor a Argüello porque le dan el orden, la profundidad y la sistemática que no tiene el texto que interpretan.
Por último, debo decir que yo puedo ser un ignorante en todo pero que lo que no hago es separar la ética, la política y la economía. Llevo toda mi vida defendiendo que la economía es política y ética. Yo, efectivamente, las con-fundo. Siempre analizo las cuestiones económicas desde todos los planos. Es posible que no domine ninguno pero no estoy seguro de que eso lleve a resultados peores que los que produce el separarlos.

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