Sami Naïr lo dice muy claro en su artículo La originalidad árabe que publica en El País:» es una evidencia factual: un pueblo movilizado pero no organizado es finalmente vencido frente a quienes poseen las armas. El gran desafío de los egipcios y de los tunecinos es formar partidos políticos, instituciones representativas, asociaciones que anuden los hilos de la revolución para transformar en voluntad política organizada esta fuerza liberadora». Esa es la clave.
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