Publicado en Público el 8 de agosto de 2013
Hace unas tres semanas, escribí un artículo demostrando que el ministro alemán de economía, Wolfgang Schäuble, mentía al utilizar a su antojo los argumentos para poder vender las propuestas políticas que le convienen (Las mentiras del ministro alemán). Mentía al afirmar que el alto nivel de paro juvenil que había en España se debe a la falta de flexibilidad de nuestro mercado laboral. Mostré en el artículo que esa es una idea que contradice las evidencias empíricas y científicas de las que disponemos, que es un tópico fácilmente desmontable pero que se repite constantemente para justificar las medidas de flexibilización que, en realidad, no son sino simples recortes en los derechos laborales para que los propietarios del capital puedan obtener beneficios más elevados cómoda y fácilmente.Ahora, es el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, quien se descuelga con nuevas mentiras apoyando la propuesta del FMI de recorte salarial en España. Una opinión que enseguida ha sido apoyada por otros miembros de la Comisión Europea.
Ya demostré también en este mismo diario que se trata igualmente de una propuesta basada en falsedades parecidas y no voy a repetir ahora los argumentos en su contra (puden verse en Las mentiras de siempre del FMI).
Pero no podemos permanecer callados cada vez que todos estos personajes mienten. Hay que darles respuesta contundente cada vez que lo hacen.
Es completamente imposible de creer que el comisario finlandés y máximo responsable de economía de la Comisión Europea no sepa que en España vienen cayendo los salarios desde hace años en una magnitud nunca registrada en un país desarrollado. No es posible ni siquiera imaginar que desconozca que la evolución de la masa salarial en España no deja de disminuir, hasta el punto de habernos convertido en el país donde más crece la desigualdad e incluso en el más desigual de la eurozona, o que seamos la única economía de la OCDE en donde los salarios reales han bajado en los últimos veinte años. No es posible que el comisario y vicepresidente económico pida ahora que se recorten los salarios un 10% como si ese recorte, o incluso en mayor medida en algunos sectores, no se hubiera producido ya sin haber tenido otro efecto que más depresión aún de la demanda y de la actividad económica y, por tanto, el aumento del desempleo.
Y como es totalmente imposible que no sepan estas cosas, es por lo que no queda más remedio que deducir que si hacen estas propuestas no es solo por error o ignorancia, y ni siquiera por ceguera ideológica. Las imponen sobre todo porque son siervos de quienes se benefician de ellas.
Y estas declaraciones basadas bien en la ignorancia, en la mentira o en la servidumbre ya indisimulada de los dirigentes europeos demuestran que la Unión Europea, y particularmente la unión monetaria de la que formamos parte, son proyectos prostituidos (si es que cabe pensar que alguna vez fueron sinceramente concebidos para promover un mayor bienestar y el desarrollo de los pueblos europeos). La Europa que nos quieren imponer es ya el problema y no parte de la solución.
En el marco de esta Europa de la miseria, de los salarios de ruina, de los servicios de baja calidad y de la falta de democracia, España está condenada a la pobreza y a la sumisión y no tenemos por qué aceptar eso. Como hemos demostrado muchos economistas de izquierdas (aunque también otros de derechas o más conservadores) en diversos libros y trabajos, hay otras alternativas al empobrecimiento continuado.
Por eso debemos reclamar un debate abierto sobre las condiciones que nos quieren imponer. La ciudadanía tiene derecho a saber lo que hay detrás de un euro mal diseñado, de una Europa que no quiere desarrollar las instituciones democráticas y que, por el contrario, deja que nos gobiernen los grupos de poder financiero que no se presentan nunca a las elecciones. La gente tiene derecho a saber que le están mintiendo cuando nos dicen que lo que hay que hacer es bajar salarios y recortar derechos sociales, las razones de por qué lo hacen y, sobre todo, que hay otras soluciones, que hay caminos alternativos.
Para ello hay que exigir a los medios de comunicación que se hable de todo ello con independencia y pluralidad. Pero como esto no lo van a hacer por su propia cuenta, puesto que la inmensa mayoría está dominado por esos mismos grupos de poder, es fundamental que la ciudadanía los fuerce a cambiar su agenda y su discurso.
Es imprescindible que miles y miles de personas les reclamen pluralidad y debates libres e independientes por medio de llamadas, de cartas, de tuits, de mensajes de cualquier tipo o de boicots y sabotajes lúdicos, pacíficos y democráticos.
La experiencia nos indica que cuando se han producido ese tipo de movilizaciones frente a los medios de comunicación, la mayoría de las veces incluso de modo espontáneo, han tenido efectos positivos inmediatos porque todos ellos viven de sus lectores o audiencias.
Por eso hago una llamada para que todas las personas que no quieren seguir viviendo como vivimos se conviertan en sujetos activos del cambio, para que no se dejen llevar ni vencer por la pasividad y la frustración y para que cada una de ellas ponga los granos de arena que tenga a su alcance, que serán extraordinariamente útiles, para lograr que se modifique el discurso que nos domina y para que puedan difundirse también las ideas alternativas: ¡ni un medio sin discursos plural, ni una tertulia sin equilibrio de puntos de vista, ni un programa de radio o televisión sin presencia de economistas o analistas con ideas contrarias a las neoliberales que nos dominan!
No es una pretensión imposible. Todo lo contrario. Lo podemos conseguir haciendo uso del enorme poder que se encierra en cada uno de nosotros: enviando miles de comunicaciones de todo tipo contradiciendo lo que allí se afirme, reclamando pluralidad cuando no la haya y la presencia de opiniones distintas a las habituales, se les obligará a cambiar de discurso, y el boicot a quienes no rectifiquen y sigan mostrando sin alternativa las mentiras que solo benefician a los de arriba les hará perder publicidad e influencia. No tendrán más remedio que reflejar las demandas de la gente. Pero serán ajenas a éstas si no las expresamos claramente y si no las hacemos valer con decisión.
Tenemos el poder: usémoslo. Y si no lo usamos, no nos quejemos luego.
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8 comentarios
Quienes dirimieron sus diferencias durante siglos en el campo de batalla, protagonizando las guerras más crueles y sanguinarias, difícilmente podían participar en un proyecto común que beneficiaria a todos sin exclusión. El FMI, el BM o la UE representan nuevos escenarios de lucha para una clase dominante que nunca renunció y nunca recunciará a la acumulación de riqueza, con la diferencia de que los escenarios bélicos y el ultranacionalismo han sido sustituidos por escenarios mediáticos y un modelo económico global liderado por grandes corporaciones transnacionales que buscan sus oportunidades a través de las ventajas diferenciales, el saqueo de recursos en el tercer mundo, el ocultamiento de beneficios en paraísos fiscales, la organización de macroestafas con el apoyo de la clase política gobernante, la creación de situaciones de oligopolio o la derivación de riesgos y responsabilidades sobre la mayoría social.
Un modelo de estas características no sería posible sin un sistema mediático global, donde la clase dominante es capaz de establecer una ideología hegemónica, máxime tratandose de sociedades que reconocen el sufragio universal y donde el adversario es mayoritario en número con amplia diferencia. El hermetismo sin fisuras del sistema mediático global lo pudimos apreciar claramente con motivo de los atentados del 11-S o de la crisis económica que padecemos, en que todos los grandes medios (públicos y privados, audiovisuales y escritos, del primer y tercer mundo) vienen compartiendo las tesis oficiales, dejando fuera solamente a las pocas naciones que no aceptan las reglas de servidumbre de la tiranía imperial. Como no podía ser de otra manera, también los grandes medios españoles vienen colaborando al servicio de ese 1% privilegiado a nivel del «mundo libre» y en contra de los intereses de la mayoría de españoles. La colaboración de los grandes medios españoles en el nuevo modelo goebbelsiano, donde medios audiovisuales permiten la colaboración de medios competidores escritos (sin que falten nunca los más extremistas portavoces del sicariato de la pluma, como son los periódicos de extrema derecha ABC y La Razón) o donde manifiestos medios de derechas acuden al rescate de aparentes y ruinosos medios progresistas (como el grupo PRISA), es una clara demostración de la existencia de un sistema global sin fisuras, imprescindible a la hora de explicar el expolio que sufren las mayorías en modelos de sufragio universal y derechos formales.
Pedir a estos grandes medios, como hace Juan con la mejor de las intenciones, que dejen de mentir equivale a pedir el uso de armas de fogueo a los contendientes en un escenario bélico, o pedirles que firmen la paz y reconviertan el armamento en bienes civiles. Está claro que, como mucho, accederían a la petición de que mintieran más disimuladamente, ya que no fueron creados ni para informar verazmente ni para educar a las masas sino para manipularlas, haciendo posible que la minoría privilegiada siga disfrutando del control absoluto de la herramienta fundamental en el gobierno de cualquier sociedad: la creación y difusión de opinión pública. Por ello, es imprescindible que las mayorías ofendidas y humilladas tomemos conciencia de este escenario de confrontación y lucha de clases, que es la creación y difusión de opinión pública, dejando de mantener una suicida relación clientelar con el adversario para proceder a la constitución de medios propios que, inspirados en la ciencia y en la ética y al servicio de las mayorías, reconviertan el permanente carnaval político, cultural, social, económico en un modelo racional y ético de convivencia y progreso. Tan cierto como que los humanos no necesitamos devorarnos unos a otros para sobrevivir, podemos producir lo que necesitamos para vivir dignamente en mejores condiciones que antaño y no tenemos por que ser una amenaza propia y ajena si aprendemos a controlar los nacimientos en función de los recursos lo es que podríamos convertir la desventurada existencia humana en una digna y gratificante aventura sin exclusión. Actualmente, la mayor amenaza es la patológica adicción a la acumulación de riqueza de la clase dominante, que reproduce a nivel planetario un escenario similar al de las células malignas en el cáncer. Nada de lo que está ocurriendo se podría entender sin acudir a la ciencia de la psicopatología humana o sin reparar en el poder de los grandes medios de persuasión. En ambos aspectos, la izquierda real tiene mucho que aprender, mucho que decir y mucho que hacer.
Me parece buena idea linkear estas paginas en comentarios de las noticias online cundo tengan que ver con lo expuesto en el articulo. Las mismas personas que pueden leer el articulo del periodico podran acceder a esta pagina.
Mi reconocimiento y agradecimiento al esfuerzo regular y continuado que dedica a tratar temas de actualidad. Desde la cercania a sus oponiones, en algunas oportunidades, y desde la lejania en otras me siento en la obligación de reconocer su trabajo. Necesitamos que expertos como ud. nos ayuden a analizar la situación en la que vivimos para ver de encontrar algun camino que nos lleve hasta sitios mejores. Muchas gracias.
Gracias por todo.
Es difícil que los medios que no viven de sus lectores, sino de quienes les presionan para que se mantengan o vayan a la quiebra, hagan algo que sea de justicia.
Los medios de comunicación se han convertido en medios de incomunicación, de adoctrinamiento y de falsas opiniones. Son una especie de nuevo catecismo.
Sólo blogs como el suyo, pueden parar esta caída en cascada y sacarnos de este estado de narcolepsia colectiva.
Salud
Juan, es de agradecer, el esfuerzo que haces para muchos ciudadanos, y que descubras quienes son los lobos, pero en este país también hay muchos lobos y precisamente son los peores, PSOE, PP, CC.OO, UGT, IU y algunos mas y digo esto por que siguen engañando a las personas, que todavía se fían de ellos, no todo lo malo viene de afuera
Muchas gracias por dar un poco de luz para solucionar las situaciones que estamos viviendo. Me gustaría saber cómo empezar esto. Yo he escrito a los medios de comunicación para ver si nos ayudan a hablar libremente sobre cómo vemos las imposiciones de las instituciones europeas. También estoy escribiendo a las citadas instituciones. Pero no sé qué más hacer.
Gracias y espero su respuesta.
Jara, de Granada.
Si no lo intentamos, seguro que no conseguiremos nada. Yo ya me estoy poniendo manos a la obra.