Llevo dando clases 45 años y creo poder afirmar que nunca he dado mi opinión política o personal a los estudiantes, ni he tratado de adoctrinarlos o de influir en su pensamiento. Aunque las asignaturas que he impartido hablan de política económica o incluso se han denominado economía política, tengo el convencimiento de que siempre he presentado las diferentes opciones y nunca me he pronunciado a favor de una u otra.
Esta mañana, sin embargo, he hecho una excepción. Les he dicho que este es mi último curso antes de jubilarme y que me iba a permitir algo para mí extraordinario como profesor: por primera vez en mi vida, les he dicho que me sentía en la obligación de darles mi opinión política y personal para decirle dos cosas.
La primera, que deben ser conscientes de la suerte que tienen al seguir viviendo cada mañana. Otros jóvenes como ellos, o quizá sus hermanos, hermanas, padres, madres, abuelos… murieron ayer en la Comunidad Valenciana, simplemente, por no estar casualmente en el sitio adecuado. Y que lo mismo ocurre con muchos otros miles de seres humanos que mueren cada día, de hambre, en guerras o por injusticias inhumanas.
Les he pedido que sientan alegría de seguir viviendo cada día y el dolor ajeno como propio. Pero, eso sí, no sólo el dolor por quienes son como ellos, de su mismo color de piel, ideología, ideario político, religión o condición social, sino por el de cualquier ser humano sin distinción. Y que sean generosos y hagan siempre lo que esté en su mano para evitarlo.
En segundo lugar, les he dado mi opinión y pedido un favor.
Les he dicho que me duele un país tan maravilloso como el nuestro que no es capaz de enterrar el odio y el enfrentamiento entre compatriotas ni siquiera en medio de una tragedia en la que mueren docenas de personas y cuando todavía se están buscando cadáveres entre los escombros para darles sepultura.
Les he dicho que son jóvenes, que pronto tendrán en sus manos las riendas de este país, quién sabe dónde, si en empresas o en la administración, donde sea. Y les he pedido que reflexionen y entiendan dos cosas fundamentales. La primera, que ninguna diferencia entre seres humanos justifica el odio, la agresión, la violencia o el enfrentamiento cainita. Que hagan todo lo posible por encontrar armonía y equilibrio, comprensión y respeto. Y, la segunda, que aprendan a hacer paréntesis y a dar prioridad a lo importante, que escuchen a sus corazones y entiendan que el mundo no puede seguir funcionando sobre la base del ataque constante de unos sobre otros. Que aprendan a aparcar sus diferencias, al menos, en medio de las tempestades y las desgracias y que entonces se ayuden olvidando las querellas y los resentimientos.
Les he terminado diciendo que, además, tampoco las economías pueden funcionar bien cuando ocurre lo que nos está ocurriendo. Les he pedido disculpas por esta primera vez en la que me he permitido dar en clase mi opinión personal sobre lo que nos ocurre y he comenzado entonces la lección sobre la demanda interna que tenía programada.
No sé si servirá de algo, como tampoco sé si sirve que siga escribiendo lo que escribo. Yo mismo sigo viviendo cada día como si nada pasara.
Ayer recibí un mensaje de whatsapp de un amigo de Valladolid, cuyo nombre no diré por si pudiera incomodarle. Entre otras cosas, decía lo siguiente.
«Llevamos un año en el que cuarenta mil personas sin desbordamientos de cauces de ríos sin Danas ni lluvias torrenciales han muerto por misiles, bombas , armas, drones, tanques …
Han muerto niños, jóvenes, mujeres embarazadas, abuelos, militares, periodistas… que lo mismo da!!!
No hablan nuestro idioma, no creen en nuestro Dios ni tienen la peluquería ni la tienda de ultramarinos en nuestro barrio.
Ellos no se merecen un minuto de silencio ni que nadie se preocupe de ellos.
La naturaleza es impredecible… a menudo no es posible mantener su fuerza ni adivinar su magnitud.
Pero sin embargo está en nuestra mano parar a los que envían bombas, torturan y agreden a los más humildes y les dejan sin techo, comida y asistencia.
A nosotros nos dan igual.
No son de los nuestros … no viven en nuestro país y que se maten entre ellos … allá cada cual con sus objetivos.
Os imagináis que todos los sacerdotes del mundo dijeran que se suspenden las misas hasta que no acabe la guerra de Israel en Gaza.
Os imagináis que todos los sindicatos del mundo dijeran que se para durante unas horas el trabajo en las empresas hasta que se diera un alto al fuego.
Os imagináis que los actores dijeran que no se rueda ninguna escena hasta que no pare la guerra.
Os imagináis que los deportistas del mundo se unieran a no entrar en ninguna cancha hasta que dejen de morir inocentes …».
Hago mías las palabras de mi amigo, desde el dolor y la impotencia: ¿dónde están nuestros corazones, dónde ha ido a parar nuestra humanidad?
14 comentarios
Ya me hubiera gustado a mi que cualquiera de mis profesores, opinase tan centralmente, sin intentar dirigir nuestro criterio y creencias. Cuando estudiaba Enpresariales, Marx no existía en clase, claro. Y me calificaron con un cero, sin leerlo, un trabajo que titulé: La autogestión yugoslava y el cooperativismo de Mondragón. También en Valladolid.
Tiene usted derecho a jubilarse, claro, sin duda, pero es también una pena. ¡Salud y suerte, Profesor!
Me conmueve su coherencia y su humanidad querido profesor.
Sabias palabras, profesor. Mis felicitaciones por su trabajo, no solo el académico, sino también el moral. Con su ejemplo nos anima al resto a ser buenas personas y a ver a los demás como a hermanos.
Gracias.
Aplaudo y me adhiero a los sentimientos expresados
me gustado tu artículo breve leyendo entrelineas..lo creo que es más interesante , por 👍cierto , mi enhorabuena por tu jubilación,y mucha salud para disfrutar!! ni te olvides de hacer natación I aprender ja eres propietario de tu tiempo !! yo como creativo interiorsta , también lo estoy 🙂hi cuesta adaptarse, , yo ahora me dedicaré arte pintar I aprender pintura japonesa me relaja , se bienvenido 🤗al tu tiempo libre hi disfruta cada minuto .
Amigo y compañero Juan: Emotivo comentario el tuyo para poner el colofón a tu carrera académica y espero que tus alumnos hayan recogido el guante. También tengo que decir que yo recuerdo siempre mi primera y última clase porqué significan el inicio y el final de un periplo profesional que,espero,haya servido para sembrar y recoger el fruto deseado. Los alumn@s ,a los que hemos impartido nuestro mucho o poco saber en una ciencia tan compleja llamada Economía,son y han sido nuestra razón de ser. Has de tener la conciencia tranquila y pensar que tu trabajo no ha sido baldío y que las nuevas generaciones que vienen mejorarán el mundo que nosotros heredamos y ahora legamos. Ojalá las grandes avenidas conduzcan a un planeta en el que la igualdad,la fraternidad y la prosperidad sean alcanzadas al abrigo de la paz. Amén. Un fuerte abrazo. Alberto
Un abrazo muy fuerte, amigo y colega
Amén, querido profesor.
Que recuerden que en sus pandas de jóvenes conviven unos un poco más tontos, otros un poco más listos, otros más brillantes, otros más egoístas, otros de distinta ideas e ideologías, otros más generosos, otros… y así etc.etc.etc. Pero todos forman un colectivo unido que se aprecia, que ríen juntos, se toleran perfectamente, que cooperan juntos, que su corazón limpio, todavía, no hace distingos ni odios. Que sigan así, que no lo cambien nunca por egoísmo, por personalismo, por odio y sean activos contra las injusticias y las desigualdades.
Ellos tendrán la llave de la tolerancia y el entendimiento entre personas aparentemente diferentes pero que aspiran a lo mismo: justicia para todos, libertad para todos, oportunidades para todos, buen vivir para todos, respeto para todos, derechos para todos y una vida mejor y más humana para nuestros más cercanos y para todos los habitantes de este maltratado planeta.
La violencia y el odio, que es su abono, existen, están fundamentados en hechos. Es en los hechos que sustentan el odio donde hay que trabajar para cambiarlos.
Naturalmente, algunas personas se esfuerzan por cambiar las cosas que llevan al odio y a sus derivados. Entre ellas estas tu, por lo que no debe desanimarte que ciertos hechos sean tan complejos y difíciles de cambiar.
Avanzar un peldaño es lo importante ( Marcos Ana)
Gracias profesor, cuanta razón tiene usted y cuánta su amigo vallisoletano, que duda cabe que me produce dolor los daños y víctimas que ocsionan los fenómenos naturales, y es verdad antes de ayer por la noche me vi atrapado en medio de la tormenta cortando la carretera por detrás y por delante con la amenaza de que en cualquier momento otro árbol cayera sobre mi vehículo, y tuve temor, llamé a los servicios de urgencia en tres horas y media despejaron y fuimos liberados de la situación, afortunadamente.
No pude evitar acordarme de esa gente que está siendo masacrada, en Palestina, yo pasé tres horas y pico de una pequeña angustia, ¿Cómo se deben de sentir quienes le lluevem bombas, les acucia el hambre y la desesperación?…. Si los fenómenos naturales son imprevisibles pero el daño que producimos los humanos se podría evitar si tomásemos consciencia de nuestros actos y responsabilidades, desde emitir un voto hasta prestar auxilio a otra persona.
Responsabilidad y DIGNIDAD, que cada día que pasa es más escasa en este mundo, espero que haya otro y que sea mejor.
No nos ponemos en situacion
Hola profesor,
Me identifico con su comentario de hoy y con su reflexión. Sus alumnos han tenido mucha suerte no sólo por estar vivos, sino también por haber podido contar con la sabiduría y clarividencia de un gran profesor y profesional.
Abandonar la docencia por la edad nos cuesta mucho, lo sé por experiencia propia, aunque siempre queda el recurso de utilizar la el bagaje que llevamos en lo profesional y personal, hacia otras actividades. Por lo que espero que mantenga su blog y sus aportaciones durante mucho tiempo.
Un saludo.
Habría que empezar por tener un gobierno decente que cumpliera la ley. También estaría bien un poder legislativo decente que presionara al gobierno para que cumpliera la ley (de la fosa séptica del poder judicial mejor ni hablar) … nos falta lo básico.
Igual si los sacerdotes del mundo dejarán de dar misas de forma permanente nos iría mejor a la humanidad.
Gracias profesor
Quizás todo esto pase porque cada vez analizamos más las palabras con sentido humano. Nos confirmamos con celebra,: ,» el día de…» Y vaciamos de contenido los significados. Somos una sociedad cada vez más insatisfecha y ajena al dolor humano. Siempre nos parece que todas las tragedias que pasan en el mundo nunca nos va a tocar a nosotros y encima, cada vez más encerrados en nosotros mismos, nos creemos las fábulas de que la culpa de nuestras incomodidades la tienen los que están en peores condiciones que nosotros. Ninguna sociedad será libre mientras impere en ella la insolidaridad y la injusticia.
Completamente de acuerdo con su amigo y suscribo todas sus palabras.
Estoy harta de oir que todos somos iguales y más harta tidavía de ver situaciones que demuestran una y otra vez todo lo contrario.
Que pena!!