Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Declaración Final de la Conferencia Internacional de Economía Política

 Acaba de concluir en Caracas la Conferencia Internacional de Economía Política cuyas conclusiones transcribo a continuación. Nadie puede dedir, como dicen los poderosos, que no hay alternativas. En todo caso, no hay poder para ponerlas en marcha, pero sí ideas y propuestas. Ahí van las de esta conferencia.  

 

  Declaración Final 

 

 Conferencia Internacional de Economía Política:  

 

   

 

 Respuestas del Sur a la Crisis Economica Mundial 

 

   

 

 Realizada en Caracas, Venezuela, los días 8, 9, 10 y 11 de Octubre de 2008 con la presencia de académicos e investigadores de Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, México, Perú, Uruguay y Venezuela, la Conferencia Internacional de Economía Política: Respuestas del Sur a la Crisis Económica Mundial promovió un amplio debate sobre la actualidad económica y financiera de la economía mundial, las nuevas perspectivas, desafíos para los gobiernos y los pueblos del Sur ante la crisis financiera internacional 

 

 El encuentro evaluó que la  situación se ha agravado en las últimas semanas. De crisis repetidas de los  mercados financieros de países centrales, ha pasado a convertirse rápidamente en una crisis internacional de una enorme gravedad. Ello coloca a países del Sur en una situación muy comprometida.  

 

 La crisis amenaza la economía real y, de no tomarse acciones enérgicas y efectivas inmediatas, puede castigar en forma abrumadora a los pueblos del mundo, en particular a los sectores ya más desprotegidos y postergados  

 

 La vulnerabilidad de las monedas, los desequilibrios financieros y la grave recesión en ciernes desmienten hoy el mito neoliberal acerca de las bondades de la desregulación de los mercados y  la solidez y confiabilidad de las instituciones financieras actuales, así como cuestionan seriamente las bases del sistema capitalista actual.  

 

 Las contribuciones presentadas en el seminario han puesto de relieve el proceso de la  crisis desatada desde agosto del 2007 y el fracaso de las crecientes  concesiones, salvatajes y prebendas a través de la  intervención del Estado en los países capitalistas desarrollados para salvar los desechos de un sistema financiero mundial ya dislocado  

 

 Denunciamos la pretensión de hacer cargar el costo del salvataje financiero al conjunto del sistema mundial, agravando la situación de pobreza, desempleo y explotación de los trabajadores y los pueblos del mundo. 

 

 Ni el intervencionismo estatal gigantesco que se ha observado en las últimas semanas para salvar entidades desarticuladas y vaciadas por la especulación, ni el endeudamiento público masivo son alternativas plausibles para la salida de la crisis. La dinámica actual anima a nuevas rondas de concentración del capital y, de no existir una firme oposición de los pueblos, se enfatizará aún más y en forma perversa la perspectiva de reestructuración sólo para salvar sectores privilegiados. Ello podría significar  también el peligro de la vuelta de una tendencia al autoritarismo en el funcionamiento del capitalismo, que ya se manifiesta, como signo muy regresivo, en el aumento de la discriminación y el racismo hacia la población emigrante de países del Sur en los países del Norte.. 

 

 De mantenerse las actuales tendencias de reestructuración del sistema capitalista  habrá enormes costos productivos y  sociales y puede golpearse aún más la ya muy  frágil sustentabilidad ambiental .  

 

 La necesidad de reconformar la arquitectura económica y financiera internacional es hoy ineludible. Dentro de tal perspectiva se inscribe la necesidad de una salida post-capitalista, denominada por Venezuela como Socialismo del Siglo XXI.   

 

 En un momento crítico como el actual, las políticas nacionales y regionales deben dar prioridad a los gastos sociales, y proteger los recursos naturales y productivos. Los Estados deben introducir medidas urgentes de regulación financiera para proteger el ahorro, seguir impulsando la producción y  combatir el peligro de descontrol a través de inmediatos controles de cambio y de movimientos de capitales  

 

 Será clave en tal sentido desarrollar la mayor complementación y la integración comercial regional en forma equilibrada,  potenciando las capacidades industriales, agrícolas, energéticas y de infraestructura. Iniciativas como el ALBA y el Banco del Sur deberán ampliar su radio de acción y consolidar su perspectiva hacia una mayor integración alternativa que incluya una nueva moneda común, en la perspectiva de una nueva arquitectura financiera mundial que viabilice otra inserción del Sur en la división internacional del trabajo.  

 

 En este contexto, hay que valorar la importancia de un conjunto de aportes y propuestas de la economía social que promueven la  dignificación del trabajo y la articulación local  frente a los impactos de la crisis.  

 

  A escala global, ha de continuarse con las demandas para  una profunda reforma del sistema monetario financiero internacional, que implique la defensa de los ahorros y la canalización de las inversiones a las necesidades prioritarias de los pueblos. Debe romperse la permanente recurrencia de un sistema que beneficia  centralmente a la especulación, ahonda las diferencias económicas y castiga particularmente a los países y sectores más desprotegidos.  

 

 Asimismo, deben crearse nuevas instituciones económicas (multilaterales), sobre nuevas bases, que dispongan de la autoridad y los instrumentos para actuar en contra de la anarquía de la especulación. De allí que se convierten en indispensables las intervenciones urgentes por parte las autoridades nacionales que desafíen los fundamentos del mercado y protejan las finanzas de los pueblos afectados. La crisis despierta intereses comunes entre los pueblos de todas las naciones.
 

 

 A partir de estos análisis y consideraciones, la Conferencia Internacional de Economía Política “Respuestas del Sur a la crisis económica mundial”, ha llegado a las siguientes  

 

 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DE ACCIÓN 

 

   

 

     

  1. Partimos  de la siguiente caracterización de la situación  económica internacional:  Nos  encontramos en una situación  inédita  a nivel mundial. La crisis económica y financiera se ha  agravado y acelerado enormemente en los últimos días.  Y su desarrollo  futuro, además de difícilmente predecible, puede  tomar, de un día para otro, tintes dramáticos.
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  3. La  crisis tuvo su epicentro inicial en EE.UU. y en los mercados  bursátiles; pero en la actualidad ya es una crisis  mundial  que afecta a todo el sistema financiero y contamina crecientemente  al aparato productivo. La crisis está teniendo especial  impacto ahora en Europa Occidental y Oriental.  
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  5.   Frente  a la expectativa inicial de que América  Latina  podía quedar fuera de la crisis y de que estaba “blindada”,  ya  existen a la fecha de hoy manifestaciones muy contundentes de la  certeza de próximos impactos. No  sólo puede esperarse un deterioro prolongado del comercio  exterior, sino también un shock financiero muy violento y en  el cortísimo plazo.  Mientras más internacionalizado esté el sistema  bancario y la bolsa de valores, mayor es la fragilidad.
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  7. Hacemos  estas sugerencias conscientes de que en  las crisis siempre hay ganadores y perdedores. Nuestra  apuesta es la de tomar  las medidas que garanticen el bienestar y los derechos de nuestros  pueblos,  del conjunto de ciudadanos y ciudadanas y no la de socorrer a los  banqueros responsables de la crisis como está ocurriendo en  Europa y en EE.UU.  

 

  Partiendo  de este nuevo escenario, y de su agravamiento acelerado, consideramos  necesario plantear las siguientes recomendaciones  de acción,  algunas de las cuales deberían implementarse a través  de decisiones  políticas urgentes a lo más altos niveles.  

 

  A  tal efecto debe considerarse la realización inmediata de una  Cumbre Extraordinaria de Presidentes de América Latina y  Caribe, o al menos de la UNASUR.  

 

  SOBRE  EL SISTEMA BANCARIO  

 

    

 

     

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      Ante  el colapso del sistema financiero internacional, los Estados de la  región deben hacerse  cargo inmediatamente de la custodia de los sistemas bancarios  bajo la forma de  control, intervención, o nacionalización  sin indemnización siguiendo el principio de la nueva  Constitución de Ecuador que prohíbe estatizar las  deudas privadas. (Art. 290 – punto 7-: “se prohíbe la  estatización de deudas privadas”.)  

     

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      La  función de estas medidas es prevenir  la fuga de capitales al exterior,  la corrida cambiaria, la transferencia de fondos de las sucursales  de bancos extranjeros a sus casas matrices y el atascamiento del  crédito por parte de los bancos que no prestan los fondos que  reciben.  

     

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      Hay  que  cerrar las ramas off shore del sistema bancario de cada país,  que sólo constituyen un escudo regulatorio y fiscal  peligrosísimo en estas circunstancias, en las que las  dificultades de liquidez provocarán efectos de sifón  desde la periferia.  

     

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      Debe  fortalecerse  la supervisión bancaria y los mecanismos de estricta  regulación que transparenten la situación real de los  sistemas bancarios nacionales como depositarios de los ahorros de la  población.  (Dado el carácter de los servicios financieros como servicio  público). Una  de estas medidas debería garantizar un mínimo de  inversión nacional dentro de los activos líquidos del  sistema  (coeficiente de liquidez doméstica). 

     

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      Debe  alentarse  la promoción popular no lucrativa administrada  por las poblaciones ubicadas en los territorios de asentamiento de  esas entidades para el desarrollo local.  

     

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      En  caso de intervención, los  Estados deben recuperar el costo del salvataje con  el patrimonio de los bancos y el derecho de repetición sobre  el patrimonio de los accionistas y los administradores. 

     

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  NUEVA  ARQUITECTURA FINANCIERA  

 

    

 

     

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      La  ausencia de políticas monetarias coordinadas produce una  guerra de “devaluaciones competitivas”  que agrava la crisis y desata rivalidades entre nuestras  economías, impidiendo una respuesta coordinada de la región,  e incluso amenaza  estructuralmente los avances integracionistas como la UNASUR.  Por ello, debería  darse una señal clara de un acuerdo monetario latinoamericano  que de modo inmediato muestre las posibilidades adicionales de  blindaje de nuestras macroeconomías. Así, la  definición  de un sistema de compensación de pagos basado  en una canasta de monedas latinoamericanas proveería a cada  país de medios de liquidez adicionales que permitirían  separarse de la lógica de crisis del dólar. 

     

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      En  el mismo marco de construcción institucional para el blindaje  de nuestras economías, se  requiere una mayor articulación entre bancos centrales,  superando el dogmatismo neoliberal con un manejo mucho más  eficiente y oportuno de las reservas internacionales. En ese sentido  es importante avanzar en  la propuesta de un Fondo del Sur alternativo al FMI,  con disponibilidades de liquidez contingentes a emergencias de caja  fiscal o balanza de pagos. 

     

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      Aprovechando  la ampliación de las reservas excedentarias de cada país  provocada por la creación de medios de pago adicionales con  el sistema de compensación de pagos (derechos regionales de  giro) y por la existencia del Fondo Común del Sur, se pueden  movilizar recursos para poner  en funcionamiento en forma inmediata el Banco del Sur,  asegurando un funcionamiento democrático y no reproduciendo  la lógica de las organizaciones financieras multilaterales de  crédito. Este Banco debe ser el corazón de la  transformación de la ya existente red de bancos de fomento  latinoamericanos, orientados hacia la reconstrucción de los  aparatos productivos basados en los derechos humanos fundamentales. 

     

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      Es  indispensable ratificar en los países que lo tengan y  establecer donde no está instrumentado el control  de cambios  a fin de proteger las reservas e impedir la salida de capitales.  

     

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      En  el marco de la suspensión de pagos que ha impuesto la crisis  al sistema financiero internacional se impone que los países  de la región consideren la suspensión  del  pago de la deuda pública.  La medida apunta a proteger en forma transitoria los recursos  soberanos amenazados por la crisis y evitar un vaciamiento de las  Tesorerías de los países.  

     

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  América  Latina y el Caribe deben aprender de lo que está ocurriendo en  Europa, donde cada país intenta resolver la crisis por su  cuenta. Esto exige potenciar los mecanismos de integración  alternativa en desarrollo en la región. 

 

  EMERGENCIA  SOCIAL  

 

    

 

     

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      Proponemos  constituir un Fondo  Regional de Emergencia Social para  asegurar inmediatamente la soberanía alimentaria y  energética, así como para atender el agudo problema de  las migraciones y del recorte de las remesas. Este  Fondo podría funcionar dentro del Banco del Sur o del Banco  del Alba. 

     

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      Siguiendo  el principio de no socorrer a los banqueros, y sí a nuestros  pueblos, deben  mantenerse los presupuestos públicos para el gasto social y  prever su incremento ante los inminentes efectos de la crisis  internacional sobre nuestros pueblos, siendo las prioridades:  seguro de empleo, ingreso universal, salud y educación  pública., vivienda.   

     

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  ORGANISMOS  FINANCIEROS 

 

  La  crisis financiera internacional ha puesto en evidencia la  complicidad del FMI, Banco Mundial y BID con los banqueros  transnacionales que han provocado el colapso actual con sus  terroríficas consecuencias sociales. El desprestigio de estos  organismos es manifiesto. Es la  oportunidad para que los países de la región, siguiendo  el ejemplo de Bolivia, se retiren  del CIADI.  Y retomando la convocatoria de Venezuela, se retiren del FMI y del  Banco Mundial y comiencen a ayudar a construir una nueva  arquitectura financiera internacional. 

 

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  Los  convocamos a la Segunda Conferencia Internacional de Economía  Política “Respuestas del Sur a la Crisis Económica  Mundial”, a realizarse en Caracas en el primer cuatrimestre del año  2009. 

 

  Caracas,  11 de octubre de 2008 

 

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