Los girasoles ciegos es un libro magnífico que acabo de leer prácticamente de un tirón. Contiene cuatro historias de derrotados en la guerra civil española, tan inverosímiles como perfectamente creibles, escritas con una pulcritud y una dulzura que no impiden, sin embargo, mostrar con realismo el sabor amargo de lo único que al final queda de ese tipo de contiendas: el cainismo y la victoria moral de quien ya no puede disfrutarla de ningún modo, es decir, los muertos. Una obra imprescindible para cultivar en la memoria lo que fue y lo que no debiera repetirse, ni en España, ni en ningún otro lugar del mundo. Su éxito literario, forjado casi de manera clandestina y a través del boca a boca de sus lectores, no pudo ser saboreado por su autor, el comprometido editor y luchador antifranquista Alberto Méndez, quien falleció muy poco tiempo después de su publicación.
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