Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Las consecuencias económicas de la guerra

Publicado en Público. es el 24 de febrero de 2022

Cualquier guerra es un fracaso de la civilización, de la humanidad como un todo. Sea cual sea su causa, es la expresión de los rasgos más animales y brutales de los seres humanos. Ni siquiera cuando se gana para combatir un mal, la agresión o el terror inflingidos antes por el otro deja de ser una derrota para todos.

Partiendo de ese principio, incluso asumiendo como yo asumo que la guerra no puede ser el instrumento y que la paz (por muy imperfecta que sea) no es tan solo un objetivo, sino el camino; es decir, que la guerra y la violencia son un mal en sí mismos y sin excusa, cabe preguntarse, sin embargo, sobre sus efectos más concretos sobre la economía.

Hay muchos estudios que han tratado de responder a esta cuestión con datos y análisis científicos de los muchos conflictos bélicos que se han producido, sobre todo, en el último siglo y medio. Voy a comentar muy brevemente las consecuencias que se han observado con carácter general y las que a mi juicio pueden derivarse de la que acaba de iniciar Rusia.

Aunque pueda sorprender o doler, sabemos que las guerras tienen efectos económicos que pueden considerarse positivos. Entre ellos, el aumento del gasto agregado, el de los estados en armamento, infraestructuras, transportes, etc. y el de las empresas en inversión para suministrar a los ejércitos los bienes y servicios que necesitan. También intensifican la innovación y el progreso tecnológico, pues obligan a disponer de nuevos procedimientos y técnicas para el combate que luego suelen pasar a la vida civil. Como consecuencia de ello, suele incrementarse el empleo y todo eso hace que las economías tengan un motor adicional que pueda contribuir a sacarlas de crisis profundas y a iniciar periodos de posterior expansión, como ocurrió con la segunda guerra mundial. Incluso se suele señalar que esta última tuvo como efecto positivo una masiva incorporación de las mujeres a empleos remunerados y de alta responsabilidad.

Como el Producto Interior Bruto suma el valor monetario de la fabricación y comercio de armas y de toda la producción adicional que genera una guerra, pero no resta el valor de las muertes ni de la destrucción que provoca, el efecto neto (desde el punto de vista de este indicador), puede ser considerado positivo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta también que las guerras siempre suponen un coste muy elevado que hay que financiar, bien mediante impuestos o generando una deuda que al final hay que pagar.  Y hay que señalar, además, que esos beneficios quizá se pueden conseguir sin necesidad de la destrucción que llevan consigo. Es decir, las guerras no solo tienen costes directos o explícitos (monetarios, materiales, humanos…) sino también costes de oportunidad que reflejan lo que se podría haber hecho o conseguido si los recursos dedicados a matarse unos a otros se hubieran dedicado a otras actividades.

Además de costes materiales, financieros o de oportunidad, las guerras también suelen llevar consigo inflación porque destruyen o bloquean las fuentes de suministro y dan un gran protagonismo a las industrias o empresas con mayor poder de mercado; e igualmente disminuyen el consumo familiar y producen empobrecimiento por pérdida de ingresos reales y patrimonios. Y ocurre también a menudo que parte del empleo generado en los momentos del conflicto se pierde cuando este acaba y disminuye la inyección extraordinaria de gasto.

Por otro lado, sabemos que las guerras producen esos efectos principalmente sobre los países en conflicto pero también se puede comprobar que tienen otros externos, es decir, sobre otras naciones e incluso sobre todo el planeta, dado el alto grado de interconexión que suele darse en las relaciones económicas contemporáneas o porque producen graves daños ambientales.

Y todo ello va unido al evidente efecto depresivo sobre la actividad económica que siempre llevan consigo el miedo, la incertidumbre, la inseguridad y la escasez de recursos, por no hablar del que provocan el odio y el afán de venganza y la violencia que suelen traer consigo y que a menudo perduran una vez concluidos los conflictos.

Finalmente, no se puede olvidar tampoco que una paz mal construida tiene efectos económicos tan graves o más que la propia guerra. Es sabido, por ejemplo, que las reparaciones o sanciones que los aliados impusieron a Alemania tras la primera guerra mundial provocaron una crisis económica tremenda a la que se respondió con medidas de austeridad que generaron la desesperación y sed de venganza de donde brotó el nazismo.

En resumen, me atrevería a decir que la inmensa mayoría de los estudios que se han hecho sobre las consecuencias económicas de las guerras tienden a señalar que sus costes o efectos negativos son casi siempre mayores que los beneficios que puedan producir. Y solo sabiendo esto con carácter general, ya se puede deducir que la guerra que se acaba de iniciar va a tener un impacto negativo no solo sobre las economías de Rusia y Ucrania sino sobre las de muchos otros países.

Pero, además, creo que se pueden señalar consecuencias más concretas, algunas de carácter más inmediato y otras de más largo alcance, todas las cuales dependerán del tiempo que dure el conflicto entre Rusia y Ucrania y de la respuesta que den los demás países.

Incluso si la guerra no concluye inmediatamente y prosigue, al menos durante algunas semanas, lo más probable es que aumenten considerablemente los precios de la energía, principalmente del petróleo y del gas, así como los de algunas materias primas de gran impacto en la cesta de la compra y la industria, como el trigo, el maíz, la cebada o la soja, además de varios metales básicos en la automoción, la construcción o la electrónica. Se estima que, como media, entre un 20% y un 40%.

Actualmente, alrededor de la tercera parte del consumo de petróleo y de gas de la Unión Europea procede de Rusia y este país aporta un porcentaje muy importante de productos como el níquel, paladio, amoníaco, potasa, platino, la de fosfatos, acero, cobre… Parece, pues, inevitable que las sanciones que le impongan se vuelvan sobre los demás países y especialmente los europeos en forma de escasez, de subida de precios o de ambas cosas a la vez

La mayoría de los dirigentes financieros que se están pronunciando sobre los efectos del conflicto en Estados Unidos señalaban que, si sólo se traducía en amenazas e incidentes aislados, no debía tener efectos macroeconómicos estimables en su país y que, por tanto, la Reserva Federal podría seguir su plan de subida de tipo en marzo. Siendo este el mejor escenario, tendría, sin embargo, un impacto recesivo en cadena en otras economías y, en especial, en las de la Unión Europea. Se coincide, sin embargo, en que una guerra abierta quizá pudiera evitar esa medida, muy negativa, pues la inflación no es de demanda sino de oferta y subiendo los tipos de interés solo se conseguiría adelantar la entrada en una nueva fase de caída de la actividad.

En resumen, la guerra que acaba de empezar presenta una paradoja esencial desde el punto de vista económico que, posiblemente, sea la que ha incitado a Rusia a comenzarla: cuanto mayores sean las sanciones, más coste tendrán que soportar los países que las impongan, así que Putin pudiera haber pensado que no estarán dispuestos a llevarlas muy lejos o imponerlas por mucho tiempo. Mientras que, cuanto más leves sean, más posibilidades tendrá Rusia de ganar una guerra que, para ella, sí que tendrá un efecto neto muy positivo, no solo en términos políticos y estratégicos, sino también económicos.

Eso es lo que podría llevar a suponer que la estrategia de occidente ante esta de Rusia no sea la de implicarse militarmente en la guerra, lo que supondría de facto un conflicto mundial, ni tampoco la de establecer sanciones definitivamente contundentes o decisivas, sino obligar a Rusia a mantener un conflicto largo y económica y políticamente costoso, para debilitar el régimen de Putin. Un objetivo básico para Estados Unidos, a quien realmente no le preocupa Rusia sino que este país se eche en brazos de China que es su enemigo principal, política y económicamente.

Pero si la guerra se alarga, sus efectos económicos también serían de más largo alcance y acelerados: el bloqueo de suministros y la subida de precios agudizarán los problemas de logística y abastecimiento que ya ha provocado la pandemia, reforzando quizá la demanda de seguridad y las tendencias retroglobalizadoras; habrá una escalada de gasto militar con efectos desiguales en las diferentes economías pero con grandes costes de oportunidad en todas ellas; obligará a replantear las estrategias de transición hacia economías verdes y digitalizadas; y va a generar graves problemas financieros derivados de la deuda y del nuevo freno a la actividad que se producirá en un contexto en el que nadie sabe a ciencia cierta cuáles son las mejores políticas para lograr estabilidad y equilibrio económicos; se intensificarán los procesos de innovación tecnológica y financiera.

Finalmente, y como ocurre siempre que hay guerra, los más pobres pagaran en mayor medida todas su peores consecuencias; mientras que nadie sabrá como podrá terminar un tipo de desastre bélico que -como todos los de nuestra época- cada vez tiene más posibilidades de convertirse en un auténtico holocausto global.

13 comentarios

Alberto Enrique Roldán Hernández 26 de febrero de 2022 at 23:56

Totalmente de acuerdo contigo Juan. Economicamente tu lo has dicho casi todo y no voy a redundar en el tema. Si me llama la atención la anomalía psíquíca que manifiesta el inductor de esta tropelía bélica,la historia demuestra que el inicio de una agresión armada es producto,muchas veces,de un cerebro averiado.Me temo que estamos ante un claro caso clínico,de ser así nuestras opiniones ya dejan de tener sentido y lo que se necesita es apartar del poder a un matón que tiene a mano el botón nuclear. Es el pueblo quien debe apartar a quien no merece tener el poder por ser un ególatra y un peligro para la madre Rusia y toda la humanidad. Todo lo que veo y oigo me parece un mal sueño,mientras me pregunto ¿quién va a resucitar a los muertos?.

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Miguel matallana 27 de febrero de 2022 at 01:02

Estimado Sr. Juan Torres:

sigo con interés la mayor parte de sus comentarios, todos siempre muy interesantes; pero en el contexto de lo que es una guerra, me parece que siempre hay dos lados:

– Los que buscan las guerras y las necesitan para sus propios (y egoistas) fines; y
– Los que no las quieren y se ven obligados por las amenazas de los del otro lado a asumir los costes y acciones de participar en una guerra

En ese contexto, creo que para todos es claro porque los USA necesita de una guerra, algunas de esta razones siguen a continuación, sin ninguna pretensión de ser ni conclusivos ni exhaustivos, y si apenas referenciales para las conclusiones que se desea hacer a continuación:
– La emisión inorgánica de dólares que ha hecho la Reserva Federal en los últimos 4 años que es igual al 25 % de la masa monetaria, existente al inicio del proceso de expansión y «alivio» monetario del dólar, que se ha vivido en los últimos años.
– La necesidad de expoliar recursos desde territorios tales como Europa, Asia, Africa, Latinoamérica; para darle valor a esos «dólares» fiat.
– La creación de un contexto psicológico mundial que acredite la necesidad de entregar a todos los países del mundo a través de instituciones tales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y todos sus instrumentos financieros «proxis» a los gobiernos del mundo, unos dólares que garanticen la continuidad de la hegemonía del dólar; algo que ha sido logrado ya parcialmente.
– La creación de un contexto psicológico común a todas las naciones europeas, por la creación de un enemigo común – Rusia y China -, que los mantenga dependientes del yugo USA para que los use como «punching-ball» frente al forcejeo que se va a producir no solo con Rusia sino también con China; algo que la alta dirigencia rusa ha ofrecido aceptar, pero con la seguridad de que esta vez «… la guerra no terminará en Europa sino en Washington…»; algo que hace que las calenturientas cabezas del Pentágono, tomen las advertencias emitidas con un grano de sal.
– La necesidad de atemperar las obvias tensiones sociales que se estan produciendo en su propio territorio por este último Hegemón herido – los USA -, que trata de paliar con alguna guerra externa a la cual enviar a sus elementos más díscolos – llámese minorías étnicas, sociales, excluídas, … etc. – a fin de que sirvan como carne de cañón de alguna de las guerras contra otros países que los USA tiene por costumbre endilgar al mundo.

Todas estas causas y su implementación como solución están siendo gestionadas por Rusia y China como unas medidas que tienen como objetivo el circunscribir el proceso de agonía del capitalismo a unos estrechos márgenes geográficos – el propio y exclusivo territorio USA – el cual será lanzado en las pocas décadas siguientes a sus propios fantasmas que los atenazan desde hace varias décadas y son un barril de pólvora que las élites USA tratan de gestionar buscando su explosión hacia afuera, algo que los rusos y chinos y detrás de ellos iraníes, cubanos, venezolanos, este-asiáticos, africanos, musulmanes, etc.; esperan con amplias ansias el momento del ajuste de cuentas que se debe producir con las elites y poblaciones USA.

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jose 27 de febrero de 2022 at 11:59

Gracias por sus comentarios de lo que está pasando Sr. Juan Torres.
He leído un art. de Stephen M. Walt «Las ilusiones liberales sobre la OTAN provocaron la crisis de Ucrania con Rusia». Recomiendo su lectura, mando enlace y va con el traductor google:
https://foreignpolicy-com.translate.goog/2022/01/19/ukraine-russia-nato-crisis-liberal-illusions/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc

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MF 27 de febrero de 2022 at 12:19

Buenos días,
me pregunto si la estrategia bélica de Putin, tiene un trazo largo y fino en el tiempo, de cara a la frenar el desarrollo postpandemia de Europa propiciado con las políticas de recuperación y de los fondos Next Generation ….. no creo que sólo sean delirios imperialistas de un loco, o , de dos, China…..apunta maneras.

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Sansong 27 de febrero de 2022 at 17:46

Excelente comentario del sr. Miguel Matallana, el único beneficiado de esta guerra será el imperialismo USA que la va a utilizar como patada hacia delante con la que seguir expandiendo el globo o burbuja financiera un poquito más. Por no hablar de las suculentas ventas de armas que va a provocar, su única especialidad son las máquinas de muerte y las tontunas electrónicas que idiotizan al personal, ahora más allá del universo, en el metaverso donde seréis libres de verdad. Por otra parte, es curioso cómo para provocar el despertar del oso ruso son capaces de utilizar hasta a nazifascistas como el batallón Azov, nada extraño si pensamos en la red Gladio otanista de atentados de falsa bandera compuesta por ultraderechistas. Cosas del capital desquiciado y su fábrica del dinero, muy recomendable el libro de Alfredo Apilanez para comprender sus entresijos más íntimos.

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Jose 28 de febrero de 2022 at 13:52

Parece que estamos descubriendo hoy que la guerra es la peor de las situaciones que puede sufrir el ser humano. Desde luego, el que suscribe, ya en los años 70 del siglo pasado, ya estaba protestando contra la guerra de vietnam en medio de la represión de franco ( que escribo en minúsculas deliberadamente.) .
Me alegro de que la gente sesuda, haga un alarde de suma inteligencia para seguir diciendo lo que yo decía en los años 70 del siglo pasado y lo sigo diciendo.
Tampoco hay que ser muy inteligente para decir que en las guerras se pierde lo más importante que tiene el hombre ( para ser politicamente correcto tambien la mujer aun que no es necesario decirlo) . También puede tener » ventajas» en el desarrollo económico de algunos sectores pero lo que es mucho mas importante, genera mucho sufrimiento. Nada compensa eso.
Protesto firmemente contra mí mismo por decir estas obviedades y también por que las digan los demás.
Lo que más me gustaría es que alguien cualificado, propusiese algo más que las cosas obvias
Prefiero oir soluciones que constataciones.
Me interesa más saber como se arregla esto.
Espero que la solución no sea satisfacer en todo a Putin como sugiere veladamente el coronel Baños.
Rusia jamás ha disfrutado de libertad ni democracia. Tampoco la antigua Union Sovietica ni sus paises satélites y algunos de ellos, solo han levantado la cabeza hasta que se pasaron al bloque occidental y se fueron deshaciendo de la corrupción y falta de transparencia que se deriva de los regímenes totalitarios. Recordemos a Mijaíl Sergueievich Gorbachov
Glásnost: transparencia, no corrupción y libetad ademas de su:
Perestroika ( reestructuración de algo que no funciono, que fue el período sovietico ) dicha corrupción esta presente hoy en dia en Rusia al igual que lo estuvo en el período sovietico. No digo que no haya corrupción en occidente pero no vive de ella. No existe un mundo perfecto pero obviamente, en Rusia y paises satélites las personas de a pié están totalmente anuladas y aborregadas salvo excepciones de algunas personas que siempre tendrán espíritu crítico.
Por eso yo hago una propuesta que funcionaría a largo plazo: incorporar a Rusia al mundo occidental, a ese mundo que no es perfecto pero que es como el cielo comparado con lo que han padecido.
Sobre el corto plazo, creo que a un país de 140 millones de personas que tiene el PIB de Italia y que es cercano al de la pobre España, el ahogo económico es lo más adecuado.
Si Putin aprieta el botón nuclear por ello, es que es un auténtico desequilibrado y si no lo aprieta ahora, lo apretaría en otro momento por otra causa.
El mundo soviético debe ser superado cuanto antes mejor.
Yo estuve en Rusia cuando cayo, y ahí se veía que el pueblo ruso, jamas había sido un sitio confortable.

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jose 28 de febrero de 2022 at 15:48

Estoy leyendo en medios y redes sociales mucha desinformación, sobretodo maniqueísmo con lo que está pasando en Ucrania.
Ante todo diré que casi siempre he sido un observador, me puede gustar más menos lo que se hace o se dice.
A los que la palabra democracia la usan constantemente les aconsejo que lean el conocido y hermoso cuento de Eduardo Galeano sobre el cocinero «que reúne a las aves de la granja (gallinas, patos, pavos, , palomas, faisanes etc.) y les pregunta con qué salsa quisieran ser comidas, cuando una gallina dice: «No queremos ser comidas de ninguna manera», a lo cual el cocinero respondió que esa respuesta no era válida, pues iban a ser cocinadas quisieran o no..». Cambien la palabra «salsa» por «democracia».
Recordar que, por interés de geoestrategia, por parte de una superpotencia democrática (en su constitución la palabra democracia ni está ni se le espera) se aplicó la argumentación de Juan José Linz para definir al franquismo como un régimen autoritario de pluralismo limitado, su distinción entre sistemas totalitarios y regímenes autoritarios, que aplicó al franquismo.
Pido perdón por si me he salido del tema…

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Jose 28 de febrero de 2022 at 16:14

Por cierto: a ver si algun día hablamos de la explotación de menores en Congo debido a la abundancia del coltan.
Ahí, están destacados una pléyade de traficantes europeos ( incluso españoles ) . Dichos traficantes, son blanqueados por empresas que les compran el producto y una segunda fase de blanqueo, es cuando las empresas, sobretodo CHINAS aun que en menor proporción también de otros países. Lo de los chinos es casi lo más grave ya que no solo están saqueando la produccion de coltan, si no que están rapiñando todas las materias primas de Africa con mayoría absoluta.
Yo pensaba que el partido comunista chino defendía los derechos de todos los ciudadanos ( mejor súbditos ó esclavos) del mundo. Ahora veo que no defiende ni los derechos de los chinos. China ha crecido sobre el esclavismo y la mano de obra barata, permitida y propiciada por el partido comunista chino. También por las empresas de occidente que instalaron empresas ahi para abaratar la mano de obra. Pero la mayor responsabilidad la veo yo en ese partido comunista chino, que es quien en teoría el que debería garantizar la igualdad de los ciudadanos chinos ó irse a su casa. El resultado del comunismo en china ha sido algo diferente que en Rusia. Multimillonarios a cascoporro pero también sobre todo gente que aún está sobreviviendo a base de trabajo precario y comida barata. En este caso, eso de:
El pueblo unido jamás será vencido, no ha funcionado. Mas bien lo que ha funcionado es que
» el pueblo hundido no tiene voz por que el jefe del partido comunista chino es el único que puede hablar, ya que representa democraticamente a un pueblo de 1400 millones de desgraciados si voz.

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Jose 28 de febrero de 2022 at 16:16

Sin voz

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Jose 28 de febrero de 2022 at 16:26

Evhen un vistazo a este link:
https://www.eldiario.es/andalucia/cadiz/alcalde-cadiz-antepone-trabajo-dilema_1_1949126.html
Demuestra la hipocresía de gente que denuncia a los » malos » y luego, cuando tienen poder de actuar, actúan como los «malos»
Aqui otro link de un charlatán de feria

https://www.youtube.com/watch?v=tYkAKpUY0Io

Otro link del charlatán de feria que ha sido apoyado por el señor Torres

https://www.youtube.com/watch?v=X1qDGDhyJLA
Sobran las palabras

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Jose 28 de febrero de 2022 at 16:35

Necesitamos una izquierda seria. No payasos.

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José Luis 4 de marzo de 2022 at 16:38

La verdad es que queda feísimo que en un texto firmado por todo un catedrático se contengan faltas de ortografía.

En el primer párrafo escribe Ud : «la agresión o el terror infringidos antes……», cuando debería escribirse «la agresión o el terror infligidos antes…»

Sé que un error del corrector Word, pero no estaría de más que lo corrigiera.

Gracias

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Juan Torres López 4 de marzo de 2022 at 18:20

Lleva toda la razón

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