Una de las reclamaciones sociales que más se han hecho notar en los últimos años era la de reformar la ley electoral española para evitar las injusticias que el actual sistema conlleva y que en la práctica impide que pueda ser realidad el principio de una persona, un voto. Los dos partidos mayoritarios, el PPy el PSOE, la han reformado justamente para endurecer las condiciones en que se pueden presentar candidaturas electorales, algo que evidentemente solo persique dificultar la participación ciudadana al margen de los grandes partidos y, en consecuencia, favorecer a los dos más grandes.
Así, los partidos que hasta ahora no hubieran obtenido reprsentantes en las últimas elecciones deben recoger avales entre la población. Eso le pasa a un nuevo partido como Equo o a otros ya existentes como el Partido Andalucista que si no recuedo mal sacó 200.000 votos en las pasadas elecciones.
Pero ahí no termina todo: primero exigen que se recojan avales y luego, como en la comunidad de Madrid, la policía impide que se puedan recoger abiertamente en la calle (aquí la noticia).
Me pregunto si a esto se le puede llamar democracia.