Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Alemania impone "reparaciones de guerra" al resto de Europa

Publicado en Sistema Digital el 26 de enero de 2012 

 

Al acabar la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles de 1919 hizo responsable a Alemania de «todos los daños y pérdidas» causados como consecuencia del conflicto y en su virtud le obligó a hacer frente a «reparaciones» millonarias que, después de diversos aplazamientos y anulaciones, terminó de pagar en octubre de 2010.

 

Muchos economistas y políticos de la época, y entre ellos el más famoso de entonces, John Maynard Keynes, mostraron que era imposible que Alemania pudiera pagar esas reparaciones sin empobrecerse trágicamente y sin que así se ocasionasen problemas peores que los que se trataba de resolver. E hicieron ver que incluso sería mucho más útil para los propios aliados promover el desarrollo de la industria y el comercio en Alemania que obligarle a hacer frente a unas cantidades que estaban completamente fuera de su mermada capacidad de pago. Con dramática lucidez, el economista inglés advirtió en su libro Las consecuencias económicas de la paz, que «si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará”. Así fue.

 

Años más tarde, las cosas han cambiado mucho. La puesta en marcha del euro a pesar de que se sabía que la unión monetaria estaba mal diseñada, que no contaba con suficientes mecanismos e instituciones de compensación y reequilibrio y que las perturbaciones y los shocks asimétricos iban a ser constantes, inició una especie de guerra económica que esta vez ha ganado Alemania pero, al final, a costa de sufrir también las consecuencias negativas de todo tipo que siempre están asociados a los conflictos que provocan las estrategias de ocupación.

 

Desde que se creó, Alemania ha impuesto su norma como potencia de economía abierta al resto de los países y especialmente a los del sur europeo. A cambio de ayudas generosas que se venden a su población como si no tuviese contrapartidas, Alemania ha venido colonizando las economías periféricas, bien por la vía directa de la adquisición de activos,  convirtiéndolas en importadoras masivas de sus productos, o mediante la financiación del endeudamiento continuado que los déficits en los que necesariamente incurrían lógicamente provocaban.

 

Antes de la creación del euro, los países menos competitivos, como España, se defendían periódicamente de la agresión comercial de los más fuertes, o de su propia debilidad estructural, devaluando sus monedas y tomándose así un respiro que les permitía mantener mal que bien su tejido productivo y el equilibro exterior. Con la moneda única, y al carecer de esta estrategia defensiva, la potencia exportadora alemana ya no ha tenido barreras (al contrario que le ha ocurrido a los productos de la periferia en centroeuropa) lo que debilitó poco a poco la industria y, en general, la producción nacional en la periferia. Así se iba gestando un gran superávit en Alemania paralelo al déficit de los países periféricos.

 

De 2002 a 2010 este proceso generó un excedente de 1,62 billones de euros en Alemania, de los cuales solo 554.000 se aplicaron en su propio mercado interno para mejorar su dotación de capital o las condiciones de vida de su población. El resto, 1,07 billones se colocó fuera de Alemania, y de esta parte 356.000 en forma de préstamos y créditos para financiar un modelo productivo en la periferia que, lógicamente, no fuera el que pudiera competir con el alemán. La teoría y la historia económicas nos han enseñado que no podía ser de otra manera: la existencia de una potencia exportadora como la alemana de estos años solo es posible si al mismo tiempo que exporta financia. Tiene que ser así porque, en el marco ya cerrado de una economía como la europea (o del planeta si nos referimos al conjunto de la economía mundial) para que unos tengan superávit otros han de tener déficits y éstos han de financiarlos, evidentemente, quienes disponen de excedentes a su costa.

 

Este estado de cosas, esta «guerra», ha ido siendo claramente exitosa para las grandes corporaciones centroeuropeas que se han hecho con los mercados que antes les estaban vedados, para los exportadores alemanes, y para los bancos que han obtenido grandes beneficios financiando la deuda creciente de una periferia con cada vez menos capacidad de generar recursos endógenos, puesto que la potencia exportadora en realidad ha de fagocitarlos para poder seguir manteniendo su privilegio exportador.

 

A pesar de que este estado de cosas era muy claramente perjudicial para los intereses nacionales de países como España, Italia, Irlanda, Grecia… o incluso me atrevería a decir que de Francia, las élites respectivas lo aceptaron como punto de partida y lo han apoyado puesto que los grandes beneficios de las multinacionales que los estaban colonizando y de los bancos que nadaban en dinero gracias a la deuda gigantesca que se generaba producía un efecto «derrame» suficientemente cuantioso como para financiar generosamente a los partidos y a las oligarquías económicas locales y que gracias a ello se han ido así armando con un poder político cada vez más decisivo.

 

El problema que conlleva un equilibrio de esta naturaleza, tan asimétrico, es que antes o después termina cayendo porque se acaba la capacidad de endeudarse, porque el empobrecimiento efectivo y continuado es insostenible o porque se produzcan impactos externos que agudicen las asimetrías sin que haya, como ocurre en la Unión Europea, suficientes resortes de reequilibrio.

 

Así, lo que ahora tenemos sobre la mesa en Europa es un problema irresoluble sin cirugía mayor. Alemania ha financiado, en lugar de su propio desarrollo interno y el bienestar de sus ciudadanos o una integración más solidaria entre las economía europeas, un modelo productivo entre su «clientela» que no permite a ésta serlo indefinidamente. Cuando se ha producido un impacto externo como la crisis financiera, se ha reducido la demanda en la periferia, ha debido aumentar el déficit público a costa del privado, que en mayor parte ha de destinarse a financiarlo, reduciéndose entonces los déficit que engordan el superávit alemán y disminuyendo la capacidad de pago de la deuda contraída.

 

Alemania teme ahora haber financiado a unos clientes que al final puede resultar que no hagan frente a sus deudas y ese miedo le empuja a seguir por un camino terrible y claramente equivocado que es el que recuerda las reparaciones a las que ella misma tuvo que hacer frente durante tanto tiempo.

 

La derecha política alemana y sus grupos de poder económico se empecinan en hacer creer, y en creerse ellos mismos, que la causa de ese peligro es el mal comportamiento de sus socios a cuyos gobiernos tilda de manirrotos (a pesar de que, como en España, hayan incurrido en menos incumplimientos fiscales que la propia Alemania) y a cuyos ciudadanos acusa de haber vivido por encima de sus posibilidades. Y esa creencia le lleva a imponer las nuevas «reparaciones» en forma de programas de austeridad (mal llamados de austeridad, como ya he escrito en varias ocasiones porque solo se centran en recortar los gastos vinculados al bienestar social para abrir la puerta a la provisión privada) que, como ocurrió hace poco menos de un siglo, provocaron un efecto perverso del que quizá todavía estamos pagando sus consecuencias. No podrá ser de otro modo porque imponer el empobrecimiento y la recesión a los demás pueblos no podrá evitar, como dijo Keynes entonces, que antes o después se produzca la venganza. En el mejor de los casos, en forma de desintegración europea que igualmente pagará la propia Alemania. Y en el peor, más vale ni siquiera pensarlo.

27 comentarios

viriato 27 de enero de 2012 at 00:46

Es todo mucho más fácil. La clave está en la «micro». Estudiemos la Globalización y su impacto en el mercado de trabajo europeo. Con la socialdemocracia, las regulaciones establecidas por los estados europeos para proporcionar derechos laborales a los trabajadores hacían del mercado laboral europeo una especie de oligopolio. En los oligopolios el precio (condiciones laborales) es elevado.
Cuando un oligopolio tratamos de convertirlo en un mercado de competencia perfecta, en aras de la Globalización, ¿Qué tiene necesariamente que pasar? Pues que el precio baja y baja. ¿Hasta qué nivel? bueno, ¿a qué niveles baja el precio en los mercados de competencia perfecta según las leyes de la microeconomía?, pues hasta que el beneficio es casi cero. en realidad, hasta que las condiciones laborales son tan miserables que la gente prefiere irse al campo a criar gallinas que trabajar para un usurero.
¿Cual fue el origen de la crisis? Pues cuando los bancos se dieron cuenta de que, con la globalización los salarios de los trabajadores de las economías occidentales iban a caer y caer y no podrían hacer frente al pago de las hipotecas. Entonces cerraron el grifo del crédito.
¿Y la crisis mundial? Mentira y gorda, la economía mundial crece estos años más fuerte que nunca. Es solo una crisis de occidente.
¿Y el mito de que Alemania va bien? Mentira y gorda, ahí también están cayendo las condiciones laborales y más que van a caer. En el mercado global no es posible que el trabajo valga una cosa en China y 10 veces más en Alemania. No señor, no es posible, tienen que converger. Y como el mercado de trabajo chino es enorme, los sueldos globales caerán a nivel de subsistencia en todo el mundo. Y eso lo sabe usted perfectamente porque domina la micro. y se hace el sordo con este tema desde el comienzo de la crisis. Y yo me pregunto porqué. ¿Una cosa tan simple no la ve un catedrático de economía? Pues aún está usted a tiempo de rectificar y alumbrar el camino hacia donde hay que alumbrarlo. Saludos

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Fran 27 de enero de 2012 at 07:11

Un fragmento extenso de la Carta VIII del libro Viaje a Sierra Leona de John Matthews, un militar y explorador inglés liberal del siglo XVIII, cuya argumentación en favor del esclavismo, resulta sorprendentemente similar a la que hoy se realiza desde think tanks liberales para no aplicar una reforma fiscal más progresiva, acabar con los paraísos fiscales, o cualquier otra medida intervencionista en la economía que persiga una mayor igualdad en la distribución de las rentas y una mayor justicia social:
«En mis cartas anteriores he aludido y descrito el estado de la esclavitud en Africa, y puede no ser aquí impertinente a la materia el decir unas cuantas palabras acerca del trato de los esclavos en aquel país. Los esclavos agrícolas van al trabajo antes de salir el Sol y continúan en el campo o en el bosque hasta las 10, hacia cuya hora toman su comida, y creo que no pasa más de una hora hasta la puesta del Sol. Su manera de castigar a estos esclavos es muy severa: el transgresor es arrojado al suelo, con su faz pegada a la tierra, y es mantenido en esta posición por otros hombres o mediante unas estacas clavadas en el suelo, y se le golpea con unas varas no más gruesas que un dedo mientras el dueño lo ordena. Los mandingos, según el precepto del Corán, limitan el número de golpes a cuarenta para los pequeños delitos, y para las grandes ofensas a ochenta y noventa; pero pocos sobreviven a este gran castigo. También se les castiga encerrando y oprimiendo los pies en maderos, que han de ser separados por la víctima. Si la condición de un esclavo en Africa o las Indias occidentales es materialmente diferente, debo dejar que el público lo determine en vista de las circunstancias que he indicado.
En el hombre verdaderamente libre, que ha sentido y gozado de los atractivos de la libertad, la privación de ella, aunque sea condenado por las leyes de su país o por el azar de la guerra, debe ser indudablemente penosa; pero el hombre que ha nacido esclavo, que no siente alteración ninguna de sus circunstancias por el cambio de dueño, y que no tiene ni siquiera idea del sentimiento que sólo la libertad puede inspirar, como no sufre por la comparación, no puede ser en tanto grado objeto de conmiseración. Pero ¿ qué podemos hacer con las leyes africanas? ¿ Cómo no han de poder los jefes de aquel país inflingir los castigos que creen apropiados, no siendo nuestros súbditos ni estando en camino de llegar nunca a serlo? El genio del pueblo y el de la religión, que serán, con toda probabilidad, los que algún día prevalezcan en todo aquel extenso continente , son igualmente adversos a la introdución de las maneras del derecho europeo.
Pero supongamos que el comercio de esclavos fuese abolido por todas las naciones de Europa. ¿ cómo se aboliría en Africa, o qué agregaría a la felicidad de los naturales de aquel país? Que no se aboliría en Africa es una verdad incontrovertible para aquellos que están familiarizados con el estado del interior del país o con el comercio que con él se realiza.
Las tropas del emperador de Marruecos están compuestas de esclavos negros adquiridos en las partes meridionales de Africa, y no es improbable que los otros príncipes déspotas, lo mismo los de las partes meridionales que orientales, puedan componer sus ejércitos de la misma manera; y acreditados informes me aseguran que en las partes septentrionales y orientales de Africa el comercio de esclavos es conducido por largas caravanas de dos o tres millares de estos y gentes que viajan con ellos y se dispersan por todas las partes de Turquía, Persia y Arabia; pero, independientemente de los que son exportados del país, de las partes occidentales o de otras partes, por los árabes o por los europeos, hay un tráfico interior entre los indígenas.
Los esclavos son el medio, en vez de la moneda, para la adquisición de todo lo necesario y el aprovisionamiento de lo indispensable, y todo artículo es estimado por su proporción con el valor de un esclavo. No necesito señalar al lector inteligente la analogía entre esta costumbre y la de todos los países donde no se usa la moneda o donde es un artículo escaso, ni es muy distinto el que las denominaciones de valor consistan en una guinea, en un borrego, una vaca, o un esclavo. Pero ¿ qué agregaría la abolición de este comercio a la felicidad de los indígenas de Africa? No lo sé, y por la misma razón, ¿ cómo influiría en las partes extranjeras la abolición de este comercio? Porque ¿ para qué propósito realizamos nosotros un comercio con las Indias orientales y otras plazas extranjeras sino para proporcionarnos los lujos ( y no las necesidades) de la vida? De las últimas, nuestro propio país nos las proporciona en abundancia; pero si nos viéramos privados de las primeras, como estamos acostumbrados a considerarlas como contribuyentes a nuestra felicidad, sentiríamos severamente la falta de ellas.
El africano está colocado en la misma situación, por su comercio con los europeos, en cuanto a las producciones que su país le proporciona y que para él no fueron un artículo de tráfico , se capacita para adquirir no solamente lo necesario, sino también los artículos que aumentan los goces de la vida y de cuya adquisición hace depender una parte no inconsiderable de su felicidad.
Sobre lo impolítico de abolir el comercio africano de dejaré de ofrecer algunas observaciones y de señalar las consecuencias más probables de tal determinación.
El francés, en el año 1784, en orden a estimular el comercio africano de esclavos, concedió un premio de cuarenta chelines por tonelada de navío empleado en este comercio, y otro de cerca de ocho libras esterlinas por cada esclavo importado en cualquier parte de sus Indias occidentales.
Este premio ha sido ya suficiente para monopolizar el comercio entero de la costa de Angola y para competir por igual con el de los ingleses en Bonny, y otros lugares, y ha provocado igualmente un aumento de su navegación y de su marinería y una disminución de la nuestra en la misma proporción.
Si sufrímos así una disminución de nuestra armada y de la marinería empleada en este comercio solamente por la competencia, ¿ cuál será la consecuencia de una abolición del comercio mismo? ¡ Dejo su determinación al juicio del lector!
Pero no sería sólo la pérdida de los navíos y de los hombres empleados en el comercio de los esclavos lo que disminuiría nuestra fuerza marítima, sino que el comercio con las Indias occidentales sería pronto aniquilado; porque, a pesar de todos los esquemas visionarios que se han podido idear para reclutar a las gentes que cultivan el azúcar en las islas, se ha probado de un modo suficiente por la experiencia, la guía más certera, que no pueden resistir el clima cuando se emplean el cultivo del suelo.*
*Independientemente del coste, pues no se puede contratar a ningún hombre blanco por menos de un dólar diario.
Es preciso temer no sólo la extensión del mal político que podría resultar de una total abolición del comercio africano, sino también de cualquier restricción parcial o poco juiciosa que se le pueda poner.
Siempre que una rama del comercio deje de ser provechosa para las partes que lo realizan, o por restricciones que se impongan al comercio mismo , o por la falta de estímulos del Gobierno para afrontar, la competencia de estados rivales, o por cualquier otra causa en juego, este comercio desaparecerá enteramente o caerá en la insignificancia, y si es de tal naturaleza que los instrumentos por los cuales es realizado no pueden ser empleados de otro modo por estar ya en uso un número suficiente, y si, al mismo tiempo, los estados rivales están usando todos los medios para poseer aquellos instrumentos, con objeto de aumentar y extender aquella rama particular del comercip ¿ puede extrañar que los propietarios de tales instrumentos se dispongan a utilizarlos solamente donde encuentran ventaja?
El mercader, su fortuna y su experiencia, los armadores de barcos y los hombres de mar empleados en ellos son los instrumentos con que se realiza el comercio africano y otros comercios extranjeros; y es indudable que aquellos mercaderes que han empleado sus fortunas en este comercio, bajo la sanción y la autoridad de las leyes de su país, se trasladarían( lo mismo si se ven privados in toto de ese comercio que si sufren tales restricciones que suprimen el provecho) inmediatamente, con todas las consecuencias consiguientes, a aquel país donde pudieran encontrar estímulo. Y pudiera no ser innecesario indicar que Francia y España procuran en este momento, y lo han procurado durante mucho tiempo, inducir a los mercaderes y marinos británicos experimentados en los asuntos africanos a entrar a su servicio. Considerándola desde este punto de vista, parece una medida inspirada en una tan alarmante tendencia contra los intereses navales de este reino ( así resultaría inevitablemente) , que no puede haber sido debidamente reflexionada por el ardor de sus abogados.
No es solamente por los intereses individuales implicados en el comercio africano por los que yo aboho sino por el bienestar de la nación entera; porque es una verdad que no necesita ilustración la de que por cada navio retirado de este comercio por los ingleses, Francia y España tendrían uno más , puesto que la idea de la abolición no creo que haya sido pensada por los Gabinetes de Versalles o Madrid.
Las consecuencias que pueden derivarse de la abolición del comercio de esclavos para los mercaderes que trafican con las Indias occidentales y los propietarios de las islas del Azúcar; el influjo que tendría sobre el comercio de la Compañía de la India Oriental y las manufacturas de este país, pueden ponerlos de relieve ante el público aquellos que estén mejor informados; pero para aquellos cuyas objeciones derivan de su supuesta inhumanidad, permítaseme sugerir algunas consideraciones.
Es una opinión generalmente aceptada, a mi juicio, que una nación sin guerras exteriores, colonias o tráfico extranjero dobla su número en el espacio de treinta o cuarenta años. Admitiendo que sea así , cuando un país se ve abrumado con habitantes que no puede emplear, ¿ cómo dispondrá de sus miembros superfluos? Puede seguir el ejemplo de China y ahogar a los niños supernumerarios cuando nacen, o promulgar leyes sanguinarias que castiguen con la muerte lo s mismo a los prisioneros cogidos en la guerra que a los criminales. El mitigar el castigo de la muerte por el de la esclavitud o el destierro es una prueba del influjo de la civilización en favor de la humanidad, y toda circunstancia que contribuya a este fin se atribuirá indudablemente a la misma causa.
Por consiguiente el comercio de esclavos que los europeos realizan con los indígenas de Africa es permitido probablemente por la Providencia como un medio de preservar la vida de muchos centenares de seres, condenados de otro modo a la muerte, para que se conviertan así en miembros útiles de la sociedad.»
Viaje a Sierra Leona en la Costa de Africa
John Matthews. 1788.

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Fran 27 de enero de 2012 at 07:27

Sobre el Tratado de Versalles, cuyo último pago por 70 millones de euros, se realizó en 2010.
Pasados 92 años, parece claro que en los alemanes quedó marcado el discurso que el entonces ministro de Exteriores alemán, Brockdorff-Rantzau, lanzó como arma arrojadiza al francés Clemenceau cuando le fue expuesto el contenido de la cláusula 231, en virtud de la cual el Tratado de Versalles identificaba a Alemania como única culpable de la guerra:
«Pudimos sentir el odio cuando entramos en esta sala. Ustedes esperan que aceptemos toda la culpa de la guerra. Si esa afirmación saliera de mi boca sería una mentira. Alemania y el pueblo alemán están firmemente convencidos todavía de que hicieron una guerra defensiva y yo me niego aquí con mayor vehemencia a que Alemania cargue con toda la culpa. Cuando empezaron ustedes a hablar de compensación en pocas palabras les pedí que recordaran que tardaron ustedes seis semanas en entregarnos su armisticio y otros seis meses más después para formular sus términos de paz. Cientos de miles de ciudadanos inocentes alemanes, mujeres y niños que han muerto de hambre desde el 11 de noviembre de 1918 porque continúa el bloqueo, fueron llevados a la muerte deliberadamente después de su victoria y después de tener más que garantizada su seguridad. Les pido que piensen en ellos cuando hablen de conceptos como el de culpabilidad y castigo».
Cientos de miles de muertos….

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Beldar 27 de enero de 2012 at 11:15

En el mejor de los casos la consecuencia final es que todos los países de la periferia de Europa adopten las mismas medidas que en Islandia. Que los PIIGS se salgan del Euro y decidan al unísono no pagar las deudas contraidas por el sector privado, especialmente el bancario. Esto llevaría al colapso inmediato de la economía de Alemania y Francia y el cierre de los mercados internacionales de los países deudores.
Pero si estos países son capaces de actuar al unísono y crear un mercado entre ellos y fijarse en otros mercados como los de américa del sur podrían salir perfectamente del paso y perpetrar la venganza que la guerra económica de llevada a cabo por Francia y Alemania han auspiciado.
En el peor caso para evitar esto la UE acabaría en guerra, pero no parece el escenario más probable.

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GHENGIS 27 de enero de 2012 at 13:46

Muy bueno y muy pedagógico el artículo

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Fernando Campos 27 de enero de 2012 at 17:34

Muchas gracias por estas reflexiones tan necesarias con visión histórica.

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Antonio Gonzalez 27 de enero de 2012 at 18:02

Y para dar salida a su excedente de dinero en
dolares, ya que en USA no se le permite la
inversion en grande, el plan del Euro en realidad
era una salida a esos fondos.
El Euro no era para ayudar a nadie.

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Vientos Nuevos 27 de enero de 2012 at 20:44

Si el capitalismo se ha visto incompatible con la democracia, es hora de pensar en sociedades marxistas ¿o no?
artículo para el debata
http://reflexionesdeunindignado.over-blog.es/article-nos-arrancan-la-democracia-a-jirones-97566344.html

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Elvira Meligrana 27 de enero de 2012 at 21:35

Muy bien traída tu analogía entre la situación económica actual y la reparaciones exigidas a Alemania después de la Gran Guerra.
También da miedo el final que puede tener la sobrepresión germana. Esperemos que la cosa quede en algo muchísimo menos traumático que la II-GM.
Como dices, es posible que nuestros pesares actuales sean, todavía, consecuncia de la I-GM. Como sabes, aquella guerra todavía está «viva», puesto que terminó con un armisticio.
Con tus artículos he vuelto a entender la economía como no lo hacía desde que leía a Marta Harnecker en aquellos libritos de la Editorial Zero-Zyx. ¡Ay! el ejemplo de la silla y la agregación de valor
¡Cómo pesan los años!

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Acantha 28 de enero de 2012 at 01:07

«Perdimos nuestro poder y por eso hoy en día estamos condenados»(Refrán duala)
Es curioso como fabricamos los relatos, me imagino Alemania como una pérfida diosa teutona capaz de fulminarnos con la mirada, lo mismo que la culpable Albion ¡qué distinto de los alemanes y los ingleses que conozco! Si quito a éstos ¿quién queda? ¿no son los mismos Botines y Mafos que actúan aquí?

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dolores 28 de enero de 2012 at 02:03

Excelente artículo y análisis. Un saludo

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Antonio Angel Perez Ballester 28 de enero de 2012 at 09:26

Hola Juan. Gracias por tus aportaciones frescas y libres. No queremos alimentar a los bancos, pero tenemos que trabajar con elos. Existe en España Triodos y Banca Fiare (que conozca) ¿que piensas de la Banca ética? ¿Hay alternativas? ¿Qué prpones?. Lo mismo has escrito sobre esto y no lo he visto; me lo indicas por favor y si no¡anímate! Muchas gracias

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MANU 28 de enero de 2012 at 10:03

Cierto es que lo que está haciendo Alemania es duro. Para el resto. PERO ES NORMAL. Ante la defensa de los intereses propios frente a una situación excepcional (falsa) como la que estamos viviendo ¿quién no mira por recuperar y mantener los medios e intereses propios? Quien diga que «no lo haría» simplemente es demagógico y/o mentiroso.
Ante la crisis sistémica que estamos sufriendo, mejor dicho, ESTAFA SISTEMICA, Alemania lo único que está haciendo es intentar recuperar los miles de millones de Euros que han puesto sobre la mesa, y que otros países receptores, no han sabido gestionar y administrar adecuadamente, y sobre todo, no han sabido destinar a los fines para los que eran asignados.
Por lo tanto, ¿de qué nos quejamos? ¿Qué país no habría hecho lo mismo o que padre/madre de familia no mira por su economía personal ante el desfase y despilfarro del resto?
¿Acaso no se nos ha avisado desde Europa y otras instituciones económicas de que el crecimiento Hispanistaní basado en turismo y construcción «tenía los pies de barro» y la caida del mismo sería demoledora? ¿Quién hizo caso entonces? Con el «Hispanistán va bien», pues nadie, NI POLITICOS NI CIUDADANOS.
Cuando una persona o familia en quiebra o con deudas «no paga», siempre aparece algún tipo de entidad que se encarga de intentar que se pague la deuda. Sea banco o sea «el cobrador del frac».
¿Por qué ponemos el grito en el cielo ahora? ¿Cuándo alguien es estafado no quiere recuperar lo que es suyo?
Otra cosa es que las situaciones debieran resolverse de otra forma más éticamente humanas pero…¿quién le pone el cascabel al gato? La política ha muerto y sólo queda «el dios dinero».
Pero ésto ya lo sabemos todos ¿verdad?
Así que Srs. es hora de que cada uno de nosotros asumamos definitivamente nuestras responsabilidades y nuestros errores. Ya somos mayorcitos. Aunque mucho me temo, que como es característico en este país, «la culpa siempre es de los demás».
Además «podemos estar un poco tranquilos» que ya están acudiendo a nuestro rescate, aunque bien es cierto que a base de sangre, sudor y lágrimas. Pero salvo honrosas excepciones ¿QUIEN PROTESTA? ¿QUIEN DICE HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO?. Pues éso mismo.
http://www.elconfidencial.com/opinion/tribuna/2012/01/28/asi-ha-sido-el-rescate-silencioso-de-la-economia-espanola-8637/

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e 28 de enero de 2012 at 20:06

Muy interesante el tema.
La condescendencia que se ha tenido con Alemania dudo mucho que sea la que ellos van a tener con nosotros.
La idea que existe en los países del Norte es que aquí somos poco trabajadores y muy manirotos.
Me da la risa, las lecciones que nos dan,con los sueldos de ESPAÑA.
Invito al rubio mas pintado a que intente sobrevivir,a la experiencia de acostarse un día pagando 80ptas por un café y al día siguiente levantarse pagando 1€.
Por cierto que yo como tantos otros ciudadanos afrontamos como podemos, nuestras desgracias crediticias. estoicamente, y sin ayuda del Estado. A mi casa no ha llegado ningún rescate, tampoco se le espera.
Pueden decir lo mismo las entidades bancarias de este país?
Leones por corderos beee, beee..
P.D: Me ha encantado verle en la Sexta columna.

Responder
Fran 29 de enero de 2012 at 00:52

CONTINUACIÓN DEL COMENTARIO QUE HA QUEDADO CORTADO ANTERIORMENTE:
Las consecuencias que pueden derivarse de la abolición del comercio de esclavos para los mercaderes que trafican con las Indias occidentales y los propietarios de las islas del Azúcar; el influjo que tendría sobre el comercio de la Compañía de la India Oriental y las manufacturas de este país, pueden ponerlos de relieve ante el público aquellos que estén mejor informados; pero para aquellos cuyas objeciones derivan de su supuesta inhumanidad, permítaseme sugerir algunas consideraciones.
Es una opinión generalmente aceptada, a mi juicio, que una nación sin guerras exteriores, colonias o tráfico extranjero dobla su número en el espacio de treinta o cuarenta años. Admitiendo que sea así , cuando un país se ve abrumado con habitantes que no puede emplear, ¿ cómo dispondrá de sus miembros superfluos? Puede seguir el ejemplo de China y ahogar a los niños supernumerarios cuando nacen, o promulgar leyes sanguinarias que castiguen con la muerte lo s mismo a los prisioneros cogidos en la guerra que a los criminales. El mitigar el castigo de la muerte por el de la esclavitud o el destierro es una prueba del influjo de la civilización en favor de la humanidad, y toda circunstancia que contribuya a este fin se atribuirá indudablemente a la misma causa.
Por consiguiente el comercio de esclavos que los europeos realizan con los indígenas de Africa es permitido probablemente por la Providencia como un medio de preservar la vida de muchos centenares de seres, condenados de otro modo a la muerte, para que se conviertan así en miembros útiles de la sociedad.
Viaje a Sierra Leona en la Costa de Africa
John Matthews. 1788.

Responder
Taarna 29 de enero de 2012 at 16:30

Tus palabras han sido música para mis oídos pero los políticos de los PIIGS los supongo pertenecientes al entramado actual y semejante revolución no se dará.
Pero esa revolución que propones si que sería el principio de un Nuevo Orden Mundial y no creo que terminara en guerra. En ese escenario si que tenemos todos más que perder innecesariamente. Aunque de los políticos nunca se sabe.

Responder
María García-Siñériz Durand 30 de enero de 2012 at 10:59

El ser humano vive en guerra abierta contra el planeta. Llevo años estudiando nutrición al margen de mis estudios de Agronomía y de Medio Ambiente. Los seres humanos somos herbívoros por naturaleza. Al alejarnos de nuestra dieta nos alejamos de nuestra conciencia.
En 2011 los científicos nos clasificaron en 3 tipos según las bacterias intestinales: Bacteriodes, Prevotella y Ruminococcus. Estas bacterias digieren celulosa. Se encuentran en el intestino de rumiantes.
Es cuestión de tiempo que llegue otra pandemia tipo vacas locas o gripe aviar. Podría pasar que solamente se salvasen los veganos. En 1994 había 3.000 millones de rumiantes domésticos, sin contar cerdos, perros, aves, conejos y caballos.
Las vacas comen excrementos de pollo, los cerdos también, y los pollos los de los cerdos. Todos comen pescado. Los peces comen pienso de animales.
Por si esto fuera poco, en el informe de Greenpeace sobre energía se afirma que el consumo de carne es insostenible, por el consumo de petróleo que requiere la agricultura intensiva para alimentar a los animales.
En el mundo hay 1.000 millones de personas que padecen hambre, mientras miles de millones de animales son cebados, torturados y sacrificados cruelmente para alimentar a los más ricos.

Responder
caipirinha 30 de enero de 2012 at 11:25

«Así que Srs. es hora de que cada uno de nosotros asumamos definitivamente nuestras
responsabilidades y nuestros errores. Ya somos mayorcitos.».
—————————————–
Yo desde los 16 años trabajando tengo un piso de 55 m2 un Corsa y 3.000 eu.en la caja.Osease que me registren,responsabilidades sobre esto el que la tenga ,querido amigo.La clase trabajadora poca.

Responder
Beldar 30 de enero de 2012 at 13:55

Por eso dije que era en el mejor de los casos lo cual no significa que sea los más probable, ni siquiera parece probable.
Los políticos se han demostrado vasallos del poder económico, entonces la única forma de hacer tal revolución sería cambiar el orden político en primer lugar. Ha habido un primer esfuerzo en este sentido protagonizado por el 15M, pero se ha quedado muy lejos de alcanzar ninguno de sus objetivos, veremos si ese movimiento da más de si en el futuro.
Otra posibilidad sería que el poder económico estuviera a favor de tal cambio en la política, pero parece que el interés del capital vaya en esa dirección. Esto significa que existe otro frente de lucha en el que ni siquiera hemos presentado batalla, el del poder económico. Si todo el mundo utilizara su dinero en pos de conseguir un poder económico que vele por nuestros intereses ganaríamos una fuerza enorme. Imagínense que todos los depositantes de cuentas bancarias en España pusieran su dinero en un solo banco cuyos intereses están gobernados por esos mismos depositantes. La fuerza de ese poder económico podría cambiar la política a placer. Es triste pero en este país (y en la gran mayoría) el poder económico es sinónimo del poder político.

Responder
MANUMARX 30 de enero de 2012 at 19:57

YA VEO QUE EN LOS COMENTARIOS APARECEN ESTO SUBNORMALES,PAYASOS E IDIOTAS NEOLIBERALES Y ULTRACONSERVADORES
VAYANSE A DECIR ESTAS MIERDAS AL BASURERO DE RAZON- ABC-CONFIDENCIAL-INTERECONOMIA-ASQUEROSOS-ESTUPIDOS:
viriato-SUBNORMAL – La cuestión parece más simple |COMENTARIO SUBNORMAL NEOLIBERAL 2012-01-27 00:46:55
Es todo mucho más fácil. La clave está en la «micro». Estudiemos la Globalización y su impacto en el mercado
MANU-COMENTARIO IDIOTA-NEOLIBERAL – Otra vision |2012-01-28 10:03:45
Cierto es que lo que está haciendo Alemania es duro. Para el resto. PERO ES NORMAL. Ante la defensa de los intereses
propios frente a una situación excepcional (falsa) como la que estamos viviendo ¿quién no mira por recuperar y
mantener los medios e intereses propios? Quien diga que «no lo haría» simplemente es demagógico y/o mentiroso.
QUE ESTUPIDO Y PAYASO..ESTE TAL MANU-ESTE ES UN PAYASO

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Arturo 30 de enero de 2012 at 20:45

Querido Juan:
Al hilo de tu reflexión, he estado leyendo (y no puede resultar más oportuno) el Capítulo III de la “Historia del siglo XX” de Eric Hobsbawm titulado “El Abismo Económico”. Las enseñanzas son verdaderamente impresionantes.
Y sobre todo cuando, después de un pormenorizado análisis histórico de aquel período, viene a decir en la página 110:
“Para aquellos de nosotros que vivimos los años de la Gran Depresión todavía resulta incomprensible que la ortodoxia del mercado libre, tan patentemente desacreditada, haya podido presidir nuevamente un período general de depresión a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, en el que se ha mostrado igualmente incapaz de aportar soluciones. Este extraño fenómeno debe servir para recordarnos un gran hecho histórico que ilustra: la increíble falta de memoria de los teóricos y prácticos de la economía.”
¡Y esto lo publica en 1.995, sin conocer aún la que nos ha caído encima!

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viriato 31 de enero de 2012 at 14:02

Respondo a manumarx (por alusiones) sobre su amable e interesante comentario. En cuanto a lo de ignorante, no pensaban lo mismo mis profesores de economía de la universidad de Valencia, que me calificaron varias asignaturas con sobresaliente.
Sobre llamarme neoliberal, cualquiera que entienda un poco de economía puede calificar mi comentario de cualquier cosa menos de neoliberal. Te animo a estudiar economía, hay unos libros magníficos y así podrás tener tu propia visión de los acontecimientos y no estarás a espensas de lo que diga tal o cual «experto» en el tema. Si no estudias los conceptos básicos nunca vas a poder saber si te engañan y quien te engaña. Y te digo una cosa, no confíes en nadie que se gane la vida en la política, en el periodismo o escribiendo libros. Yo no me la gano así, sino con un mono azul, trabajando. No utilizo mi título universitario nada más que para hacer algún comentario en ciertos blogs. Saludos Manumarx

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MANU 31 de enero de 2012 at 15:53

DE UNO QUE APENAS VE LA TV. NO ENTINDE DE FUTBOL, NI DE TOROS, NI DE F1, NI DE TELE 5… PERO DE UNO QUE LEE UN POQUITO, PARA LOS OFENDIDOS:
Primero: APRENDE A LEER
Segundo: ANTE TODO RESPETO Y TOLERANCIA
Tercero: ¿LOS UNICOS CULPABLES SON LOS POLITICOS Y LOS BANQUEROS?
¿QUIEN LOS VOTA?¿QUIEN SE DEJA CORROMPER?¿QUIEN DICE QUE NO LE INTERESA LA POLITICA, QUE NO LE AFECTA?
¿NOSOTROS, LOS CIUDADANOS, NO TENEMOS NADA QUE VER CON ESTA CRISIS?¿NI SIQUIERA CON LOS VALORES HUMANOS?
Cuarto: Y LO MÁS IMPORTANTE. NO SOMOS LOS CRITICOS, LOS QUE ESTAMOS PONIENDO CONTRA LAS CUERDAS A LA SOCIEDAD. SOLO INTENTAMOS MOSTRAR LAS COSAS DE OTRA MANERA PARA DESPERTAR LAS CONCIENCIAS E INTENTAR QUE TODOS PENSEMOS UN POCO.
Quinto: YO RECONOZCO MI PARTE DE CULPA Y ERRORES. ¿Y LA GENTE COMO TÚ?
Sexto: LA RABIA, EL CORAJE, EL ODIO Y DEMÁS EMOCIONES FUSTRANTES LAS HAY QUE MOSTRAR DONDE LAS HAY QUE MOSTRAR. ¿O ES QUE TODOS ESTAMOS ESPERANDO QUE «ALGUIEN» NOS SOLUCIONE LOS PROBLEMAS MIENTRAS NOS MANTENEMOS IMPASIBLES.
Séptimo y último: PERDÓN A QUIEN PUEDA OFENDER. ESPECIALMENTE A JUAN TORRES.
QUIZA DEBIERA SER UN POCO MAS «POLITICAMENTE CORRECTO»… ¡¡PERO NO ME DA LA GANA!! PUES ESA ES UNA DE LAS RAZONES POR LAS QUE ESTAMOS EN LA SITUACION ACTUAL. CON NO LEERME TODO ARREGLADO.

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Sebas 27 de enero de 2012 at 10:48

Artículo lúcido y contundente. Una idea que se elude entre la mediocre casta política imperante y que debería hacer reflexionar sobre las consecuencias de seguir los dictados de la derecha económica alemana.

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J. Pérez Oya 27 de enero de 2012 at 13:46

Cuando era miembro del secretariado de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas y experto en el análisis de las economías del Sur de Europa ( ya en las años fin 50 y 60 del pasado siglo) tuve la amarga sorpresa de comprobar en «nuestro» Boletín Oficial que la «democrática» Alemánia de entonces aceptaba de la no democrática España que se le enviasen fondos del estado español para resarcir a la «democratica» Alemania de los gastos incurridos por su «ayuda» en la guerra civil de España. El «Guernica» cuelga hoy aquí pero a NADIE se le ha ocurrido el que «Angela» no solo nos devuelva sus «gastos» bélicos incurridos aquí, si no tambien que afronte el resarcir los daños causados por la «División Condor» y sus tropas apoyando a la sangrienta dictadura. Los griegos SI han pensado en esto y las «deudas» son ilegítimas e inexistentes.

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Mireya 27 de enero de 2012 at 19:05

Gracias Juan , estoy construyendo un pequeño cuaderno con tus posts, y voy por ahí dando la tabarra a todo el mundo; parece mentira, pero poco a poco mis compañeros de claustro, conocen la realidad de la situación, preguntan, se posicionan, y ya estamos trabajando con indignación para cambiar el estado de las cosas. No hubiera sido posible sin las escuela que tú, y otros miembros de ATTAC, vais creando tacita a tacita… Saludos y lucha desde Valencia

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Domingo 4 de mayo de 2012 at 13:19

Al final todo es política; no ciencia, no leyes incuestionables, no callejones sin salida, no «únicos caminos», «no hay más remedio», «sólo se puede hacer una cosa», etc. No. Es POLÍTICA: líderes políticos con voluntad política que impulsen o impongan decisiones políticas. En Alemania los tienen. En España no. Qué le vamos a hacer.

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