Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Andalucía: 25M y el día después

Publicado en Sistema Digital el 23 de marzo de 2012

El próximo domingo 25 de marzo Andalucía se juega mucho.

A la vista de los recortes de derechos sociales que está llevando a cabo el PP en otras comunidades y en el gobierno central puede pensarse con bastante seguridad que su victoria electoral en Andalucía conllevaría pasos atrás muy considerables en los avances que se han hecho en las últimas tres décadas.El Partido Popular está empeñado en llevar a cabo una radical contrarreforma, no solo respecto a lo hecho por el último gobierno socialista, sino de buena parte de los presupuestos en los que está asentada nuestra ya de por sí débil democracia. Una pretensión que ya ha empezado a manifestarse en las normas que está imponiendo y en el anuncio de otras que van a seguirle y orientadas no solo a modificar aspectos económicos puntuales sino las bases del tejido institucional del Estado, las reglas de juego que hasta ahora se habían dado por buenas o incluso el disfrute de derechos individuales y sociales, como el de huelga, que se propone limitar. Y el sentido estratégico de sus reformas está quedando bien claro: fortalecer el poder oligárquico de los grupos de interés más poderosos, quizá modificar el equilibrio territorial entre las diferentes autonomías, y hacer desaparecer el carácter universal del mayor número posible de derechos sociales para poner su provisión en manos de la iniciativa privada sin renunciar, si hace falta para ello, a debilitar el ejercicio de derechos políticos básicos de los que depende la capacidad de decisión e intervención de los grupos sociales interesados en impedirlo.

No sabemos lo que pasará el domingo, pero además de saber lo que está haciendo el PP en otros lugares, hemos podido comprobar lo que ha ocurrido en nuestra tierra en los últimos años.

Por un lado, el PSOE ha liderado el que posiblemente ha sido el mayor cambio histórico de nuestra historia. Es evidente que este cambio ni ha sido quizá tan profundo como hubiera sido deseable ni ha permitido que cambie la posición de subalternidad de Andalucía respecto a  otros territorios e intereses sociales. Pero es una evidencia que en Andalucía se ha registrado un cambio social sin precedentes: basta comprobar cómo vivían los andaluces hace 30 o 35 años y cómo viven ahora, los servicios con los que cuentan, el porcentaje de población que va a escuelas, institutos o universidades, el alcance de los servicios sanitarios, el porcentaje de población que recibe pensiones o el tipo de actividad económica en el que están ocupados y los ingresos que reciben las familias andaluzas y, por encima de todo ello, la dignidad con la que pueden vivir ahora incluso los más desfavorecidos.

Insisto en que nada de ello debe llevar al conformismo, o a creer que Andalucía tiene todo resuelto porque no es así: perviven muchos de los problemas de siempre, desde la propiedad y el tipo de uso que se hace de la tierra hasta la falta de actividades económicas capaces de proporcionar el suficiente ingreso y valor añadido como para evitar el desempleo masivo o el trabajo demasiado precario, nuestra desvertebración económica y social, las desigualdades, las cifras espantosas de nuestro desempleo juvenil o las de fracaso escolar, que ya es, más que un simple riesgo, un peligro cierto de problemas graves en los años venideros…

Es verdad que queda mucho por resolver pero a poco que los andaluces seamos consciente de dónde venimos y de la herencia que ha dejado el poder reaccionario que hemos padecido durante generaciones podremos apreciar la magnitud y el valor de lo que hemos conquistado.

Sería injusto y ajeno a la realidad no reconocer que estos avances se han hecho siendo gobernada Andalucía por el Partido Socialista. Y es importante tener esto presente porque lo significativo es que disfrutamos de derechos y de condiciones de vida, a pesar de ser más pobres y de venir de una situación originariamente peor que la de otras comunidades, iguales o en mucho casos mejores que los de otros territorios gobernados por la derecha.

Sin embargo, también hay que tener presente que el propio Partido Socialista ha llegado al día de hoy como cansado, sin brío, y para colmo envuelto en escándalos, realmente no tan numerosos ni graves como los protagonizados por el PP o incluso por los nacionalistas catalanes en otras comunidades, pero suficientes como para generar un profundo rechazo en su base social y electoral. El PSOE andaluz se muestra derrotado e incapaz de darle la vuelta a los episodios de corrupción (aunque haya sido la propia Junta de Andalucía la que primero los haya combatido y pedido que se actúe contra sus responsables) o a una gestión de la crisis que no responde a los principios que inspiran su ideario. Y es eso, más que las propuestas del PP -que nadie ha podido conocer con mínima concreción- lo que ha producido en la sociedad andaluza un generalizado deseo de cambio.

En lugar de hacer frente a esta situación de desafecto con decisión, ni siquiera después de haber sufrido dos derrotas electorales estrepitosas, el Partido Socialista ha renunciando a la crítica de su propio comportamiento político y se empeña en ofrecer un discurso anodino y cansado en el que su base electoral no puede encontrar signo alguno de regeneración estratégica. Y aquí es donde radica la duda de lo que pueda pasar el 25M porque una parte de su base electoral rechaza este comportamiento del PSOE pero, al mismo tiempo, tiene miedo del PP puesto que sabe cada vez con más claridad que un gobierno en Andalucía como el de Moncloa, Valencia, Madrid o Galicia supondría que los andaluces perdieran derechos y conquistas sociales quizá ya para siempre.

Por otro lado, Izquierda Unida, a pesar de haber superado afortunadamente la fase de constantes conflictos internos, no ha conseguido impedir la deriva a la derecha del PSOE (algo que, en contra de lo que piensan algunos de sus dirigentes no le conviene a IU sino que le perjudica porque con ella es toda la sociedad la que se desplaza), no ha sido capaz de forjar liderazgos sociales que la hagan más atractiva al electorado de izquierdas, no ha logrado aumentar con fuerza su base electoral a pesar de la debacle socialista y ni siquiera termina de encontrarse con los nuevos movimientos sociales de rebeldía e indignación o de convergencia que se han generado en los últimos tiempos.

Un mal escenario porque, a pesar de esta situación, ambas fuerzas políticas son imprescindibles para evitar la catástrofe que supondría que ganase el PP por desidia electoral del voto de izquierdas.

No será lo mismo, como ya he dejado claro que es mi opinión, que el próximo domingo gane el PP o que no. Todo lo contrario. Pero, pase lo que pase, creo que tanto el PSOE como IU tienen ante sí un compromiso esencial a partir del día 26.

Con independencia del resultado, deberían mirarse a sí mismos y reconocer que necesitan un profundo cambio de actitud política, de discurso y de proyección social. En mi opinión, deberían asumir un compromiso concreto y operativo de regenerarse y de regenerar la vida política en Andalucía y de avanzar juntos en su transformación socioeconómica. Deberían comprometerse a ayudar a la consolidación de nuevos espacios y protagonistas de la vida política, abriendo un amplio debate social y relacionándose más amigablemente con la ciudadanía. Y tienen la obligación de poner en negro sobre blanco un proyecto político con propuestas concretas que haga frente a todo lo que está pasando sin renunciar a derechos sociales y al bienestar conseguido pero que, al mismo tiempo, combata todas nuestras debilidades: la incapacidad de generar, como he dicho, la suficiente actividad e ingreso, al conformismo con el fracaso o el retraso social, nuestra dependencia frente a intereses extraños o frente a nuestra propia tendencia a dejarnos gobernar o subvencionar sin demasiadas exigencias, o  nuestra falta de inteligencia o voluntad para evitar que el modelo de expolio natural y depredación urbanística se convierta en motor del desarrollo (si es que a eso se le puede llamar así)… Y, por supuesto, deberían confabularse para decirle a la sociedad y asumir eso como un compromiso expreso, que se van a entregar a la limpieza de la vida pública y que van a evitar que en el futuro se de en Andalucía un solo caso más de corrupción.

Si gobierna finalmente el PP no me queda la más mínima duda de que será necesario que se forje una amplia convergencia de los de abajo para poner en marcha todo esto, puesto que solo un milagro que no cabe esperar haría que el PP no actuara en Andalucía con el mismo sentido antisocial de otros lugares. Y si el PSOE e IU, o además otras fuerzas progresistas, tienen la mayoría necesaria para gobernar sería también imprescindible pero con mucha más razón porque en esta coyuntura de emergencia política y económica es precisa la colaboración más estrecha de todos los partidos, los movimientos sociales y organizaciones cívicas, empresariales o sindicales opuestas al recorte brutal de derechos que viene de la mano del PP.

Ojalá que después del domingo próximo los andaluces no tengamos que arrepentirnos nunca de haber votado mal o de no haberlo hecho. Y si votamos bien, espero que las fuerzas progresistas estén a la altura de la responsabilidad unitaria que tenemos por delante.

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9 comentarios

Santiago Sanz 23 de marzo de 2012 at 16:37

Estoy asistiendo a un desmantelamiento de los principales derechos de los trabajadores ,Salud y Educación.
El PP está poniendo todo en poder de los oligarcas que siempre han habido en este pais.
Me duele ver ,que lo conseguido en tan solo 30 años se desmorona.
Pero esto es propio de la derecha mas rancia que hay en España.
Ante tanto desprecio por mi España ,la que ellos dicen defender ,solo me llega a la mente una frase ,»que inventen ellos «.

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Luis Angel AGUILAR 23 de marzo de 2012 at 16:56

Enviado a Meneame, por si los seguidores de este blog quieren votar la noticia. Está en http://www.meneame.net/story/andalucia-25m-dia-despues

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Rebelde con causa 23 de marzo de 2012 at 17:02

Ojalá no gane el PP por mayoría absoluta, pero tampoco quiero un pacto Psoe IU al menos que se consiga el pleno empleo y una mejora en la sanidad y la educación así como en prestaciones sociales y ayudas a los parados en Andalucía. De no ser así no quiero pactos con el Psoe. Si las soluciones no nos llegan a los ciudadanos de forma directa no quiero saber nada del pacto psoe IU, entre otras cosas porque debemos SENTIRNOS beneficiados y representados y sería una sangría de votos para IU un pacto con el Psoe si los ciudadanos no percibimos el verdadero giro a la izquierda. Saludos.

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Antonio Gonzalez 23 de marzo de 2012 at 18:50

Torres, las estructuras politicas sufren de un aparente cansancio, no creo lo sea,
pienso que la gente se desencanta por la conviccion de que todo es un juego que
no vale la pena, que todo esta decidido y ya.
Con el sistema actual de democracia para tontos nada se puede conseguir, debe
de surgir otra cosa que realmente represente a la gente o crecera la crisis hasta
que no se aguante mas y los cambios seran violentos.

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MANUEL 23 de marzo de 2012 at 23:06

Querido y admirado Juan Torres:
Seguidor de sus opioniones y libros me decido a comentar su artículo porque tengo algunas discrepancias que creo van al fondo de su intervención y puedan tener algún interés anlítico.
Estoy completamente de acuerdo en que una victoria electoral del PP en Andalucía conllevaría una vuelta social y política a un cuasi franquismo sociológico de aplicación práctica en leyes totalmente regresivas, algunas ya propuestas. v El próximo domingo 25 de marzo Andalucía se juega mucho.
No estoy completamente de acuerdo en que sólo sea el PSOE el que » haya
liderado posiblemente el mayor cambio de nuestra historia». Ha habido infinidad de luchas de la clase trabajadora, de jornaleros, de sindicatos, de huelgas general, de sectores y parciales, de movilizaciones que han obligado, recalco obligado al PSOE realizar los mismos cambios en Andalucía que en el resto del Estado. Luego, considero que el protagonista primero es la clase trabajadora, cuando aún no estaba adormecida por los mass media, de los cambios que la clase política dominante tuvo que realizar. Como recordatorio baste la Reforma Agraria del propio PSOE que quedó en nada y guardada en un cajón y como anécdota la honorabilidad que por medio de la duquesa de Alba le ha dado a la clase terrateniente andaluza: la misma que ahora espera agazapada la llegada del PP, pero que con el PSOE siguió disfrutando de subvenciones y prevendas múltiples.
Estaría bueno que después de 30 años de gobierno, aún los más desfavorecidos no vivieran con dignidad. Se ha avanzado indudablemente en sanidad, educación, etc, … probablemente no menos que en otras Comunidades.
Pero también hay que recordar que ha sido el PSOE el que hizo el prólogo duro de la reforma laboral del PP (y aquí en Andalucía el PSOE sin rechistar cuando es la Comunidad con más parados de España). Y sin duda, no olvidemos el Subsidio Agrario de Desempleo, hoy disminuido a límites de supervivencia para las personas que lo perciben, endurecidas las condiciones para obtenerlo.
El Partido Socialista no ha llegado cansado. Simplemente ha llegado ezquizofrénico. Un partido socialdemocráta que ha visto como desde su Gobierno Central se ha plegado a los intereses del capital no tiene ninguna autoridad política para propugnar ninguna política de cambio. Tuvo en sus manos cambiar Andalucía y España en muchas cuestiones que serían largas de analizar y no las ha hecho.
Que haya renunciado a hacer una autocrítica es lógico. ¿ Quienes la iban a hacer ? ¿ La propia clase dirigente del Partido se iba a inmolar en pro de una mayor democracia ? No lo creo en absoluto, siendo practicamente las mismas personas, más los advenedizos sobrevenidos, las que han liderado el Partido en estos 30 años, desde Sevilla y desde Madrid, desde la imagen público o desde la influencia interna.
No es posible, ni creíble para nadie que hoy el Partido Socialista que hace unos meses ha dejado de gobernar España pueda ofrecer una alternativa – ni siquiera una alternancia al PP- porque en política económica estaba haciendo la misma que este y en cuestiones sociales si he de reconocer que hay matices y diferencias. Pero, en lo esencial, en el dinero: la misma política. De ahí el descrédito porque eso lo saben los ciudadanos al igual que las corrupciones que afloran de ambos partidos.
¿ Quién podría/debería recoger el desencanto de la base social minimamente de izquierdas ? Sin duda Izquierda Unida, a pesar como dices, de sus diferencias internas. No hemos de olvidar el tremendo perjuicio que el sistema electoral actual le causa, ni el ninguneo habitual de los medios de comunicación, ni efectivamente el no saber encauzar la rebeldía de los movimientos sociales, concretamente del 15-M-
Sobre este último viéndolo positivo en si mismo, ese apoliticismo organizativo puede llevar a que la ciudadanía se desfogue inutilmente en la calle y políticamente no se llegue a cambiar nada. Es una opinión que habría que matizar y no puedo extenderme tanto en este comentario.
También soy del mismo criterio de que a partir del día 26, como se dice en los últimos párrafos tanto PSOE como IU deben reflexionar sobre todo lo expresado, pero estoy en desacuerdo en esa mutua «confabulación». Cada vez que IU se ha acercado al PSOE ha perdido votos y credibilidad.
IU tiene y debe ser un proyecto absolutamente diferenciado política y sociologicamente del PSOE dada la trayectoria historica de ambos partidos. Somos, creo, muchos los que esperamos de Izquierda Unida un clarificación de sus propuestas, mayor valentía y claridad de las mismas y más acercamiento a la realidad de su electorado y votantes. Por tanto, colaboración si, pacto ninguno.
Porque bajo el paragüas de «fuerzas progresistas» se acogen «fuerzas» que solo buscan su propio progreso. Y cambiemos tambien la significancia del progreso.
¿ Qué progreso ? ¿ para quiénes ? ¿hacía dónde ? ¿ En que consiste el progreso ?
Son preguntas que tienen distintas respuestas condicionadas por el ideario político de cada cual y de cada colectivo. Luego ni es una palabra neutra ni aglutinante.
El progresismo ha sido utilizado, manipulado, vapuleado y vendido por el PSOE.
Luchemos pues contra el integrismo, el retroceso social, luchemos desde cada fuerza y desde las posibles coincidencias, pero desde la más absoluta independencia.
Yo desearía, aunque no lo espero, que la clase trabajadora y andaluza votase a fuerzas políticas que defiendan, de verdad, sus intereses. Que analicen la práctica política de cada partido y voten en consecuencia.
No confío mucho en ello. Hitler salió de las urnas.
Un saludo afectuoso.
Manolo

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Eugenio 24 de marzo de 2012 at 09:07

Lo que va a pasar es inevitable. Las cúpulas de los partidos y sindicatos (en este caso me refiero a Psoe, IU, CCOO y UGT), deben hacer una profunda reflexión, si no la están haciendo ya, y cambiar, ya sea de «chip» o de personas…

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maputxe 24 de marzo de 2012 at 11:14

Profesor Torres y el comentario de manolo, sois, de verdad, el pozo de agua fresca en el desierto.
Gracias

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Juan Antonio 24 de marzo de 2012 at 22:12

Esperemos que los andaluces voten por el progreso, lo importante es si veremos a los partidos de izquierda junto a los movimientos sociales y todos juntos apadrinando las propuestas de reformas que necesita el país.
O damos una verdadera valoración al voto que se emite a los partidos minoritarios, o la democracia estara vacia de contenido para millones de españoles.
Conozco a cientos de personas, que estan cansadas de admitir la desvalorización de su voto, de durar esta situación, se aumentara significativamente la abstención progresista.
La pregunta sería: ¿apoyaría el Psoe una propuesta en este sentido, o sigue pensando en mantener las prebendas del bipartidismo, discriminando, al igual que el PP, a cientos de miles de votantes progresistas? ….La respuesta, la tienen sus militantes, pero sobre todo sus dirigentes y entre estos no conozco a ninguno que este a favor de este derecho.
Hace falta mucho corage.
Un saludo

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cayetano 30 de marzo de 2012 at 17:44

tal y como le envié en un email tanto a usted como al maestro Vinçens la noche del día 23, los resultados y las tendencias analizadas han coincidido plenamente con lo planteado en éste, y en cuanto al ¿qué hacer?, en mi opinión va más en sintonía con lo planteado por «rebelde con causa», como hemos visto los giros a la izquierda en el PSOE son necesarios, tan necesarios que el PP propone acuerdos de gobierno al PSOE desde el planteamiento que son más las cuestiones que lo acercan al PP, y que las distancias entre

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