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5 comentarios
Es lo que pasa cuando el dinero es el referente único en la sociedad.
Cuando más te acercas a este referente – más egoista y egocentrico te vuelves salvo que sepas preservar otros valores, lo cual parece muy difícil ya que al mismo tiempo te convences ( te convencen) haber merecido ser rico y te confirman ser infalible: ¿para que necesitás otros valores? En cambio el que sigue a distancia, el que sigue luchando, cuestiona (se cuestiona) y busca pronto otros referentes.
Video relacionado: entrevista con José Luis Sampedro
https://www.youtube.com/watch?v=jVBREfm8meI
Muy interesante. Como muchos otros aspectos de la sociedad, no se puede olvidar que la economía la hacemos los individuos, y que cada persona se comporta en una buena parte condicionada por patrones de nuestro inconsciente que parece que compartimos todos. Esto no exime a un rico en particular de su responsabilidad por sus acciones conscientes en el crecimiento de las desigualdades, pero ayuda a entender su comportamiento. Y si quieremos cambiar las cosas este aspecto sicológico es importante.
Me alegra saber que esto se ha comprobado en estudios serios. Vivo en una ciudad al norte, junto al mar Cantábrico. Hace años que noto cómo las personas con coches de marcas «exclusivas», es decir, para personas de altos ingresos (Audi, Mercedes, BMW, por ejemplo) cometen todo tipo de infracciones tanto en la ciudad como en la carretera. Aparcan en pasos de cebra, aparcan en la primera fila de un semáforo (sí, tal cual), poco respetan a los peatones; uno de ellos, que estuvo impidiéndonos la salida del garaje, al enseñarle la señal, me contestó que eso nos pasaba por ser tan gilipollas (literal) de pagar un vado permanente. Y en mi negocio, la única persona que pidió un crédito (poco dinero) y no sólo se marchó sin pagar sino que luego casi me estuvo amenazando por cobrarle, fue una chica de cantabria que conducía un BMW descapotable y era familiar de -palabras textuales- «tú no sabes cuántos títulos nobiliarios hay en nuestra familia. Cada vez que lo he comentado en reuniones, salvo mi marido, que también ha analizado este comportamiento, el resto me han mirado como paranoica. Este artículo me tranquiliza sobre mi salud mental. Al menos le concede algo de razón a la percepción que tenía de esta realidad.
Nada nuevo, ya lo habia dicho Honorato de Balzac,
«detras de toda fortuna hay un crimen.»
Impresionante,Juan, voy a compartirlo y muchas gracias por hacer tu lo mismo, tantas veces, con todos nosotros.