Cuando trabajadores y empresarios dedicados a crear riqueza soportan una grave crisis, el Rey de España, por lo que él mismo se encarga de mostrar, vive como Dios, sin crisis ni problemas presupuestarios.
Las administraciones públicas tienen que limitar sus gastos, los poderosos, con el el Banco Central Europeo y el de España a la cabeza, reclaman a los desfavorecidos austeridad y dicen que hay que bajar el gasto público y reducir los salarios.
Pero al rey de España no parece que le importen esas gaitas.
Mientras que la inmensa mayoría de los ciudadanos están jodidos con esto de la crisis, al rey de la fortuna de origen insondable no se le ocurre otra cosa que ir pavoneándose de puerto en puerto con su nueva embarcación.
Según Diario de Mallorca «la nueva embarcación del Rey, una nave de gran eslora con motores Seatek, una firma dedicada a la propulsión de grandes prestaciones, con cabina incorporada, en la que destaca una gran pantalla GPS colocada sobre el cuadro de mandos para permitir la navegación por satélite, hizo las delicias del monarca, que se mostró especialmente sonriente y no puso reparos en que la fotografiaran a bordo».
Yo me pregunto si era necesario hacer ostentación de esa nueva nave en estos momentos de crisis en la que se está pidiendo sacrificios a los asalariados, si las vacaciones a todo plan de la familia real no son sino una grosera provocación. Si hay que soportar callados todo esto.
Y solo se me ocurre una respuesta: ¡Viva la República!