Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Inhumanos. Asquerosamente inhumanos

La enorme cantidad de comentarios que circulan por la red menospreciando la pérdida de una vida humana por el hecho de que la víctima fuese una política del Partido Popular (por muy poco ejemplar que hubiera sido su trayectoria) e incluso manifestando alegría por su muerte, muestra el nivel de perversión, de inmoralidad, de animalidad y de maldad que está anegando nuestras sociedades. Y el hecho de que la mayoría de quien hace eso haga al mismo tiempo gala de progresismo y de espíritu revolucionario indica que se ha perdido el norte por completo.

Cuando no se entiende que no somos dueños de la vida, de la naturaleza, de los seres humanos… y que por eso hemos de cuidarlos y cuidarnos por encima de cualquier otra aspiración u objetivo, estaremos condenados sin remedio.

Lamento la muerte de esa persona y desprecio a quien se alegra de la desgracia y del sufrimiento ajeno tanto como desprecio también al que lo provoca innecesaria o injustamente.

Y no puedo dejar de manifestar una indignación semejante ante las personas (algunas de ellas periodistas y responsables políticos muy significativos ligados al PP) que ya estaban culpando a sus adversarios políticos de un crimen que finalmente resulta que ha sido perpetrado por una persona de su propio partido.

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28 comentarios

manuel 12 de mayo de 2014 at 23:58

Aun no he sentido ningún comentario de condolencia por los suicidios provocados por los Banqueros , parece que los muertos del PP son personas y los de los obreros perros , muy pocos del PP han desahuciados

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Pedro 13 de mayo de 2014 at 01:07

Justos comentarios.

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Txanotxano 13 de mayo de 2014 at 01:28

La calidad humana de la finada, por lo que parece, dejaba mucho que desear; se había convertido en una tirana y los actos presidiendo los plenos y las comisiones de la Diputación de León, dicen mucho de su «delicada» forma de hacer política.
La forma como ha perdido la vida no tiene justificación, como tampoco la tienen los actos que, presumiblemente, celebrán su capacidad de trabajo, su exquisita profesionalidad, su respeto a las reglas de juego democrático, etc….
Ni la perversion ni la hipocresía: castigo para los asesinos y juicios sobre la Era. Carrasco ajustados a la realidad de sus conductas.

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Fernan Gallego 13 de mayo de 2014 at 01:39

Disiento completamente de las políticas del PP y del PSOE pero comparto la indignación del profesor y la pena de la familia, compañeros y demás allegados por lo que les expreso mi más sincero pésame.

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carmen 13 de mayo de 2014 at 03:09

Sí, circulan muchos comentarios por la red, pero en ningún caso «muestra el nivel de perversión, de inmoralidad, de animalidad y de maldad que está anegando nuestras sociedades». Yo también los he leído, me pregunto dónde ha entrado usted para sacar una conclusión y un juicio tan general y definitivo. Yo acabo de leer: hartazgo e indignación como ya viene siendo habitual. La mayoría no justifica el asesinato ni por asomo (es decir no juzga) juzga al personaje por»su trayectoria». Faltaría más que con la que está cayendo, tuviéramos que santificar a alguien por que está muerto, como se hace de manera convencional. Sr.Torres no se arrogue la facultad de juzgar a toda una sociedad, es un pecado de intolerancia y fanatismo, amén de falta de realidad. Impresentables hay siempre y en todas partes.
Un saludo

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José Manuel 13 de mayo de 2014 at 08:42

algunos es que no se quieren dar por enterados. ¿Acaso los que se dicen «progresistas» no están desde hace mucho tiempo del lado de los banqueros?
Sigamos así, y la volveremos a liar parda. Los hipócritas de Bruxelas, frotándose las manos.

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juan jose lopez peña 13 de mayo de 2014 at 09:18

Ojalá fuera tan sencillo como estar a favor o en contra. Es hora de huir de lo fácil, de lo simple y buscar razón en aguas un poco más profundas. Una persona ha muerto, lo lamento; siempre lamento la muerte, cualquier muerte, porque me recuerda que soy frágil. Nunca es justificable, ni cuando es el cáncer quien se la lleva, porque más allá de la razón queda el dolor de quien sufre esa muerte que, salvo el finado, son siempre legión.
Pero las cosas suceden en un tiempo, un espacio y una situación. En este escenario, en este tiempo y en esta situación lo ocurrido no deja de ser una reacción previsible; ciertamente injusta, si, pero previsible, de los agravios percibidos.
Se acabó la justicia, la dignidad, la razón o la ética. Ya solo queda la fuerza del “porque si”, la de ”porque somos más” o la de “porque yo lo digo”; y frente a esas fuerzas, siempre habrá quien oponga otra cualquiera.
Lamentarlo es tan falso como vitorearlo o ignorarlo. El verdadero drama, el verdadero peligro reside en que privado el ciudadano de la justicia…….. suele clamar venganza

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manolo 13 de mayo de 2014 at 09:20

demasiada hipocresia veo por todas partes, hasta la náusea; 6 millones de parados no son demasiados? 2 millones de hogares sin ingresos son pocos todavia? muchos miles de niños hambrientos no nos parecen nada? los colegios abriendo en verano para darles un poco de comida no son testigos? caritas haciendo campamentos de verano para asegurarles un plato no es suficiente señal?
si estos politicos no lo saben arreglar que se vayan a su casa. y todos esos periodistas de barriga muy llena opinando de lo qeu no saben y ocultando deliberadamente todos estos datos sistematicamente me hacen vomitar de asco. ya no les escucho hace mucho tiempo. pero se les ve rebuznar habitualmente. esta situacion se me hace rara no , rarisima con toda la gente tan tranquila como si no pasara nada mientras quienes todos sabemos, corruptos de todo pelaje se han llevado y se siguen llevando el dinero fuera provocando esta estafa monumental que todos toleramos sin decir esta boca es mia. ya basta profesor, no te sumes a la hipocresia general sino quieres que te tratemos igual que a ellos.

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César 13 de mayo de 2014 at 10:53

Si, completamente de acuerdo . Además ,considerando que se trata de un «ajuste de cuentas» muy alejado del trasfondo político, son especialmente sangrantes y humillantes para todos los ciudadanos españoles estos comentarios de Luís Salom Andrés e Isabel San Sebastian :http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/articulosglopez/archives/781

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Pedro Fernandez 13 de mayo de 2014 at 10:59

Condenar ese asesinato y expresar un dolor anónimo por la muerte de esa persona que no forma parte de nuestro círculo íntimo son actos anecdóticos por formar parte de las convenciones de las personas en una sociedad con determinados códigos morales. Más interesante me parecen los intentos de explicación de lo sucedido y también de las reacciones que rompen con el protocolo convencional pq pueden ayudar a identificar lo que está fallando en nuestra sociedad actual: desconfianza en la eficacia e imparcialidad de la justicia, ausencia de escrúpulos a la hora de instrumentalizar cualquier
tragedia a favor del propio bando, podredumbre en las instituciones públicas y un largo etc.

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Enrique J. 13 de mayo de 2014 at 10:59

Nada justifica un asesinato excepto, tal vez, tratar de llegar a nado a las costas españolas. Pero, ironías aparte, no puedo dejar de pensar en que tiene, en que DEBE haber una diferencia de trato entre la muerte de una persona honrada y otra que no lo era en absoluto. De otra forma, ¿qué más da lo que seamos durante la vida si a nuestra muerte nos van a llorar igual, o incluso más, que a cualquier otro? Yo creo que no hay que honrar en la muerte a quien no se ganó esa honra durante su vida.

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emilio rebollar 13 de mayo de 2014 at 11:11

Como usted dice, lamento la desgracia de esa familia, no hay nada, por muy bajo que sea, que merezca una vida humana, lo lamento y expreso aqui mi condolencia a esa familia.
Si sólo la mitad de los españoles pensaran asi, estaría tranquilo, lo malo es que no piensan asi, y también lo lamento. Ojalá que este triste suceso no tenga peores consecuencias.

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Pedro 13 de mayo de 2014 at 11:18

Toda vida segada por violencia anti natural es lamentable y consterna a cualesquier persona de bien, pero dos días antes de la muerte de ésta señora política murieron cinco jóvenes en accidente de tráfico en la provincia de Badajoz. Siendo personas, casi infantiles, españoles y tan honorables, humanos y, seguro que no viciados por los avatares de la vida. No he tenido noticias de que los políticos-esos «tomboleros» metidos en campaña- hayan manifestado sus condolencias, ni hayan propuesto siquiera suspender actos ni guardar un minutos de silencio por el desgraciado deceso de éstos cinco niños, y…también eran españoles, humanos e inocentes-algo que dudo de que a la finada se la pudiese aplicar éste último adjetivo-pero parece ser que en la hora de manifestar los sentimientos, es cuando se descubren mas los hipócritas refinados y a los brutos sinceros.

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Enrique de Amo 13 de mayo de 2014 at 11:52

Podemos estar completamente en desacuerdo en las formas en el comportamiento político de esta mujer asesinada; pero mezclar, en el momento del duelo, su muerte con el cómo vivió…, eso es aspirar a ser un Dios que juzga. Soy más de JC…
Sepamos distinguir el mensaje del mensajero:
1. crítica radical de los comportamientos
2. respeto sagrado a la vida humana
¿Tan estúpidos estamos que no sabemos diferenciar suficientemente ambos dos elementos y actuar en consecuencia?

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Roberto F. 13 de mayo de 2014 at 12:16

¿Sentir lástima por esta gente?
La mismita que ellos sienten por 6 millones de parados, miles de dependientes sin recursos, por miles de desahuciados, por aquellos que se han quitado la vida por no poder continuar ni un día más.
Esa es mi lástima.
Tonterías las justas…

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Mª Pia Uribe 13 de mayo de 2014 at 12:18

Por supuesto lamento el asesinato como fórmula de dirimir conflictos, dicho esto, no entiendo a qué vienen tantas alabanzas a un persona cuya dedicación política ha tenido tantas sombras. Realmente somos hipócritas, desmemoriados y por lo tanto bastante injustos. R.I.P.

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Maria 13 de mayo de 2014 at 13:14

Yo no me alegro por la muerte de esta señora, pero tampoco me extraña del todo. Las cosas como son cuando siembras vientos recoges tempestades esta señora no era trigo limpio, ni humanitaria, ni buena gente. A parte de eso, es españa mueren cerca de medio centenar de mujeres a manos de sus compañeros pero de eso ya ni nos hacemos eco. En España murieron por suicidio relacionado con la crisis con todo el drama que esto conlleva el año pasado 29 y las cifras de suicidios son de 8 al dia en España pero de eso nadie habla ni se enternecen ni se echan las manos a la cabeza. En este pais personas como esta mujer que cobran cantidades ingentes de dinero mientras despojan a los mas humildes de sus escasos recursos se buscan muchos enemigos hasta entre los suyos y aunque eso no lo justifica desde luego o explica, hay muchísimas mas muertes de personas muchísimos mas injustas que esta y a penas se les da importancia y a esta como es importante se le da todo el bombo, que me parece bien pero es un arma de doble filo de la que no vale quejarse solo cuando a uno le conviene y si solo se habla de ella y de lo pobrecita que es y de lo injusto de su muerte para quién así lo sienta, también se hablara de ella para lo contrario y no se la puede recordar solo por lo bueno cuando ha hecho mas mal que bien.
No, yo no me alegro de su muerte pero no siento tristeza, mas pena me dan otros de los que nadie se acuerda.
Qué pasa con todos los que pierden y perderán vida porque gentes como ella y puede que ella misma nos recortan la sanidad o nos la quita directamente, o los que morirán porq

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GONE 13 de mayo de 2014 at 13:41

No siento pena ninguna por este tipo de personas. Siento pena por los miles y millones de personas que se dejan la vida intentando cruzar el charco para tener una vida mejor, por la gente que no dispone de un blog para decir tonterías, porque su tiempo lo gastan en ayudar a sus familias y en dejarse su vida por ellas. Esos sí merecen toda pena y respeto. Esos sí tienen humanidad. Pero los tristes pero ricos corruptos que no ven más allá de su nariz, esos sí que son asquerosamente inhumanos.

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Antonio Gonzalez 13 de mayo de 2014 at 16:24

El caso es que salio también el articulo del jefe
de la CIA exponiendo con toda frialdad la bases
sobre la cual se decide la muerte de personas en
todo el mundo.
Todos sabemos la CIA y Estados Unidos son los que
trazan el rumbo y si ellos matan y nadie dice nada
pues la vcida no vale nada.
Observemos que ni la Iglesia esta en contra de los
llamados asesinatos selectivos.
Entonces no creo se deba juzgar a la gente común.

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Maria del Carmen Quintana 13 de mayo de 2014 at 16:47

es fácil hablar desde la poltrona del sofá, cuando no se pasa hambre, demócrata.

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jesús de la fuente 13 de mayo de 2014 at 16:50

Lejos está el día en que no se comentan «crímenes pasionales». Ojalá la civilización llegue a tanto, pero me parece que el elemento «animal» del ser humano siempre estará presente en nuestro comportamiento. Es una lucha permanente en el transitar humano: lo racional de la civiliziación basado en lo psicológico frente al comportamiento derivado de las connotaciones propias de cualquier especie biológica, entre las que la agresividad no está ausente sino muy al contrario. Siempre, siempre habrá «crímenes pasionales», entendidos estos como situaciones en las que lo racional (análisis consensual de hechos, actuaciones y consecuencias) se ve superado por lo biológico. ¿Algo a superar, a intentar evitar…? Obviamente sí. Sin duda siempre nos irá mejor cuanto más civilización y menos ley de la selva riga en cualquier colectivo del tamaño que sea, pero no creo que una cosa se logre imponer por completo a la otra. Hay que acostumbrarnos a vivir con ello; como de hecho lo estamos. Por eso, cuando acontece un «crimen pasional» como el de la señora Carrasco, lo más civilizado sería buscar más en las entrañas biológicas de los personajes y poner en un segundo plano los contextos sociológicos en que se producen, sin, por supuesto, olvidarlos y renunciando a tratar de mejorarlos para que el desenlace falta se repita lo menos posible. Hace siglos se asesinaba por una afrenta de honor; hoy ya no, pero se sigue haciendo por celos o un desaire económico. Hagamos que la civilización reduzca cada vez más los motivos, pero asumiendo que siempre habrá alguno. Por desgracia.

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JANO 13 de mayo de 2014 at 18:22

Buenas tardes a todos.
Veo que el comentario ha suscitado interés.
Sin duda somos seres sociales, y por nuestro propio interés, más nos vale no aceptar que ciertos comportamientos no pueden considerarse aceptables. Creo que el menos aceptable de todos, es sin duda el crimen. Dá igual lo que haya sido el muerto. Quien acaba con él, no tien razón; y si la tenía, la pierde.
¿De verdad álguien se ha parado a pensar con detenimiento, con calma, qué sería de cada uno de nosotros (y de nuestros hijos, hermanos padres etc.)si cualquiera decidiera liquidar al que «estorba»? ¿Cuántos y a quién «estorbamos» cada uno de nosotros?
Hipocresía. Sin duda. Mucha. Mi abuela me decía: «dios te libre del día de las alabanzas».
¿No mentar los fallos del muerto en el momento? Simple corrección social. Los usos sociales, son los que son: ¿muere un militar? pues se le entierra con bandera sobre el ataúd, banda de música, se le ponen medallas… ¿muere uno «por su fe»? pues la iglesia correspondiente le hace santo, reza por él y pide rezos y honores. ¿muere un obrero? pues se muere y ya está. Si son muchos, un minuto de telediario. Así es nuestra sociedad de…¿gilipollas?. No sé.
Por lo demás, no sé cómo alguno de vosotros puede perder un minuto de su vida siquiera, leyendo lo que puedan escribir gente como la que mienta César. Por fortuna para todos nosotros «se han matado entre ellos». Vete a saber por qué. Solo sé una cosa: hay gente con poder que tensa la cuerda de unas formas suicidas; a veces pienso que por pura inconsciencia. Cada uno de nosotros, podemos pensar lo inconscientes que somos. Debemos pensar, cuantas veces, abusando de nuestra posición, hemos puesto a otro en el disparadero. No me cabe duda, que cuanto más arriba el individuo, más impune se siente, y menos le cuesta «apretar» al que tiene debajo. Por fortuna para todos, solo unos pocos «se rompen» y deciden disparar, o suicidarse. De no ser así, con la que está cayendo, con las vejaciones a las que todos estamos siendo sometidos por esta casta miserable (inconsciente del peligro real que corre) que nos oprime y nos pone cada día en el disparadero, tendrían que recoger los muertos a carros.

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Antonio 14 de mayo de 2014 at 01:38

Cuando en EEUU la administración funcionaba por el sistema del spoil system y los puestos en eran un botín que se repartían entre los paniaguados del partido que ganaba las elecciones, el presidente Gandfield fié asesinado por un aspirante a empleo defraudado. Estos que de sus administraciones han hecho cortijo, han reproducido los hechos: mismas causas mismos efectos. No me sorprende ni me contrista la muerte de esta señora: murió en su ley.

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Nacho Monreal 14 de mayo de 2014 at 09:15

Lamento la muerte de Isabel Carrasco como la de cualquier persona. Pero no lamento la desaparición de la política Isabel Carrasco. Ni voy a llorarla. Bastante tengo con llorar a mis muertos, los que se suicidan por los desahucios de los banqueros sin escrúpulos, los que tienen que elegir entre comprar sus medicamentos o la comida, los que quieren un mundo con otro horizonte que la guerra y el hambre y se enfrentan a concertinas y pelotazos de goma mientras se ahogan,… (por cierto, por estos no suspenden actos electorales, mientras sí se hace cuando se saldan cuentas personales entre militantes del PP). En fin, que en las redes se muestran comentarios desafortunados, como desafortunados son aquellos que se adhieren a una corte de sollozos porque es «lo políticamente correcto». Triste país este que sólo considera respetable un modelo de persona que, además, hizo del insulto y el menosprecio a los demás su forma de vida.

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Beimler 14 de mayo de 2014 at 10:15

Me parece que está usted absolutizando la vida humana.Hay cosas que están por encima de la vida,como la verdad y la justicia.La gente muere por ellas y tienen que brillar siempre y abrirse paso en todas las circunstancias.Claro que condeno el asesinato,pero no hay motivo para que tengamos que callarnos la boca y no hablar de la trayectoria política de esta persona,y de su partido que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a las clases trabajadoras y medias de este país.Y hablar con idignación.A veces,en raras ocasiones,su sentido de la ética,profesor,me parece un poco filisteo,sea dicho con todos los respetos que me merece su persona y su honesta trayectoria,que hace que,afortunadamente la gran mayoría de las veces no sea así.

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Pepe 14 de mayo de 2014 at 12:32

Todos metemos la pata; pero cuando es un político, quien la mete se le pide y eso da muestra de la moralidad de nuestros políticos que deje de ejercer la política y de ello dan muestras los políticos de UPyD y PSOE, que habiendo hecho gala de un sentido impropio de moralidad han dimitido por varios asunto, todavía me gustaría ver a políticos del PP hacer lo mismo y no aferrarse al puesto como un clavo ardiente.
No obstante, la derecha siempre ha pedido moralidad a la izquierda; pero no a ellos mismo, de ahí el refrán:
«de paja en el ojo ajeno; pero no viga en el propio»

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Brandão Gonçalves 15 de mayo de 2014 at 12:06

A vida é o que é. E deve-se ter muito cuidado com os juízos morais. Não sinto alegria, nem tristeza pela morte dessa senhora. Lamento a sua morte. Como lamento que tenha sido uma das personagens responsável e beneficiária da injustiça que reina na sociedade. Quanto às acusadas nada digo, nem simpatia, nem antipatia. Pertenciam ao partido da senhora a quem tiraram a vida. Sentiram-se ofendidas e reagiram com contundência. Se todos os ofendidos tivessem o hábito de reagir de forma semelhante talvez os opressores pensassem duas vezes antes de oprimir. Talvez nem existisse opressão. Porque a realidade da sociedade humana é que a opressão não deixará de existir pela educação e a exaltação de grandes princípios morais. Mas sim pela força. É pela força que existe, é pela força que deixará de existir.

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Sixto camara 17 de mayo de 2014 at 22:23

Muchas gracias por su comentario Sr. Torres. Comentarios como los suyos hacen que algunos no acabemos de perder la esperanza en la especie humana.

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