Publicado en La Voz del Sur el 14 de noviembre de 2025
Soy consciente de que el titular de este artículo es duro y quiero advertir de entrada de dos cosas importantes. En primer lugar, sé perfectamente que en la sanidad privada hay facultativos y todo tipo de personal empeñado en salvar vidas y que las salvan haciendo lo mejor que pueden su trabajo. Pero mi análisis no evalúa su desempeño particular, sino el del sistema sanitario de propiedad privada en general, que actúa como un negocio más en el ámbito de la salud.
En segundo lugar, quiero señalar que la afirmación que hago en el título no es una opinión subjetiva, sino la conclusión a la que han llegado estudios científicos que han evaluado el rendimiento y los efectos de los sistemas sanitarios en todo tipo de países.
Se puede decir taxativamente que la privatización de los sistemas sanitarios mata por razones de diverso tipo, aunque todas tienen que ver con una fundamental: la sanidad privada es un negocio y, por tanto, sólo puede proporcionar los servicios sanitarios que le proporcionen rentabilidad. No puede ser de otro modo porque, en caso contrario, desparecería como tal. En consecuencia, deja que enfermen o incluso que mueran sin darles atención las personas que no dispongan del dinero suficiente para pagar los servicios que pudieran necesitar. No hay otra posibilidad. Ningún negocio privado vende algo a quien no le pague por ello.
Sabiendo que esto último es un hecho innegable, quienes defienden la sanidad privada argumentan que tal problema se soluciona por medio de las pólizas de seguros privados que la población suscriba para que, llegado el momento, sus respectivas compañías se hagan cargo de las facturas correspondientes a los tratamientos que necesitaran.
Sin embargo, quien responde de esta manera se olvida de algo igualmente esencial: los seguros son también un negocio privado. Un negocio que quebraría sin remedio si asegurase a personas que le supusieran un gasto sanitario mayor que la cuota que pagaran por él. Recurren a estudios de probabilidades para hacer que su negocio resulte, en promedio, beneficioso, pero no pueden sobrepasar un determinado umbral de riesgo a la hora de proporcionar las coberturas particulares. O se las cobran muy caras, o dejan directamente fuera a las personas con patologías que necesiten tratamientos muy costosos. En ambos casos, excluyen a una parte importante de la población que termina enfermando o muriendo sin atención. Si se quiere tener pruebas de ello y ver cómo funciona el negocio de los seguros de salud privados, recomiendo ver aquí la película documental Sicko, de Michael Moore.
Hay que decirlo claro y conviene que nadie se deje engañar: el objetivo del sistema de sanidad privada, de sus empresas sanitarias, no es curar o prevenir enfermedades, sino maximizar su beneficio económico. Es legítimo. No lo critico, simplemente expreso un hecho. Si no lo hicieran así, como he dicho, tendrían que cerrar y perder el dinero que sus propietarios han invertido.
Eso significa que, para obtener beneficios y maximizarlos, un sistema sanitario privado no puede tener como objetivo reducir el número de enfermos, sino tener clientes recurrentes. Lo cual lleva, como está ampliamente demostrado, a incentivar la sobreprescripción de tratamientos rentables y, como he dicho, a descuidar o no atender a los menos lucrativos (los que necesitan prevención, atención o salud mental o cuidados crónicos). Esto es lo que produce daños médicos y mortalidad por mala praxis o por ausencia de seguimiento adecuado que son perfectamente evitables, tal y como confirman investigaciones de cuyos resultados doy cuenta resumida más abajo.
Puesto que un sistema sanitario privatizado no atiende a quien no tiene dinero o seguros, copagos o ayudas para medicamentos, la consecuencia inevitable es la desatención, el retraso de la consulta o sencillamente la renuncia al tratamiento. Eso agrava dolencias que serían perfectamente curables y multiplica muertes evitables por cáncer, diabetes, hipertensión o infecciones, por ejemplo. Un estudio de hace diez años mostró que, en Estados Unidos, un aumento de 10 dólares en los copagos mensuales por consultas médicas y medicamentos recetados provocaba una reducción del 8,6% en el gasto por esos servicios.
Puesto que la sanidad privada sólo puede funcionar bien allí donde hay dinero, produce además un agrandamiento de las brechas de salud. Los recursos (personal, tecnología, camas UCI) se concentran donde son más rentables, no donde hay más necesidad, y las zonas rurales o empobrecidas quedan desatendidas. El resultado también es el aumento de las tasas de mortalidad evitable y el descenso de la esperanza de vida en los grupos de población con menores ingresos.
Cuando la sanidad pública se privatiza se producen más enfermedades y muertes por otra razón adicional: los servicios sanitarios públicos, de cobertura universal actúan como una infraestructura de prevención, y cuando se privatiza se pierden capacidades de vigilancia epidemiológica, de vacunación masiva o de respuesta ante pandemias. Sin olvidar, además, que cuando eso sucede la información sanitaria se fragmenta y los datos clínicos se tratan como propiedad privada, por no decir que como una mercancía más con la que se puede ganar dinero adicional.
Por otro lado, está ampliamente demostrado que el personal sanitario, facultativos, personal de enfermería, auxiliares, etc. está sometido a mucha mayor presión para aumentar su productividad en los centros sanitarios de propiedad privada. Es lógico que ocurra eso pues, como he dicho, allí hay que recuperar la inversión realizada y obtener el mayor beneficio posible. La consecuencia es el menor tiempo dedicado a los pacientes, contratos precarios y una presión constante que aumenta los errores y el agotamiento, lo que empeora la atención y termina produciendo más muertes evitables.
Hay otra razón más que hace que los sistemas sanitarios privados produzcan muertes. Aunque pueda parecer mentira, la lógica del mercado es la de curar cuando ya hay enfermedad (en eso justamente consiste el negocio) y no evitar que la haya (pues entonces no lo hay). Dicho muy claramente: la prevención de la enfermedad no es negocio y, por tanto, no es lo que puede ponerse como objetivo la sanidad privada. Y, sin embargo, es bien sabido que la prevención es la mejor vía para evitar muchas enfermedades y millones de muertes.
Este hecho es el que provoca que los programas de vacunación, educación nutricional, detección temprana o salud comunitaria, sin los cuales se producen más muertes evitables, sean más débiles y mucho menos efectivos en países, como Estados Unidos, en donde la sanidad privada está generalizada.
A todo lo anterior hay que añadir que el negocio sanitario es muy poderoso y que las grandes empresas hospitalarias y farmacéuticas tiene capacidad suficiente para actuar como grupos de presión que imponen precios inflados y políticas que le sean favorables, normas que permitan tratamientos marginalmente eficaces pero carísimos y el abandono de los baratos y efectivos. Lo cual afecta también a la salud y llega a producir la muerte de muchas personas. Una de las consecuencias de esto último son las trabas de todo tipo que se ponen a la realización de estudios científicos que permitan mostrar mucho más ampliamente que, como se dijo en la revista The Lancet, «la privatización de la atención sanitaria casi nunca ha tenido un efecto positivo en la calidad de la atención» y que «el respaldo científico para una mayor privatización de los servicios sanitarios es débil». Los escándalos que rodean la actuación del Grupo Quirón en Madrid son buena prueba de ellos, aunque no la única ni la más onerosa para las arcas públicas.
Por último, hay una razón más por la que se puede afirmar que privatizar la salud mata. El negocio sanitario privado obtiene beneficios (de carácter extraordinario generalmente, al no haber perfecta competencia en ese mercado) no sólo como exclusivo resultado de poner en valor los capitales y recursos que proporcionan sus propietarios. Se nutre muy ventajosamente del valor producido durante decenios por el capital público (investigación básica, infraestructuras, formación del personal…) por el que no paga, puesto que no se cuantifica en sus balances contables. Además, obliga a que el Estado tenga que asumir el coste derivado de sus déficits de gestión a los que he hecho referencia. Y, por si todo esto fuese poco, se nutre de una constante aportación privilegiada de fondos procedentes del sector público. Dicho de otro modo: el sector sanitario privado, al menos en países como España no podría ser rentable sin recibir fondos multimillonarios del Estado o sin excluir de sus servicios a la mayor parte de la población. Su negocio es parasitario y oportunista: gana dinero con los servicios sanitarios rentables y deja los que no lo son al Estado. Eso mina los recursos públicos y, al final, el servicio público se deteriora e incluso allí aumenta el número de muertes evitables.
Como dije al principio, las afirmaciones que acabo de hacer no son opiniones subjetivas, sino que está avaladas por investigaciones y estudios empíricos realizados en los centros científicos más prestigiosos del mundo. Afirmar, por tanto, que la privatización de la sanidad mata es sostener un hecho objetivo y cierto que la experiencia real demuestra día a día.
Expongo a continuación sólo algunos datos que lo demuestran:
– En Estados Unidos, la falta de seguro sanitario se asocia con 45.000 muertes anuales y un 40% más de riesgo de morir respecto a personas aseguradas, en general, e incluso con un 50% mayor que los asegurados en algunos grupos de población de menor ingreso.
– En Inglaterra, el aumento del gasto externalizado a proveedores privados entre 2013 y 2020 (lo que viene ocurriendo en muchas comunidades autónomas españolas desde hace tiempo) se asoció con incrementos significativos de muertes que no deberían ocurrir con atención oportuna y eficaz.
– La OCDE ha mostrado que la “mortalidad evitable” (suma de la que se puede evitar con salud pública y primaria fuertes y con la evitable con asistencia clínica eficaz y a tiempo) aumenta donde se debilitan la prevención y la atención primaria por lógicas de mercado. Por el contrario, señala que fortalecer la atención primaria, la salud pública y el acceso universal reduce esas muertes.
– Los estudios comparativos internacionales muestran que los sistemas sanitarios con mayor fragmentación y peso privado tienen peores resultados. Según un estudio comparativo entre diez países de 70 indicadores de desempeño del sistema de salud relativos al acceso a la atención sanitaria, proceso de atención, eficiencia administrativa, equidad y resultados de salud, Estados Unidos destaca «por el bajo rendimiento de su sistema de salud». Y, sobre todo, por no «mantener a su población sana».
– Estados Unidos es el país que más gasta en sanidad (más del doble que los de la OCDE de media) pero al ser privatizada, obtiene peores resultados que los demás: tiene menos camas hospitalarias por 1.000 habitantes, menos esperanza de vida, mucha más mortalidad evitable, mortalidad infantil y materna, menos vacunación infantil y mayor extensión de las epidemias… El exceso de mortalidad acumulado durante la pandemia de la Covid-19 fue sustancialmente mayor en Estados Unidos que en los demás países de la OCDE.
Estados Unidos es la primera potencia económica mundial, la que más gasta en salud, pero la que en mayor medida lo hace en un sistema de salud y seguros privados. La consecuencia es que ocupa el lugar 54 en el ranking que ordena a todos los países por eficiencia del gasto sanitario atendiendo a todos sus resultados, y -como acabo de decir- es el último de entre todos los más adelantados atendiendo al acceso, eficiencia, equidad, resultados y atención preventiva.
– Tras analizar casi 700.000 hospitalizaciones en Estados Unidos se descubrió que las llevadas a cabo en centros adquiridos por fondos de inversión de capital privado registraban un 24 % más de infecciones provocadas en el hospital que en el resto, y son más costosas para la sociedad.
– Las tasas de mortalidad de pacientes atendidos en los servicios de emergencia de los hospitales de Estados Unidos aumentaron con posterioridad a sus adquisiciones por empresas privadas.
Estas son las razones y los hechos que permiten afirmar sin duda ninguna que privatizar los servicios sanitarios y alejarse del modelo de asistencia universal garantizada es una forma más de matar a la gente.
Ningún político va a reconocer nunca que está dando ese paso. Como no lo hace el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que acaba de decir que su partido, el PP, es «que más hace por los servicios públicos en esta comunidad», cuando el 26% de las camas y el 53% de los hospitales en Andalucía ya son de propiedad privada y el 51,7% de los hospitales públicos tiene conciertos con el privado.
Esos porcentajes, en aumento constante, no son cifras frías. No tenga ninguna duda quien lea estas páginas: se están traduciendo ya, y esto irá en aumento, en desatención y en muertes evitables. La forma más inhumana y cruel de hacer que se muera la gente inocente. La que van a tener docenas de miles de personas, quizá millones, en Andalucía en donde vivo, en España y en todo el mundo, si siguen votando y dejando hacer a los políticos y partidos que actúan, por muy callada y vergonzantemente que lo hagan, al servicio del capital sanitario privado que hace negocio con la salud y la vida de la gente.
- Me ahorro calificar a los responsables políticos y dirigentes sociales, económicos, empresariales o mediáticos que, sabiendo perfectamente lo que supone privatizar la sanidad para la vida de la gran mayoría de la gente, siguen privatizándola con el único objetivo de ganar más dinero.
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17 comentarios
Felicidades por el artículo profesor.
Otrosí es que los puestos de responsabilidad y de tomas de decisiones en las Consejerías de Sanidad de las diferentes Comunidades Autónomas, se las dejan a empleados de los grupos de la sanidad privada, como ocurre en Madrid. caso del Grupo Quirón, o en Andalucía, caso del Grupo Asisa. Con la excusa de que son técnicos, son el zorro dentro del gallinero. Así el pack está completo.
Fantástico artículo profesor, documentado, claro y contundente.
Muchas gracias
Muy buen resumen del problema. Ojalá lo lean y suscriban la mayoría de los políticos y votantes para las próximas elecciones. Si esto sigue así, el futuro será peor para todos.
Buenas noches.
Muchas gracias. Los ejecutores de las privatizaciones son malvados, «malosos». Van a lo que van. Y me temo que reciben los votos por esa malvada condición en éste aspecto y en otros. Como si el cuerpo electoral estuviese enfermo, deformado. Los malosos parece que lo saben manejar.
Enhorabuena por la precisa formulación. Saludos.
M. Plaza
Totalmente de acuerdo y perfectamente explicado. La sanidad privada mata, luego deberiamos prohibirla. O al menos, advertirlo en la publicidad como ocurre con el tabaco.
La sanidad privada gasta una enorme cantidad en publicidad vendiendo sus ventajas con la pública, tanto en atención inmediata como más personalizada o familiar que la pública, pero esto lo consigue precisamente por lo que muy bien explica, y de manera contrastada.
Esto es, seleccionando la atención médica que le interesa para la rentabilidad de su negocio, y desentendiéndose de todas las demás.
Gracias por facilitarnos información de solvencia que así lo corrobora.
Los ejecutores de la demolición de la sanidad pública no son los únicos culpables, ya que cuentan con el aval ciudadano de forma activa (con su voto) y pasiva (con la abstención)
Nadie puede llamarse a engaño.
Tenemos lo que la mayoría ha votado.
Así es como lleva usted toda la razón
Gracias por el comentario .
Yo creo que el trato medico en las sociedades privadas es distante y muy autoritario . No dejan hablar y estan siempre dispuestos ha interrumpirte y a ponerte en » tu sitio «. A mi me desagrada mucho .
A veces tengo la impresión de que los medicos o la mayoria de ellos estan en la cuspide de la piramide social presionando y maltratando a la gente o por lo menos sometiendola a un trato desagradable .
Si ademas de eso nos encontramos que la eficacia disminuye y aumentan las muertes al privatizar el asunto estamos en el mejor de los mundos .
El trato autoritario y desagradable de la profesión medica es «vox populi «. En mi opinión se trata de un mal necesario .
Desde luego , con estos comentarios no quiero desviar la atención del corazón de su comentario . Los peligros de tratar con el mercado y el beneficio una cuestión como la salud de la población . El ejemplo de los Estados Unidos es ya famoso por lo enredoso e ineficiente ¿ no bastaria este ejemplo tan notorio para frenar en las urnas a los partidarios de seguir ese camino .
Creo que en Cataluña es distinto pero en Madrid tenemos muy mala suerte . Ojala el partido popular sea desalojado lo antes posible de la presidencia de la comunidad . Saludos
Los problemas con el indicado, necesita cómplices necesarios para que se lleve a cabo y en España tanto el PP como el PSOE son lo mismo para la gestión de lo público y ellos no están al servicio del pueblo y para ello les esbozo esta situación que ha sido real y se sigue llevando a cabo….
Si tú eres un “gran banquero / muy rico” y quieres que los servicios públicos —sanidad, educación, pensiones— pasen a manos privadas o a empresas afines:
1. Debilitamiento gradual, no choque brutal
o No necesariamente se trata de destruir el sistema en una gran crisis, sino de introducir recortes graduales, argumentados como eficiencia, austeridad u “optimización”. Esto hace que el público no perciba siempre una conspiración directa, sino “ahorro público”;
o Usar la narrativa de que lo público es ineficiente, corrupto o costoso para justificar cambios (“no es un gasto, es una inversión privada más eficaz”).
2. Captura política
o Financiar partidos “manejables” (o afines) para que impulsen reformas pro-mercado;
o Colocar a tus aliados en puestos de decisión clave (ministerios, comisión regulatoria, asesorías), para diseñar leyes de externalización, concesiones, asociaciones público-privadas (PPP);
o Promover “think tanks” o instituciones académicas que produzcan estudios que justifiquen las privatizaciones con supuestas ganancias de eficiencia, con datos sesgados si es necesario.
3. Crear mercado privado competitivo
o No basta con recortar lo público, hay que preparar a las empresas privadas para recibir ese volumen de clientes: que tengan capacidad técnica (hospitales privados, clínicas, redes educativas);
o Asegurar que esas empresas puedan recurrir a fondos adecuados (inversores, bancos) para expandirse rápidamente;
o Usar contratos públicos (o concesiones) para garantizar ingresos iniciales, aunque sean deficitarios al principio (“pierdo dinero ahora para controlar el mercado”).
4. Deslegitimar lo público
o Promover la idea de que “lo público es para los pobres, la clase baja, el 2ª división”, mientras que la “élite” merece servicios privados de calidad;
o Usar medios (prensa, propaganda) para amplificar los casos de disfunción pública: listas de espera, escasez, corrupción, etc.;
o Mostrar “alternativas privadas” como más modernas, tecnológicas, rápidas, “premium”; de este modo atraes no solo a los ricos, sino también a una parte de la clase media que valora más la eficiencia.
5. Control de regulación
o Asegurar que las leyes que regulen el sector privado (sanidad, educación, pensiones) sean lo suficientemente laxas para maximizar beneficios, pero no tan laxas como para provocar escándalos insoportables;
o Evitar o retrasar regulaciones que limiten los márgenes de beneficio (o que impongan obligaciones fuertes de cobertura social), y si se regulan, hacerlo de forma gradual;
o Influir en organismos de supervisión (vía lobby, nombramientos) para que no obstaculicen el crecimiento privado.
6. Gestionar el riesgo político
o Tener siempre una “salida”: si la privatización provoca descontento, puedes ofrecer “compromisos sociales” superficiales (planes de garantía, subsidios privados) para mitigar protestas;
o Promover reformas fragmentadas: por ejemplo, privatizar primero ciertos niveles de educación (universidad), luego expandir; privatizar ciertas partes de la sanidad, no todo de golpe;
o Mantener interlocución con la sociedad civil para controlar la narrativa (“sí, defendemos lo público, pero hay que reformarlo”).
Ejemplos históricos
Chile – Pensiones y salud
o En Chile, bajo la dictadura de Pinochet, José Piñera impulsó un sistema de pensiones totalmente privatizado (AFP) en 1981.
o Muchas fuentes académicas critican que ese sistema ha generado “acumulación y concentración de capital” en manos de las administradoras, y pensiones insuficientes o desiguales para los jubilados.
o Un estudio señala que los grupos financieros más poderosos tuvieron un papel clave al obligar al régimen a aprobar la privatización de las pensiones.
o Además, según la OIT, entre 1981 y 2014, más de 30 países privatizaron total o parcialmente sus pensiones.
En fin, no hace falta ser muy avispado para saber hacia donde vamos…y todos los caminos van hacia USA y su sistema sanitario y de pensiones y lo peor, con la total connivencia y/o confabulación (sin darse cuenta) de la ciudadanía que ya no es capaz de pensar…
Excelente exposición. Enhorabuena, profesor.
Eso con la sanidad.
El otro ultraje el de las residencias(chiringuitos de mierda, diría yo) para mayores.
Tengo muy pensado lo poco satisfactorio de arrastrar la existencia (que no vivir) unos cuantos años mientras se hacen ricos a tu costa esos hijos de puta.
Usted ha puesto una frase lapidaria: “ Eso significa que, para obtener beneficios y maximizarlos, un sistema sanitario privado no puede tener como objetivo reducir el número de enfermos, sino tener clientes recurrentes.”. Y esa es la pura verdad: a los “médicos” no les interesa curar enfermedades, sino atenuar síntomas esclavizando a los pacientes a consumir fármacos que solamente atenúen aquellos y los conviertan en clientes recurrentes. Y, como la mayoría de esos fármacos tienen efectos secundarios que se van acumulando y producen otras enfermedades, pues el NEGOCIO (léase EXPLOTACIÓN Y ROBO PERVERSOS) está asegurado. A fin de cuentas, los “médicos” son empleados sin sueldo de las farmacéuticas, son sus promotores y vendedores más eficaces.
Hola, Juan
<>
No estoy de acuerdo. Esta consideración es positivista (como sucedía en el siglo XIX en parte de la intelectualidad capitalista burguesa dominante), meramente descriptiva de un hecho que encierra una firme respuesta desde esa realidad llamada «bien común». Al mismo tiempo, esa «legitimidad», que dice que tiene la naturaleza del capital privado, choca frontalmente con su posterior crítica de una sanidad privada para la sociedad.. Dice que «no lo critica», pero luego lo hace. Porque merece una férrea crítica y una negación absoluta de legitimidad» alguna. Éste es uno de los principios poderosos del capitalismo que, astutamente, ha logrado que sea aceptado por la sociedad dándole ésta su apoyo. El enriquecimiento privado, la acumulación de capital no es legítimo desde el punto de vista del bien común, del beneficio colectivo, no individual. Es decir, desde la atención y la lucha por un bienestar vital.
Lo peor es que el modo de producción capitalista lleva mucho tiempo ganando la lucha de clases. Y eso ha generado una sociedad encantada de ser una sierva del dios Don Dinero, del capital; y de dar su confianza a esa élite política, económica y financiera que, de forma parasitaria, absorbe toda la producción pública que genera la sociedad y administra el Estado. Una realidad ésta que se viene produciendo siglo tras siglo en este país y en otros territorios del mundo occidental capitalista, liberal, burgués.
Aún no he comenzado su lectura, pero este libro puede hacernos ver esa enorme entrega del Estado, de sus dirigentes políticos al bienestar de la empresa privada, la que ha dirigido -y lo sigue haciendo- la vida de la sociedad.
https://www.lacentral.com/arenas-posadas-carlos/el-estado-pesebre/9788419188748
Otro hecho importante que hemos de tener en cuenta es que las políticas de los imperios, que son impuestas y aceptadas por sus provincias (como ha venido sucediendo desde la Antigüedad, el imperio romano, por ejemplo), es lo que en España lleva sucediendo desde después de la Guerra Civil hasta hoy día, año 2025, siglo XXI. España es una provincia de los Estados Unidos, de ahí que aquélla haya aceptado el modo de ser, el modo de vida estadounidense en su pensamiento, en su comportamiento. No hay más que ver el poder dictatorial de ese capitalismo digital, de ese Tecnofeudalismo del que muy bien nos explica Yanis Varoufakis en su último libro: https://www.txalaparta.eus/es/libros/tecnofeudalismo?srsltid=AfmBOorrcsArPRAqWb6iSfdgGMlh-QKX7tzVgce_Lnxc1Aa-OZSh4oD9, y de la defensa de ese sistema social privado por parte de la clase política dominante en España que controla y dirige el Estado.
La sociedad española no rechaza de manera firme la privatización de la sanidad ni del resto de los servicios públicos (las pensiones, la sanidad, la educación y los servicios sociales de ayuda son las partes del pastel que muy obcecadamente persigue comerse la banca privada y todo el círculo empresarial), porque aquellas generaciones que sobrevivieron a la destrucción de la Guerra Civil y a la represión cruel que llevaron a cabo las vencedoras y los vencedores de esa guerra, sus descendientes, han nacido, educado y crecido en la obtención del capital, especialmente durante la década de los años 70, en la mal denominada Transición, y la «democracia» capitalista burguesa, apoyada por la socialdemocracia (Psoe) y la derecha fascista franquista, defensoras del poder de la élite del capital.
Sanidad privada: una cruel realidad que se ha convertido en una compañera más de nuestra vida.
¡Gracias, Juan, por la invitación a pensar, algo que se está cargando esa Inteligencia Artificial!
Cuando le preguntan a Mafalda: «¿Te preocupas por el avance de la Inteligencia Artificial?», y ella responde: «No, me preocupa más el retroceso de la inteligencia natural».
Hola. A mi un modesto aux. administrativo siempre me ha llamado la atención una cosita.. a 31.12.23 debíamos todos 1.575.377 millones de euros, al 2024 1.620.573M€ y a Septiembre 2025 1.710.060 millones de euros y tengo que soportar que nos vendan que españa va bien, pero yo en octubre compre un kilo de manzanas y pague 4,5€ y ayer 5€, no os voy a decir que cada dia es mas caro todo, eso lo sabéis todos, conseguir un alquiler es cosa ricos y lo mas increible no hay a corto plazos vivendas en alquiler y os pongo un ejemplo de la desigualdad fiscal o justica fiscal indecente en españa y eso que para colmo nos gobierna unos supuestos «socialistas»… autónomos frente al alquiler vacacional
Mientras a miles de autónomos nos exigen cada mes cotizaciones, altas, seguros y obligaciones sin tregua, otros desarrollan actividades económicas de igual o mayor rentabilidad sin asumir ni una mínima parte de esas cargas. Hablo de la realidad del alquiler vacacional frente al trabajo autónomo tradicional.
Soy fontanero. Para poder trabajar legalmente tengo que estar dado de alta en el IAE, pagar mensualmente la cuota de autónomo, presentar mis declaraciones trimestrales de IGIC e IRPF, contratar un seguro de responsabilidad civil y cumplir con todas las obligaciones fiscales y contables que marca la ley. Si no lo hago, no puedo emitir una factura ni trabajar sin arriesgarme a una sanción.
Mientras tanto, muchos propietarios que alquilan viviendas vacacionales —a veces con rotaciones cada cuatro o cinco días, ofreciendo limpieza, atención al cliente y gestión continua— no tienen la obligación de darse de alta como autónomos, ni en el IAE, ni en la Seguridad Social. Basta con una simple alta censal en el IGIC.
Es decir, ejercen una actividad económica continuada, con beneficios regulares, sin estar sometidos al mismo marco que cualquier profesional que viva de su trabajo. Y eso, nos lo vendan como nos lo vendan, es una competencia fiscal y laboral desleal.
Las diferencias son evidentes:
Concepto Autónomo (ej. fontanero) Propietario vivienda vacacional
Alta en IAE Obligatoria No obligatoria (si no supera 1M€)
Cuota Seguridad Social Obligatoria mensual No obligatoria
Fiscalidad IGIC + IRPF trimestral + contabilidad IGIC (en algunos casos)
Seguros, riesgos, inspecciones Sí, exigidos No, en su mayoría
Naturaleza de la actividad Servicio profesional Explotación económica turística
En la práctica, algunos propietarios gestionan varias viviendas, con ingresos de decenas de miles de euros anuales, sin aportar a la Seguridad Social ni al sistema tributario como lo hacemos los autónomos.
A eso se suma que ahora, con la nueva ley de vivienda vacacional que se debate en Canarias, algunos colectivos denuncian que se les está limitando o regulando “en exceso”. Pero antes de hablar de límites, deberíamos hablar de justicia contributiva.
No puede ser que quien vive del sudor de su trabajo pague más y tenga más obligaciones que quien obtiene rentas regulares del turismo sin apenas cargas.
El principio de igualdad ante la ley no puede quedarse en palabras bonitas: debe aplicarse también al ámbito fiscal y laboral.
Si el alquiler vacacional es una actividad económica —y lo es, cuando hay rotación constante, publicidad y servicios añadidos—, sus titulares deben cotizar, tributar y cumplir como cualquier otro trabajador o empresario.
De lo contrario, se perpetúa una injusticia que castiga a los que sostienen el sistema y premia a quienes se benefician de los vacíos legales.
Cuando hablamos de privatizar lo publico, está claro que no lo razonamos y para ello lo ilustro con este «artículo» leído…Wright Patmann cogresista demócrata en EE.UU 1928-76 …¿Por qué un Estado soberano, que tiene el monopolio constitucional de crear dinero, se endeuda con bancos privados para poner en circulación su propia moneda… y encima les paga intereses eternos?
Absurdo en sí mismo:
1. Cómo funciona el timo legal
o El gobierno gasta más de lo que ingresa → déficit.
o En vez de crear el dinero directamente (como podría), emite bonos del Tesoro.
o La Reserva Federal y los grandes bancos/fondos los compran creando dinero de la nada (una simple anotación contable).
o Resultado: el Estado paga intereses de por vida a esos tenedores privados.
Hoy la deuda de EE.UU. supera los 36 billones de dólares y el pago de intereses ya es la partida que más crece del presupuesto (más que defensa o sanidad).
2. La crítica es de pura lógica
o El gobierno podría crear ese dinero sin deuda, como hizo Lincoln con los greenbacks (1862-63) o como hace Japón desde hace 30 años con inflación casi cero.
o Al pasar por bancos privados, se genera deuda perpetua y se transfieren billones a rentistas: BlackRock, Vanguard, fondos de pensiones, multimillonarios extranjeros…
o ¿Por qué nadie lo cambia? Porque: • El sector financiero es el mayor donante de campañas de ambos partidos. • Los economistas oficiales repiten como loro “imprimir dinero = hiperinflación” (aunque Japón demuestra lo contrario). • Los políticos temen que “los mercados” castiguen al país si rompe el tabú.
3. Alternativas reales que ya existen o se han propuesto
o MMT (Teoría Monetaria Moderna): un Estado que emite su propia moneda nunca quiebra; el límite es la inflación, no la deuda.
o Chicago Plan (años 30): 100 % de la creación de dinero estatal; los bancos solo prestan dinero real que ya existe.
o Vollgeld / Sovereign Money: referéndum en Suiza 2018, propuestas en Islandia, campaña activa en Reino Unido (Positive Money).
o Japón y China ya lo hacen a medias: sus bancos centrales compran deuda pública directamente, sin tanto intermediario privado.
4. Conclusión directa No hay ninguna justificación racional ni técnica para que el Estado pague alquiler por usar su propio dinero. Solo existe porque los políticos (de todos los colores) están capturados por el lobby financiero o tienen miedo de tocar el sistema.
Es un robo institucionalizado, 100 % legal y en plena vista. Y la prueba es que ningún presidente o primer ministro etc. lo cuestiona de verdad, aunque saben perfectamente que Wright Patman llevaba razón hace 80 años.
Os traigo otro relato que me parece de juzgado de guardia… ¿No piensa solo un poquito la ciudadanía?
En EE.UU. como en la Unión Europea el sistema de deuda pública + creación monetaria privada se mantiene intacto y, sobre todo, por qué la inmensa mayoría de la ciudadanía ni se entera o no lo considera un escándalo.
1. En EE.UU.: está literalmente prohibido por ley hablar claro del tema
La Reserva Federal es “independiente” por diseño (Federal Reserve Act de 1913 y reformas posteriores). Eso significa que ni el Congreso ni el presidente pueden auditarla a fondo ni obligarla a explicar ciertas operaciones (la única auditoría parcial fue en 2010 tras la crisis y gracias a Ron Paul + Bernie Sanders).
Los grandes medios (CNN, Fox, NYT, WSJ…) tienen consejos de administración llenos de ex-banqueros o gente de BlackRock, Vanguard, JPMorgan. No es conspiración: son hechos públicos. No muerden la mano que les da anuncios millonarios y financiación.
En las facultades de Economía el 90 % del temario sigue el paradigma neoclásico/neoliberal que presenta la deuda pública y la creación monetaria privada como “natural e inevitable”. La MMT o el Chicago Plan apenas se mencionan o se ridiculizan.
2. En la Unión Europea: está grabado en piedra en los Tratados
Artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la UE: PROHÍBE EXPRESSLY que el BCE preste directamente a los Estados. Tienen que endeudarse en los mercados privados aunque sea a tipos más altos.
Artículo 125: “cláusula de no rescate” → cada país responde de su propia deuda (por eso Grecia pagó intereses brutales en 2010-2015 a bancos alemanes y franceses).
Pacto de Estabilidad y Crecimiento + Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (2012): límite del 3 % de déficit y 60 % de deuda/PBI, castigos automáticos. Todo diseñado para que los Estados dependan de los mercados financieros privados.
El BCE puede comprar deuda en el mercado secundario (lo hizo con el QE desde 2015), pero nunca directamente al Tesoro. Es una ficción jurídica para mantener el negocio de los bonos y los intereses privados.
3. ¿Por qué la ciudadanía no se entera o no reacciona?
Aquí van las razones más potentes (y dolorosas):
a) Complejidad deliberada
El tema es técnico a propósito. Si lo explicas en 30 segundos (“el gobierno paga intereses por usar dinero que podría crear gratis”) suena a locura conspiranoica. Hace falta media hora para entender el mecanismo… y la gente no tiene media hora.
b) Los medios nunca lo cuentan así
Cuando sube la deuda, los titulares son: “¡Irresponsables! ¡Nos endeudamos!”. Nunca: “El Estado entrega 1 billón al año en intereses a fondos privados que podrían evitarse”. El relato siempre culpa al “gasto público excesivo”, nunca al mecanismo de financiación.
c) Miedo a la “hiperinflación” como arma nuclear
Desde Weimar y Zimbabue, cualquier propuesta de dinero soberano se etiqueta automáticamente como “imprimir billetes sin control”. Aunque Japón lleve 30 años con deuda del 260 % del PIB y deflación.
d) Captura total de la clase política
En EE.UU. el lobby financiero dona más de 1.000 millones por ciclo electoral (OpenSecrets). En Europa, el 70 % de los comisarios europeos y altos cargos del BCE vienen o van al sector privado (revolving doors). Es legal y está normalizado.
e) La deuda beneficia a la clase media-alta
Los bonos del Estado los compran fondos de pensiones, seguros, bancos… es decir, los ahorros de millones de jubilados y clase media. Si mañana el Estado crea dinero sin deuda, los bonos valdrían menos y mucha gente “perdería” (en teoría). Eso genera resistencia pasiva.
f) Divide y vencerás
Mientras la gente discute de inmigración, género, Trump vs Harris o Barça vs Madrid… nadie habla de quién se lleva realmente el dinero: el 1 % rentista que vive de los intereses de la deuda pública.
Resultado: un sistema que transfiere riqueza de los impuestos y los recortes a los tenedores de deuda (bancos, fondos, millonarios) sigue funcionando desde hace décadas sin que haya una revuelta masiva.
En España lo vemos clarísimo: pagamos más de 40.000 millones al año solo en intereses de la deuda (2025). Eso es más que todo el presupuesto de Educación + Sanidad de varias comunidades juntas. Y nadie sale a la calle.