Lo primero que ha hecho el recién nombrado Presidente de la Junta de Andalucía después de celebrar el primero de sus consejos de gobierno ha sido reunirse con empresarios andaluces y representantes de multinacionales. No voy a entrar a valorar ese detalle. Por un lado me parece lógico que lo haga, tratándose de personas de las que en gran parte depende el progreso y el empleo andaluz. Por otro, creo que se podría haber aprovechado la coyuntura para subrayar el perfil más social del gobierno en estos momentos de crisis. Y, sobre todo, tengo la seguridad de que se podría haber dado mayor relieve a la presencia de las empresas de economía social, que representan casi el 15% del PIB andaluz y que tienen una gran capacidad potencial de crear aún más y mejor empleo.
En cualquier caso, lo que ahora quiero comentar es que a ese encuentro, como puede comprobarse en la foto, no asistió ni una sola mujer. Algo bochornoso y que me parece que se debería corregir cuanto antes.
En Andalucía hay muchas mujeres empresarias, una federación y asociaciones que las reúnen. Y, en todo caso, aunque ahora sean desde luego insuficientes, lo que hay que hacer no es hacerlas invisibles sino justo todo lo contrario, magnificar su presencia y darle más protagonismo para que las mujeres pioneras y más avanzadas en la vida empresarial sirvan de estímulo a todas las demás. Si este gobierno actuara para conseguir, por ejemplo, que se duplicara en Andalucía el número de mujeres empresarias (en empresas individuales, cooperativas, anónimas o de cualquier tipo) el empleo sí que entonces aumentaría de forma espectacular.
¿No se podría haber invitado a algunas de esas mujeres a la reunión? ¿Tan difícil es caer en que esa foto es toda una simple manifestación de machismo hoy día inaceptable? ¿No podían haber invitado, al menos, a la Consejera de Hacienda, aunque solo para que se comprobase que en Andalucía hay mujeres en puestos económicos relevantes?
Lo penoso es que este hecho va acompañado de otros que deberían hacer sonar las alertas.
El gobierno ha anunciado ya, siguiendo la propuesta de Griñán en su discurso de investidura, un programa urgente contra el paro basado en tres ejes: un plan de choque contra el desempleo de jóvenes y desempleados de larga duración que incorporará un programa en materia forestal, un programa de apoyo al empleo en la rehabilitación de viviendas, y la realización de obras en colegios públicos. Es decir, un programa del que solo se puede esperar que cree, en su inmensa mayoría, empleo masculino. No puede ser de otra manera porque va a actuar en sectores en donde, como es bien sabido, la especialización de la mano de obra -no voy a entrar ahora en por qué tipo de razones- hace que sean hombres los que ocupan la mayoría de los empleos.
¿Tan difícil hubiera sido incluir una estrategia de igualdad en este primer plan de choque? ¿Tan complicado es saber que hoy día la creación de un empleo femenino arrastra más empleo asociado que si el que sea que crea es masculino?
Pero no quedan ahí las cosas.
A lo anterior se une la desaparición de la Consejería de Igualdad en el organigrama del gobierno. Se dice que eso es irrelevante porque sus competencias pasan a la de Presidencia (¡estaría bueno que desparecieran!). Pero es que hoy día sabemos que las organizaciones y conferencias internacionales que analizan con más rigor y mejor conocimiento la forma de llevar a cabo las políticas de igualdad reclaman que sean organismos propios y especializados los encargados de ponerlas en marcha. Es lógico que así sea porque su fuerza se ve siempre diluida cuando, como ahora, pasan a formar parte de otros organismos que, por mucho poder que tengan, siempre contienen un mayor número de competencias y en los cuales, por tanto, las políticas de igualdad están siempre en posición secundaria.
Para finalizar resulta que el nuevo gobierno ya no es paritario (cinco mujeres frente a siete hombres) y que los primeros nombramientos incluso tienen un clamoroso sesgo masculino: en el primer consejo de gobierno se hicieron nueve nombramientos (ocho consejeros y el portavoz), de los que solo uno fue de una mujer (la viceconsejera de Justicia e Interior). Y hay que destacar que el peor comportamiento en cuanto a paridad lo tiene de momento Izquierda Unida, que ya ocupa seis cargos de entre los que solo hay una mujer, la consejera de Fomento y Vivienda (lo que representa un famélico 16,6% del total).
Estamos al principio de una larga andadura (eso espero) y hay tiempo, por tanto, para que el gobierno corrija estos errores. Pero estos primeros síntomas de anomalía nos advierten de que si no se produce una estrecha vigilancia y una presión constante, la actuación de este gobierno puede rodar por un mal camino. Por eso me parece preocupante que hasta el momento apenas si unas pocas voces críticas hayan expresado su preocupación por estos hechos.
¿No sería el momento de que las asociaciones feministas y de mujeres dijeran algo? La igualdad no es un regalo de nadie. La historia nos demuestra que los derechos cuesta mucho tiempo y sacrificio conquistarlos pero que se pierden en un momento. Las mujeres andaluzas no deberían bajar la guardia y hacer oír su voz con mayor contundencia.
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8 comentarios
Lo realmente machista es pretender que haya ahí alguna mujer en función de su entrepierna. Si tiene que haberla, que esté por méritos propios (y tener una asociación de mujeres «loquesea» no es un mérito; no hay gloria en ser el rey de los ciegos). Basta con tener una gran empresa y podrás asistir a las reuniones. Es fácil, no?
Claro, es mucho más lógico pensar que todos esos carcamales son brillantes mentes que están ahí por su brillantez… igual de brillantes que las que nos gobiernan. Así va el mundo, gobernado por listos varones!
Al Uzino: has dado en el clavo. Lo realmente machista es pretender obtener privilegios en función de una entrepierna. Supongo que antes de escribir esto te habrás preguntado cuáles son los méritos de los que aparecen en la foto ¿no?
Yo tambien estoy indignada. El nuevo gobierno va por malos derroteros.
Aunque parecía empezar con cierto avance, al sacar Igualdad de Asuntos Sociales. porque usted no está bien informado, nunca ha existido una Consejería de Igualdad estaba sumida en Asuntos Sociales (con dependencia, discapacidad, juventud, servicios sociales,…). La inclusión en una Consejería de mayor rango, es mas adecuado y por supuesto menos intolerable que estar unida a Asuntos Sociales.
Lo suyo hubiera sido que fuese una Consejería independiente.
Además los nombramientos 1 de 9 es vergonzoso, y en el plan de choque tiene usted toda la razon.
Mal empieza y los de IU los peores
La verdad es que la composición del nuevo gobierno andaluz es triste por la poca presencia femenina que existe, y en el caso de IU aún peor, pero es el reflejo de la sociedad en la que vivimos, soy de un pequeño pueblo de Jaén, y el papel que ocupa la mujer en la sociedad en muchas ocasiones, no siempre, esta limitado a la esfera de su casa, y por muchos años de lucha por parte de las mujeres, todavía la desigualdad entre hombres y mujeres se puede palpar.
Pudiendo coincidir en la preocupación que usted manifiesta y que sin duda el actual gobierno deberá modificar de inmediato ¡esperemos!, expone usted un razonamiento en cuanto a la Consejería de Igualdad que parte de una premisa errónea.
En Andalucía nunca ha existido una Consejería exclusiva y aútonoma de Igualdad, el PSOE nunca «lo ha considerado conveniente», aunque Directivas Europeas diversas así lo indican como preferente, además de ser una vieja reivindicación del Movimiento Feminista.
Eso sí, lo han publicitado tan bien, que su error es más que generalizado.
Aunque han dedicado una miseria dotación presupuestaria del 0,01% para políticas de igualdad de género, han parecido los adalides de la igualdad.
Las competencias de Igualdad han pasado por diversas Consejerías: han estado de Asuntos Sociales, luego pasaron a Presidencia, creo recordar que incluso estuvo en empleo y en las últimas legislaturas estuvieron englobadas en una Consejería denominada de «Igualdad y para el Bienestar Social», sin duda una ubicación políticamente incorrecta.
Lo digno, lo justo, el camino hacia una democracia real, que se le diera un rango de Consejería exclusiva y autonoma: Consejeria de Igualdad de Género, pero al parecer eso es demasiado pedir, incluso para una «gobierno de izquierdas».
Por prevalencia o prelación de Consejerías y por ubicación, sin duda, es más adecuado Presidencia que Bienestar Social.
Por lo demás me parece una reflexión adecuada y digna de difusión.
Los avances a las mujeres nos ha costado y nos cuesta años de lucha/trabajo y esfuerzo, y un acuerdo entre b/varones no puede/ no debe ponerlos en peligro
Dentro de las mujeres de IU hay mucho malestar con los nombramientos no paritarios en los dos primeros niveles institucionales; a saber, consejerías y portavocía del grupo parlamenteario, y en el segundo nivel las viceconsejerías. Ya ganan por goleada los hombres (6 a 1). Eso ya no tiene remedio porque aunque en los siguientes niveles se cumpla la paridad, ya se ha desequilibrado ésta en lo que a cuota de poder se refiere. Parece que los hombres de izquierdas tampoco son inmunes al pensamiento misógino pues hay muchas mujeres muy preparadas en IU y en los movimientos sociales cercanos que pueden desempeñar la función política tan bien como cualquier compañero. Animo al aparato de IU a reflexionar y a solucionar este desequilibrio cuanto antes.
Esta es la misma foto que se reproduce tantas veces, el consejo empresarial de la competitividad es otra verguenza…da igual Málaga, donde vivo, Andalucía, España, Europa…las fotos del poder siempre son las mismas…como tan acertadamente dice Amelia Valcárcel, vivimos en el espejismo de la igualdad…las mujeres no están ni en esa foto, ni en otras muchas…el último ejemplo que os puedo dar…El domingo, Cadena Ser, Hora 14, nos informa sobre las elecciones en Francia…y nos cuenta que uno de los candidatos en Francia ha ido a votar acompañado de su compañera y el otro candidato acompañado de su mujer.
Si se trata de diferenciar el tipo de unión, administrativa o no, de cada una de las parejas, en el segundo caso lo correcto sería nombrarla como su esposa y no como su mujer, puesto que ser mujer no una condición diferente a ser compañera, esposa sin embargo proviene haberse esposado, y es igualmente usado en masculino, esposo y esposa, no así hombre y mujer. La candidata fue acompañada de su compañero, sería normalmente utilizado, pero fue acompañada de su hombre….es evidente que no…Ser mujer, precedido por el el pronombre posesivo «su» pasa convertirse en un estado civil…
Quejarse por no estar en la foto…cuando seguimos siendo tratadas en el lenguaje de los medios de comunicación, demuestra una vez más lo que dice Amelia…Espejismo de Igualdad…