Publicado en La Voz del Sur el 2 de octubre de 2025
Durante más de un siglo, los economistas que gozan de más influencia y reconocimiento académico, mediático y político se han esforzado en hacer creer que la economía es un mecanismo de ingeniería social que funciona por sí solo, regido por leyes propias cuyo funcionamiento, precisamente por serlo y como le sucede a cualquier ley natural, queda fuera del alcance de los seres humanos.
Afirman que los precios de los bienes y servicios que satisfacen nuestras necesidades se determinan automáticamente por la ley de la oferta y la demanda. Repiten constantemente que los mercados funcionan autónomamente, como la maquinaria de un reloj, y aseguran que dejarlos actuar sin intervención, sin dictados ni reglas, promoviendo la desregulación más intensa y el libre cambio, es la mejor vía para alcanzar el mayor beneficio particular y el bienestar general.
Aseguran que, en esos mercados, los más deseables y a los que hay que aspirar, todos los sujetos tienen la misma información y que ninguno de ellos puede influir sobre la conducta de los demás, ni imponer su voluntad sobre el resto de productores y consumidores. O que la retribución de los diferentes sujetos depende objetivamente de su contribución (igualmente objetiva) a la producción. Difunden modelos en los que se asegura que las variables fundamentales, como la inversión, sólo dependen de otras, como los tipos de interés, que están dentro del propio modelo. En el cual, además, sólo tienen cabida los elementos o relaciones que tienen expresión monetaria.
Desde casi el primero momento en que esas tesis fueron formuladas, otros economistas demostraron matemáticamente o con datos empíricos, que eran falsas y que la realidad mostraba que la economía no funcionaba de ese modo.
Sin embargo, aunque nunca (he dicho nunca) se haya podido mostrar en ningún libro o manual (he dicho en ninguno) algún ejemplo real de las supuestas leyes de la oferta y la demanda; aunque Piero Sraffa demostrase que las hipótesis sobre las que se sostiene el modelo teórico del que se deducen las bondades del mercado son inconsistentes; aunque Nicholas Georgescu-Roegen dejara claro que las tesis y propuestas de la economía liberal dominante contradicen las leyes de la termodinámica; a pesar de que la realidad mostrase diariamente multitud de ejemplos concretos que mostraban que las cosas no funcionan como dicen los economistas del pensamiento dominante… a pesar de ello, estos no sólo siguen defendiendo sus tesis, sino que continuan recibiendo premios, honores, y el máxima apoyo para que difundan su pensamiento.
Sin embargo, la llegada al gobierno de líderes que abiertamente defienden las tesis más radicales de la economía liberal (hasta el punto de denominarse a sí mismos, anarcoliberales para mostrar que su rechazo al Estado es radical) está produciendo un curioso efecto.
Los mismos que siguen defendiendo en sus escritos las tesis del automatismo del mercado hacen justamente lo contrario cuando gobiernan, mostrando así claramente que sus tesis son un disparate tan grande que ni sus partidarios más acérrimos puede ponerlas en práctica.
En lugar de renunciar al Estado, multiplican la regulación y las normas: ningún otro presidente de Estados Unidos ha emitido tantas órdenes ejecutivas como Trump, y el argentino Milei ya va por dos rescates del papá Estado al que decía haber renunciado, además de haberse aprovechado de él para llevar a cabo prácticas corruptas y, sobre todo, para ayudar a los grupos de interés que lo apoyan políticamente. En lugar de favorecer la información perfecta y gratuita de los sujetos económicos, lo habitual es ver a estos anarcoliberales confraternizando sin disimulo o incluso compartiendo gobiernos con los propietarios de los grandes oligopolios. Trump obliga a las corporaciones farmacéuticas a que fijen los precios a su conveniencia, obliga a las empresas a que inviertan allí donde él decide, se salta a la torera el libre comercio y basa las relaciones económicas internacionales en la extorsión y la amenaza. Cuando gobiernan, son los propios anarcoliberales quienes se empeñan en mostrar que la inversión no se comporta como dicen sus modelos, ni los beneficios se obtienen como aseguran las teorías económicas que defienden. Trump no sólo no oculta que manipula los mercados para producir ganancias a los grupos de interés que lo apoyan, sino que se vanagloria y hace ostentación de ello.
Son los propios anarcoliberales los que están demostrando, ahora que gobiernan, lo que con más intensidad han querido ocultar durante más de cien años: la economía no es un mecanismo automático, ni funciona en virtud de leyes naturales, sino que es el poder, el diferente poder de los distintos sujetos económicos, lo que determina qué ocurre y qué no en las relaciones económicas, qué tipo de resultados dan, y quién se beneficia de ellos en mayor o menor medida.
Y lo más extremo: quienes alardean de ultraliberales, demuestran que no son ni siquiera un poco liberales, sino líderes autoritarios, enemigos de la libertad y expresamente contrarios a la filosofía de la empatía y el respeto que defendieron los grandes pensadores del liberalismo.
El trumpismo y la motosierra de los anarcoliberales no son sino la simple puesta en marcha del inmenso poder del Estado para favorecer a los viejos amos del mundo, las finanzas y grandes corporaciones, y al emergente capitalismo tecnológico de las redes y la nube que no puede funcionar con asalariados y democracia, sino con siervos y dictaduras que lo protejan.
Como muestro en un nuevo libro que estará en librerías a partir del 12 de noviembre (Cómo sobrevivir al trumpismo y a la economía de la motosierra), lo que estamos empezando a ver de la mano de los gobernantes anarcoliberales es un fraude intelectual, un disparate que terminará muy mal, si no se le pone fin con los nuevos modos de pensar, principios y políticas económicas que allí analizo.
Ahora bien, a esta experiencia de gobierno anarcoliberal quizá podamos agradecerle algo en el futuro. A partir de ahora será mucho más difícil que sigamos leyendo en libros y manuales las tonterías y falsedades con las que se ha venido tratando de encubrir la realidad de la vida económica.
No me cabe duda, en todo caso, de que seguirá habiendo fanáticos que las sigan defendiendo. Lo mismo que hay millones de personas que siguen creyendo que la tierra es plana, seguirá habiendo economistas que afirmando que la economía es un mecanismo de relojería y que el poder o la energía no tienen nada que ver con ella. Pero serán eso, lo que son, terraplanistas económicos.
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9 comentarios
Son los propios anarcoliberales los que están demostrando, ahora que gobiernan, lo que con más intensidad han querido ocultar durante más de cien años: la economía no es un mecanismo automático, ni funciona en virtud de leyes naturales, sino que es el poder, el diferente poder de los distintos sujetos económicos, lo que determina qué ocurre y qué no en las relaciones económicas, qué tipo de resultados dan, y quién se beneficia de ellos en mayor o menor medida.
Me acojo a este texto para explicarme, las mejores economistas siempre han sido nuestras abuelas y madres que además eran analfabetas en muchos casos, ellas contaban con los dedos, les sobraban los algoritmos.
Efectivamente llevan no mas de 100 años, miles de años desde que se inventó la moneda, los señores feudales impusieron las normas un juego de trileros, simplemente, yo soy el poder y eso es lo que hay.
El alza o la baja del tipo de interés se pone a través de mecanismos financieros ordenado por el interés del oligopolio de los bancos.
El alza o la baja del precio de la vivienda, se pone a través de mecanismos financieros ordenado por el interés del oligopolio de las constructoras.
El alza o la baja del precio del petróleo, se pone a través de mecanismos financieros ordenado por el interés del oligopolio de las petroleras. Y así sucesivamente.
Hoy en día tienen tanto dinero que todos tienen el dinero invertido en todos los oligopolios, no dejando ningún resquicio para que se pueda comprar ni ahorrar.
Serían los gobiernos los que deberían poner orden, pero que gobierno o partido no está comprado por los oligopolios.
Hace unos días vi la serie «El dinero de los otros» donde estaban implicados casi todos los bancos de Europa, pero en España no se ha hablado de esto, pero si nos hemos enterado que Montoro hacia las leyes para ciertos oligopolios…pero tranquilo que no pasará nada.
Don Juan, yo hubiera incluido a la imagen de por ejemplo Macron, Sánchez y von der Leyen y casi todos los presidentes de la unión europea, si son lo mismo que los que ha puesto, pero con diferente collar, es mas creo que son peores que los de su imagen o como mínimo iguales pues implementan políticas económicas similares, tal vez más “tecnocráticas” y para más INRI diciendo que son “sociales”. Cosas que se sabe de los omitidos…:
Macron: Exbanquero de Rothschild, liberaliza el mercado laboral y promueve reformas neoliberales, baja de pensiones y bienestar social.
Pedro Sánchez: Aunque es de “izquierda” lo je puesto en comillas, ha gobernado con políticas de equilibrio fiscal, ayudas a grandes empresas, y ha apoyado políticas energéticas que benefician a monopolios y no duda de dar ventajas a otras comunidades autónomas en detrimento de otras y si hay que cambiar leyes o crear leyes para que un golpista como Puigdemont se cambian.
Von der Leyen: Su gestión en la UE favorecer lobbies, dar todo y mas al complejo militar industrial de USA, comprar gas a precio de oro y debilitar la soberanía energética, y aplicar políticas que no han frenado la inflación ni protegido del todo a las clases medias y bajas.
Estos son peores, pues parece que no promueven el discurso radical del libre mercado, pero aplican muchas veces políticas alineadas con intereses financieros o corporativos.
Que tenga buen fin de semana
Gracias por tanta claridad.
» Es el poder, lo que determina qué ocurre y qué no en las relaciones…,»
En esta frase de su artículo se concentra todo el saber económico. Si observamos el hato de anarcoliberales (les sobra la a inicial) que se mencionan entenderemos que los psicópatas foucaultianos, el 1%, son los que ordenan en el mundo, Tienen un sólo afán al que se someten todos los demás; el dominio. Por eso son peligrosos.
En cuanto a economía no puedo más que estar de acuerdo en su ingente conocimiento de esta disciplina.
Lo que está en juego aquí no es solo la interceptación de LA FLOTILLA cargado de activistas pacíficos. Lo que se cuestiona es la legitimidad de un sistema internacional, CUYAS SUPUESTAS DEMOCRACIAS ESTÁN DISEÑADAS PARA QUE GOBIERNEN LOS GRANDES CAPITALES DEL PLANETA, cada día con más poderes en sus manos, el mayor ejemplo lo vemos en EEUU,le sigue a poca distancia la UE.Un sistema dónde programan a sus funcionarios a obedecer sin conciencia alguna toda orden que les dan, ya sea bombardear o matar a inocentes para esquilmar todas sus riquezas, dar palizas a los manifestantes y poner multas abusivas, condenas durísimas para inyectar miedo,HAY MILES DE PRUEBAS CONTUNDENTES A LO LARGO DE LOS ÚLTIMOS 40 AÑOS QUE LO AVALAN. La ONU y los DDHH se los pasan por los bemoles, buscan llevarnos a la esclavitud de los Sres Feudales de nuevo. Si queremos democracia real, debemos salir a las calles a por ella, todos unidos, por todo los problemas a los que nos han sometido para tener que trabajar 14 horas diarias para medio vivir.
Son poseedores de la manipulación de la educación, la información, internet y todos los repugnantes bulos que nos lanzan para dividirnos, polarizarnos, programando a millones de ciudadanos.
Hemos salidos todos a la calle contra el genocidio y para apoyar a la flotilla.
DEBEMOS CONTINUAR TODOS EN ÉSTA LINEA, SIN UN VECINO TIENE PROBLEMAS TODOS LOS TENEMOS.
Os traigo un extracto de un discurso lleno de verdades irrefutables, a ver si entre todos empezamos a llamar por lo que son a los «buenos es decir a los integrantes de la OTAN….“La mayoría de los narcos son rubios y de ojos azules, y guardan sus enormes fortunas en los bancos más grandes del mundo. No viven en Bogotá, Caracas o Gaza. Ellos viven en Miami y son vecinos del presidente de Estados Unidos. Viven donde hay lujo y no donde hay pobreza y es justo en esas zonas donde tiran los misiles. Mentiras que el Tren de Aragua es terrorista, solo son delincuentes comunes en forma de bandas, que han sido agrandados con la idea de bloquear a Venezuela y quedarse con su petróleo pesado”……“Este es mi último discurso como presidente aquí. En el primero anuncié la posibilidad de que estallara un conflicto al lado de Ucrania, en Palestina. Pedí que se hiciera una conferencia de paz. Pero los que no tenemos bombas ni grandes presupuestos no somos escuchados aquí. Hoy, cuatro años después, lo dantesco de la situación de Palestina no me llevó a pensar que lo mismo podría ocurrir en el Caribe, cuando tiran misiles a jóvenes en el mar”: así comenzó el discurso del presidente Gustavo Petro en la Asamblea General de las Naciones Unidas de este 2025.
Me gustaría que alguien, alguno se atreve, alguien valiente que niegue que lo que tiene valor real es el tener la materia prima y es tener poder real, aunque no parezca moderno o de «alto valor añadido».
Las potencias transformadoras (UE, Japón, Corea, etc.) dependen completamente de importar lo básico: energía, metales, alimentos, fertilizantes…
Y por qué esto no se dice en la televisión, porque intersa tener “cortitos de mente son mas fáciles de manejar” por ello vemos cosas como “el que más PIB tiene, manda”, pero resulta que si tienes el PIB más alto y necesitas mendigar gas, uranio o fertilizantes, ¿quién tiene realmente el poder?
1. Ignorancia real:
Muchos economistas mediáticos no son expertos en geoeconomía o energía, y repiten lo que se enseña en manuales de macroeconomía del siglo XX, que asumen comercio libre y recursos abundantes.
2. Conveniencia política:
Reconocer que Europa o EE. UU. son vulnerables en materias primas debilita la narrativa de “autosuficiencia tecnológica” y “liderazgo moral”, especialmente frente a potencias como Rusia o China.
3. Desprecio elitista hacia el “mundo productor”:
Muchos en Occidente todavía piensan que países como Rusia, Brasil o Angola son “atrasados” porque no hacen microchips… cuando en realidad sin sus minerales, alimentos y energía no hay microchips, ni Tesla, ni iPhones.
Los que extraen tienen armas para defenderser y no dejars robar controlan la base del sistema (recursos naturales) y por esos no pueden poner de rodillas Rusia por mucho que quienes solo saben transformar o consumir se ponga chulos, es mas Rusia es la que puede dajar a otros piendo y eso no lo puede maquillar ni el PIB, ni las cumbres del G7, ni los titulares de CNN.
Me gustaría que alguien, alguno se atreve, alguien valiente que niegue que lo que tiene valor real es el tener la materia prima y es tener poder real, aunque no parezca moderno o de «alto valor añadido».
Las potencias transformadoras (UE, Japón, Corea, etc.) dependen completamente de importar lo básico: energía, metales, alimentos, fertilizantes…
Y por qué esto no se dice en la televisión, porque interesa tener “cortitos de mente son mas fáciles de manejar” por ello vemos cosas como “el que más PIB tiene, manda”, pero resulta que si tienes el PIB más alto y necesitas mendigar gas, uranio o fertilizantes, ¿quién tiene realmente el poder?
1. Ignorancia real:
Muchos economistas mediáticos no son expertos en geoeconomía o energía, y repiten lo que se enseña en manuales de macroeconomía del siglo XX, que asumen comercio libre y recursos abundantes.
2. Conveniencia política:
Reconocer que Europa o EE. UU. son vulnerables en materias primas debilita la narrativa de “autosuficiencia tecnológica” y “liderazgo moral”, especialmente frente a potencias como Rusia o China.
3. Desprecio elitista hacia el “mundo productor”:
Muchos en Occidente todavía piensan que países como Rusia, Brasil o Angola son “atrasados” porque no hacen microchips… cuando en realidad sin sus minerales, alimentos y energía no hay microchips, ni Tesla, ni iPhones.
Los que extraen si tienen armas para defenderse y no dejarse robar controlan la base del sistema (recursos naturales) y por ello no pueden poner de rodillas Rusia por mucho que quienes solo saben transformar o consumir se pongan chulos, es más Rusia es la que puede dejar a otros pidiendo y eso no lo puede maquillar ni el PIB, ni las cumbres del G7, ni los titulares de CNN.
Buenas tardes.Por cierto soy pro vida, no soy pro muerte que es lo que es la OTAN, solo hay que ver como respaldaba a Israel en el genocidio. de los gazaties.
En el texto, Juan Torres López denuncia que el anarcoliberalismo sostiene mitologías sobre mercados perfectamente autorregulados y la inutilidad o maldad del Estado, mostrando que esos postulados son falsos y que, en la práctica, los gobernantes bajo esa bandera terminan interviniendo y moldeando el mercado para sus intereses, contradiciendo sus ideas libertarias.Comparando con la prosperidad de países aplicando teorías de mercado libre, en la realidad aquellos con grado avanzado de libre mercado parcial combinado con regulación estatal responsable (Suiza, Singapur, países nórdicos) han logrado altos niveles de bienestar y democracia liberal, confirmando que el mercado necesita un marco institucional estatal para funcionar adecuadamente. En contraste, China y Rusia, con economías en las que el Estado ejerce un fuerte control y dirección, han alcanzado también gran crecimiento, reducción de pobreza (China especialmente) y consolidación interna, aunque con limitaciones en libertades políticas y derechos individuales. Su modelo híbrido desafía ambos extremos teóricos de la intervención y la ausencia de Estado.De este modo, la crítica al texto es que si bien es correcto señalar la fuerte contradicción práctica y teórica del anarcoliberalismo radical y su desconexión con la realidad económica, el rechazo total del Estado como plantean esos autores no es validado por la experiencia comparada. La prosperidad y estabilidad económica parecen requerir un equilibrio entre mercado libre bajo normas claras, protección de derechos y presencia activa del Estado en garantizar la equidad, seguridad y provisión de bienes públicos.Por tanto, el texto acierta en desmontar la ilusión de mercados perfectos operando sin Estado. Sin embargo, su crítica podría enfatizar más en las distintas formas de intervención estatal que han sido exitosas para alcanzar prosperidad real, y no solo resaltar el fracaso o contradicción de los anarcoliberales. Las lecciones de China, Rusia y economías mixtas más exitosas indican que tanto el mercado como el Estado son necesarios, y su interacción determina el bienestar.En conclusión, el texto es sólido al evidenciar las fallas y contradicciones del anarcoliberalismo, pero para un análisis completo debe contemplar que la historia económica muestra que la ausencia total o extrema reducción del Estado no ha sido viable y que los modelos de éxito mezclan mercados libres con regulación estatal eficaz y presencia pública estratégica
Un saludo