El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de publicar el Informe sobre la estabilidad financiera mundial del mes de abril que puede leerse entero o resumido aquí.
Entre otras cosas dice lo siguiente:
– “La crisis se está extendiendo más allá del mercado estadounidense de préstamos de alto riesgo (subprime), concretamente, a los mercados inmobiliarios residenciales y comerciales de primera clase, al crédito de consumo y a los mercados de crédito empresarial de alta y baja calidad”.
– “Las instituciones financieras de otros países también se han visto afectadas por la misma liberalidad excesiva de las condiciones financieras mundiales, y —en grados distintos— por las deficiencias de los sistemas de gestión del riesgo y de la supervisión prudencial”.
– “Las secuelas macroeconómicas también son una preocupación creciente”.
– “Está claro entonces que la actual turbulencia no es una mera circunstancia relacionada con la liquidez, sino más bien un reflejo de fragilidades fundamentales en los balances y de una capitalización deficiente, los bancos centrales tienen que reflexionar más a fondo sobre la forma en que la política monetaria puede haber propiciado la falta de disciplina en el crédito”.
– “La proliferación de nuevos y complejos productos, mercados y modelos comerciales
de financiamiento estructurado exponen al sistema financiero a perturbaciones en el flujo de fondos y a crisis de confianza”.
Quizá está feo que lo señale pero lo que ahora dice el FMI es justamente lo que yo había anticipado que iba a ocurrir en mi artículo Diez ideas para entender la crisis financiera, sus causas, sus responsables y sus posibles soluciones que publiqué el pasado 10 de septiembre cuando el Fondo y la mayoría de los gobiernos decían que se trataba de un problema circunscrito a Estados Unidos, relacionado simplemente con las hipotecas sub prime y que, por tanto, sería pasajero.
No señalo esto para auto alabarme por haber anticipado las consecuencias de la crisis con siete meses de antelación respecto al Fondo Monetario Internacional. Eso lo de menos. Lo importante es darse cuenta que el hecho de que un modesto analista de la periferia se adelante de una manera tan clara a todo un Fondo Monetario Internacional a la hora de interpretar la realidad de lo que está ocurriendo en la economía internacional plantea una evidente alternativa.
O bien los dirigentes y economistas del organismo económico quizá más poderoso del mundo son bastante incompetentes, en cuyo caso habría que jubilarlos a todos por imponer a los países políticas que se basan en un conocimiento tan imperfecto de la realidad económica. O bien sabían desde hace tiempo lo que estaba pasando y lo que iba a pasar y lo han ocultado a los gobiernos y a los ciudadanos de todos los países, en cuyo caso merecerían el mismo tipo de jubilación por oscurantistas y perversos.
En cualquier caso, y una vez más, el Fondo Monetario Internacional ha vuelto a quedar en evidencia. Su complicidad, por activa o por pasiva, por ocultación o por ignorancia, con los grandes poderes financieros del mundo es un evidencia clamorosa. Tan inmensa como el daño que sus políticas vienen haciendo a los pueblos y a los ciudadanos más desfavorecidos de este planeta.
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