La presidenta de la Comunidad de Madrid ha enviado una carta a los profesores, plagada por cierto de errores ortográficos y gramaticales, en la que entre otras cosas afirma: «Todos, tanto los analistas de la economía como los responsables políticos, estamos de acuerdo en que para superar esta situación es indispensable que las administraciones públicas ahorren y reduzcan su nivel de gasto y de endeudamiento».
Esa es la forma en que actúan los neoliberales: todo aquello que no cuadra con su opinión no existe. Así engañan a la gente.
Les da igual que quienes piensen y hayan demostrado que reducir el nivel de gasto en época de recesión es suicida sean premios Nobel o dirigentes políticos que sacaron a sus pueblos de situaciones de crisis tan graves o más que la de ahora. Da igual. Si otras ideas o personas no coinciden con sus preferencias, prejuicios o creencias ideológicas basta con darlos por no existentes.
Aguirre demuestra con esta carta no solo que escribe y redacta muy mal sino que es muy inculta o muy mentirosa. Vamos, que lee poco, o solo lo que encaja con sus prejuicios.
Podría haber dicho que la mayoría, los mejores, los más listos, o los más reconocidos… defienden lo mismo que ella. Pero no, tiene que mentir, tiene que invisibilizar y dar como inexistentes a quienes no se identifican con sus propuestas ideológicas. Una manera de actuar no solo intrínsecamente empobrecedora sino que, en mi opinión, es también auténticamente totalitaria porque de ella se derivan resultados muy peligrosos que implican un reparto muy desigual de los derechos y las libertades: si los que piensan diferente no existen ¿cómo se le va a ocurrir a alguien que aparezcan en la televisión, en los debates, en las noticias, que tengan las mismas oportunidades de expresarse o decidir?
Y todo ello sin entrar en la cuestión de fondo de la carta: la presidenta dice que recorta gasto (80 millones de euros) en educación pública para hacer frente a esa situación tan difícil pero la realidad es que por otra parte renuncia a ingresar 90 millones por las ayudas que da a la privada.
Ni ideología ni puñetas: lo que mueve a los neoliberales es favorecer los privilegios de los más ricos que son los que pueden pagarse educación privada y no necesitan de un buen sistema educativo público, aunque así se carguen no solo el bienestar personal sino el capital humano que las empresas productivas necesitan para competir y crear emnpleo y riqueza.
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