Publicado en Público.es el 6 de julio de 2015
En Grecia se ha puesto en marcha —¡qué paradoja de la historia!— el proceso al que más temen las autoridades europeas, la democracia que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente.
Durante años, los que gobiernan vienen diciendo que todo lo que hacen es por el bien de los ciudadanos y que las medidas que toman son las que más convienen a todos. Aunque las encuestas —como el Eurobarómetro de diciembre pasado— son claras y vienen mostrando desde hace mucho tiempo que no es eso precisamente lo que piensan los europeos.
. Solo el 25% cree que las cosas van por la buena dirección en Europa, solo el 29% tiene confianza en su gobierno y solo el 37% en la Unión Europea.
. Solo el 40% cree que su voz cuenta en la Unión Europea, solo el 43% está satisfecho con la democracia existente en la UE y solo el 40% cree que los intereses de su país han sido tomados en cuenta por sus diferentes instituciones.
Pero esas encuestas las lee muy poca gente y además están precocinadas para que no hagan demasiado daño a los gobernantes.
Lo que sí les duele de verdad a todos ellos es lo que acaba de pasar en Grecia, que se vea claramente y sin ningún tipo de dudas que la inmensa mayoría de la población no cree lo que le dicen, y que no quiere que se sigan imponiendo esas políticas que dicen aplicar por el bien de la mayoría porque la verdad es que son contrarias a los intereses mayoritarios de la población. Por eso querían evitar el referendum y por eso se van a vengar ahora de Grecia con toda su fuerza.
Al pueblo heleno no le van a perdonar que haya tirado de la manta para poner en evidencia a la Europa totalitaria que con palabrería vacía gobierna en contra de lo que quiere la mayoría de los europeos.
Las autoridades europeas y los economistas que defienden las políticas que se vienen imponiendo en Europa en los últimos años se empeñan en presentar las cosas como resultado de una disyuntiva: o se hace lo que dicen ellos, o vendrá el caos. Basta oírlos día a día en los medios de comunicación, donde aparecen sin descanso.
Por un lado, se presentan ellos y sus propuestas sensatas y cargadas siempre de una lógica que a primera vista suena como indiscutible: hay que moderar los salarios y eliminar derechos laborales —aunque a esto lo llaman flexibilizar— para que se creen puestos de trabajo, hay que reducir los gastos del Estado en servicios públicos o en pensiones porque suponen una carga que no nos podemos permitir, los impuestos son innecesarios y es mejor bajarlos, hay que privatizar las empresas y servicios públicos porque los privados funcionan mejor y todo eso es todavía más imprescindible ahora porque hemos de reducir la deuda por encima de todo… En ese bando están Merkel o Rajoy y los economistas que los acompañan con su fundamentalismo ideológico para justificar estas medidas que a la postre solo están beneficiando a las grandes empresas y patrimonios.
En el otro lado estamos todos los demás, los que no sabemos nada —según dicen—, los que solo vamos a traer el caos y la pobreza, los que con nuestras propuestas haremos que salgan capitales a montones, los que arruinaremos a los pensionistas y haremos que el paro se multiplique. Ahí están ahora, Syriza o Varoufakis.
Da igual que junto a estos últimos se encuentren premios Nobel de Economía como Krugman o Stiglitz y muchos más como ellos, de primera fila y de valía reconocida desde hace años en las instituciones académicas más rigurosas del mundo. Da igual que los datos demuestren sin ningún tipo de dudas lo que es evidente: que quienes dicen que no saben nada han sido los que supieron predecir lo que ocurrió, mientras que quienes han producido una crisis gigantesca, millones de desempleados, quiebras bancarias, huida de capitales, destrucción de cientos de miles de empresas, la ruina de pensionistas y de millones de familias son los que ahora se presentan como los únicos sabios capaces de solucionar los problemas que tenemos. Y da igual que las hemerotecas demuestren sin lugar a dudas que todos ellos se equivocaron, que negaron la crisis o dijeron que sería pasajera o sin importancia, y que no supieron prever lo que iba a suceder. Ahora, los que más erraron en sus predicciones se empeñan en decirnos que saben lo que hay que hacer para afrontar con éxito el futuro.
Todo esto es una farsa de dimensiones colosales y han hecho todo lo posible para evitar un referendum como el griego porque saben que eso es lo que la pone al descubierto.
Nos vienen diciendo que la alternativa es entre los sabios y los inútiles, entre los que saben hacer bien las cosas y los que traen el caos pero ahora se comprueba que la opción, en realidad, es otra: entre quienes respetan los intereses y las preferencias de la mayoría y los que no, entre los que reclamamos democracia para afrontar los asuntos económicos y los que acaban con ella para favorecer a unos pocos.
Mañana podrán destrozar a Grecia —lo harán si pueden—, podrán permitir que capitales especulativos de los grandes bancos y fondos de inversión sigan desmantelando empresas y economías enteras, podrán permitir que los bancos hagan lo que les plazca y provoquen otra crisis, podrán quitarnos todos los derechos y entregarles a los capitales privados todos los servicios públicos, podrán endeudarnos hasta las cejas para que los bancos hagan negocio, pero ya no van a poder decir nunca más, como vienen diciendo, que lo hacen por el bien de todos, porque lo necesita y quiere la mayoría de la población y en defensa de la democracia.
La Europa totalitaria que ha impuesto una política de resultados nefastos en contra de los intereses mayoritarios de la población ha quedado en evidencia. Un pueblo pequeño pero con valor le ha quitado la máscara y los que gobiernan Europa ya no podrán disimular lo que hacen de veras ni en beneficio de quién actúan.
Y ha quedado en evidencia porque ya se ha puesto sobre el tapete europeo un principio fundamental que el filósofo alemán Jürgen Habermas expresó con toda claridad hace unos días: “Las élites políticas de Europa no pueden seguir ocultándose de sus electores, escamoteando incluso las alternativas ante las que nos sitúa una unión monetaria políticamente incompleta. Son los ciudadanos, no los banqueros, quienes tienen que decir la última palabra sobre las cuestiones que afectan al destino europeo” (El gobierno de los banqueros. El País, 28 de junio de 2015).
Desgraciadamente, no cabe esperar grandes cambios en los gobernantes europeos. Si hasta ahora no han tenido en cuenta las preferencias mayoritarias de la población europea, no van a cambiar de actitud porque se les haya levantado un pueblo para ellos rebelde y simplemente mal gobernado (los estereotipos están para algo). Van a intentar destruir a Grecia porque hoy día Grecia es la democracia, una china que la Europa totalitaria no puede consentir llevar en el zapato. Acabarán con Grecia antes de ceder, aunque sea a costa de un baño de sangre. Ya lo han hecho así en muchos otros países.
Si todavía quedara un gramo de cordura en Europa las cosas podrían empezar a resolverse con relativa facilidad. Grecia necesita liquidez en condiciones que no le impidan generar nuevos ingresos y en cantidades que no suponen problema ninguno para instituciones que han dado graciosamente billones de euros a la banca privada. También una negociación de la deuda que simplemente le permita tomar aire ajustando pagos al rendimiento económico y que respete principios de justicia universal a los que tiene el derecho de acogerse. Necesita reformas que acaben cuanto antes con la estela de corrupción y robo que dejaron los gobiernos conservadores y, puesto que no cabe pensar que cambie a corto plazo la actual institucionalidad del euro en cuyo seno mal diseñado Grecia no tiene salvación posible, necesita disponer de una moneda complementaria que resuelva los problemas de financiación y de demanda efectiva que hoy atenazan a una economía que casi ha perdido un tercio de su magnitud en seis o siete años.
La tentación de la Europa totalitaria es acabar del todo y por las buenas con la pesadilla griega de Syriza, algo que pueden hacer sin demasiada dificultad y rápidamente, pero será difícil de olvidar en el futuro lo que podría venir detrás si cometen semejante barbaridad.
Ahora cuando empieza el verdadero sufrimiento de Grecia, porque no le van a perdonar que haya hecho frente al monstruo. Por eso es más necesario que nunca que la demanda de una Europa democrática en donde gobiernen los pueblos y no los banqueros inunde todos sus rincones. Y que otros pueblos de Europa acompañen al griego desenmascarando el régimen totalitario y antidemocrático que gobierna la Unión Europea.
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18 comentarios
Como siempre genial profesor, déjeme añadir que dos premios Nobel de Economía coinciden con sus premisas.
Estupendo artículo.
Totalmente de acuerdo.
En España les es más facil incluso ser totalitarios porque les elegimos mediante listas de partido que ellos preparan. De esa forma les es facil controlarnos. Con un sistema electoral verdaderamente democrático les podríamos controlar nosotros a ellos. Conviene tomar conciencia de ello y hacer campaña para hacerles cambiar el sistema electoral.Algunos estamos en ello pero necesitamos ser muchos más.
https://www.change.org/p/dile-al-sr-rajoy-que-cambie-la-ley-electoral?utm_content=buffer4f4e1&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
Absolutamente de acuerdo. Los capitales dejarán hundir a quien haga falta antes que ceder en sus beneficios, ahora o luego.
Así es. Todo lo que se dice en esta nota así es. Su fundamento es más empírico que teórico y, por los mismos fundamentos podría afirmarse que el pronóstico podría ser peor.
El despotismo gobierna sobre el desierto. Detesta el bullicio, el gentío, las ciudades. Se refugia en villas alejadas y escondidas. Cosifica a personas y sociedades. Las cosas no tienen voluntad propia ni atributos libertarios. Cuando nos cansamos de ser tratados como cosas, el despotismo se enfurece y ocurre lo que cuenta el profesor Torres.
A esa cosa periférica que es Grecia, la UE le encajó una inmensa cantidad de armas para que nunca fueran usadas, a cambio de buena parte de su deuda. Grecia, la ninguneada, hoy tiene más submarinos que nadie, más aviones de combate que la mayoría y unas fuerzas armadas más numerosas que muchos.Además, y esto no es un dato menor, en Grecia está la máquina que fabrica los euros.
Europa es muy afortunada de tener en tan insignificante país a Tsipras. No es el loquito irracional que nos quieren pintar. Ni él ni el ministro más odiado. Si acaso por voltearlo ascendiera un naZionalista, claro que todo podría ser peor.
El totalitarismo europeo juega con la ley de probabilidades. En el fondo el despotismo es estúpido.
De acuerdo con su artículo. Muy acertado y esclarecedor. Aunque el optimismo y la esperanza no la pierdo.
Estos dirigentes europeos fuertes con el débil y débiles con el fuerte tendrá que tener en cuenta que al «emperador» le interesa que Grecia esté donde está. Así que, no por los griegos, sino por ellos mismos, tendrá que tragarse su orgullo.
Eso no significa que no se lo haga pasar mal al pueblo griego y a todos los que se ponga por delante. Un saludo.
https://www.facebook.com/groups/695144157208460/
Juan lo he subido a nuestra página Facebook
Ante esta agresión de los políticos autoritarios europeos, es imprescindible un movimiento de solidaridad con Grecia y por la defensa de la democracia y la justicia social universal.
Gracias profesor, su articulo me parece me parece muy acertado.
Ojalá te equivoques en «y por eso se van a vengar ahora de Grecia con toda su fuerza»
Final del párrafo que más me ha gustado del artículo
Yo añadiría, a pesar de que toda la prensa radio y TV está en manos de los defensores del SI, a pesar de forzar un corralito, no han conseguido convencer, ni atemorizar al pueblo griego, al menos esta vez.
Y habría que empezar a pedir que cada concesión de TV la haga un grupo parlamentario, y si hay más concesiones se repartan entre los grupos en proporción a sus VOTOS. Pudiendo los grupos gestionar directamente la concesión totalmente o en parte.
Así volveremos a tener al menos pluralidad informativa o desinformativa, pero pluralidad, y no ese falso pensamiento único que nos han vendido las últimas décadas
https://thecurrentmoment.wordpress.com/2015/07/08/dreaming-dangerously/
Suscribo totalmente el contenido del artículo. No obstante, siempre me asalta una duda: ¿en los meses que Syriza lleva gobernando (desde enero), no hubiera sido posible acometer medidas ejemplarizantes en el ámbito interno para meter mínimamente en cintura y responsabilizar de sus actuaciones a la clase capitalista, alta burguesía y casta política local? ¿No hubiera sido posible que las elogiables actuaciones aplicadas en beneficio y auxilio de los más débiles, hubieran tenido un paralelismo con otras de clara intencionalidad disciplinaria hacia los sectores sociales perfectamente identificados como más privilegiados?
Admito que mis dudas puedan tener origen en la desinformación. Que haya podido suceder, pero que no haya transcendido la información. Si es así, lamento y retiro esta crítica.
Sé que los paralelismos simplificantes implican riesgos y en no pocos casos producen errores, pero en Islandia, cuando la izquierda transformadora llegó al poder tras el derrumbe bancario y empresarial de hace unos años, les faltó tiempo para juzgar a sus élites, incluso encarcelando simbólicamente a banqueros y procesando a políticos de primer nivel. Nada de este ha sucedido en Grecia. ¿Se ha equivocado, se está equivocando ahí Syriza? ¿La «izquierda del sur» ha vuelto a ser débil y poco rigurosa? Espero estar equivocado, por supuesto.
Totalmente de acuerdo, como no puede ser de otra manera, pero mi reflexión es: ¿hasta cuando? las máscaras están fuera, nos presentan como un rebaño y nos conducen hacia su redil, pero ¿hasta cuando?, como puede haber tanta ignorancia y tanta dejadez, ¿hasta cuando? estamos ciegos y no nos damos cuenta que nos manipulan, nos han manipulado y parece que quieren seguir manipulándonos ¿hasta cuando? que verguenza las humildes pensiones, los miseros sueldos, ¿hasta cuando?.
Nuestros políticos en la UE, no nos representan en su gran mayoría, están ausentes en sus tareas en gran mayoría, entonces ¿hasta cuando?
Es un satisfacción encontrar en tus palabras aquello que muchos pensamos y que espero que pueda tener refrendo en las urnas en este año. Necesitamos profundizar en esta democracia que algunos pretender dejarla bajo mínimos.
Un fuerte abrazo.
Enhorabuena profesor. Necesitamos personas que, como usted, nos ayuden a entender lo que está pasando en Grecia. Espero que siga escribiendo al respecto, con planteamientos distintos a los que proporcionan la mayor parte de los medios de comunicación al uso…
GRACIAS
Y usted nos dice: «la democracia que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente».Ya, el problema es que esas preferencias y esos intereses se topan en no pocas veces con unos recursos que son siempre escasos.Sobre todo, cuando para llevar a cabo esas preferencias y esos intereses se tiene que pedir dinero prestado.Que los griegos, italianos, españoles, etc quieran hacer factibles sus preferencias: que las lleven a efecto con su dinero, es decir, con el dinero que recauden a esos mismos ciudadanos que de esa manera se han decantado.Ahora, que tengan que pagar esas preferencias personas o países ajenos a las mismas, tiene un nombre: SINVERGONZONERÍA.
Antes íbamos a Grecia como turistas. Ahora hemos de ir a aprender democracia, dignidad y convicción . La gente sencilla griega ha vuelto a colocar su país en el centro de los valores europeos.
Profesor, ¿ Le está pasando a la UE lo mismo que a la Sociedad de Naciones entre las dos guerras mundiales ?
¿ Acabará desmoronándose la UE ?
¿ Asistimos al fin de Europa ?
¿ Veremos acuerdos regionales al margen de la UE para vaciar de contenido a estas instituciones ?
LA PATOLOGÍA COMO EJEMPLO ¿RECUERDAS? HACE MUCHO TIEMPO… PERO, DESGRACIADAMENTE, TODO LLEGA. PARA NO PUBLICAR.
Algunos, en el Medio Oriente, tienen conciencia de que los acuerdos secretos que Washington y Teherán podrían firmar el 30 de junio próximo –al margen del acuerdo multilateral sobre la cuestión nuclear– determinarán probablemente las reglas del juego para los próximos 10 años.
La firma de esos acuerdos tendría lugar en momentos en que Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial de petróleo, por delante de Arabia Saudita y de Rusia. En esta nueva situación, Estados Unidos ya no necesita para sí mismo el petróleo del Medio Oriente y lo único que le interesa es que ese mercado siga funcionando en dólares.
Además, Washington ha iniciado un reposicionamiento de sus tropas, moviéndolas de Europa occidental y el Medio Oriente hacia el Extremo Oriente. Pero eso no quiere decir que tenga intenciones de abandonar esas regiones sino que quiere garantizar su control por otros medios.
Israel
Según nuestras informaciones, hace 17 meses (o sea, desde que se anunció que Washington y Teherán estaban negociando, negociaciones que en realidad comenzaron hace 27 meses), que Tel Aviv viene negociando en secreto con Arabia Saudita. Delegaciones de muy alto nivel se han reunido 5 veces en la India, en Italia y en la República Checa.
La cooperación entre Tel Aviv y Riad es parte del plan estadounidense de creación de una «Fuerza Árabe Común», bajo los auspicios de la Liga Árabe pero… bajo las órdenes de Israel. Esa fuerza ya está operando contra Yemen, realizando una campaña en la que miembros de la fuerza aérea israelí pilotean bombarderos sauditas en el marco de una coalición “árabe” cuyo cuartel general, también instalado por Israel, se halla en Somalilandia, un Estado no reconocido situado del otro lado del estrecho de Bab el-Mandeb [1].
Pero Riad no tiene intenciones de oficializar esa cooperación mientras Tel Aviv siga negándose a aceptar la iniciativa árabe de paz que el príncipe Abdallah había presentado a la Liga Árabe en 2002, antes de convertirse en rey de Arabia Saudita [2].
No obstante, Israel y Arabia Saudita han llegado a ponerse de acuerdo sobre varios objetivos.
En el plano político:
– «Democratizar» los Estados del Golfo, o sea asociar los pueblos a la administración de sus países, aunque reafirmando la intangibilidad de la monarquía y del modo de vida wahabita;
– Cambiar el sistema político en Irán (aunque ya no se trataría de hacerle la guerra);
– Crear un Kurdistán independiente para debilitar a Irán, a Turquía (a pesar de que esta última fue durante mucho tiempo aliada de Israel) e Irak (pero no a Siria, ya debilitada por largo tiempo).
En el plano económico:
– Explotar el campo petrolífero de Rub’al-Khali y organizar una federación entre Arabia Saudita, Yemen y quizás Omán y los Emiratos Árabes Unidos;
– Explotar los campos petrolíferos del desierto de Ogadén (bajo control etíope), garantizar el control del puerto de Adén (en Yemen) y construir un puente entre Yibuti y Yemen.
En otras palabras, si Tel Aviv y Riad han decidido adoptar la clásica postura de «a mal tiempo, buena cara» y admiten que Irak, Siria y la mitad del Líbano queden bajo control de Irán, también tienen intenciones de:
– Asegurarse de que Irán renuncie a exportar su revolución;
– Controlar el resto de la región, con excepción de Turquía, que ha tomado el lugar de Arabia Saudita en materia de terrorismo internacional y acaba de perder Siria.
Palestina
Después de la firma de los acuerdos entre Estados Unidos e Irán, el reconocimiento internacional de un Estado palestino, conforme a los acuerdos de Oslo y la iniciativa árabe de paz, sería sólo cuestión de meses.
El gobierno palestino de unión nacional, que nunca llegó a funcionar, ha dimitido repentinamente. Parece seguro que el Fatah de Mahmud Abbas contará con amplio respaldo de su pueblo si el Estado palestino obtiene la admisión en las Naciones Unidas.
El Hamas, que desde 2008 se había convertido en símbolo de la Resistencia, se desacreditó abruptamente al oficializar su condición de miembro de la Hermandad Musulmana (cofradía que realizó varios intentos de golpe de Estado en Arabia Saudita) y al tomar las armas contra el único Estado de la región que había demostrado ser verdaderamente favorable a la causa palestina: la República Árabe Siria. Después de eso, el Hamas, deseoso de redorar su imagen, ha optado por mantener un perfil bajo y priorizar más bien acciones no violentas.
El reconocimiento del Estado palestino pondrá fin al derecho de los palestinos a volver a las tierras de las que fueron expulsados. Pero les abrirá el acceso a un nuevo estatus. Por su parte, Estados Unidos y Arabia Saudita realizarán grandes inversiones para desarrollar la economía del nuevo Estado.
Varios candidatos ya se agolpan para tomar el lugar que actualmente ocupa Mahmud Abbas (quien ya tiene 80 años y cuyo mandato a la cabeza de la Autoridad Palestina expiró en 2009). Y entre los aspirantes a reemplazarlo está Mohamed Dahlan, el ex jefe de la seguridad que, por ser sospechoso de haber organizado el envenenamiento de Yaser Arafat, se vio obligado a dejar el país en 2007.
Después de haber trabajado para los Emiratos Árabes Unidos y de haber obtenido las nacionalidades de Montenegro –como el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra– y de Serbia, Mohamed Dahlan regresó a Palestina en febrero, con ayuda de sus ex adversarios del Hamas. Ahora convertido en millonario, Dahlan está gastando dinero a manos llenas en la compra simultánea de combatientes y votos.
Un candidato más serio podría ser Maruan Barghuti, quien purga actualmente 5 penas de cadena perpetua en Israel pero que podría ser liberado en el marco del acuerdo de paz. Se trata, efectivamente, de la única personalidad palestina no corrupta que ha escapado a los asesinos del Mossad.
Arabia Saudita
En ese contexto, el viaje a Rusia del príncipe Mohamad ben Salman, hijo del rey Salman de Arabia Saudita, ha desatado gran inquietud ya que una campaña de prensa dejó entrever que su intención era negociar un cese de la ayuda rusa a Siria. Esa visita se producía una semana después del viaje del director de la Organización de Cooperación Islámica, Iyad ben Amin Madani. El príncipe viajó en compañía de varios ministros y de unos 30 hombres de negocios. La delegación saudita participó en el Foro Económico de San Petersburgo y el príncipe fue recibido por el presidente Vladimir Putin.
Desde su creación, el reino wahabita ha mantenido relaciones privilegiadas con Estados Unidos y había considerado a la Unión Soviética y a Rusia como adversarios. Pero ahora parece que eso está cambiando.
La considerable importancia de los acuerdos económicos y de cooperación firmados parece iniciar una nueva política. Arabia Saudita compró 16 centrales nucleares, aceptó participar en el programa espacial ruso e incluso negoció varios acuerdos petroleros cuyos detalles no se han hecho públicos.
Para evitar toda ambigüedad sobre ese acercamiento, el presidente Putin ha declarado públicamente que Rusia no modifica su respaldo a Siria y que contribuirá a toda solución política conforme a la voluntad del pueblo sirio. En intervenciones anteriores ya había precisado que ello implica que el presidente Assad se mantenga en el poder hasta terminar los 7 años del mandato para el cual fue democráticamente electo.
Los perdedores en la redistribución de cartas
Todo hace pensar que después de la firma de los acuerdos entre Estados Unidos e Irán [3], los perdedores serán:
– El pueblo palestino, que se verá privado de su derecho inalienable al regreso, derecho por el cual lucharon 3 generaciones de palestinos;
– Turquía, que corre el peligro de tener que pagar muy caro su sueño de hegemonía, su apoyo a la Hermandad Musulmana y su derrota en Siria [4];
– Francia, que se obstinó durante 4 años en tratar de restaurar sus intereses coloniales en la región para verse ahora –a fin de cuentas– en posición de simple proveedor de Israel y de Arabia Saudita [5].
Thierry Meyssan
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[1] «La Fuerza “Árabe” de Defensa Común», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 20 de abril de 2015.
[2] «L’Initiative de paix arabe présentée par le prince Abdullah bin Abdul-Aziz », Réseau Voltaire, 28 de marzo de 2002.
[3] «¿Cómo será el Medio Oriente después del acuerdo entre Washington y Teherán?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de mayo de 2015.
[4] «Hacia el fin del sistema Erdogan», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 15 de junio de 2015.
[5] «La previsible derrota de Francia en el Medio Oriente», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 8 de junio de 2015.