En un texto muy claro, el periodista Miguel Roig explica lo que hacen los bancos con el dinero que reciben de los bancos centrales. Lo transcribo a continuación y recomiendo visitar a menudo su blog que está aquí:
«Señor banquero, devuélvame el dinero. Por ahora es lo único que quiero…» Esto cantaba Andrés Calamaro, en Alta Suciedad (del disco Alta Suciedad. 1997.). Y aunque tampoco es cuestión de amenazar a los bancos con plantarse en su sucursal y sacar todo el dinero de sus cuentas, sí estaría bien que las entidades comenzaran a reactivar el préstamo a hogares y empresas. Al menos para justificar los billones de euros que los contribuyentes de todo el mundo se están jugando para salvar el sistema financiero.
El Banco Central Europeo ha dado barra libre a los bancos. Cada semana y una vez al mes, las entidades pueden ir al BCE y pedir un préstamo por la cantidad que quieran. La que quieran. En dólares o en euros. Y a un tipo de interés por debajo del precio real de mercado.
Los bancos, a cambio, solamente tienen que depositar activos que respalden ese préstamo. ¿Qué clase de activos? Para que se hagan una idea de la flexibilidad del asunto, el BCE acepta activos con ráting crediticio BBB-, a solo un escalón del bono basura. Además, los bancos tienen la capacidad de emitir deuda con aval público a precios más que razonables, y tienen el respaldo explícito de los Estados de que no se va a dejar quebrar a ninguna entidad que pueda suponer un riesgo para el sistema (y en una situación tan frágil como la actual, todas son sistémicas).
Pero los bancos no prestan. Ni entre ellos, ni a hogares y empresas. Y si lo hacen, lo hacen en peores condiciones.
¿Pero dónde está toda la liquidez que reciben las entidades de los bancos centrales? Pues pásmense. El dinero que el BCE presta a los bancos, los bancos lo depositan de nuevo en el BCE, concretamente en la facilidad de depósito que la institución creó para que las entidades depositaran excesos puntuales e inesperados de efectivo. Esa facilidad se creó como un mecanismo de emergencia, no un destino permanente de la liquidez que los bancos reciben del BCE. Y es precisamente en eso en lo que se ha convertido, en el cofre donde las entidades amontonan la liquidez.
Observen el siguiente gráfico. Muestra la cantidad de dinero que los bancos de la eurozona tienen depositado en la facilidad de depósito. Va desde el 1 de enero de 2008 hasta el 28 de noviembre de 2008. El pico, casi 300.000 millones de euros, se alcanzó en la primera semana de octubre, con el sistema financiero al borde del colapso. Luego cayó, porque el saldo vivo de los préstamos disminuyó en cerca de 100.000 millones. Pero ya ha vuelto a superar los 200.000 millones de euros. Antes de la crisis, apenas había un par de decenas de millones de euros al día…
SUSCRIBETE Y RECIBE AUTOMATICAMENTE TODAS LAS ENTRADAS DE LA WEB