Me pregunta Fernando G que para cuándo de nuevo algo de poesía. Y me avergüenzo. Pero en el coche, ya de vuelta, se me ocurre algo que siento estos días y que le dedico por la conversación de hoy, y por tantas otras:
Entre mis dedos tomo
los momentos dulces
del pasado, y los amargos.
Los acaricio.
Entre mis dedos tomo
al azar algo de aire
y los voleo.
Miro a levante
(o a poniente, ¡qué se yo!)
me da risa; y me río.
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