Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López
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El cínico y preocupante discurso de Ursula von der Leyen

El pasado día 10, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dio en el Parlamento Europeo su esperado discurso sobre el estado de la Unión en este año.

La nota oficial de la Comisión señaló su contenido, con el habitual lenguaje tecnocrático del que hace uso, en seis áreas específicas: Competitividad (hoja de ruta del Mercado Único, aceleración Industrial, innovación, redes europeas, desarrollo de la nube y la IA…), Defensa y seguridad (vigilancia del flanco oriental, hoja de ruta para la defensa europea, guardia europea de fronteras y costas, nuevas normas para combatir el crimen organizado…), Justicia social europea (agenda para las ciudades, plan de vivienda asequible, lucha contra la pobreza, Ley de empleos de calidad, estrategia de igualdad de género…), Calidad de vida (plan de adaptación al clima, renovación generacional en la agricultura, bienestar animal, Ley del océano…), Democracia y valores (escudo de la democracia europea, equidad digital, resiliencia de los medios, estrategia anticorrupción, acción contra el ciberacoso) y Europa global (comunicación humanitaria, pacto por el Mediterráneo, Agenda UE-India…).

Los medios de comunicación destacaron otras medidas más cercanas al contexto económico y político en el que estamos: suspender la parte comercial del acuerdo de asociación con Israel por el asedio a Gaza y plantear sanciones de la UE para los ministros extremistas y los colonos violentos, apoyo a las regulaciones sobre las grandes tecnológicas, o estrategia para que todos los europeos tengan acceso a vehículos eléctricos, pasando por la creación de una Alianza para los Drones con Ucrania.

Sin embargo, me parece que lo más relevante del discurso de von der Leyen es lo que hay detrás de todas esas propuestas o, mejor dicho, lo que no hay, el tono tan fantasioso y cínico, por no decir falso, con que fue pronunciado y, sobre todo, la obsesión en la que estuvo centrado.

La presidenta de la Comisión comenzó su discurso diciendo que Europa está en combate, un término que utilizó cinco veces en las seis primeras frases de su discurso.

Dijo que Europa está en combate por su libertad e independencia, por la democracia y nuestros valores y por la capacidad de determinar nosotros mismos nuestro futuro, y se preguntó en voz alta ante los miembros del Parlamento Europeo: «¿Tiene Europa estómago para este combate?».

Así se expresó la dirigente que no ha ofrecido la más mínima resistencia a Donald Trump, la que aceptó negociar con él intereses esenciales de la Unión Europea en un campo de golf de su propiedad, y la que dio por buenas sin rechistar condiciones desventajosas e indignas para Europa. Tan claramente negativas que el 75 % de los europeos recientemente encuestados piensan que von der Leyen ha defendido mal los intereses europeos y el 60% que debe dimitir tras haber asumido el acuerdo con Estados Unidos como un buen resultado.

Una de las palabras que más utilizó la presidenta europea en su discurso fue «independencia», en materia de seguridad, tecnología, fuentes de energía, automóviles, inteligencia artificial, e incluso en regulación o política de inversiones industriales.

Reclamó la independencia de Europa, dijo luchar por ella y reclamó la lucha de los europeos para lograrla quien acaba de suscribir un acuerdo con Estados Unidos que obliga a que las empresas europeas inviertan 600.000 millones de dólares en sectores estratégicos de ese país hasta 2028, a adquirir productos energéticos estadounidenses por valor de 750 000 millones de dólares hasta ese mismo año, y chips de inteligencia artificial por un valor mínimo de 40.000 millones de dólares. Además de comprometerse a comunicar su política de regulación a Estados Unidos antes de adoptarla, o a aumentar la adquisición de equipo militar y de defensa estadounidense.

A veces, sus palabras en ese aspecto parecen hasta simplemente irrisorias. Por ejemplo, cuando afirma «vamos camino de la independencia energética», «el futuro de los automóviles -y los automóviles del futuro- deben construirse en Europa», «ahora sabemos lo que hizo subir los precios (de la energía): la dependencia de los combustibles fósiles rusos». Cuando sigue insistiendo en la capacidad real de autodefensa militar de Europa sin plantear que eso es materialmente imposible con 27 ejércitos, cuando ha aceptado que aumente la dependencia europea del armamento que está operado en última instancia por otra potencia, o cuando se cree que la seguridad del flanco oriental europeo se garantiza con una inversión ridícula en drones. Y, mucho peor, cuando sigue dando a entender que es viable que Ucrania derrote militarmente a una potencia nuclear como Rusia, o que esta va a disminuir su acción si la Unión Europea le imponen más sanciones (un decimonoveno paquete, según anunció la presidenta).

Ursula von der Leyen llamó también al combate para defender nuestros valores suponiéndose que, entre ellos, destacan por encima de todos los de los derechos humanos. Sin embargo, utiliza una evidente doble moral cuando se trata de defenderlos en Ucrania y en Gaza. Se nota cuando dedica casi el doble de atención a lo que hace Rusia que al genocidio de Israel, o a la hora de adoptar medidas para combatir las atrocidades de ambos. Por no decir que es prácticamente imposible que se apliquen las que ahora propone contra Israel porque se necesitará su aprobación unánime. En realidad, lo que cabe preguntarse ante la actitud que ha mantenido la Comisión Europea ante Israel, tras su respuesta genocida al atentado terrorista de Hamás en octubre de 2023, es dónde ha estado durante tanto tiempo su pretendida preocupación por los derechos humanos.

Las llamadas a todos esos combates que hace von der Leyen son pura palabrería, como demuestra que no se hayan aplicado sus propias propuestas anteriores dirigidas a los mismos objetivos. Reclama luchar para ganar competitividad, pero no ha puesto en práctica las medidas que propuso hace justo un año Mario Draghi, nada sospechoso de heterodoxia o radicalidad. Habla de combatir por una regulación que garantice competencia digital o el respeto a la verdad, ante la desinformación y la manipulación, justo ahora, cuando más de 40 organizaciones, periodistas, académicos y otras figuras públicas le han escrito para denunciar que «el fracaso histórico de Europa a la hora de abordar integralmente su dependencia de un puñado de guardianes digitales ya ha dañado profundamente la competitividad, la prosperidad, la soberanía y la democracia del continente».

El análisis de texto del discurso de von der Leyen muestra que habla centrándose en un tema obsesivo, la guerra entre Rusia y Ucrania, un asunto que las autoridades europeas presentan con un cariz cada vez más orwelliano. Por el modo en que hablan tanto de guerra cuesta mucho creer que no lo hagan porque quieren provocarla.

Están empeñados en convencernos de que Rusia trata de invadir Europa hasta llegar a la costa portuguesa (sin mencionar alguna de las razones que podría tener para desear tal cosa), y que, para hacer frente a semejante riesgo, es preciso gastar dinero sin límite en armamento y preparar a la población para la guerra. Y todo ello, por supuesto, sin hacer mención a las provocaciones e incumplimientos por parte europea que hicieron reaccionar a Rusia.

El discurso quizá fuese creíble si ese gasto se estuviera planificando racionalmente, de modo que efectivamente sirviera para construir una fortaleza militar auténticamente capaz de servir de parapeto a un ejército como el ruso, y basada, como no puede ser de otro modo, en industria y tecnología propias, poderosas y de vanguardia. Pero esto es justamente lo contrario de lo que se está haciendo, como ha demostrado el reciente acuerdo con Estados Unidos, y así queda al descubierto la estafa de los dirigentes europeos que comanda von der Leyen.

En Recuerdos de la guerra civil española, George Orwell escribió: «Si el jefe dice de tal o cual acontecimiento que no ha sucedido, pues no ha sucedido; si dice que dos y dos son cinco, dos y dos serán cinco. Esta perspectiva me asusta mucho más que las bombas, y después de las experiencias de los últimos años no es una conjetura hecha a tontas y a locas».

Estamos viviendo algo así todos los días y lo que justamente hay que recordar y recordarles a quienes tanto hablan de libertad mientras nos mienten es lo mismo que escribió el propio Orwell en su libro más conocido, 1984: «La libertad es poder decir libremente que dos y dos son cuatro». No nos callemos, y digámoslo. Me temo que es la única manera de evitar que nos lleven a la guerra que están cocinando.

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24 comentarios

Jose Prados Osuna 12 de septiembre de 2025 at 21:17

De acuerdo con lo que comentas. Úrsula V d L ha significado para el proyecto europeo no solo la mayor decepción de su historia sino la constatación de su posible fracaso. Quizás tenga mucho que ver con el giro radical de su formación política

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Joan 13 de septiembre de 2025 at 01:35

Muy buen artículo escrito ,me gustado cínico y muy preocupante Úrsula vonder layen,,en mi modesta opinión tindria que dimitir de su cargo Me fío Mario Draghi.,lo veo más sincero Hi honesto.

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Edvillherr 13 de septiembre de 2025 at 02:48

««Si el jefe dice de tal o cual acontecimiento que no ha sucedido, pues no ha sucedido; si dice que dos y dos son cinco, dos y dos serán cinco. Esta perspectiva me asusta mucho más que las bombas, y después de las experiencias de los últimos años no es una conjetura hecha a tontas y a locas»». Hablar así, llevó a Trump a la Casa Blanca por segunda vez. Cuenta mucho decir cosas imaginarias que la gente quiere escuchar y no la realidad, al menos sirve para ganar votos. Sin embargo Europa sabe que no puede disuadir de forma plena a Rusia, por eso no pudo hacerlo con sus actos sobre Ucrania. Creo que se acostumbraron a no disuadir a nadie y por eso, hoy se tienen que endeudar para hacerlo. El que lo hacia ya no está tan dispuesto. Si Rusia , el pueblo, no aprendió a valorar la libertad, la justicia y la democracia participativa; la rendición de cuentas y todo esos rollos, sería una torpeza ingenua pensar a no defender e impedir que tomen hasta Portugal. Para Trump sería más fácil negociar con una Europa autocrática tomada o acotada por Rusia. No creo que Ursula sea impotente cuando yace sobre una unión dispersa y debilitada; le interesa más la sustentabilidad que la política real. Para mi, Merkel pudo negociar con Rusia a tiempo dándoles lo que querían por su cuenta sin depender de EUA, y hoy en día todos estaríamos contando una década que se levanta victoriosa del coronavirus. En cambio nos encontramos en una década perdida en camino a una guerra segura.

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Julio 13 de septiembre de 2025 at 07:04

Excelente artículo. Saludos.
Julio.

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Teo 13 de septiembre de 2025 at 09:19

He leído atentamente el reciente artículo del profesor Juan Torres López sobre el discurso de Ursula von der Leyen en el Parlamento Europeo. Como es habitual en sus análisis, el texto está cargado de lucidez crítica, valentía intelectual y una denuncia clara de las contradicciones que atraviesan la política europea actual. Coincido con él en que el lenguaje tecnocrático, la subordinación a Estados Unidos y la retórica belicista son síntomas preocupantes de una deriva que amenaza los valores fundacionales de la Unión.

Sin embargo, me gustaría plantear una reflexión complementaria, que no pretende contradecir su diagnóstico, sino enriquecerlo desde una perspectiva estratégica. Porque si bien es cierto que Europa parece estar atrapada en una lógica de bloques, también lo es que esa lógica no ha surgido de la nada. Y que la respuesta europea —por torpe, subordinada o incoherente que sea— tiene detrás una amenaza real que no podemos ignorar.

Rusia no ha sido pacífica: ¿puede Europa seguir siéndolo?

Durante décadas, Europa ha apostado por la paz como principio rector. Ha reducido sus presupuestos militares, ha confiado en la diplomacia multilateral y ha delegado su seguridad en la OTAN. Esta actitud, que honra su historia de reconciliación tras dos guerras mundiales, contrasta con la estrategia rusa, que ha mantenido una doctrina militar activa, expansiva y cada vez más agresiva.

Desde la guerra de Chechenia en los años 90, pasando por Georgia (2008), Crimea (2014), Siria (2015) y la invasión de Ucrania (2022), Rusia ha demostrado no solo capacidad ofensiva, sino voluntad política de alterar fronteras por la fuerza. Las recientes maniobras conjuntas con Bielorrusia —que incluyen simulacros de uso de armas nucleares tácticas y despliegues cerca del corredor de Suwalki— refuerzan la percepción de que Moscú no está simplemente reaccionando, sino consolidando una estrategia de presión territorial sobre Europa.

¿Puede Europa permitirse seguir desarmada frente a este escenario?

El gasto en defensa: ¿deriva militarista o necesidad estratégica?

El profesor Torres critica con razón el aumento del gasto militar europeo, señalando que no se acompaña de una estrategia autónoma ni de una industria propia. Pero ¿y si ese gasto fuera precisamente el primer paso —imperfecto, sí, pero necesario— para construir una soberanía estratégica real?

Europa no puede seguir dependiendo indefinidamente de Estados Unidos. Pero tampoco puede improvisar una defensa común de la noche a la mañana. Con 27 ejércitos, sin una doctrina unificada y con décadas de desinversión acumulada, la transición hacia una autonomía militar requiere tiempo, inversión y coordinación. En ese sentido, el gasto en defensa no es una traición a la paz, sino una condición para preservarla.

Para entender mejor esta necesidad, conviene observar la evolución del esfuerzo militar europeo en comparación con el ruso desde la caída de la URSS. En los años 90, mientras Europa reducía sus presupuestos de defensa en favor de la integración económica y la paz, Rusia heredaba un arsenal colosal: más de 45.000 ojivas nucleares en 1990, el mayor stock jamás registrado. Aunque su gasto militar cayó drásticamente entre 1991 y 1998 —hasta ser apenas una cuarta parte del nivel soviético—, desde la llegada de Putin al poder en 1999, Rusia ha incrementado su inversión militar más de un 600%.

En cambio, la Unión Europea mantuvo un gasto militar moderado durante décadas. En 2000, el conjunto de los países de la UE gastaba menos de 150.000 millones de dólares en defensa. No fue hasta después de la invasión de Crimea en 2014, y especialmente tras la guerra en Ucrania en 2022, que el gasto comenzó a aumentar significativamente, alcanzando los 312.000 millones en 2023. Aun así, Europa sigue dedicando apenas entre el 1,7% y el 2,1% de su PIB a defensa, frente al 6% que Rusia destina actualmente.

Además, Rusia no parte de cero: su acumulación histórica de armamento, su industria militar heredada del complejo soviético y su doctrina de disuasión nuclear le otorgan una ventaja estructural que Europa no puede igualar sin una inversión sostenida y coordinada.

¿Subordinación o transición?

Los acuerdos con Estados Unidos que denuncia Torres —sobre energía, tecnología, armamento e inversiones— son preocupantes. Pero también pueden interpretarse como una fase transitoria, mientras Europa reconstruye sus capacidades. El problema no es gastar en defensa, sino hacerlo sin visión propia, sin industria europea, sin una política exterior coherente.

Si Europa quiere ser soberana, debe invertir en defensa. Pero debe hacerlo con inteligencia, con autonomía, con valores. No para replicar la lógica de bloques, sino para superarla.

Una invitación al debate

El texto de Juan Torres López es una llamada de alerta que no debe ser ignorada. Pero también es una oportunidad para abrir un debate más amplio: ¿cómo puede Europa defender sus valores sin caer en la guerra? ¿Cómo puede construir una paz duradera en un mundo que se rearma?

No se trata de elegir entre paz o defensa. Se trata de entender que, en el mundo que nos ha tocado vivir, la defensa puede ser el camino hacia la paz. Siempre que se haga con principios, con inteligencia y con soberanía.
Saludos a tod@s

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Juan Torres López 13 de septiembre de 2025 at 13:33

Muchas gracias por sus reflexiones. Son muy oportunas y lúcidas. Saludos

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Jano 13 de septiembre de 2025 at 10:55

Ursula de rodillas frente a Donald. La UE, de rodillas ante USA.
Rusia no se pone de rodillas…por eso Putin es muy muy malo.
Sin embargo, Rusia es mucho más asequible para negociar con ella desde la UE que USA.
Una buena negociación nos permitiría:
a) Intercambio tecnológico ventajoso.
b) Acceso a energía barata. Al menos hasta que lleguen plenamente las renovables
c) Ahorrarnos el dineral que se va a invertir en armas. Armas que no harían falta.

Incluso, si Rusia no se viera presionada, y la asociación con Europa fuera franca y de respeto, los valores europeos de democracia y respeto podrían ir permeando.

Fin del cuento. Ahí están los EEUU para impedirlo; y a cambio, nos está trasladando (en justa recompensa a nuestra estulticia) valores neofascistas y neomedievales.
¿Y la Ursula…?…..bla bla bla bla bla….
PERO ES LO QUE LOS ESTÚPIDOS EUROPEOS HAN (HEMOS) VOTADO… no olvidemos esto.
Nuestros males derivan de nosotros mismos. Es el justo premio a nuestra estulticia.

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Mari Ángeles Nieto 13 de septiembre de 2025 at 11:50

Gracias por aportar una visión tan necesaria.

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ue 13 de septiembre de 2025 at 15:29

Yo me atrevería a ver los temas desde una visión teórica . Lo que nos importa a todos es la libertad tanto si sabemos expresarlo como si no .Y desde lego Incluyendo la famosa libertad económica de los economistas como un elemento esencial . Pero también la libertad a vivir sin miedo a la guerra , a la pobreza a la violencia de los vecinos . Aquí sigo en parte a Joseph Stiglitz . Pero la libertad no es absoluta sino que esta basada en un gran numero de consensos y la libertad de unos implica la falta de libertad de otros .

El que paga impuestos pierde la libertad de usarlos por ejemplo para la compra de un yate pero permite la libertad de otros para no pasar pon un pobreza extrema .Y eso es , en mi opinión , un argumento moral irrebatible No hay ni habrá ninguna forma de aceptar que un yate sea mas importante que el morirse de hambre .

Veamos ahora Rusia y Europa . Europa tiene mucha mas libertad que Rusia , libertad económica sobre todo pero también libertad para poner limites a la intervención arbitraria del gobierno , libertad para razonar y expresarse y en definitiva para que las personas tomadas una a una viva su vida como mejor le parezca siempre claro dentro de los limites que sean posibles . Que sean posibles y para eso la economía es lo mas importante ,

Rusia vs. Europa . Eso ya se vio con toda claridad él siglo pasado con los acontecimientos de las dos Alemanias . Hubo que construir un muro .
.
Las clases dirigentes rusas. no están en condiciones de procurar a su población las libertades que ofrece Europa y en especial las libertades económicas . y ellas lo saben . Tienen que hacer algo o de lo contrario la gente se dará cada vez mas cuenta y eso supone un peligro . En mi opinión , es es la causa mas importante del ataque a Ucrania y de la terquedad en las negociaciones .

Es una situación mala y tendrían que ser los propios Rusos los que actuaran porque les conviene en todos los sentidos o por lo menos en muchos de ellos .

Parece que no sale el correo .

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Antonio Moll 13 de septiembre de 2025 at 15:31

Mi comentario anterior ha salido con mi nombre UE , Soy Antonio Moll

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Alfonso Casas Moreno 13 de septiembre de 2025 at 18:39

Este comentario de Jano es mucho mas sensato y coherente que todos los demas.

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Alfonso Casas Moreno 13 de septiembre de 2025 at 19:13

El primer texto de Teo chapó, pero de ahí no pasa.
Rusia no ha sido pacífica: ¿Porqué? Rusia le ha dado la independencia a todas las naciones de la república, pero ha atacado por incumplimientos de esos tratados, y de esto no se ha dicho nada.
Porqué, Rusia ayudó a Europa a deshacerse del yugo nazi y del fascismo, no nos liberamos ya que a los yanquis, no les interes.
Después de la caída del muro, porqué no negociamos con los rusos…eran comunistas, ni a los americanos, ni a los fascistas ni a los nazis, ni a los dueños del dinero les interesaba.
Rusia desplegó tropas en Crimea y convocó un referéndum, considerado ilegal por Ucrania y la mayoría de la comunidad internacional, que justificó la anexión.»Todo tiene un límite» y Washington «lo traspasó» en el país vecino, señaló, acusándolo de estar acostumbrado a actuar según la ley del más fuerte.El periodista de la BBC John Simpson, quien se encontraba en Crimea en ese entonces, escribió que fue la invasión más «suave» de los tiempos modernos. Cuantos paises han invadido los Yanquis y los rusos en los últimos 50 aos, y cuantos muertos, no se nos olvide, que los yanquis, han sido los socios de los sionistas, y estos han utilizado el veto en la ONU, para que este genocidio siga. y que conste que los rusos no son hermanitas de la caridad, hasta ahí podíamos llegar.
Como le vamos a comprar material de guerra a los yanquis, para que nos prohíban utilizarlo contra ellos o contra otro país como le ha pasado a Ucrania.
No se trata de elegir entre paz o defensa. Se trata de entender que, en el mundo que nos ha tocado vivir, la defensa puede ser el camino hacia la paz. Siempre que se haga con principios, con inteligencia y con soberanía.
Pero que vamos a defender, el IBEX35, la MONARQUÍA, la iglesia, enga ya.

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Juan Manuel 13 de septiembre de 2025 at 20:03

La UE no es un país, es un club de países. De hecho con el tiempo se ha conseguido más de lo que parecía posible. Hay algo parecido a un gobierno de la UE, algo parecido a un parlamento de la UE, etc, etc, pero faltan cosas estructurales propias de un país, como un gobierno económico, una deuda pública común, y sí, también un ejército común. Pero Rusia y USA disponen de 4000 cabezas nucleares como medio de disuasión y de presión, cosa que la UE no dispone ni puede disponer. Rusia no es la URSS ni puede serlo, porque la URSS era una idea y Rusia no es nada que se le pueda parecer, más bien se ha convertido en un país muy dependiente y casi subordinado a China e India porque no puede vender sus hidrocarburos a nadie más, y los vende a un precio mucho menor que antes porque hacen una especie de monopsonio (con perdón), al ser compradores únicos ponen ellos el precio. China le deja hacer, no se entromete, y ahora Trump hace lo mismo, abandona a Ucrania y a la UE a su suerte como hizo con Afganistán y con otros aliados. Tiene tendencia a la traición.
Von der Leyen está quedando muy mal en las fotos, es verdad, pero son sólo fotos precocinadas. La puso ahí Angela Merkel, es de derechas y neoliberal, partidaria de bajar los impuestos a los ricos y subírselos a los pobres, no es muy diferente de Trump salvo en que tiene inteligencia, educación y sabe comportarse. En esas fotos queda mucho peor Trump. No sé hasta qué punto se le puede pedir a la UE algo que no tiene, al menos todavía. Y encima algunos países se comportan como auténticos caballos de Troya, unos de Rusia y otros de USA, y tal vez no deberían pertenecer a la UE porque la debilitan. La UE sólo es un club de países, pero su verdadera capacidad de defensa radica en que es un gran cliente, y Trump es de los que matan al cliente porque es un cretino, igual que Putin. Ya no se puede confiar en Estados Unidos, y dudo que nadie que tenga capital quiera invertirlo allí por la inseguridad jurídica evidente que Trump ha creado. Y Von der Leyen no puede obligar a nadie a hacer con su dinero algo que no quiera. Tal como se han descrito esos acuerdos son papel mojado y es probable que de ahí vengan más problemas. Quedan tres años y medio y parece que no serán aburridos, aunque bastante malos para la economía, especialmente la norteamericana.

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Manuel 14 de septiembre de 2025 at 08:45

Señor Torres, el acuerdo con EEUU no es vinculante, no obliga a las empresas a invertir, pues la CE no tiene competencias para ello. Veremos que pasa cuando las medidas lleguen al Parlamento y al Consejo.

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Juan Torres López 14 de septiembre de 2025 at 16:52

Lleva usted razón y ya lo puse de manifiesto en mi anterior artículo. USA no podrá obligarlas a invertir, pero si no invierten podrá reclamar más sanciones

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José Luis Pineda Acosta 14 de septiembre de 2025 at 12:38

Decía Sartre, «no sólo cada generación, sino también cada momento es equidistante de la eternidad»…
La catástrofe del mundo en este tiempo histórico, el Holocausto palestino, demuestra que este momento es equidistante de todos los genocidios, el de Leopoldo de Bélgica en el Congo, el de Inglaterra en la India, el del nazismo, el de Estados Unidos en Japón (no sólo Hiroshima y Nagasaki, antes, siguiendo el consejo de Churchill, probó a quemar a la población civil en Tokio, y quemaron a un millón de personas), el de Vietnam…
Genocidios occidentales, ‘nuestra comunidad de valores’
Viva Palestina!!!!
Dicen los nazis/fascistas que los partidos de izquierdas no son gente seria,que debemos apoyar y obedecer a los aliados de la OTAN, no manifestarnos encontra de los genocidios,aceptar todos los recortes que nos impongan de buen grado,así ESPAÑA será un país como el Edén para los turistas y viviremos protegidos.
Pero lo que no nos dicen es:
Que el capital busca continuar acumulando el máximo de riquezas,para ello nos tratarán como esclavos,sin sanidad, dependencia, educación y vivienda pública.
Los que posean una casa en propiedad y tengan una enfermedad grave, tendrá que venderla como en EEUU.
Quieren acabar con los DDHH ,y si es conveniente para ellos nos enviaran a guerras contra rusos,chinos…
NOS QUIEREN ESCLAVOS ROBOTIZADOS Y PROGRAMADOS.

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Alberto Fernandez Fernandez 14 de septiembre de 2025 at 18:15

Otra vez se oye hablar de grandeza
(Ana, no llores)
El tendero nos fiará.
Otra vez se oye hablar del honor
(Ana, no llores)
No podremos comer ya.
Otra vez se oye hablar de victorias
(Ana, no llores)
A mi no me tendrán.
Ya desfila el ejercito que marcha
(Ana, no llores)
Ya desertaran.

Responder
Juanjo 16 de septiembre de 2025 at 11:48

Parece que los MaCguffin le han descubierto el post Sr. Torres y lo quieren colonizar.
A la Sra. Van habría que preguntarle dónde estaba cuando el accidente de Chernóbil y dónde sus colegas de hoy cuando Ucrania no valía un Kopek y estaba gobernada por el ínclito Mijail Gorbachov, traidor para unos y héroe para los Leyen de turno. Ni Kiev importaba un pimiento sino para observar como se podría colapsar bajo la sombra de una nube venenosa. Hay que ver como cambiaron las tornas y nos fabrican un «enemigo a las puertas» que nunca fue tal. Nos quieren meter su historia con calzador y que eliminar el nazismo fue un accidente. ¿Dónde está el enemigo?. Quien vuela el Nord Steam lo sabe y por eso no soporta la buena vecindad. De momento nos venden balas.

Responder
Meester van Niemand 16 de septiembre de 2025 at 20:50

Creo que en Andalucia (no soy andaluz y puedo equivocarme, por tanto), podría decirse del comentario de Teo que es muy suavón. No entiendo por qué el profesor Torres es tan complaciente con él en su respuesta, porque bajo el aparentemente ponderado juicio de Teo se deslizan varias afirmaciones (unas explícitas, otras no) que transmiten un sentido que no se condice con el espíritu del texto de Torres. Y que proponen, además, una visión de los acontecimientos que, de tan parcial, acaba desvirtuándolos por completo. Por errados que hayan sido los pasos dados por Europa hasta ahora, podrían explicarse “quizá” (el adverbio es de Teo) desde la buena voluntad y en la dirección de un posible camino hacia la autonomía de EE. UU. Autonomía de defensa, básicamente. Pero la lógica de bloques que propone, y en la cual habría que entender la necesidad europea de autodefensa, sitúa siempre al enemigo del lado de Rusia. Como lo describe, parece más bien la lógica de uno de los bloques, Rusia, activa y agresiva; mientras que en el otro lado sólo habría calma. Y buenos propósitos, se entiende. Pero eso no sólo es una descripción descafeinada de lo que supone una verdadera lógica de bloques, sino que carga a una sola de las partes con la responsabilidad del encono. Y las cosas, más allá de lo que pensemos de Rusia y de Putin (y adelanto que no es santo de mi devoción), no han sucedido de esa manera. En el relato de este señor, Teo, la iniciativa de toda acción y posterior agresión proviene de Rusia. Y, con este propósito, omite todo lo que se sabe ha sucedido. Y es que, tras la caída de la URSS, nació un mundo unipolar, en el que EE. UU. podía ser, sin complejos, el matón del barrio. Y decidió serlo. No soy experto en estos asuntos, así que recomiendo vivamente la lectura de la intervención de Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo, en un evento titulado “La geopolítica de la paz”, organizado por el eurodiputado por BSW, y ya entonces ex secretario general adjunto de la ONU, Michael von der Schulenburg, el 19 de febrero de 2025. Sachs no sólo es experto, sino que ha sido parte de los acontecimientos que narra en calidad de asesor de distintos gobiernos implicados. Puede leerse en la revista CTXT del 2/3/2025 (transcripción editada). Está también disponible íntegramente en YouTube (https://youtu.be/VjcMoDFU1xg?si=0LVDiwmLoRfALBCx). Merece la pena ver el vídeo por la interesante introducción que hace von der Schulenburg de lo que fue su trabajo. También, y sobre todo, porque Sachs explica sin pelos en la lengua lo que ha sido la visión estadounidense de la política exterior (y la correspondientemente inexistente europea, propia de una lealtad perruna a los jefes de La Casa Blanca) tras la caída de la Unión Soviética: “Lo que sucedió después de 1991, y para llevarnos a 2008, es que Estados Unidos decidió que la unipolaridad significaba que la OTAN se ampliaría en algún lugar desde Bruselas hasta Vladivostok, paso a paso”, dijo Sachs a los europarlamentarios en esa conferencia. A partir de esta y otras intervenciones suyas, así como de diferentes fuentes, cabría hacerse preguntas que, en la posición de Teo, no tienen respuesta y aun ni siquiera tiene sentido hacerse. ¿Por qué a Gorbachov se le promete, en un contexto jurídico y diplomático en el que hay que entender también la unificación alemana, que la OTAN no se expandiría hacia el Este y cuatro años después Clinton pone en marcha la expansión hasta Ucrania? En 1999 se amplía a Hungría, Polonia y República Checa, ante las protestas de Rusia. En 2004 se incorporan Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía. ¿Es esa la “doctrina militar activa, expansiva y cada vez más agresiva” de Rusia, a la que se refiere Teo? Nada tenía esto que ver con lo acordado en el contexto de la unificación alemana. Todo lo contrario. Rusia volvió a quejarse, pero no hizo nada… aún. EE. UU. estaba advertido por su embajador en Moscú de las razones rusas para no tolerar una continuación de la ampliación de la OTAN a Georgia y Ucrania (en particular a esta última). En 2008 Georgia anunció que se adheriría a la OTAN; solo después Rusia intervino militarmente en ese país. ¿Por qué en 2014 EE. UU. se aseguró de la caída de Yanukovich, favorable a la neutralidad de Ucrania? ¿Por qué, tras la invasión de Ucrania por Rusia, Zelenski, que parecía dispuesto a firmar con Putin un acuerdo de neutralidad de Ucrania, fue presionado por EE. UU. y Gran Bretaña para que no continuara las negociaciones? Y la guerra continuó y continuará, si Trump no deja ahora tirado a Zelenski. Todo esto en el contexto de la ruptura unilateral por parte de EE. UU. de los tratados sobre misiles antibalísticos, y la instalación de estos en Polonia y Rumanía, tras su integración en la OTAN. Podríamos seguir, pero creo que esto basta para entender que las cosas no son como las cuenta Teo. También que Europa debe despertar (y no en el sentido de von der Leyen, sino en el de su real autonomía respecto de EE. UU.) porque, como dijo Kissinger, según refiere Sachs, “ser enemigo de los EEUU es peligroso, pero ser amigo es fatal”.

Responder
Teo 18 de septiembre de 2025 at 01:38

Señor Meester van Niemand, he leido sus comentarios. Aquí van también mis argumentos:

Desde antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética llevó a cabo numerosas intervenciones militares y políticas en gobiernos extranjeros, muchas de las cuales derivaron en la instauración de dictaduras comunistas que perduraron durante décadas. Uno de los primeros episodios fue la invasión de Polonia en 1939, cuando el Ejército Rojo ocupó la parte oriental del país en virtud del pacto secreto entre Hitler y Stalin. Esta acción implicó la anexión de territorios y la ejecución masiva de oficiales polacos, como en la masacre de Katyn.

Tras la guerra, la URSS consolidó su influencia en Europa del Este imponiendo regímenes comunistas en países liberados del nazismo. Alemania Oriental, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Albania fueron convertidos en dictaduras de partido único, sostenidas por la represión interna, el control soviético y la amenaza constante de intervención militar. En muchos casos, como en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968, la URSS invadió directamente para aplastar movimientos reformistas o democráticos.

En Asia, la intervención más significativa fue la invasión de Afganistán en 1979, destinada a sostener al gobierno comunista del PDPA. Esta guerra, que se prolongó durante una década, se convirtió en el “Vietnam soviético” y dejó más de 100.000 muertos. También se apoyó la instauración de regímenes comunistas en Corea del Norte y Vietnam, que derivaron en dictaduras autoritarias que aún persisten.

En África, la URSS respaldó militarmente a movimientos marxistas que tomaron el poder en Angola, Etiopía y Mozambique, instaurando regímenes autoritarios con fuerte represión. En América Latina, el caso más emblemático fue Cuba, donde la revolución de 1959 derivó en una dictadura comunista bajo Fidel Castro, sostenida por el apoyo económico, militar y diplomático soviético. También se brindó apoyo indirecto a guerrillas de izquierda en Nicaragua y El Salvador.

Todas estas intervenciones respondían a la lógica de la Guerra Fría y a la doctrina soviética de expansión del socialismo. La llamada “Doctrina Brezhnev” justificaba la intervención en países socialistas para preservar el sistema comunista, incluso contra la voluntad popular.

Tras la caída de la URSS en 1991, Rusia heredó parte de esa lógica imperial. Bajo el liderazgo de Vladimir Putin, el país ha intervenido militarmente en varias ex-repúblicas soviéticas. En Chechenia, se libraron dos guerras brutales para evitar la secesión. En Georgia, Rusia invadió en 2008 y reconoció a los territorios separatistas de Osetia del Sur y Abjasia. En Moldavia, mantiene tropas en la región separatista de Transnistria. Y en Ucrania, tras la anexión de Crimea en 2014, lanzó una invasión total en 2022, buscando someter al país a su esfera de influencia.

Putin ha mostrado una clara nostalgia por el poder soviético. Aunque no reivindica el comunismo, sí exalta el papel de la URSS como potencia global. Ha declarado que la desaparición de la Unión Soviética fue “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX” y ha construido una narrativa histórica que glorifica el pasado imperial ruso. Su política exterior busca restaurar la influencia perdida, utilizando la fuerza militar, la propaganda y el control energético como herramientas de presión.

En resumen, tanto la URSS como la Rusia de Putin han intervenido en múltiples países para imponer o sostener regímenes afines, muchas veces autoritarios, con consecuencias duraderas para la estabilidad regional y los derechos humanos. Esta continuidad histórica revela una visión imperial que trasciende ideologías y que sigue marcando la política internacional rusa en el siglo XXI.

Para mí, el pueblo ruso es realmente admirable. Grandes científicos, músicos, pensadores condenados por sus ideas, etc. Hasta el genio de la carrera espacial rusa Serguéi Koroliov tuvo que sufrir las purgas soviéticas y experimentar el gulag. No digamos Andrei Sajarov, reprimido hasta que Gorbachov pudo hacerle justicia.
Terrorífico. Para ser un país pacifista, tiene un gasto militar per cápita mayor que cualquier país occidental. De todos modos es lícito que alguien apoye de corazón a lo que fue la Unión Soviética y ahora Rusia ( no me refiero al pueblo ). El corazón no entiende de razones objetivas. Puedo decir otro tanto de EEUU y sus mandatarios y su triste influencia en otros paises. Parecido a la URSS Y Rusia aún que de otra manera equivalente. Pero ya sabe: me quedo con lo malo antes que con lo peor.

Lo bueno :
Me quedo con el pueblo ruso que simplemente ha tenido mala suerte con sus mandatarios, desde los zares pasando por los zares comunistas y continuando por el zar Putin. Gran consideración por mi parte al pueblo ruso. Y gran cariño también. He estado allí y algo conozco de ellos. También conozco a algunos de los cientos de miles que escaparon de Rusia y estan también en España.

Entre lo malo y lo peor, me quedo con lo malo como he dicho: me quedo con Europa.
Saludos.

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Teo 18 de septiembre de 2025 at 01:59

Señor Meester van Niemand

Cuando digo que me quedo con lo malo, no con lo peor, o sea Europa, no me refiero a la Europa del pacto Molotov-Ribbentrop, que es lo mismo que decir Hitler y Stalin. Por supuesto tampoco a la europa de Mussolini ni de Leopoldo II de Belgica. A la Europa que me refiero es a la Europa actual con todos sus tremendos defectos.
Saludos.

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Meester van Niemand 19 de septiembre de 2025 at 01:40

Señor Teo:
D. Juan Torres está siendo realmente amable y considerado con nosotros permitiéndonos estas digresiones que son relativamente tangenciales al asunto que él expuso. No quiero abusar de su cortesía entrando en un debate con usted basado en fechas y fechorías, que usted maneja con mayor soltura que yo. Sólo le diré que no acabo de entender bien qué imagen de Europa construye usted en su mente. Y mucho me temo que esos tremendos defectos que, sin embargo, reconoce en ella, puedan acabar incluso con la idea misma de Europa. Suponiendo que haya sido alguna vez algo más que la imagen que nos han devuelto los espejos deformantes de los otros en que nos hemos contemplado, como señalaba con acierto Josep Fontana.
Un cordial saludo.

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Teo 22 de septiembre de 2025 at 12:00

Para el señor Señor Meester van Niemand

Europa: Un modelo imperfecto, pero admirable

1. ¿De dónde saco esta imagen de Europa?
La saco de la historia posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa decidió reconstruirse sobre los pilares de la libertad, la democracia, los derechos humanos y el pensamiento crítico. No es una imagen idílica, sino una lectura histórica consciente de sus luces y sombras. Y si la historia está contaminada por ideologías, también lo están las fuentes que alimentan visiones negativas. Por eso, yo podría preguntarte: ¿de dónde saca usted esa imagen tan negativa de Europa y tan positiva de regímenes autoritarios como Rusia o China?

Libertad de expresión: El corazón de Europa

Europa no es perfecta, pero permite algo que en Rusia y China está severamente restringido: la libertad de expresión. En Europa puedes criticar al poder, debatir ideas, disentir públicamente. Esa libertad, aunque manipulada por intereses, sigue siendo un espacio abierto para la interpretación individual. En cambio, en sistemas donde la opinión está controlada por un solo partido o líder, no hay margen para el disenso ni para el pensamiento autónomo.

Un ejemplo concreto es el foro en el que debatimos, gracias a la cortesía y tolerancia de Juan Torres López. Su web es un espacio de pluralidad, crítica y respeto. Eso es Europa: un continente donde el pensamiento libre puede florecer incluso en medio de la confrontación ideológica.

¿Qué ha dado Europa al mundo moderno?

La Europa ilustrada y moderna ha sido cuna de avances que han transformado el mundo, incluidos Rusia y China, aunque no hayan sido sus creadores:

– Democracia moderna: Inspirada en Rousseau, Montesquieu y Locke.
– Derechos humanos universales: Base de las constituciones modernas.
– Ciencia empírica y método científico: Desde Newton hasta Pasteur.
– Economía moderna: Adam Smith y el liberalismo económico.
– Educación pública y laicismo: Acceso al conocimiento como derecho.
– Revolución industrial: Tecnología, transporte, energía, que luego adoptaron Rusia y China.
– Sistema métrico decimal: Usado globalmente, incluido en China.
– Libertad religiosa y de prensa: Ausente en regímenes autoritarios.

Espíritu crítico frente a estabilidad autoritaria:

La estabilidad no es virtud si se basa en el silencio impuesto. Europa ha preferido el ruido de la crítica al silencio del miedo. Y aunque eso implique conflictos, también implica progreso. La modernidad que vivimos —con sus libertades, sus contradicciones y sus avances— tiene raíces europeas, no en modelos autocráticos.

Conclusión

Admirar Europa no es negar sus errores, sino reconocer que su modelo permite corregirlos. En cambio, los sistemas que no permiten la crítica ni la disidencia perpetúan sus errores como dogmas. Por eso, cuando me pregunta de dónde saco mi imagen de Europa, le respondo: de su historia, de sus logros, de su capacidad de autocrítica. Y le hago otra pregunta: ¿de dónde esa imagen tan idealizada de quienes no permiten ni siquiera que se les critique y tan negativa de Europa ?

Un cordial saludo.

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Meester van Niemand 25 de septiembre de 2025 at 17:06

Sr. Teo (y con esto, por mi parte, termino):
De lo escrito por mí no puede desprenderse que tenga una imagen idealizada sobre Rusia o China. Se lo inventa usted. Es más , le diré que -puesto que no me gusta ser presuntuoso- apenas si tengo una imagen mínimamente cabal de ambas sociedades, más allá de los clichés que conocemos todos. De Europa tampoco sé mucho; lo suficiente, sin embargo, para que me sintiera encantado con que se pareciera un poco a la imagen que pregona de sí misma.
Un saludo.
Que tenga un buen año.
(Y gracias al profesor Torres por permitirnos estos desahogos).

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