Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

¿Qué hacemos en el euro?

Publicado en Sistema Digital el 6 de julio de 2012

El PP y el PSOE han instaurado en España desde hace años la política de los actos de fe. Consiste en aceptar cuestiones muy importante para la vida económica y social porque sí, sin abrir ningún tipo de debate social y sin presentar a la ciudadanía el balance de sus ventajas e inconvenientes para que pueda decidir libremente en función de sus preferencias.

Uno de esos temas es la entrada y, sobre todo, la permanencia en el euro cuando nos está produciendo un daño tan inmenso.

Las ventajas de formar parte de una unión monetaria son indudables y máxime cuando está unida a un proyecto en principio tan atractivo y deseado como el de la unión de las naciones europeas. Pero es evidente que dejan de existir, o de dar un balance claramente positivo, si resulta que el marco institucional y normativo que regula el funcionamiento de la moneda única está mal definido, si sus objetivos no se fijan en beneficio del conjunto sino de una gran potencia que la domina o si sus efectos comienzan a producir un deterioro continuado del nivel de vida de la población.

A mi juicio eso es lo que ha venido ocurriendo pero sin que se haya debatido abiertamente y, por tanto, sin que haya visos de que se le vaya a poner remedio.

Técnicamente, el euro es un proyecto inmaduro y bastante imperfecto por lo que está condenado a producir grandes perturbaciones y quebrantos a la mayor parte de los países que lo conforman, o para ser más exactos, a los grupos más desprotegidos de la población de todos sus países.

Es inmaduro porque no garantiza que las economías que entraron en el merco de la moneda única con mayor retraso puedan ir poniéndose al nivel de las más avanzadas, como prueba el continuo incremento de las desigualdades que han acompañado su trayectoria desde que se creó.

De esa manera, las economías que lo conforman están condenadas a circular a velocidades diferentes y con resultados muy distintos, insertas en una especialización y división del trabajo muy desiguales que dan lugar a un aprovechamiento muy asimétrico de sus beneficios y a una distribución también muy desproporcionada de las cargas que conlleva. Basta ver, por ejemplo, que el déficit exterior de la economía española ha crecido desde que se integró en el euro prácticamente como una imagen refleja del aumento que registraba el superávit alemán. O cómo nuestro endeudamiento se ha convertido en una fuente de rentas multimillonaria para la banca alemana.

El euro responde también a un diseño técnicamente muy imperfecto porque no se quiso dotar de las instituciones y de los mecanismos que son imprescindibles para que pueda funcionar sin problemas una unión monetaria: los que aseguran la coordinación y la plena movilidad de los factores, la disposición de recursos presupuestarios para hacer frente a impactos asimétricos y, sobre todo, un auténtico banco central.

Todas esas carencias son fatales, como estamos comprobando cuando la economía pasa por dificultades. Pero no disponer de un banco central que financie a los gobiernos e impida que los intereses lleguen a ser una carga inasumible para los estados (solo a costa de convertir la financiación en un suculento negocio para la banca privada) es suicida, como desgraciadamente estamos comprobando en estos meses.

Así concebido, el euro está inevitablemente condenado a transmitir perturbaciones constantes a los eslabones más débiles de la cadena que conforman los diferentes países que lo utilizan. Puede llegar a ser cada día más fuerte en relación con otras monedas, pero solo a base de descomponer la cohesión entre sus partes y de fortalecer sus centros de gravedad a base de absorber permanentemente los recursos de las periferias.

Y me parece igualmente evidente que ninguna de esas carencias ha sido accidental sino la consecuencia de haber diseñado el euro con una finalidad política que nadie osó poner en cuestión: limitarse a sustituir al marco alemán, convirtiendo a la nueva moneda única en un remedo con mayor radio de acción.

Las consecuencias han sido muy negativas y en estos momentos, por qué no decirlo claramente, sencillamente catastróficas. Tanto, que Europa ha tenido que ser sostenida por Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional ante su propia incapacidad para afrontar los problemas que ella misma ha creado.

En España casi nadie quiere hablar de otro hecho evidente: desde que nuestra economía forma parte del euro hemos ido perdiendo nuestro capital, nuestras principales empresas y canales de distribución, es decir, el esqueleto en el que ha de sostenerse cualquier economía nacional. El euro ha desnacionalizado nuestra economía y es una verdadera paradoja que quienes son tan aficionados a las políticas de Estado, ni hagan mención a esto ni parezca que les preocupe demasiado.

Prácticamente han dejado de ser intereses españoles los que predominan en la inmensa mayoría de los sectores económicos y apenas si quedan empresas que decidan y actúen fortaleciendo nuestra demanda nacional o el mercado interno, es decir, nuestra capacidad de generación de ingresos endógenos.

Es verdad que España ha recibido muchos recursos de Europa pero las cuentas se hacen bien cuando se registran los movimientos que se dan en todos los sentidos. Y eso significa que para valorar correctamente el impacto del euro en nuestra economía y en nuestro bienestar hemos de contabilizar no solo lo mucho que hemos recibido sino también lo que España ha entregado.

Si en nuestro país hubiese fuerzas políticas, serias desde hace años habrían creado en el Parlamento una comisión para evaluar los beneficios y las pérdidas obtenidos y para realizar así un balance objetivo de nuestra permanencia en el euro que permitiese que los gobernantes y la ciudadanía supieran a qué atenerse. Sin embargo, casi nadie quiere enfrentarse a ello y quienes reclamamos abrir ese debate somos generalmente tachados de marginales y antisistema (lo que, por cierto, no es ningún tipo de insulto a la vista de lo que estamos viendo).

No trato de decir que la entrada y permanencia en el euro no tuviese y tenga ventajas. Desde luego que las tiene y tengo la seguridad de que son muchas. Simplemente afirmo que lo lógico es debatir sobre ellas y sobre sus inconvenientes, porque sabemos que estos también son muy abundantes. Sobre todo, en una situación como la actual, en la que formar parte del euro nos impone una esclavitud brutal y nos obliga a aplicar políticas que nos están llevando a la depresión y a renunciar, prácticamente a cambio de nada, a derechos sociales que tanto había costado conseguir e incluso a la democracia.

Euro sí, pero no así. Esto es lo que trato de señalar porque me parece que tal y como está diseñado y con las políticas que están aplicándose para fortalecer a los grupos de poder que solo quieren que el euro sea lo que viene siendo, España condenada a fracasar.

El tratamiento que está dándose a la deuda pública y el tipo de rescate bancario que se nos impone es bien expresivo de lo que ocurre y de los objetivos que se persiguen. Los bancos alemanes han sido los principales beneficiarios de la burbuja española. Ellos fueron sus más irresponsables financiadores, como han sido las autoridades del Banco Central Europeo que ahora claman contra la irresponsabilidad, quienes miraron a otro lugar cuando la banca privada hacía el agosto a costa de ello. Y ahora no saben sacar de la manga otra solución que no sea hacer cargar sobre la espalda de los ciudadanos la factura de su festín.

Las cínicas amenazas de expulsión del euro de Grecia son simplemente eso, puras amenazas que Alemania nunca llevaría a cabo porque sus bancos y grandes empresas son los que más se han beneficiado y los que más siguen haciéndolo de su presencia en Europa. E igual pasa con España y los demás países que estén al borde del abismo. Alemania es quien más se ha beneficiado de nuestra presencia en el euro y quien posiblemente saldría económicamente más perjudicada a medio y largo plazo si saliésemos.

Es por eso que España tiene que vender cara su presencia en el euro. Para poder sobrevivir en el euro, para que a España le intereses permanecer en él, se necesita un diseño diferente, una nueva arquitectura institucional y otras políticas verdaderamente efectivas contra la crisis del tipo que ya señalé en otro momento, y que no pueden ser de mero impulso de crecimiento a base de grandes infraestructuras y del uso intensivo de recursos naturales (Austeridad o crecimiento, una alternativa que no resuelve los problemas de Europa). No contemplar la posibilidad de salir del euro es ya un error que nos va a costar muy caro.

Desde luego que la salida sería una opción difícil y traumática, aunque quizá solo a muy corto plazo y si se compara con la aparente placidez de la agonía lenta que nos preparan dentro del euro. Pero que podría dar resultados positivos en un plazo de tiempo bastante más corto del que se pueda creer.

En realidad, los mayores problemas que existen en este momento para plantear con éxito la salida del euro no son económicos, dado que no tendría por que ser muy difícil articular una estrategia de emergencia que aliviara los costes que lleva consigo. Más bien son políticos, porque para que pudiera darse con éxito se necesitaría una gran coincidencia social, una potente convergencia de intereses de la mayoría de la población, un acuerdo generalizado y un deseo común de defensa de los intereses nacionales mucho mayor de los que hoy día existen. El bipartidismo de facto en el que vivimos ha convertido el debate político en una pelea continua sobre las cuestiones de fachada para disimular los acuerdos de fondo sobre todo aquello que conviene a los grandes poderes empresariales y financieros y ha evitado los debates plurales sobre los problemas auténticos. Eso ha hecho que la mayoría de la población desprecie la política convencional y mucho más a los políticos y que no se tenga confianza en las instituciones, lo que dificulta, por no decir que imposibilita, poner en marcha proyectos transversales como sería la salida del euro, y que son en realidad los que España creo yo que necesita.

Este es el verdadero escollo para resolver nuestros problemas económicos y una razón de gran peso para tratar de regenerar nuestra vida política articulando nuevas mayorías sociales que den vida real a la democracia.

19 comentarios

Inontsina 6 de julio de 2012 at 11:25

Plantear el debate de permanencia en el sistema de moneda única europeo me parece un tanto innecesario por no decir muy arriesgado… A parte de fácil demagógicamente barato, a parte de populista… Que pronto olvidamos as ayudas que se ha prestado desde Europa a la construcción y mejoras de infraestructuras, las ayudas al lino, entre otras cosas y solo por citar unas… la cuestión es que que se ha hecho con este dineral ? barra libre para todos, se ha sobre-encarecido los presupuestos para acometer estas mejoras y de paso nuestros políticos (TODOS) han metido el cazo por no decir la carretilla, y se han hinchado a robar… Pues ahora toca PAGAR las deudas contraídas por parte de nuestros políticos, y las tenemos que pagar todos… Tiene la culpa el Euro? No tienen la culpa nuestros políticos y nosotros también por haberlo permitido.
Olvidamos también como nosotros hemos participado de esta orgía económica, redondeando (por dar solo un ejemplo) un café de 100 pesetas de entonces a un Euro (166.386 ptas.) y aquello que valía 10 mil pesetas a cien euros, las tiendas de todo a cien pasaron a todo a un Euro… La culpa es del Euro? o nuestra por creer en que España iba tan bien como lo decían? Vamos a ser serios y un poco auto-criticos y dejar de echar balones fuera como siempre…
Alguien se cree que saliendo del Euro se acabará el problema? NO se tendrá que devolver el dinero prestado pagandolo en euro, y será peor porque nuestra peseta será devaluada en frente del Euro, por lo tanto nos costara yendo bien, que pagar el doble por lo menos de que si lo pagamos en Euros que es nuestra moneda que nos guste o no. Todos estos años nos hemos metido un atracón de despilfarro y comisiones a tutiplen… Ahora a apechugar, con dos huevos y sin agachar la cabeza ante el resto, ni venderse a cualquier precio como esta haciendo este gobierno…

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POCHOLO 6 de julio de 2012 at 11:43

Seamos sensatos, Juan. Me imagino que conocerás aunque sea sólo de oidas los discursos antieuropeistas del eurodiputado de derechas Nigel Farage…
La UE tiene una estructura muy poco democrática, como afirma Slavoj Zizek: no deja de parecerse a la estructura política soviética.
El euro y el BCE fueron diseñados para favorecer al poder financiero, para favorecer a los rentistas, a la clase alta que no vive de la venta de su trabajo, si no que vive de todo lo que ha expoliado a lo largo de la historia… ¿Qué papel tiene el Parlamento Europeo?¿Quien manda en la UE?¿Quien a votado al Carnicero de Letonia?
Los ciudadanos no lo hemos votado. ¡Lo nombró Barroso!Y el Parlamento europeo aprobó e invistió después…
¡Barroso amenazó a los griegos con la posibilidad de que hubiera en Grecia un golpe de estado!
La UE y la OTAN son lo que en su día fue La Santa Alianza. Una fuerza politico- militar para disciplinar a las poblaciones de los países que se desvíen de la ruta marcada por sus dueños locales, regionales y globales.
Entrar en la OTAN y en la UE significó la homologación de España como «democracia occidental». Pero también significó el desmantelamiento de la industria española y la privatización de sectores estratégicos clave.
La UE y el € al final no están resultando ser lo que nos vendieron. La UE actual es un club insolidario al servicio del capital financiero que actua contra la gran mayoría de la población de los países que están en el club. El euro en manos de la oligarquía financiera, BCE mediante, es una arma de destrucción masiva para los salarios de los trabajadores periféricos. Krugman dijo algo razonable: que Alemania debería subir los salarios de los trabajadores alemanes para aumentar la demanda en los países periféricos. Pero se olvidó de una cosa: los intereses de la oligarquía alemana son contrarios a esos aumentos. Por tanto, no se van a producir…
¿Qué sentido tiene pertenecer a un club o a un grupo de amigos donde te tratan como una mierda?¿Tenía sentido para Argentina dolarizar su economía?
España debería salir de la UE y abandonar el €. Cameron ha sido valiente al plantear el abandono de la UE en el Reino Unido. Aunque lo haya hecho probablemente como medida política de presión tanto externa como interna, y claro está desde la derecha más rancia. ¿Sería capaz Rajoy de hacer algo similar?
Andorra es un país independiente. Lo mismo Suiza. Y son países pequeños.
Estamos en un muy mal momento. Es tan brutal. La gente no quiere abandonar la UE ni el euro porqué les han lavado la cabeza y porqué en su momento representaron una mejora respecto al franquismo. A pesar, de que euro y UE no son más que un instrumento de dominación de la clase alta. La izquierda con representación parlamentaria es mediocre, durante años ha estado haciendo el juego a la derecha (Desmovilizando a la gente y garantizando la paz social a cambio de un plato de lentejas y ayudando con sus traiciones a desacreditar la política)Por no olvidar los medios de comunicación al servicio de la derecha y un sistema educativo al servicio de los intereses de la clase dominante. Y todo el sistema corrupto y clientelar que medró durante el franquismo y se integró y desarrollo durante la democracia, especialmente conforme fue creciendo el apoyo electoral al PP.
La democracia es un ideal. Y debemos luchar cada día para acercarnos lo más posible a ese ideal. Obviamente, la democracia burguesa es un avance respecto la dictadura franquista, pero es muy insuficiente respecto a lo que tendría que ser una auténtica democracia. Por otro lado, para «la Reacción» su ideal de democracia es el sufragio censitario y un sistema de libertades limitadas que garantice sus privilegios. Nada nuevo, históricamente hablando. La clase dominante siempre lucha contra el resto para mantener e incluso aumentar sus privilegios, aunque sea a costa de perjudicar a los demás.
La única esperanza real es la calle, donde la gente común se está de alguna manera organizando contra las agresiones neoliberales. Pero, claro. Es algo paliativo que de ninguna manera puede ahora hacer frente a la que se nos viene encima. Es como organizar una guerrilla después de una invasión. Lleva su tiempo. Sobretodo, si te has pasado años lavando la cabeza a la gente para que pasase de la política y de defender sus intereses.

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Juan 6 de julio de 2012 at 16:36

Hay dos cuestiones prioritarias que deberíamos plantearnos inmediatamente:
1º) La salida del Euro.
2º) El impago de la Deuda Ilegítima.
El problema para realizarlas sería los responsables de gestionarlo. Los políticos que nos gobiernan no se lo van a plantear y si la salida no fuera voluntaria harían recaer sobre los mismos de siempre las consecuencias. Por tanto, estoy de acuerdo en que urge una mayoría social que apoye con fuerza a las nuevas personas elegidas para hacerlo y que exija la depuración de todas las responsabilidades judiciales. Hace mucho tiempo que se ve claro que no hay vuelta atrás.Las alternativas son la no tan lenta agonía a la que nos someten con la pérdida del paciente (la ruina social en un país de putas y camareros) o recuperar las riendas de nuestra economía para recuperar nuestra DIGNIDAD y empezar a crear algo nuevo pero esperanzador a pesar de las dificultades que nos vayamos encontrando.

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Norat 6 de julio de 2012 at 17:38

Es un artículo clarividente.La situación que se ha creado es cada día más y más insoportable,y,sobre todo,indignante,políticamente y moralmente intolerable.Pero los instelectuales han sido aislados de las bases populares,no tienen eco entre la gente.No obstante,creo que es una cuestión de tiempo solamente que la gente tome conciencia ,porque estamos tocando todos con las manos cada día el desastre a que nos están llevando.Un poco más de tiempo y se acabó,por lo menos así lo espero.

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jose lafuente 6 de julio de 2012 at 17:47

¡Enhorabuena! Juan.
Es la primera vez que veo que alguien se atreva a escribir, negro sobre blanco, (razonándolo y fundamentándolo) que, a lo mejor, es bueno salirse del euro.

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SOCIESCUELA 6 de julio de 2012 at 18:42

Juán a mí lo que más me duele de esto, es la rutina y el inmovilismo ideológico de todas las organizaciones sociales, me refiero a los sindicatos, y me refiero a todos, incluyendo a los considerados más combativos. Un ejemplo, las movilizaciones en educación que se han caracterizado por ser cortoplacistas («que no me bajen mi sueldo»), ser bastante sectarias ( la pública emparentada con el laicismo contra la concertada), …y lo que es peor ignorar el problema de fondo, y los verdaderos problemas: si nos centramos en lo educativo, el problema es de todos, tanto de la pública como de la concertada (esta también está sufriendo recortes, y los interinos que rechace la pública no van a ser contratados por la concertada, donde también sobran profesores).
Los recortes en educación los van sufrir mayoritaramente interinos, laborales, y trabajadores de la concertada, más los nuevos y futuros licenciados.
Quisiera manifestar mi rechazo y dar un rotundo suspenso a las siguientes organizaciones sincicales: ccoo, ugt,stes, anpe, csi-csif, cgt, uso, fsie. Suspenso a todas ellas, porque ellas son las que tienen la responsabilidad de plantear el problema de manera general y no corporativista, y sobre todo atacando a las causas (es decir, Europa).
(Desde aquí también un aprobado «cinquillo» a los mineros, pues no tienen razón en sus revindicaciones, y si en su voluntad de conseguir los objetivos que persiguen. Ojalá en educación se hubiera hecho lo mismo que hacen los mineros)
QUÉ BUENO HUBIESE SIDO SI LOS DOCENTES DE ESTE PAÍS HUBIESEN EJERCIDO SU MAGISTERIO, NO EL EL AULA, SINO EN LA CALLE, TODOS A UNA, PÚBLICA Y CONCERTADA, QUIZÁS HUBIESE SIDO MÁS EFICAZ QUE LAS HUELGAS (LO ÚNICO QUE HACEN ES AHORRAR DINERO A LA ADMINISTRACIÓN).
Mi querido Juan, siento que usted y sus lectores tendrán que formar su propia asocición política, porque España necesita MUCHA, MUCHA, MUCHA REGENERACIÓN. Y desde luego la formación política en el ciudadano español brilla por su ausencia.

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Pauet 6 de julio de 2012 at 19:37

Como siempre leo con admiración sus artículos, pero me gustaría comentar ( y este es mi primer comentario en esta pagina por lo que aprovecho para felicitarle) que creo yo que ciertamente «Así concebido, el euro está inevitablemente condenado a transmitir perturbaciones constantes a los eslabones más débiles de la cadena que conforman los diferentes países que lo utilizan» como usted bien dice, pero creo que ello engloba dos procesos paralelos.
Por un lado una cierta guerra de élites del capitalismo, creo que la agenda 2010 de Gerhard Schröder ( o debiera decir del establishment alemán) es el pistoletazo de salida de la carrera de la élite capitalista alemana hacia la conquista de la eurozona (e incluso más allá), aunque seguramente la caída del telón de acero y la reunificación abonaron el terreno para este giro.
Por otro lado una ruptura del pacto capital-trabajo con una fuerte presión del capital y la clase corporativa, que teniendo de su lado el apoyo de los estados debilita cada vez más las clases trabajadoras, este va ha ser el molde para guerra de élites, es decir la devaluación doméstica. Naturalmente que de esta devaluación se excluyen los beneficios del capital y los emolumentos de la clase corporativa.
En el caso de Europa todo esto acontece en el marco de la integración europea y la creación del Euro, y como no podía ser de otro modo todo el proceso resulta instrumentalizado rápidamente por los dos procesos anteriores. Así las cosas la propia construcción europea (y del Euro en particular) va ha ser el vehículo del desmantelamiento de la Europa social y el instrumento del desequilibrio territorial.
los mecanismos son simples. Primero las economías periféricas solo podrían haberse integrado en la eurozona estableciendo mecanismos de cooperación y no de competición con sus homologas, además la devaluación domestica iniciada en Alemania y muy ligada a ella el flujo de capital especulativo procedente de allí han sido a la postre la causa de una peor situación de nuestra economía. En segundo lugar el «rescate» de la periferia, aunque tal supuesto rescate no consiste más que en el expolio de las clases trabajadoras para rescatar a sus élites endeudadas, es la escusa perfecta para un nuevo expolio de los trabajadores del centro, lográndose además enfrentarnos entre nosotros.
Hasta día de hoy creo que la coincidencia de intereses de clase del establishment español y europeo predomina sobre el conflicto de élites aunque puede que exista también un sometimiento, por ello no se plantea la salida del euro más que como un fantasma con el que asustarnos. No descarto sin embargo por completo que llegara el momento en que las élites de la periferia decidieran que podría convenir-les dejar el Euro. Pero seria un error caer en el determinismo, pensar que si la construcción europea y el euro están secuestrados por estos procesos salir de ello nos vaya a librar del problema, el problema se encuentra en el modelo de capitalismo, nuestras propias élites no van a abandonar su lucha de clases por el hecho de salir del euro, más probablemente verán en ello la oportunidad para imponer mayores sacrificios.
No soy Partidario de vender cara ni barata nuestra presencia en el euro no vamos a conseguir nada bueno mercadeando con ello porque eso no cambia la lógica de la situación (el mercadeo entre las élites en que nosotros somos la mercancia), la sociedad civil debe recuperar la iniciativa frente a las oligarquías y dirimir la mejor manera de construir un modelo de sociedad justo, democrático, y sostenible (o lo que mejor le parezca), en todo caso la permanencia o no en el Euro es un medio para ese objetivo. Cada vez que se habla de España o Alemania deberían hacer esto o lo otro estamos hablando en realidad de decisiones que toman las élites (no el pueblo) y yo no espero nada de ellos, salir o permanecer al euro es una decisión que depende de con qué normas. El acto de fe que se ha instaurado no es el del euro sino el de un modelo económico, no me preguntaría ¿qué hacemos en el euro?, me preguntaría ¿qué hacemos en este modelo de capitalismo y sociedad?
Saludos.

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venancio cermeño irisarri 7 de julio de 2012 at 12:23

Querido Juan, muchas gracias por compartir con valentía y conocimiento tus preocupaciones y la necesidad de un debate.
Entiendo que el desarrollo del debate que propones podría desbordar el ámbito español , el del sur de Europa y alcanzar una dimensión mundial entre los fieles del «capitalismo como religión» (W.Benjamin) y las personas que están luchando en todo el planeta por construir una nueva dignidad adecuada al nuevo paradigma. Este debate podría ayudar a las personas que sufren anomia, indiferencia, inhibición, etc. a decantarse. Este debate podría desarrollar ideas y horizontes para las personas que luchan en los cinco continentes. Este debate podría incorporar personas a la critica que ya se está construyendo en todo el planeta.

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Antonio Gonzalez 7 de julio de 2012 at 16:03

Al final el euro es una moneda para facilitar la maniobras de los que
manipulan la riqueza, creo el Yen ya no servia, por limitantes de la
economia japonesa y se programo un festin euro-anglosajon con las
grandes posibilidades de la economía China, una inmensa economía
por desarrollar cuando aquello y que daría lo suficiente para robar
a lo grande a los bien situados, desde luego.
China amargo el pastel al no permitir la manipulacion del valor de su
moneda, se llame yuan o rebimbi y fallo lo programado.
Cuando aquello se decia, que a nadie importaría los chinos pasaran
hambre si en fin ya estaban acostumbrados.
Ahora el euro es simbolo de la integración y esa integracion es el
camino a la paz en Europa, no mas guerras continentales, pero esas
guerras no les importan a los que están fuera de Europa, los muertos
y la destruccion los pondran otros pueblos, de ahí la resistencia de
Wall Street y la City a la reorganizacion europea.
Al final Europa debe salir adelante y con el euro, pero lo que si debe
conseguir es limpiar la casa y eso debe ser a la mala.

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jose luis 7 de julio de 2012 at 16:20

Solo me surge una duda: ¿qué ocurriría con los financieros? ¿cuál sería su relación con una España de la peseta? ¿prestarían? ¿comprarían deuda?
Lo digo desde la preocupación, pero también desde el desconocimiento que no me permite ver los resultados de tal situación, aún a sabiendas del daño que nos causa Europa.

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José Pérez Oya 7 de julio de 2012 at 18:00

Muy bueno pero he combatido a Maastrcht y Euro tiempo ha. Pueden referirse a mi correo jperezoya@mundo-r.com

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Loli 7 de julio de 2012 at 18:20

Necesitamos grandes políticos y España no los tiene en la actualidad. Gracias.

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Blanca Lusilla 7 de julio de 2012 at 19:01

Muchos ciudadanos vemos como Alemania, Finlandia,Holanda…nos van apretando el lazo del euro en el cuello ….lentamente….a ver si así no nos enteramos de que nos estamos ahogando, hasta que estemos ahogados del todo.
Quizás vuestro próximo libro debería tratar este tema: ventajas e inconvenientes de permanecer o de salir del euro. Es un tema demasiado complejo para la mayor parte de los ciudadanos, que tenemos miedo a seguir y miedo a salirnos.

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Alfonso 7 de julio de 2012 at 19:36

Estoy de acuerdo en hacernos esa pregunta, pero lo mejor hubiera sido no entrar como propuso en su día Julio Anguita.
Creo que el problema radica en nuestra DEMOSGRACIA, como siempre la llamo, desde que se instauró, cambiamos un dictador por 17, el simple hecho de ser elegido, no significa que sea democracia, para empezar, si el pueblo vota el 55, o 65% ¿porque salen el 100% de los presentados el 35 o 45 % no han sido votados,
Otra cuestión es que no le echemos la culpa toda a los políticos o sindicatos, el pueblo esa masa borregil, pasota, de maría santísima, y de la seleccion española, que se les paga en 1 mes lo que un trabajador medio no ganará en toda una vida laboral, no es serio, mientras las leyes la hagan los que nos dirigen, a su gusto y antojo, sin ninguna responsabilidad, ni política ni económica, y lo poco bueno que hizo el dictador bajito, venga estos 17 cantamañanas y en 30 años, nos desplumen primero de nuestra industria, (siderometalurgia, construcción naval, aeronáutica, tabacalera, automovilistica) Educación, sanidad, renfe etc… donde está todo esto?.
Y ahora quieren que le demos los salarios, y todo lo demas,
Y ademas seguimos discutiendo si son galgos o son podencos, señores simplemente unos hijos del congreso.

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Jano 9 de julio de 2012 at 17:45

Podemos darle las vueltas que queramos. Pero la realidad es esta: El sistema está muerto para los países del sur (tal vez, y digo tal vez) los del norte logren sobrevivir, pero en nuestro caso, solo falta algún acontecimiento aún no previsto (cualquier crisis en cualquier sector que hoy no somos capaces de ver) para poner el último clavo al ataúd. Así además de muerto, lo podremos enterrar. ¿Recordáis qué pasó cuando se vino abajo la Unión Soviética? Los soviéticos perdieron sus pensiones, su atención sanitaria, educativa… ¿os suena?. El Euro (desgraciadamente) es como el Imperio Austro-Húngaro. Aparentemente grande y poderoso, pero -en realidad- una jaula de grillos en la que cada fuerza tira para un lado y sin la menor cohesión interna. Auguro que el Euro acabará como acabó aquel. Solo hace falta algún empujón con el que ahora no contamos y…¡se acabó!.

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Jose 10 de julio de 2012 at 10:10

Muy bien, ¿y qué podemos hacer los ciudadanos?. La incompetencia de nuestros políticos nos ha traido hasta aquí y nos lleva hacia donde no queremos ir, manifestarse no es útil, ¿qué podemos hacer para salir del euro y decidir sobre nuestro futuro?.

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isabel c 14 de julio de 2012 at 17:59

Es de cajón que no se puede implantar una moneda única, en países que tienen diferencias salariales y la renta no es solidaria.
No hemos cambiado moneda al viajar a Europa, pero nos ha costado igual de caro un café que cuando la cambiábamos. Y los europeos han comprado casas aquí e instalado negocios y les ha salido más barato que antes y resultado más fácil (ahora les sale y saldrá por calderilla), siempre en detrimento nuestro.
La imposición del € ha servido para que los países ricos crezcan y hagan imperio, nosotros perdamos n/soberanía, además de cultivos, vacas e industria, las grandes fortunas se vayan de España con más facilidad y otros vengan a instalarse, forrarse y llevarse el dinero.
No tenemos más democracia ni más derechos (la ley de dependencia ha sido un flash), sino más miseria y corrupción. Trabajamos más y ha aumentado también la poca vergüenza. Aquí los políticos no dimiten, ni se les cesa cuando la pifian, ni siquiera cuando se ve claramente que se llevaron, favorecieron o se favorecieron.

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Fausto Simoes 21 de julio de 2012 at 09:12

Apreciei o seu artigo e gostava de saber se o interpretei corretamente no comentário em http://blogorbis.blogspot.pt/

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safa 30 de mayo de 2023 at 20:37

Leyendo y releyendo el texto de Juan, siendo profesor, no entiendo nada, no realiza un análisis basado en datos, si no en valoraciones. Lo que está claro que cuando compartes hay que espabilar, de lo contrario te tendrá que sostener, en el desarrollo del marco europeo si no tomamos un camino, desde afuera nos lo trazarán y quizás ese no sea el que más nos convenga, siempre ha sido así.
Felicitarles más que por el artículo por la movilización generada.

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