Publicado en publico.es el 3 de abril de 2012
Una de las características más importantes de nuestra economía, y de la que no se suele hablar, es la gran influencia y poder político que los grandes grupos financieros y empresariales tienen sobre las instituciones. No es que eso sea algo propio solamente de nuestro país, pero sí es verdad que aquí está muy agudizado porque esos grupos se formaron en la dictadura y eso les dotó de una fuerza y de unos privilegios especialmente considerables.
Esos grupos extienden sus redes en toda la economía española pero tienen su asiento principal en los grandes sectores estratégicos, en la banca, la energía, las telecomunicaciones o los medios de comunicación, entre otros, tejiendo así una compleja red de intereses que les permite controlar mucho más de lo que a simple vista parece y que penetra en las propias administraciones públicas e incluso en las más altas magistraturas e instituciones del Estado.
El caso del sector eléctrico es paradigmático y ahora se vuelve a poner de evidencia cuando el gobierno de Rajoy vuelve a subir el recibo de la luz.
En la anterior etapa de gobierno de Aznar se reconoció un llamado «déficit de tarifa» que ha ido creciendo año tras año y que está proporcionando a las compañías eléctricas grandes beneficios a costa de los consumidores de luz.
A la opinión pública se le está diciendo desde entonces que las eléctricas tienen unos costes muy elevados y que la tarifa que pagamos es insuficiente para compensarlos porque los gobiernos la mantienen demasiado baja por razones de interés social.
Pero a la sociedad no se le informa que desde que Aznar (más tarde asesor externo de Endesa) lo reconoció, ese déficit está trucado. No es la diferencia entre la tarifa y los costes reales que soportan las empresas sino con los muy sobrevalorados que se inventan y que los sucesivos gobiernos (y los jueces que resuelven las demandas de las eléctricas) aceptan sin problema.
Para lograr ese efecto las compañías recurren a diferentes procedimientos: asignar a la electricidad mucho más barata que producen centrales ya amortizadas los costes de otras más caras, aplicar el de la franja horaria de mayor precio, o registrar costes de inversiones realizadas o de otros gastos muy por encima de los realmente soportados.
Esa constante sobrevaloración es lo que permite hablar de déficit pero se trata, como acabo de señalar, de un déficit ficticio. Y que, además, no es la única circunstancia que vienen permitiendo a las compañías eléctricas obtener enormes beneficios en España, casi 29.000 millones de euros desde 2005.
Además de ello, facturan a los consumidores por tener derecho a conectar la potencia contratada (lo que no están en condiciones de asegurar porque la red es deficiente en muchos puntos) o los llamados costes de transición a la competencia, un invento de las propias compañías que les ha supuesto mas de 9.000 millones de ingresos extras, además de inflar el precio del alquiler de los nuevos equipos de medida, entre otros.
Y mientras las empresas eléctricas obtienen beneficios extraordinarios mediante estos procedimientos espurios, los consumidores de luz españoles hemos de pagar un recibo que es el tercero más caro de Europa, solo superado por el de Chipre y Malta.
Durante años, los gobiernos se vienen limitando a aceptar las condiciones que les ponen las grandes compañías eléctricas, en cuyas asesorías o consejos de administración entran y salen los mismos que antes o luego han de tomar decisiones sobre las tarifas y las condiciones de su negocio, como el mencionado Aznar, de Guindos, Elena Salgado o Felipe González, entre otros, en un vaivén vergonzoso e inmoral al que nadie pone coto.
Si en España hubiese una verdadera democracia las televisiones estarían explicando a la gente por qué suben tanto sus recibos de la luz y quién y por qué se lucra con ello. Y los gobiernos, en lugar de rendirle pleitesía, habrían disuelto ya el oligopolio eléctrico, nacionalizado las empresas y evitado el engaño. En lugar de eso, Rajoy vuelve a subir la luz y encima su gobierno afirma que está reduciendo los costes del sistema, como si hubiera tomado alguna medida encaminada a evitar su sobrevaloración artificial.
9 comentarios
Magnifico post. Es contradictorio que las electricas digan que venden electricidad por debajo de los costes de generación (deficit de tarifa) e Iberdrola y Endesa mientras tanto estan presentando resultados anuales de varios miles de millones de euros.
Cuando se dice que una empresa vende duros a tres pesetas, todo el mundo entiende que la empresa esta perdiendo. Si luego nos dicen que esta empresa obtiene beneficios, es qeu la primera frase era mentira.
El tema que suscitan los primeros párrafos de tu artículo, sobre la operativa de las empresas de estos sectores al que se añadirán las futuras privatizaciones, es de una importancia capital. El robo en el recibo de la luz con ser importante es una anécdota, si se le compara con «El capitalismo de amigos» que utilizan para funcionar estas empresas.
Desde ellas se financian medios de comunicación, se crean estados de opinión, se dictan leyes y lo que es peor todo ello financiado con los impuestos que pagamos.
En economía habría que hablar de tres sectores: sector público, sector privado y «el capitalismo de amigos».
Precisamente fue abordado este tema por Krugman en un artículo impresionante del 26 de Marzo «Lobbyists, Guns and Money» publicado en «The New York Times».
Una cosa está clara, que nos jugamos demasiado. Muchos servicios tienen que ser públicos. Un Estado fuerte requiere un sector público fuerte.
perdona, pero no entiendes realmente lo que pasa.
imagina que eres el dueño de una empresa. Que prefieres que te paguen ahora el 100% del servicio que proporcionas a los clientes o que el gobierno se entrometa y diga que no, que tu cliente solo te va a pagar el 60% y que el 40% ya te lo pagará, ¿Cuando? no se sabe se te irá pagando.(esto es lo que hizo Aznar)
Ahora, te hago la pregunta, como cliente que prefieres pagar el 100% del coste del servicio o quieres financiar el 40%. Nuevamente al consumidor no le dan esa opción. ES IMPUESTA, ¿por quien, por la empresa, por el cliente, NO, POR EL ESTADO)
La energia es carisima en España, debida principalmente al sobrecoste de las energias renovables y para colmo hay una parte que AUN NO HEMOS PAGADO y efectivamente hay un trapicheo que no se sabe ni como calcularan.
Que haya politicos en los consejos de administracion de las grandes empresas no es signo de que las empresas sean muy poderosas sino que deben tener a CONSEGUIDORES POLITICOS para lograr cosas del estado.
EL PODER NUEVAMENTE ES DEL ESTADO
Los consumidores clientes de compañías eléctricas como Endesa han tenido que pagar en sus facturas el coste de la moratoria nuclear; para resalcir a las compañías de que no perdieran beneficios con el hecho de dejar de construir las impopulares centrales nucleares. En los últimos años mediante procesos de fusión para concebir inmensas compañías, han ido acumulando ingentes cantidades de capital, gran parte proveniente de la plusvalía que todos los consumidores en sus facturas de la luz. Ese capital se ha ido invirtiendo en Latinoamérica, por ejemplo en proyectos para aprovechamiento hidráulico en la Patagonia a pesar del riesgo ecológico para la zona. Estas grandes compañías recurren a los grandes medios de difusión, que pertenecen a los grandes grupos financieros, cuando tienen problemas como intentos de nacionalización de los recursos (caso Repsol en Bolivia, por ejemplo), se recurre a campañas de defensa de los intereses “patrios” para salir en su ayuda.
Parece que no iban descaminados los que advertían, como Habermas, sobre la democracia como un complejo ideológico para la despolitización y la conversión de la ciudadanía en masa, en consumidores, y por tanto en una completa falacia. Como un proceso de legitimación que busca la anuencia y el consenso de la mayoría a favor del proceso de la acumulación del capital, que es lo esencial y lo que no puede ser cuestionado. Como el Estado ha de tomar medidas que ante todo salvaguarden la libertad del capitalista en lo tocante a la gestión de su capital, incluso de un modo inequívoco para que si quiere pueda llevarse el capital fuera de las fronteras del propio Estado, que además debe garantizar que el capitalista tenga esa libertad asegurándole si es necesario la redención de sus desmanes, como no ha tenido vergüenza en plasmarlo las últimas medidas gubernamentales.
Si las eléctricas no son tan rentables que dejen de ser privadas.
Estamos hartos de socializar pérdidas (o costes elevados) y privatizar suculentos beneficios. Se va a tener que crear un canal de televisión nuevo para que se eduque a la población y se explique lo que no conviene que la gente sepa.
Con respecto al comentario de dman, quiero decir que ,como en muchos aspectos que suscita la vida económica, si queremos ver un paisaje bonito al otro lado del cristal para qué bajamos la persiana y pretendemos ver dicho paisaje a través de las rendijas. Si todos estamos de acuerdo que en el coste de producción de la energía parece ser que hay un trapicheo importante a la hora de establecer el precio de dicha producción, ¿para qué decimos que la energía en españa es carisima? ¿no estamos diciendo qeu es carísima porque hay trapicheo de cifras al alza? ¿ o estamos diciendo que es carisima por la diferencia entre lo que cuesta subvencionar a las renovables y lo que se paga por ellas ademas de la interterritorialidad mas los impuestos mas los ctc mas…? ¿ en qué quedamos? Si hay trapicheo hay que denunciarlo y explicar con sencillez a la gente, quien sepa, pueda y pueda, la verdad. Porque si cerramos la persiana nos confundimos todos, y ya empezamos a admitir que el problema es de las renovables, que vivimos por encima de nuestras posibilidades, que es que claro lo tenemos todo electrico, que la luna tan bonita y tan extraña y tan iluminada la pagamos todos. Pues no. La cuestión admitida por todos los comentarios aquí es el trapicheo inicial de cifras de producción. Y si hay trapicheo a la empresa le da igual que el gobierno de turno le diga que el cliente le va a pagar el 60% del total de lo que cuesta la luz y mas tarde el resto porque lo mas seguro es que ese 60% sea realmente el 90% o lo mismo 120% ( quién sabe).
Gran artículo. Lo comparto en mi Facebook, para que lo lea cuánta más gente mejor.A ver si toman conciencia de una vez.
Hagámosles un favor a estas empresas y nacionalicemos la banca, las telecomunicaciones, los carburantes, unámos nuestros esfuerzos en conseguir una España mas unida ante las adversidades de los mercados……………..por una república solidaria e igualitaria………….y sobre todo por la justicia, que en España deja mucho que desear