Recibo una carta abierta del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans que me parece respetuosa y que aclara algunas cuestiones que posiblemente yo malinterpreté de su acción ante la Vicepresidenta del Gobierno. Si es así, no tengo inconveniente en pedirles disculpas como hago a continuación
Respuesta pública del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) de la Universitat de València al profesor Juan Torres López.
El pasado 27 de febrero recibimos con sorpresa su carta abierta rechazando nuestra invitación a participar en una jornada sobre La Revolución Bolivariana. Pensamos que esta reacción es consecuencia de una confusión y por eso empezamos esta carta con unas consideraciones previas:
– Creemos que se ha precipitado al difundir por Internet una serie de difamaciones sin contactar con nuestro sindicato ni analizar críticamente la información publicada en los medios de comunicación.
– El SEPC somos un sindicato formado por cientos de militantes, con asambleas en todas las universidades públicas de los Países Catalanes y en decenas de centros de educación secundaria. Somos el resultado de la confluencia orgánica de diversas asociaciones estudiantiles, llevamos más de 25 años de experiencia de sindicalismo estudiantil a nuestras espaldas y consideramos que realizamos un trabajo serio y productivo tanto en las instituciones oficiales como fuera de estas. En concreto, en la Universitat de València somos el sindicato más activo en todos los aspectos y actualmente somos de los pocos estudiantes que participamos en las Comisiones Elaboradoras de los Planes de Estudio con el objetivo de evitar que se apliquen los criterios mercantilistas del llamado Proceso de Bolonia. Este es simplemente un ejemplo del trabajo que realizan nuestros militantes, pero todavía podríamos citar más, como la participación en las Juntas de Facultad, Claustro, “Consell de Govern”,… y sobre todo la lucha al margen de las instituciones, organizando movilizaciones o jornadas en torno a los 5 ejes en los que se estructura nuestra organización (Educación Pública, Popular, Catalana, Antipatriarcal y de Calidad). En este sentido nos ha hecho daño que trate a nuestra organización como si de un grupúsculo ingenuo e inmaduro se tratara. Sabemos que no somos perfectos, pero difundir determinadas afirmaciones sobre un sindicato tan amplio como el nuestro por una actuación concreta en una facultad concreta, sin contrastar las informaciones, nos parece una reacción desmedida e injusta que desprestigia a cientos de personas que día a día invierten tiempo y esfuerzos por defender los derechos de los estudiantes sin ningún tipo de remuneración económica. Sobre los hechos concretosEl 26 de febrero la vicepresidenta del gobierno central, Maria Teresa Fernández de la Vega, visitó la Facultad de Derecho de la Universitat de València para realizar un míting electoral y pedir el voto a los estudiantes valencianos para su candidatura. Recordamos que esta persona es responsable de la privatización encubierta de la educación que supone la creación del Espacio Europeo de Educación Superior y que solamente se ha dignado a visitar nuestra Universidad por motivos electoralistas. Pero a parte de todo esto queremos comentar el fondo y la forma de la protesta:
– Rectificar es de sabios. Des del SEPC de la Universitat de València no tenemos ningún complejo en reconocer nuestros errores. Pensamos que esta actitud demuestra seriedad y madurez política. Por eso no dudamos en compartir con usted algunas de sus reflexiones. Es cierto que el lema de la protesta no fue el más adecuado. Nosotros somos políticos y hacemos política en la Universidad, por tanto el lema «fora polítics de la Universitat» es un error que no se debe volver a repetir. Nosotros no queremos centros educativos apolíticos y «neutrales», como usted insinúa. Apostamos por una educación popular, transformadora, no dogmática, pero sí motor de cambio social y de capacitación de ciudadanos conscientes y activos, críticos y participativos. A parte de todo esto, coincidirá con nosotros en que errar en el lema de la pancarta no es argumento suficiente para criminalizar una protesta totalmente legítima, para mostrar nuestro rechazo pacíficamente a la política educativa del gobierno español.
– En segundo lugar consideramos que sus afirmaciones sobre la forma de la protesta no tienen ningún fundamento. Los militantes del SEPC simplemente sacaron una pancarta a una distancia más que prudencial de Maria Teresa Fernández de la Vega. En ningún momento se trató de impedir el acto del PSOE ni se coartó la libertad de expresión de ninguno de los asistentes al míting. Creemos que sus acusaciones al respecto, tratándonos de «totalitarios» y «fascistas», son muy graves y indemostrables. Protestar de manera cívica es un derecho totalmente democrático. Le pedimos que, al igual que lo hacemos nosotros, reconozca sus errores al hacer determinadas acusaciones, dejándose influenciar por unos medios de comunicación y por un partido que inventa falsas agresiones en busca de un rédito electoral. Sobre las consecuencias de su cartaEl hecho de haber publicado una carta abierta de estas características en diversos portales de Internet ha generado diversas intoxicaciones e insultos que pensamos que no beneficien a nadie. En este sentido haremos dos apuntes:
– No aceptamos ni compartimos los graves insultos contra su persona. Desde la publicación de esta carta se han publicado decenas de comentarios anónimos por Internet defendiendo a nuestro Sindicato i acusándole a usted de ser un «reformista», «aliado del capital», «vendido» y muchas otras tonterías que no compartimos. Conocemos sus escritos y trabajos y es por eso que nuestra asamblea de la Facultad de Economia decidió contactar con usted para hacer una conferencia. Desmentimos en cualquier caso los rumores que dicen que el SEPC reconoce que se equivocó invitando a una persona de estas características. No pensamos que usted sea ningún enemigo nuestro ni que su carta lo sitúe en «el otro lado de la barricada».
– Por otro lado, denunciamos que determinadas personas hayan aprovechado esta carta para atacar al SEPC sin ningún tipo de argumentación razonada, y criticando al independentismo cuando es una cuestión que nada tenía que ver con la carta. Nos parece lamentable esta utilización de la coyuntura creada y esperamos que usted sea consciente de a quién les ha servido su actuación.Terminamos esta carta des de la humildad, reiterando nuestras rectificaciones en aquellas cuestiones que ya se han indicado, pero esperando usted también sepa ver sus errores, tanto en contenido como en forma. Para acabar le recordamos que nuestra invitación sigue en pie y esperamos poder disfrutar de su conferencia en la Universitat de València.
Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans – Universitat de ValènciaValència, 10 de març de 2008
Y ahí va mi respuesta
Estimados amigos del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans:
Agradezco muchísimo la respuesta que recibo, el respeto que manifiesta la carta, la consideración hacia mi persona a pesar de mi crítica y la mano tendida que se me ofrece. Con independencia de otras consideraciones que enseguida hago, creo que la reacción del Sindicato a través de esta carta es una muestra palpable de madurez, de seriedad política y de comportamiento democrático. Muchas gracias.
Como es natural, me veo en la obligación de matizar algunas cuestiones, no tanto con ánimo de polemizar como de aclarar aspectos que considero esenciales:
a) Reconozco que una buena parte de la polémica y de la crítica se hubieran evitado si en lugar de haber utilizado una carta abierta me hubiera dirigido directa o privadamente al Sindicato. Pido disculpas a todos sus afiliados por el daño que este comportamiento mío haya podido producir. En mi descargo solo puedo decir que consideré desde el primer momento que no se trataba de una cuestión personal o privada sino política que era de interés colectivo y, además, que como sabe quien me conoce, siempre traslado al espacio público a través de mi web lo que pienso y lo que critico.
b) Es verdad que la información sobre el acto en el que se produjo la acción del Sindicato que critiqué la tomé de diversos medios de comunicación (no solo, por cierto, de El País). Pero también de la página web del sindicato en la que leí: “Davant aquesta visita el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans ha mostrat el seu rebuig a aquestes eleccions no democràtiques, així com a la classe política que participa en elles, desplegant una pancarta, amb el lema «Açò no és espanya, fora polítics de la universitat». En el transcurs d’aquesta acció s’han cridant lemes contra la implantació de l’EEES (Espai Europeu d’Ensenyament Superior) promogudes per l’actual govern espanyol”. Eso me llevó a corroborar lo que había leído en otros medios.
c) Mantengo mi desacuerdo sobre el rechazo global a la clase política que ha participado en las elecciones. Creo que es una generalización simplista sobre la que el Sindicato quizá debería reflexionar críticamente, como lo ha hecho, y me alegro, en relación al texto concreto de la pancarta que exhibió. Creo sinceramente que esa posición política no contribuye positivamente a la transformación social liberadora.
d) Puedo aceptar que la acción del Sindicato el día de la visita de la vicepresidenta del gobierno (a quien, por cierto, no considero ni mucho menos “responsable de la privatización encubierta de la educación que supone la creación del Espacio Europeo de Educación Superior”, como dice el Sindicato) no fuese “para tanto”, como más o menos se viene ahora a argumentar. Me alegro de que pudiera ser así y en ese caso reitero de nuevo mis disculpas por haber entendido que se trataba de una acción de diferente tono y naturaleza. En todo caso, quizá el Sindicato debiera reflexionar sobre una cuestión que me parece importante: a la hora de llevar a cabo acciones de denuncia, no solo es preciso definir bien y tener en cuenta lo que se pretende sino el tipo de interpretación que se va a hacer de ellas, sobre todo, tendiendo en cuenta el tipo de cobertura informativa que hoy día establecen los medios de comunicación. Desgraciadamente, no basta con saber que los medios están dominados por los grandes poderes sino que hay que aprender a actuar en el entorno de mediación y de mediadores sociales realmente existente y a crear otros alternativos adecuados para procurar que entre la acción y su percepción social no haya disonancias perturbadoras. O apendemos a hacerlo o solo nos entendrán bien los que dispongan de los mismos códigos de interpretación que nosotros, es decir, los «nuestros», a menudo muy pocos, a veces solo nosotros mismos.
e) También quiero manifestar y denunciar el oportunismo de quienes han utilizado mis palabras para llevar al debate a otro ámbito y para atacar de modo genérico al Sindicato. Y me refiero concretamente a la extrema derecha que se suele ocultar en la posiciones localistas bien conocidas. Creo que las reivindicaciones independentistas son legítimas siempre y cuando no lleven consigo la negación de los derechos de quienes, en esos territorios, mantengan (con la misma legitimación) aspiraciones nacionales diferentes.
En definitiva, si el Sindicato entiende que su actuación se realizó en el ámbito del respeto a los adversarios, que ni pretendió afectar ni afectó a la libertad de expresión de nadie, que no quiso violentar ni violentó la manifestación de otras expresiones políticas yo le pido disculpas por mis acusaciones y retiro mi crítica a su comportamiento es ese acto; y al mismo tiempo de nuevo acepto gustoso la invitación que se me hace, que espero nos permita reflexionar no solo sobre la política y la economía en Venezuela sino quizá también sobre la manera de movilizar las conciencias y forjar una práctica que efectivamente contribuya de la manera más eficaz a que nuestro mundo sea más justo, democrático y solidario.
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