Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

260 semanas de dolor

En el artículo de este domingo en El País Andalucía comento que por estas fechas se cumplen cinco años desde que se manifestaron los primeros síntomas de la crisis, más o menos 260 semanas de dolor que empezaron con una ceguera tremenda de las autoridades y economistas neoliberales.

Puede leerse aquí y espero que esta semana no contenga afirmaciones inapropiadas pero que tenga tanta difusión como el anterior.

11 comentarios

Conrado 31 de marzo de 2013 at 10:49

Cuando algunas voces que dejaban ser escuchadas decían lo que estaba pasando, la gran mayoría disfrutaba de lo que había adquirido y que le generó una deuda ahora difícil de pagar. Las crisis económicas tienen un trasfondo sociológico que impulsa a que la gran mayoría caiga en las redes de los especuladores y de los sinvergüenzas. Aquello que el capitalismo quiso hacer desaparecer para propio provecho que son las clases sociales, ahora se definen con un acento más acusado. La mentira y el engaño siempre dan un alto beneficio si las personas no tienen criterio de lo que es bueno y malo para ellos y de lo que se trato fué de confundir con conceptos que nada tienen de verdad. Fué la época en la cual el que no se hacía rico era por que era tonto.

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A. Salvador 31 de marzo de 2013 at 13:11

Yo no creo que los poderes y sus expertos no vieran lo que venia, cuando entendidos sin tantos medios a su alcance ya lo advertían. Hasta mi patrón, pequeño empresario, lo “olio” en octubre de 2007 y empezó a aligerar la plantilla (afortunadamente a mi me concedió la prejubilación con contrato de relevo). Hay que tener en cuenta que quienes hegemonizan hoy en día el sistema capitalista y están en su meollo, disponen de equipos de tecnócratas muy bien preparados y han aprendido mucho sobre regulaciones del mismo. No hay que guiarse por sus declaraciones, a veces hasta ridículas, para mentir a la galería; habría que saber lo que hablan y deciden fríamente en sus comités a la sombra. No digo que sean un dios, que no tengan fuertes contradicciones internas, que no se equivoquen, sobre todo en cuanto a aplicar las medidas más adecuadas (para ellos) en cada momento a fin de no provocar grandes protestas, pero se readaptan rápido y demuestran flexibilidad y cohesión. Solo hay que ver como van conduciendo “la crisis” desde que oficialmente comenzó. No ha habido una debacle general ni mucho menos. Si una ruina particular para un sector de la población, importante pero no mayoritario (¿un 20% en España?), que ha sido brutalmente empobrecido. Van estudiando, por ejemplo, el laboratorio griego, que en principio podría ser socialmente el más explosivo, para ver hasta donde aprietan la soga, sin que la situación se les vaya de las manos. De acuerdo con lo ya denunciado en “La Doctrina del Shock”, esta “crisis” no seria algo resultado de un sistema loco conducido por locos, sino algo mucho mas pensado de lo que creemos para quitarnos derechos y fuerza a las clases trabajadoras y populares. Ya digo, sin caer en conspiranoias, tampoco hay que considerarles como gente anárquica, “malos gobernantes”, que solo comete errores o es incapaz de ver las cosas. Están muy bien organizados, disponen de enormes y sofisticados medios y cada vez saben mejor como defender sus intereses.
En cuanto a responsabilidades fuera del poder, “nuestras”, es cierto que los citados mas arriba han sabido hacer las cosas muy bien estos últimos ¿30 años? transmitiendo ideología y opinión que ha logrado que muchos de los de abajo escucharan sus cantos de sirena y se entregaran a modos de vida consumista y apariencias de estatus superiores, bajo crédito bancario. Luego votaban lo que votaban. Y, al tiempo, lo que todavía seguirán votando.

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Priede 31 de marzo de 2013 at 13:59

Rodrigo Rato se doctoró en Economía Política en el año 2003 .
Hasta entonces tenía un master es administración de empresas, ni siquiera en economía. Además un master no es una licenciatura:
http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/321975-rodrigo-rato-se-doctoro-economia-politica-ano-2003-a.html

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Hiperbóreo 31 de marzo de 2013 at 16:13

Lo que sigo sin tener del todo claro es si hemos llegado a esta situación por la ignorancia de las autoridades o por la mala voluntad, es decir, ¿son unos inútiles o unos desalmados? La cuestión, bajo mi punto de vista, es de radical importancia porque el éxito de la regeneración del sistema depende de reconocer la causa primera que ha originado el desastre y la primera causa no es económica, sino moral.

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Manuel Torrente Benítez 31 de marzo de 2013 at 20:03

La explicación de «A. Salvador» es muy clara. La comparto. Cada día se ve mejor qué es lo que han planeado y ejecutado los delincuentes financieros y sus esbirros políticos

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Priede 31 de marzo de 2013 at 22:54

Es que cada día que pasa –y llevamos en esta tendencia treinta años– en Europa Occidental, EEUU y Japón es menos rentable producir, dada la caída de la tasa de ganancia. Reagan y Thatcher parchearon la situación a base de deuda, sobre todo Reagan, y terciarizando la economía y dejándola en manos del sector financiero:
«Un riguroso análisis marxista»
http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/251346-riguroso-analisis-marxista.html

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Juan 1 de abril de 2013 at 12:09

Por favor, que ocurrencia decir que este diario es de izquierdas. con su permiso don Antonio , voy a pegar su articulo censurado.
El artículo de Juan Torres censurado:
«Es muy significativo que habitualmente se hable de “castigo” para referirse a las medidas que Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis.
Dicen a sus compatriotas que tienen que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes. Pero el razonamiento es falso pues los irresponsables no han sido los pueblos a los que Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y los de otros países a los que prestaron, ellos sí con irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias.
Los grandes grupos económicos europeos consiguieron establecer un modelo de unión monetaria muy imperfecto y asimétrico que enseguida reprodujo y agrandó las desigualdades originales entre las economías que la integraban. Además, gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos las grandes compañías del norte lograron quedarse con gran cantidad de empresas e incluso sectores enteros de los países de la periferia, como España. Eso provocó grandes déficit comerciales en éstos últimos y superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países.
Paralelamente, las políticas de los sucesivos gobiernos alemanes concentraron aún más la renta en la cima de la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a 2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4% al 1%.
Esas circunstancias pusieron a disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero. Pero en lugar de dedicarlo a mejorar el mercado interno alemán y la situación de los niveles de renta más bajos, lo usaron (unos 704.000 millones de euros hasta 2009, según el Banco Internacional de Pagos) para financiar la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el endeudamiento de las empresas griegas o para especular, lo que hizo que la deuda privada en la periferia europea se disparase y que los bancos alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en 2009).
Al estallar la crisis se resintieron gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde estaban los bancos a quienes habían prestado. Los alemanes retiraron rápidamente su dinero de estos países, pero la deuda quedaba en los balances de los bancos deudores. Merkel se erigió en la defensora de los banqueros alemanes y para ayudarles puso en marcha dos estrategias. Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a los países, pero que en realidad consisten en darle a los gobiernos dinero en préstamos que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes y paguen enseguida a los alemanes. Otra, impedir que el BCE cortase de raíz los ataques especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia Alemania.
Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital económico. Nos castiga para proteger a sus grandes empresas y bancos y también para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos 20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9,15 euros/hora, o que a la mitad de su población le corresponda, como he dicho, un miserable 1% de toda la riqueza nacional.
La tragedia es la enorme connivencia entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel.»
http://tl.gd/n_1rjd7vo · Reply

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Juan 1 de abril de 2013 at 12:40

Pido disculpas, donde debería haber puesto Juan, puse Antonio, que es como se llama la persona que había a mi lado en ese momento.

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Juan Antonio León Ruiz 1 de abril de 2013 at 20:52

Extraordinario el comentario de A. Salvador

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Beimler 2 de abril de 2013 at 17:48

Me alegro Dr Torres de que siga escribiendo en el País,y de que sus problemas por un artículo sobre la sádica Merkel y su famoso antecesor Hitler no hayan supuesto su definitiva exclusión de un periódico que,aunque no es de izquierdas,como no lo es el Psoe,sigue siendo muy leído.Lástima que no le permitan escribir en la edición que se difunde en todo el estado español,donde parece que sólo admiten a los economistas críticos americanos,supongo que por considerarlos algo exótico y sin relación con nuestra realidad inmediata.

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Jose Lafuente 7 de abril de 2013 at 10:05

De acuerdo contigo, Juan, pero los que provocaron la crisis siguen teniendo todos los medios de comunicación en su mano. Y lo demostrarán cuando lleguen las siguientes elecciones.
No todo el mundo tiene internet; no todo el mundo está en las redes sociales. Los que estamos, es verdad, hacemos mucho ruido. Pero yo creo que es endogámico.
Yo no he encontrado la fórmula para dar el salto a la calle.

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