Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Max-neef: "Necesitamos economistas cultos"

Reproduzco aquí una entrevista al economista chileno Manfred Max-Neef que me parece del máximo interés.

Manfred Max-Neef: “Necesitamos economistas cultos

Por Amy Goodman

Manfred Max-Neef ganó en 1983 el Right Livelihood Award, dos años después de haber publicado su libro Economía descalza, señales desde el mundo invisible. El economista comienza por explicarnos el concepto de economía descalza.– “Bueno, es una metáfora, pero es una metáfora que se originó en una experiencia concreta. Yo trabajé alrededor de diez años de mi vida en áreas de pobreza extrema en las sierras, en la jungla, en áreas urbanas en distintas partes de Latinoamérica.

Al comienzo de este periodo estaba un día en una aldea indígena en la sierra de Perú, era un día horrible, había estado lloviendo todo el tiempo. Era una zona muy pobre y frente a mí estaba otro hombre parado en el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos miramos. Era de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos, una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berkeley, que enseñaba en Berkeley, etc. Nos mirábamos cara a cara y de pronto me di cuenta de que no tenía nada coherente que decirle en esas circunstancias a este hombre, que todo mi lenguaje de economista era inútil. ¿Debería decirle que se pusiera feliz porque el producto interno bruto había subido un 5% o algo así por el estilo?
Todo esto era completamente absurdo.
Entonces descubrí que no tenía un lenguaje para ese ambiente y que teníamos que inventar un idioma nuevo. Ese es el origen de la metáfora ‘economía descalza’ que, en concreto, simboliza la economía que un economista debe usar cuando se atreve a meterse en los barrios bajos. El punto es que los economistas estudian y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen todas las estadísticas, desarrollan todos los modelos y están convencidos de que saben todo lo que hay que saber sobre la pobreza.
Pero ellos no entienden lo que es la pobreza, ese es el gran problema y es también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió completamente mi vida como economista: inventé un lenguaje coherente para esas condiciones de vida.

¿Qué crees que debamos cambiar?
¡Oh!, casi todo. Somos dramáticamente idiotas.
Actuamos sistemáticamente en contra de las evidencias que tenemos.
Sabemos exactamente qué no debemos hacer. No hay nadie que no sepa esto, especialmente los grandes políticos saben exactamente lo que no se debe hacer. Y aún así lo hacen. Después de lo que pasó en octubre del 2008, tú pensarías que van a cambiar porque se han dado cuenta de que el modelo económico no funciona, que incluso tiene un alto nivel de riesgo, dramáticamente riesgoso. Y uno se pregunta: ¿Cuál fue el resultado de la última reunión de la Comunidad Europea? Ahora son más fundamentalistas que antes. De tal modo que lo único de lo que se puede estar seguro es que ya viene la próxima crisis y que será el doble de fuerte que la actual. Pero para entonces ya no habrá suficiente dinero. Esas son las consecuencias de la sistemática estupidez humana.

Si tú estuvieras al frente de la economía ¿qué harías para evitar otra catástrofe?
Primero que nada, necesitamos de nuevo economistas cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas, quién hizo qué y así sucesivamente. Lo segundo, una economía que entienda que es subsistema de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito. En tercer lugar, un sistema que tenga claro que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada de termodinámica, nada de biodiversidad, son totalmente ignorantes respecto a estos temas. Un economista debe tener claro que si los animales desaparecen, él también desaparecerá porque entonces ya no habrá qué comer. Pero él no sabe que dependemos totalmente de la naturaleza ¿te das cuenta? Sin embargo, para los economistas de hoy en día la naturaleza es un subsistema de la economía, ¡concepto que es totalmente absurdo!
Además debemos acercar el consumidor a la producción. Yo vivo bien al sur de Chile, una zona fantástica donde tenemos toda la tecnología para la elaboración de productos lácteos de máxima calidad. Hace unos meses estaba desayunando en un hotel y al tomar un paquetito de mantequilla descubrí que ésta venía de Nueva Zelanda, absurdo ¿no te parece? ¿Y por qué sucede una cosa así? Porque los economistas no saben calcular los costos reales. Traer mantequilla desde un lugar que queda a 20.000 kilómetros a un sitio donde se produce la mejor, con el pretexto de que es más barato es una estupidez monumental porque no tienen en cuenta el impacto que causan esos 20.000 km de transporte sobre la naturaleza. Por si fuera poco, es más barata porque está subsidiada.

Es un caso muy claro en el que los precios nunca dicen la verdad.
Todo tiene su truco ¿sabes? esas artimañas causan enormes daños. Si acercas el consumo a la producción, comerás mejor, tendrás mejores alimentos y sabrás de dónde vienen. Incluso podrías llegar a conocer a la persona que lo produce. Se humaniza el proceso, pero hoy en día lo que los economistas hacen está totalmente deshumanizado.

¿No crees que la misma tierra nos forzará a actuar de diferente modo? ¿Estaremos llegando al fin?
Sí claro. Ya algunos científicos lo están diciendo pero yo aún no he llegado a ese punto. Pero muchos lo creen y piensan que es definitivo, que estamos fritos, que dentro de algunas décadas no habrá más humanos. Yo no creo que hayamos llegado a ese punto, pero sí que estamos cerca y diré que ya cruzamos el primero de los tres ríos. Y observa lo que está pasando en todos lados, es alarmante cómo la cantidad de catástrofes ha ido aumentando y se manifiesta en todas las formas: tormentas, terremotos, erupciones volcánicas. El número de eventos crece dramáticamente, es sobrecogedor y nosotros seguimos en las mismas.

¿Qué has aprendido de las comunidades pobres en las que has vivido y trabajado que te de esperanza?
La solidaridad de la gente; el respeto por los otros; la ayuda mutua; nada de avaricia, un valor inexistente dentro de la pobreza y uno estaría inclinado a pensar que allí es donde más está presente, que la avaricia debería ser patrimonio de los que menos tienen. No, todo lo contrario, mientras más tienes, más quieres; la crisis actual es producto de la avaricia. La avaricia es el valor dominante del mundo actual. Mientras persista, estamos acabados.

¿Cuáles serían los principios que enseñarías a los jóvenes economistas?
Los principios de la economía deben estar fundamentados en cinco postulados y un valor esencial.
* Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.
* Segundo: el desarrollo se refiere a las personas, no a las cosas.
* Tercero: crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no necesariamente requiere de crecimiento.
* Cuarto: no puede existir una economía con un ecosistema fallando.
* Quinto: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito: la biosfera. Por lo tanto, el crecimiento permanente es un imposible. Y el valor fundamental para poder consolidar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima de la reverencia por la vida.

Explica lo que acabas de mencionar.
Nada puede ser más importante que la vida. Y digo vida, no seres humanos, porque para mí el punto clave es el milagro de la vida en todas sus manifestaciones. Pero si predomina el interés económico, uno no sólo se olvida de la vida y otros seres vivientes, termina también ignorando a los seres humanos. Si recorres esta lista que acabo de mencionar, uno a uno, verás que lo que tenemos ahora es exactamente lo contrario.

Volvamos al tercer punto, crecimiento y desarrollo y explícalo mejor.
Crecimiento es una acumulación cuantitativa. Desarrollo es la liberación de posibilidades creativas. Todo sistema vivo de la naturaleza crece y en cierto punto deja de crecer, tú ya no estás creciendo, ni él ni yo. Pero continuamos desarrollándonos, de otro modo no estaríamos dialogando en este momento. El desarrollo no tiene límites, pero el crecimiento sí. Y este es un concepto muy importante que políticos y economistas ignoran, están obsesionados con el fetiche del crecimiento económico.
He trabajado durante décadas y en este tiempo se han hecho muchos estudios. Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis del límite, que dice que en toda sociedad hay un periodo de crecimiento económico —entendido convencionalmente o no— que trae una mejora en la calidad de vida pero sólo hasta cierto punto: el punto límite, a partir del cual, si hay más crecimiento, la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos encontramos actualmente.
Tu país es el ejemplo más dramático que puedes encontrar. En mi libro que saldrá publicado en Inglaterra, titulado La economía desenmascarada, hay un capítulo llamado “Estados Unidos, una nación en vías de subdesarrollo”, la cual es una nueva categoría. Actualmente manejamos los conceptos de desarrollado, subdesarrollado y en vías desarrollo. Ahora tenemos el nuevo concepto de en vías de subdesarrollo y tu país es el mejor ejemplo, en el cual el 1% de los estadounidenses cada vez están mejor, mejor y mejor, mientras que el 99% va en decadencia en todo tipo de manifestaciones. Hay personas que viven en sus autos, ¿sabes? ahora duermen en sus autos, estacionados enfrente de la que fue su casa. Miles, millones de personas lo han perdido todo. Pero los especuladores, los que crearon todo este problema, esos están fantásticamente bien. Para ellos no hay problemas.

¿Entonces, cómo cambiarías las cosas?
Bueno, no sé cómo cambiarlas. Es decir, solas van a cambiar, pero de manera catastrófica. Para mí no sería raro que de un momento a otro millones de personas salieran a las calles de Estados Unidos a causar destrozos. No sé, pero podría suceder. No lo sé. La situación es absolutamente dramática y se supone que es el país más poderoso de la tierra. Y aún en estas condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando billones y trillones. Trece trillones de dólares para los especuladores y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?

Manfred Max-Neef estudió economía e hizo carrera como empleado de la empresa Shell. En 1957 dio las espaldas a la industria y se dedicó a estudiar los problemas de los países en desarrollo. Trabajó para organizaciones de la ONU y en diversas universidades de EE.UU. y América Latina. Inspirado por el imperativo de Schumacher “small is beautiful”, desarrolló tesis que denominó “economía descalza” y “economía a escala humana”. En los años 90 formuló con la hipótesis del “umbral” la idea de que a partir de determinado punto del desarrollo económico, la calidad de vida comienza a disminuir.

Publicado el 31 agosto, 2011, en www.mundonuevo.cl

12 comentarios

JM 11 de diciembre de 2013 at 00:17

Hola,
intentaré ser muy breve y que se entienda lo que digo… vamos no ofender a nadie empezando por Juan Torres ;-):
Estoy de acuerdo especialmente con:
“… * Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía…»
Pero lo veo imposible por:
a) La economía dominante en cada momento lugar situación… y sus dogmas, breves y machacones dirigidos a la plebe los definen quienes se erigen como amos y poseen los medios de información.
b) La economía no es una ciencia… al menos nunca se ha comportado como tal… en matemáticas, física… pueden existir todo tipo de posiciones encontradas, desavenencias… pero al final siempre se acaba por reconocer el modelo más satisfactorio y en que no pasa nada porque con el tiempo sea o descartado o un subconjunto de una nueva teoría (teoría entendida en el sentido de la ciencia)…
c) Somos bastante anumerales y pasamos de ciencias… por lo tanto de las ciencias en general sólo nos llega/interesa el resumen breve, como mucho… y si supone un nuevo gadget jajaja ;-)
d) Las teorías económicas no se discuten en este plano, en realidad nunca se llega a puntos de coincidencia basados en experimentación, pruebas de doble ciego, clara exposición de principios falsables… generalmente surgen varias corrientes divididas en las que están al servicio de los amos, se reducen a dogmas y triunfan porque no pillamos nada y queremos tragárnoslas … y las de quienes examinan otros caminos/puntos de vista… documentados… y por lo tanto tediosos para que prestemos atención y fácilmente ocultables y criticaqbles por falacias ex cátedra.
Resumiendo: Creo que necesitamos ciudadanos cultos o al menos interesados, y economistas independientes y con criterio científico, aunque su ámbito de estudio sea como el clima… imposible de acotar para cualquier situación, lugar, cultura…
Saludos!

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magda brown 11 de diciembre de 2013 at 12:10

Lo que este artículo confirma es que no es la economía el problema – ni lo primordial a tener en cuenta, sino la política ( como siempre ha sido). La política es la que decide qué o cuál modelo económico seguir, aceptar o implementar. Hoy en día, aderás, la política se ha armado con el brazo prepotente de los medios de comunicación; con este escenario y los sistemas de educación anejos a la circunstancia, estamos copados. Más aún si reparamos en qué y en quiénes está el poder de eso que llamamos «política».

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Ismael 11 de diciembre de 2013 at 17:26

Muy interesante el artículo. Algunos libros y artículos de Manfred Max-Neef están disponibles gratis en su página web http://www.max-neef.cl/

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Asunción Balaguer 11 de diciembre de 2013 at 17:38

La izquierda mientras no quiera ser responsable de los medios de producción y pretenda que los demás le llenen el estómago, no será más que desesperanza para los que ingenuamente creen en fantasías. Para poder asegurarse el pan hay que asegurarse los medios de producción, pero trabajando. Los bienes que necesitamos son reales, tan reales que si no los tenemos nuestra esperanza de vida decrece. Si no somos capaces de asumir nuestras responsabilidades, no nos quejemos de la cosecha.

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Javier 11 de diciembre de 2013 at 20:15

Necesitamos economistas cultos, humildes y éticos.
¿Necesitamos políticos, bancos, monedas «privadas» o una moneda libre, descentralizada y amigable?¿Podría ser Bitcoin?¿Puede ser Bitcoin el nuevo paradigma de la economía mundial? ¿Protocolo P2P gratuito y LIBRE…? ¿Puede ser Bitcoin una nueva forma de entender el dinero, una nueva forma de libertad?
¿Que opinan los economistas cultos de esta moneda?

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Ivan 11 de diciembre de 2013 at 20:38

Yo diría que necesitamos economistas bien formados en cultura general y una teoría global en la que incardinar el proceso económico. Quizás este sea el mérito más importante de un economista de especial erudición,talento y honestidad: Nicholas Georgescu-Roegen, quien destacó la naturaleza entrópica del proceso económico. Su visión termodinámica de la economía le llevó a razonamientos como el siguiente: «un economista heterodoxo -como yo- diría que lo que entra al proceso económico representa recursos naturales valiosos y que lo que sale es un residuo sin valor. Esta diferencia cualitativa es confirmada, aunque en diferentes términos, por una rama de la física especial, conocida como termodinámica. Desde el punto de vista de la termodinámica, la materia-energía entra al proceso económico en un estado de baja entropía y sale de éste en un estado de alta entropía». No debe extrañarnos por ello que hiciera el siguiente llamamiento: «Debemos tener una nueva economía cuya finalidad sea la administración de los recursos y el logro de un control racional sobre el desarrollo y las aplicaciones tecnológicas, de modo que sirvan a las necesiddes humanas reales más que a la expansión de los beneficios, la guerra o el prestigio nacional».
Desde la teoría termodinámica propuesta por Georgescu-Roegen, habría que calificar al capitalismo como un sistema de altísima entropía, como el más eficiente de los modelos económicos a la hora de transformar la baja entropía de los ecosistemas en alta entropía. Cualquier extraterrestre que nos visitara no dudaría en ponernos como ejemplo de planeta eficiente en liquidación de existencias y, lo que es más grave, en autoextinción. Desde el fomento de la natalidad hasta la obsolescencia programada y la guerra como artículo de consumo, todo bajo el capitalismo es producción de alta entropía, sin otra explicación que la maximización de beneficios por parte de una clase dominante y minoritaria que ha hecho de la adicción al juego patológico virtud.
El necesario análisis interdisciplinar de Georgescu-Roegen, revelador de la intolerable alta entropía del capitalismo, debería ser completado con el análisis interdisciplinar de los procesos psicológicos de la especie animal responsable del modelo. Desde mi modesto punto de vista, los procesos psicológicos que tienen lugar en el cerebro de los integrantes de la famosa lista de la revista Forbes son en esencia los mismos que tienen lugar en el cerebro de un drogadicto o de un ludópata: una extraordinaria y placentera descarga de neurotransmisores, que no tiene como causa potentes agentes químicos (típico de la drogadicción) sino modelos culturales que pervierten el necesario equilibrio entre esfuerzo y recompensa. Para que una sociedad tenga como pilares esenciales la razón y la ética, es imprescindible que esfuerzo y recompensa mantengan una satisfactoria correlación, ausente en la mente del ludópata, que espera lograr el mayor resultado o recompensa posible con el menor esfuerzo a través de los juegos de azar, lo que provoca en el cerebro intensas descargas de dopamina y otros neurotransmisores placenteros. ¿Y en la mente del empresario capitalista? La filosofía de la maximización de beneficios y sus poderosas herramientas (la explotación, la especulación, la innovación, el crecimiento,la estafa, el saqueo, la manipulación de la opinión pública) están proporcionando a la burguesía y sus imitadores el modelo más exitoso de perversión del equilibrio entre esfuerzo y recompensa, de ahí que la sinrazón y la falta de ética sea lo más característico del capitalismo. Y no debemos albergar la menor capacidad de respuesta ante la creciente amenaza de catástrofes y conflictos armados por parte de una clase social que ha perdido el autocontrol ni tampoco a cargo de sus peones. Tendremos que ser las mayorías ofendidas y maltratadas quienes, con nuevas propuestas ideológicas y organizaciones sociales, acabemos con tanta barbarie y sinrazón.

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Jano 11 de diciembre de 2013 at 21:03

Como siempre: La entrevista dice cosas de cajón. Pero ¡como siempre! nada de lo deseable se llevará a la práctica.
Todos los nuevos planes de estudios que se han propuesto conducen inevitablemente a «producir» licenciados (masterizados y re-masterizados) superespecialistas «en lo suyo» y PROFUNDAMENTE IGNORANTES en todo lo demás. Universitarios expertos en hacer la «O» con el culo de un vaso. Técnica perfecta y nulo pensamiento crítico. ¿A qué viene si no machacar sistemáticamente todas las asignaturas que tienen que ver con el desarrollo del pensamiento crítico en el bachillerato? ¿Désde cuándo un bachillerato tiene que ser una «especialización»? Un bachillerato bien llevado debería producir un ciudadano perfectamente empapado de Historia Universal (para saber quiénes somos, de dónde venimos y qué hemos ido haciendo por el camino) ¡Filosofía! sin estudios profundos de Filosofía ¿qué coño de pensamiento crítico va a tener un ciudadano? Ciencias Naturales y Medioambientales tomadas absolutamente en serio. ¿cuántos niños de ciudad piensan que los pollos son seis muslos en un pack del super o que la leche nace en los tretra bricks? o más grave aún: que el planeta y sus recursos son infinitos. Más: cuántos ciudadanos «tiramos de la cadena» o lavamos el coche o nos lavamos las manos y como vemos la casa limpia nos desentendemos de «donde acaba nuestra mierda? ¿Quién reflexiona sobre ésto? Si los estudios de bachillerato no sirven para formar ciudadanos críticos, reflexivos, capaces de leer y entender lo que leen y con una base matemática razonable, los planes de estudios son una basura. ¡Más nos valiera volver los ojos a trivium y al cuadrivium! Pero el sistema quiere una masa acrítica de «profesionales bien formados» que piensen poco y pregunten menos. Así, ¿cómo luego un economista formado en el lodazal neoliberal de la universidad actual va a cuestionarse nada, salvo que lo tiren al barro en el que aprendió Max-Neef, si ya viene domesticado y «especializado» desde el bachillerato? Un bachillerato en el que en lugar de alumbrar un «hombre reancentista» alumbran a un alienado «resolvedor de ecuaciones» que deja muy bien a su país en los exámenes PISA. Jamás saldremos de ésta por las buenas. Lo tengo dicho. Y también tengo dicho (y las palabras de Max-Neef me lo reafirman) que si en algún lugar del mundo estalla la revolución, va a ser en USA. Tiene todas las papeletas: Una enorme masa de ciudadanos absolutamente desposeídos Y ARMADOS HASTA LOS DIENTES. El día que decidan «tomar el palacio de invierno» no va a haber quien les pare. Pero eso (desgraciadamente) tampoco arreglará las cosas. Triunfará de nuevo el capitalismo, porque es genético. Competir es genético. Cooperar es aprendizaje y -me temo- eso en la escuela no se enseña.

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Jano 11 de diciembre de 2013 at 21:26

Magnífico el comentario de Ivan. Me ha encantado. También -de alguna manera- de acuerdo con Asunción Balager. Especialmente, porque nos lo están poniendo «a güevo»: Los sueldos van a ser tan miserables, y las condiciones de trabajo tan inestables, que perderemos el miedo a «trabajar por nuestra cuenta» tal vez no lo saben aún, pero es muy posible que esas ratas empresariales nos estén poniendo en el camino de la libertad. Tal vez se entán felicitando de lo fácil que va a ser seguir explotando al prójimo sin ser capacer de advertir, que los más capaces tengan el coraje de no depender de ellos. Creo que el nuevo sindicalismo, (porque del actual nada debemos esperar) debe empezar a organizar a los trabajadores en cooperativas propias en lugar de seguir empecinados en mantener puestos de trabajo cada vez más miserables y en peores condiciones. El mito de las siete u ocho horas por cuenta ajena, razonablemente pagadas y «no querer saber nada más» se ha ido al carajo, así que….¡libertad! : organización propia, trabajo propio, economía real, próxima y propia.
Por cierto, a propósito de lo de la mantequilla que mentaba Max-Neef: yo evito comprar (teniéndo aquí) productos que vienen de 20.000 kilómetros, PORQUE NO ME SALE DE LAS NARICES hacer rico al que para traerme ese producto ha «fundido» 90.000 litros de keroseno. Como consumidor estoy hasta los …… de que en mi pueblo se críe un cerdo, lo maten luego a 100 kilómetros, lo despiecen el Alemania, lo etiqueten en Italia las salchichas las hagan en Bélgica y la distribución venga camino de Portugal (pongamos por caso). Pues eso.

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Antonio Gonzalez 11 de diciembre de 2013 at 21:51

Desde luego que hacen falta economistas cultos,
pero en realidad es que todos deberian de serlo
o es que falla el sistema de formación.
El error esta en la concepcion de la vida y una
materia tan importante como esta esta saturada
de gentes se ha llenado de gente sin escrupulos.
Economia es la vida, para el que tiene millones y
para el que anda descalzo y en una sociedad
responsable no se puede confiar a cualquiera.

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Carlos Herranz Martin 12 de diciembre de 2013 at 08:15

No existe en el mundo mejor economista que mi vecina del cuarto. Consigue sobrevivir con sus 2 hijos con 600 Euros al mes.
Los problemas de este mundo solo se resuelven en una economia socializada, el resto conversacion barata.

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JM 14 de diciembre de 2013 at 03:02

Por otro lado no se sí cultos, aficionados… pero sobre todo libres… es decir si seguimos engañándonos por comodidad diciendo que esto es una democracia jajaja (no lo pone ni en la consti) … lo que necesitaríamos son los datos, de forma transparente… que es nuestra pasta!!!! y ellos nuestros gestores!!!!…. claro que si lo que buscamos es perpetuar la farsa y que como ciudadanos nos resbale todo a título individual y por lo tanto mas en grupo… lo que necesitamos es una lobotomia y un par de hostias… que con suerte nos darán nuestros descendientes al ver la mierda que les deja nuestro cainismo y cobardía…. en este 2º caso, el problema no es de la calidad/cualidades y grandeza ética de los economistas… sí como borregos que no movemos más que dedos en teclados nos viene bien culpar a lo que sea y luego creernos de cualquiera esto es así necesariamente, no hay más opciones (y no preocuparnos por cuales ni porqué no decidimos ná), es lo necesario… creo que wert nos hará un favor: Al menos las demostraciones ontológicas de la existencia de Él las llevamos de serie… junto a culpar al diferente y escondernos en lo inevitable del destino jojojo ;-)))))
Saludos!

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JAVIER ARTURO MARTÍNEZ FARFÁN 18 de diciembre de 2013 at 17:42

Particularmente es interesante lo que se escribe lineas arriba y podemos decir que nos deshumanizádo en el hombre como fin supremo de la sociedad,la economía hoy está impulsado por grandes intereses, priorizada en el crecimiento económico y una inadecuada distribución de los ingresos.
Creo fundamentalmente no es el problema de los economistas es el problema del poder y la política por la cual se pueden del a poder, creándo inestabilidades políticas, falasas democracias y un clima de desconfianza total.
Una próxima crisis nos permitirá demostrar que el modelo es vetusto,inadecuado,exclusivo, sin embargo que no quede duda que la riqueza es necesaria es factible de ser generada, nuevamente el problema adecuada no es bien administrada, el poder y los políticos son las envilecen y destruyen cualquier perspectiva implícita del desarrolllo con crecimiento económico.
Muchas gracias por compartir este interesanet artículo.

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