Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

España está secuestrada

Publicado en Público.es el 19 de julio de 2013

Supongo que la mejor expresión de la libertad de un país es la que efectivamente tienen sus ciudadanos. Y, desde ese punto de vista, creo que se puede decir que España no es libre. Al menos, desde mayo de 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero cambió de política y puso a España a la orden de los capitales financieros y de sus representantes políticos mundiales.

Desde entonces, los españoles no disfrutamos de libertad. Hemos podido votar sin coacciones, bien es cierto (aunque sin entrar en la naturaleza de la ley electoral, del desigual acceso a los medios o a la financiación, o en los privilegios de los distintos partidos en contienda por el voto), pero también lo es que no podemos evitar que nuestros representantes elegidos tomen decisiones manifiesta y materialmente contrarias a los programas que votamos, o que hagan lo que se comprometieron a no hacer cuando nos pidieron el voto. Cambiaron la Constitución sin consultarnos y aplican políticas opuestas a las que constan en sus programas electorales sin que tengamos manera de impedirlo.

El propio presidente Rajoy reconoció en el Parlamento que ni él ni los españoles somos libres, y la práctica totalidad de los demás diputados y diputadas lo asumió sin rechistar, sin reaccionar y sin que se les cayera la cara de vergüenza por aceptar en silencio una auténtica condición de simples mariachis.

Los españoles no somos libres para decidir la política económica que queremos que siga el gobierno, ni para establecer en beneficio de quién debe tomar sus decisiones.

Los españoles no somos libres para pararle los pies a la Troika que al servicio de los grandes banqueros condiciona sin disimulo la política del gobierno, arruinando con ella a miles de empresarios y condenando al paro a millones de personas. Ni tampoco a las grandes empresas que se aprovechan de su poder de mercado para elevar los precios a su antojo obteniendo beneficios extraordinarios, o para imponer condiciones laborales y fiscales vergonzosas que les permiten evadir impuestos y desentenderse de las necesidades sociales. Y, por supuesto, no tenemos libertad para poder investigar sus cientos de comportamientos ilegales y abusos. O para evitar el tráfico continuo de políticos hacia sus consejos de administración para venderle favores e información privilegiada.

Los españoles de a pie no tenemos libertad para enmendar el camino de engaños y traiciones por el que continuamente transita la clase política corrupta, de cuyos robos tenemos que enterarnos por algunos medios (cuando les interesa informar de ello) sin poder evitarlo. Y el tratamiento recibido por la iniciativa legislativa popular promovida por la PAH contra los desahucios o el recurso del gobierno central contra el decreto andaluz sobre vivienda han demostrado que tampoco somos libres ni siquiera en el estrechísimo marco concedido dentro del sistema institucional vigente.

Las encuestas muestran claramente que la inmensa mayoría de los españoles desea que se apliquen medidas económicas y sociales totalmente diferentes a las que vienen aplicando los dos últimos gobiernos pero no hay manera de influir y obligar a que se adopten.

No tenemos libertad por la confianza a ciegas, cuando no al margen de la voluntad popular, concedida a un régimen de representación y gobierno tan extraordinariamente imperfecto y servil, que no respeta principios elementales que debe tener una democracia.

¿Cómo vamos a ser libres para decidir cuando los medios de comunicación o son propiedad de grandes grupos empresariales y financieros, a los que sirven, o, si son públicos, están solo al servicio de quien gobierna? ¿Cómo vamos a ser libres si la justicia que debería poner las cosas en su sitio está politizada y tantas de sus magistraturas más altas en manos de militantes obedientes de los partidos? ¿Cómo podríamos serlo sin tener la posibilidad de discutir abiertamente si queremos que nuestra capacidad de decisión pase a poderes ajenos a nuestros intereses sobre los que no podemos influir? ¿Cómo creer que somos libres si no podemos revocar a nuestros representantes, si las instituciones de quienes nacen las decisiones más relevantes, como los bancos centrales, se atrincheran frente a la voluntad popular para defender sin tapujos y sin censura posible los intereses de los grandes grupos privados?

Ahora bien, no todos los españoles carecemos de libertad. La falta de libertad de la mayoría, que esta crisis está reflejando de una manera tan evidente e incluso reconocida sin disimulo por los propios gobernantes, es la otra cara del inmenso poder de decisión que ha acumulado una reducida minoría social al margen del resto de la ciudadanía y de las instituciones representativas. Por eso creo que puede afirmarse que lo que ocurre es sencillamente que España ha sido secuestrada. Y por eso me parece evidente que no es posible salir de esta situación solo logrando que sean otras personas, grupos o partidos, por muy honestos que fuesen, quienes ocupen las instituciones y gobiernen.

A estas alturas hace falta algo más: un cambio político auténtico y una regeneración moral profunda y radical de las personas, de las normas y las instituciones y de la sociedad en su conjunto. Es decir, de todo lo que no ha funcionado bien.

España ha podido ser secuestrada porque las reglas de juego imperantes, el sistema de representación, los incentivos y las normas que regulan el funcionamiento de las instituciones más importantes, además, por supuesto, de los sujetos políticos que podrían usarlas de otro modo o cambiarlas, han fallado, si es que no estaban concebidas precisamente para que fallaran en momentos como este, cuando a los de arriba, a los de siempre, les convenía que España se quedase sin voluntad cívica, sin una representación popular fiel, honesta y valiente.

Por eso me parece que no es posible salir de esta situación sin cambiar profundamente las grandes coordenadas de nuestro sistema político y de nuestras relaciones sociales, sin asumir antes que nada que España tiene derecho a ser libre, es decir, que ha de ser su pueblo, los ciudadanos, y no Europa, ni la Troika, ni un grupo de banqueros o grandes empresarios, quienes decidan lo que hay que hacer en una coyuntura tan difícil como la presente. Y, además, si no asumimos colectivamente que ninguna sociedad es viable bajo el principio de que todo vale o permitiendo que el afán de lucro y el egoísmo lo dominen todo.

La situación en la que estamos es escandalosa, es sencillamente insoportable convivir con tanta corrupción, con tanto engaño y abuso y con una asimetría tan grande en el trato que se da a los que tienen todo y a los que apenas tienen nada. No podemos seguir así. Tenemos el imperativo moral de acabar con todo esto y de ayudar a abrir un debate social amplio y transparente sobre todo lo que está ocurriendo, algo que solo puede venir de forzar la dimisión de este gobierno vendido y sostenido por un partido corrupto y de la celebración de nuevas elecciones que abran paso a un replanteamiento del orden constitucional y moral prostituido que está en el origen de nuestros males.

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19 comentarios

Marcos 19 de julio de 2013 at 23:22

«Nos han hecho creer que todo es un asunto “técnico”, disfrazando ideología como ciencia, y al hacer abstracción de las relaciones de poder han convertido a los economistas -parafraseando a John Kenneth Galbraith-, en inútiles para servir al ser humano, principio y fin de la Economía, pero bastante útiles para los poderes y paradigmas dominantes.». Rafael Correa, Presidente de la República del Ecuador. (http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/reflexiones-sobre-la-crisis-europea-y-economia-politica.html)

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Jano 20 de julio de 2013 at 11:06

Buenas.
Marcos da en el clavo. Claro que citando a Galbraith siempre se da en el clavo ¿no?.
Bien. Estoy de acuerdo con usted: La democracia secuestrada. ¡y con síndrome de Estocolmo agudo! diría yo. ¿cómo si no es posible que la gente aguante actitudes manifiestamente perversas en tanto en cuanto «no són ilegales»? ¿acaso no sufre la ciudadanía un enorme estado de imbecilidad política cuando consiente y ampara con su voto, conductas manifiestamente falsarias, fuera de toda ética y de más que dudosa moralidad, solo porque «NO-SON-ILEGALES»?
¿Qué se puede hacer para liberar a la democracia del secuestro a manos de los políticos falsarios, pretendidos técnicos «neutrales», pero cuyas decisiones «técnicas» chorrean política (de dechera y ultraderecha) por supuesto?
Reforma constitucional: ¿cuál?
Introducir en el título primero capítulo I el derecho de la ciudadanía de condenar al ostracismo a los políticos impíos. Como en la antígua Grecia. ¿Por qué aguantar hasta las siguientes elecciones, sean estas europeas, estalates, autonómicas, municipales (o de presidente de escalera -si me apuran-)? ¿Por qué esperar a que un juez condene a un cargo publico falsario, ladrón, corrupto?. ¿Por qué esperar a que su a partido correspondiente «le venga bien políticamente» quemarlo y despedirle?
No. Los ciudadanos deben disponer del derecho constitucional exigible directamente (con su correspondiente ley y reglamento acerca do cómo aplicarlo) de cesar en su cargo de manera fulminante a cualquier electo por la ciudadanía, si ésta estiende que ha cometido cualquier tropelía desde su puesto: mentir sobre el programa electoral, firmar leyes que la ciudadanía no aprueba, etc.
Tal vez, y digo solo tal vez, podamos librarnos así de éste secuestro de nuestra liberdad, de forma tal que cuando votemos «A» se corresponda con un programa «A» y se dicten unas normas «A». Tal vez.

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Lázaro Muñoz 20 de julio de 2013 at 12:45

Estamos de acuerdo en el secuestro a que están sometiendo a España instituciones de nivel superior al estatal, desde Europa y creo que también desde Norteamérica. Instituciones como los Bancos Centrales y la Reserva Federal Norteamericana que creo planifican el devenir económico y político del mundo. La regeneración política debe provenir de esas instituciones o ¿acaso es necesario un gobierno mundial? ¿Quién controlaría a ese posible gobierno mundial? ¿Quién los controla a ellos? Lo que hace falta es un sistema de pesos y contrapesos al estilo de la separación de poderes de Montesquieu a nivel de gobernanza mundial.
La crisis de la soberanía estatal, la corrupción lampante, el secuestro económico y político al que están sometiendo a las naciones del Sur de Europa, nos lleva a plantearnos la necesidad de regenerar las instituciones que nos gobiernan y en última instancia nos plantea la cuestión eterna sobre la naturaleza humana. ¿El hombre es un lobo para el hombre, o el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo corrompe?. ¿No tenemos remedio o existe la esperanza de cambiar la sociedad y con ella la naturaleza humana?. Entre esas dos opciones se encuentra nuestra condena a ser libres. Espero que no suframos mucho en el devenir próximo, por eso me sumo a la propuesta de regeneración que propone el profesor Torres.

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patricio 20 de julio de 2013 at 12:47

Patricio.
Se necesita una segunda Transición. Lo que está sucediendo en este país es insoportable.
La corrupción afecta a todas las Instituciones y los que estamos abajo somos los que sufrimos y padecemos las consecuencias.

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Jorge Felgar 20 de julio de 2013 at 16:27

Mis desculpas por volver al tema de la Union Iberica.
Algunas semanas detrás he comentado sobre algunos benefícios que Portugal y España podrían conseguir unificando los dos países.
Para la mayoría de los cuidadanos de ambos países esto puede ser una tontería o algo impensable.
Para el Político (profesíon mafiosa hoy muy en moda) esta idea será totalmente inaceptable por que muchos de ellos perderían sus empleos y serían obligados a trabajar como gente normal. Además, les quitaríamos muchas de las praticas de corrupción que les permiten enriquecer en un abrir y cerrar de ojos.
Para sobrevivir en el mundo actual es necesario ser grande y cambiar consciencias.
Sí una persona no tiene sueldo está condenado a la miseria o vive de las ayudas familiares y sociales.
Sí tiene salário pero es corto, para pagar las despesas personales y sustentar una família con hijos, entonces su vida está hipotecada y no es libre para decir NO ni al patron ni al Banco ni al Estado controlado por políticos y financieros.
Sí es bilionario, puedes hacer todo que te dá la gana y todo mundo te considera!
Con las empresas e y los payses es lo mismo… Por esso hay que ser grande!
No se trata de falta de patriotismo. Es puro pragmatismo.
Sí queremos combater la hegemonia financiera dominante hay que ser grande. Perder tiempo con comentários no cambia cosa ninguna.
El veneno, de los Políticos y los agiotistas financeiros, tiene que ser combatido con medidas de muy largo plazo.
Todos tenemos una obligación con las generaciones futuras – combater el govierno mundial que nos quieren imponer lo qual no es sí no una ditadura de la esclavitud o el retroceso al feudalismo del siglo XIII.
Saludos cordiales!
Hay que pensar y decidir sobre el futuro.
Las personas, portugueses y españoles, necesitan unificarse criando economia de escala para tener dimensión y defender sus interés.

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AntonioR 20 de julio de 2013 at 17:22

A lo que propone yo añado algo más. Limpieza

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Beimler 20 de julio de 2013 at 17:51

No es solamente que los partidos tengan un diferente grado de acceso a los medios de comunicación,es que se borra sistemáticamente de ellos a partidos como Izquierda Unida,o se falsifican descaradamente sus posiciones.Esto puedo comprobarlo cada mañana en mi ciudad al abrir el periódico,que es,por otra parte,el mejor y el más «progresista»de los que se publican en la ciudad(digamos que se identifica con el ala derecha del PSOE).IU,por ejemplo,no es un partido(o coalición) minoritario,es un partido sistemáticamente minorizado,lo que es muy diferente,y falsificado.En los medios sólo existe el PP PSOE,y,a veces,IU cuando su postura coincide,o se hace coincidir falsamente,con la del PSOE.Entonces,si tenemos un gran partido de «izquierdas»(!!!), ¿para qué queremos uno pequeño,razonan,es decir,manipulan,los medios?
¿Qué se pude hacer,desde una óptica de partido? En mi opinión,adoptar siempre la postura correcta desde un punto de vista de izquierda,sin concesiones a la galería y al electoralismo,y esperar que poco a poco,o quizá no tan poco a poco,la gente de izquierdas,y la gente del pueblo en general,los damnificados de la crisis,descubra,se identifique,apoye a su partido,o partidos,y se movilice con él,y con organizaciones sociales como el 15 M, para acabar de una vez con el desastre económico,político y social que estamos viviendo.

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Alfonso Casas 20 de julio de 2013 at 23:55

Profesor, creo una vez mas, que las cabezas pensante de la UNIVERSIDAD,(si escrito con mayúsculas), deberían tomar el país, junto con otras fuerzas menores, esto es un paso mas y hacer camino, esto no llega a ningún lado esto es hablar por hablar, ha llegado la hora de actuar, y para empezar sería la eliminación del consejo del poder judicial, esto es hasta ahora la mayor lacra que tiene la sociedad, ahora a devuelto el presidente el dinero que cogió, o utilizo fraudulentamente.
podemos seguir así hasta septiembre que empieza la liga, y volveremos a ser libre, y que cada uno defienda al equipo que quiera, todo esto es cachondeo, pero mas cachondeo veo en las veces que nos repetimos y nadie hace nada

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eduardo rod 21 de julio de 2013 at 07:54

Está claro lo del síndrome de Estocolmo, algo en lo que no había pensado. No conmprendía algunas cosas, pero desde ese síndrome todo se explica. O nos lo quitamos de encima o vamos a la completa ruina. Bien, como siempre, por Juan Torres, ¿Cuándo duerme?

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jose arana 21 de julio de 2013 at 08:40

No sé qué se puede hacer pero cada quien en su trabajo o paro debemos hacer lo poco que podamos.
Que estamos secuestrados, que nos roban, que los derechos adquiridos( craso error , los derechos no se adquieren, sino que se luchan todos los días para conseguirlos)se deshacen…pero el día a día qué. Lo poco que se pueda se hace, aunque sea uno a uno

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Mancuso 21 de julio de 2013 at 12:18

Yo creo que ha pasado lo que, en lógica, tenía que pasar. No es que los organismos supranacionales hayan secuestrado la soberanía española, en realidad no creo que lo importante sea quien nos ha sucuestrado, es que el actual modelo económico es también un modelo social y como tal sus postulados han impregnado nuestra cultura. Si la idea pasa por maximizar beneficios se utilizarán los medios al alcance para lograrlo y para ello sirve la OMC, el FMI, el BCE, pasando por los medios de comunicación que modulan el pensamiento y muestran referentes como estilos de vida. Pero la sociedad española estaría igualmente secuestrada aun cuando las decisiones políticas y/o monetarias se tomasen en este país. La decisiones de inversión en materia de infraestructuras posiblemente se tomarían pensando en el beneficio de las empresas constructoras, la política energética tomando el interés de los oligopolios nacionales y la política fiscal para, como dice Stiglitz, transferir renta de abajo hacia arriba.
Y hablando de secuestros nacionales, y ahora que la extrema derecha ataca de nuevo (hace ya tiempo que me preguntaba que había detrás de los ataques a Rajoy por parte de determinados medios no precisamente socialistas) quizá sea un buen momento para recordar las consecuencias de la política exterior del anterior gobierno del PP (aunque su participación fuese poco más que simbólica). En Irak se dan elevados índices de desnitrición; desempleo del 50%; 75% de niños no escolarizados; 1.600.000 iraquies desplazados de sus hogares; absoluto deterioro de los servicios públicos y 150.000 muertos (directos). Y todo esto en un país que «nada sobre el petróleo». Quizá este sea el modelo que les gustaría para Venezuela (una vez implantado los medios hablarán de los éxitos de Nadal y Alonso).
Seguramente es este secuestro, el cognitivo, el más peligroso de todos.

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Beimler 21 de julio de 2013 at 12:55

Quizá hace falta que la gente vaya descartando las soluciones cómodas,estilo PP,gobierno de unidad PP PSOE,etc,como falsas salidas,antes de decidirse por el camino estrecho,pedregoso y duro de la lucha seria estilo IU y otros.
No es cierto que durante el franquismo no hubiera partidos,había dos,los republicanos,en la clandestinidad,y los fascistas,en el gobierno.Tampoco es cierto que no hubiera elecciones libres,si bien existía un elevado porcentaje de abstención.No se votaba con la papeleta en la urna cada cuatro años,sino con la vida,asumiento un elevado riesgo,en todo momento y sin cesar.Quizá hace falta ahora también retomar el compromiso con las opciones serias,desoyendo los cantos de sirena de la comodidad y las falsas opciones PP,PSOE,UPYD,Partido Pirata,Beppe Grillo,los Verdes más Verdes,etc.Cada uno en la medida de sus posibilidades,claro,no se trata de ser héroes los que no lo somos.Con la práctica la gente aprende si se fija y se interesa,ahora se fija y está despertando en buena parte,hay que darle tiempo para que descarte las falsas salidas y termine de espabilarse.

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dosocas 21 de julio de 2013 at 14:29

Hola: A falta de plasmar unos párrafos más, que ya tengo casi preparados, aquí están alguna de mis soluciones.http://dosocas.blogspot.com.es/2013/02/mis-soluciones-ii.html

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JM 23 de julio de 2013 at 02:42

Hola Juan y resto,
yo lo veo fácil (segín pasa el tiempo menos, claro, corre en contra nuestra):
1.- Prescindir o usar el mínimo móviles.
2.- Tarjetas de crédito jajaja
3.- Nada de invertir en fondos… su rentabilidad proviene al final de nacionalizaciones, tráfico de armas, blancas, armas… lavado de dinero en general.
4.- El que todavía pueda que compre en comercios de “barrio/pueblo”, explicándoles porqué lo hace, jodamos el dumping encubierto al que nos llevan: Nos pagan menos (al que cobre), cada vez mas grandes superficies… todo multinacionales, trabajo esclavo, pagan a los prov a 180 días… y nosotros como estamos secos entramos al trapo (pueden vender por debajo de coste, su nivel es global y su compromiso de pago amortizable), y le echamos la culpa a las pymes (antes el 90% de los puestos de trabajo (aclaro: era empleado por cuenta ajena hasta que me hice viejo o sobrecualificado, según jajaja ) ) como cainitas y esclavos que no se enfrentan al amo.
5.- Nada de manis… toque de queda autoimpuesto y las calles vacías… que se vayan al …. ellos y sus perros de presa/prensa
6.- Pasar de su propaganda (en tv y prensa) y ver sólo pelis, docus con los enanos… su publi: pasar…
etc…
Todavía nos queda el último asalto… tocarles el bolsillo pasando de sus “oportunidades de ser cool”… pero nos queda poco…
Salud y que cada uno actúe como le dicte su coco, seamos individuales… implica responsabilidad pero evita borreguez y culpar al de al lado en el bar por cobardía y seguir como macetas.
Salud!!!

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Mª Pia Uribe 29 de julio de 2013 at 11:45

Siempre manifesté que el problema no era de la Troika ni de Merkel. El problema es nuestro y sólo nuestro y mientras no lo asumamos nada cambiará. No he oído a ningún partido denunciar claramente lo que está pasando. Nadie quiere jugarse nada. ¿Sabe alguien algo más concreto sobre la plataforma cívica?.
¿Sabremos desprendernos de nuestro propios postulados partidistas en aras a una Unidad contra el «Desastre tan perfectamente organizado»? o seguiremos queriendo ser cabeza de ratón?.
Salud y saludos para todos

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POCHOLO 30 de julio de 2013 at 16:53

He de reconocer que no es fácil pillar a Juan Torres difundiendo ideas de extrema derecha. Pero, touché, lo pille. Y tengo gran satisfacción en hacerlo.
En este texto Juan Torres nos dice que la Justicia está «politizada» y al hacerlo coincide con multitud de opinadores a sueldo de la burguesía. El problema sería que «los partidos politizan el poder judicial». Es decir, traduciendo: «la democracia corrompe el poder judicial». El poder judicial debe ser independiente y constituirse como un poder corporativo por encima de los partidos políticos, es decir por encima de la democracia. Es decir, fascismo puro y duro.
Yo propongo democratizar la judicatura en asamblea ciudadana desde Internet, que seamos nosotros, los paganos, los que elijamos directamente a los jueces. Y no como Juan Torres pretende, que los jueces se conviertan en un poder aristocrático a sueldo de los superricos blindado de la democracia imperfecta y patética que tenemos.
Te pille Juan.

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POCHOLO 30 de julio de 2013 at 17:02

No es que haya pillado a Juan, sino que «ellos» lo han pillado a él. Al meter ciertas ideas en su cabeza, hasta el punto que esas ideas (La Justicia como problema) surgen en un artículo. Y por supuesto, no sé, no puedo saber porqué no soy telépata si Juan para solucionar el problema «de la politización de la justicia», propone blindarla de la política como proponen los medios de comunicación de masas en España. Lo que está claro, es que Juan considera que hay un problema de «politización» de la Justicia.

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jesus 8 de agosto de 2013 at 18:18

Es que ese es el asunto, y por ello irritan tanto las tibiezas.
Cada tres por tres una parida sin fundamento, mientras esas instancias que se ponen medallas de sabiduría y se suben más y más los sueldos según la tontería sea mayor, continuan contaminando las mentes. No me extraña que la ESO fracase, con tal entorno…
Y luego los medio leídos que pululan con la lección cogida con alfileres, a sueldo de los periódicos rábano (rojos por fuera, blancos por dentro).
Ayer, por ahí, uno le daba -generosamente- carta de credibilidad a las teorías de Marx sobre la estructura y la superestructura, pero cuidado, nos advertía pomposamente, no debemos creer que con todas sus tesis ocurre igual. La teoría de la plusvalia, por ejemplo, es -según él- una majadería abandonada por todos.
Pues yo no he olvidado el iter de esta laga farsa entre payasada y atraco a mano armada: primero era contra el socialismo real, después contra el socialismo con rostro humano, más tarde contra el eurocomunismo, después contra la sociademocracia a secas, más tarde contra una socialdemocracia liberal (?) con mercado y corporaciones que todo lo controlan, luego contra el estado de bienestar, después contra el mínimo bienestar, y según algunos teóricos actuales, dentro de poco contra el estado mismo; que lo que vale es un gobierno mundial de las corporaciones financieras. Esto son los que llamaban traidores a los internacionalistas rojos… ¿Dónde ha quedado aquello de que el capitalismo proveería con abundancia y libertad. ¿Dónde quedó que no hay clases’ Y si las hay ¡todos de clase media, que hasta en eso nos asombra la politiquería y el psoe, cuando sólo se preocupan por el destino de las clase medias, como si no las hubiera más humildes… ¿Se pueden decir más barrabasadas en 20 años sin que los trabajadores exploten de indignación? ¿Qué pasa con los teóricos serios? Sólo han quedado 5 ó 6? Por cierto, comento tus artículos en Público, pero la censura humana y la automática no me permite disfrutar de esta mundial libertad de expresion.
Y como si uno dijera algo grave o grosero. Incluyes artículos de este tenor y te los censuran. LLamas hijo de puta a uno en los comentarios y no pasa nada ??????. Por lo visto una idea vetada por Público es esta: Franco fue un aliado de los nazis, cosa que se olvida siempre, pecado que luego una parte de los aliados le perdonaron y casi premiaron.

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jesus 8 de agosto de 2013 at 18:28

Perdón, quise decir, comentario, no artículo…

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