Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López
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El año en el que la palabra Paz desapareció del diccionario

Publicado en Público el 24 de febrero de 2023

«La guerra es la paz; la libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza»» (1984, George Orwell)

Lo que me parece más destacable de este último año de invasión de Ucrania y de guerra es que los responsables políticos de las grandes potencias hayan hecho suya una de las tres consignas que se encontraban escritas en la fachada del Ministerio de la Verdad de la novela 1984 de George Orwell: «La guerra es la paz».

No lo digo yo, ni lo digo retóricamente. En un reportaje publicado en Financial Times el pasado día 3 se decía que una gran parte del público alemán ha comenzado a comprender que «el pacifismo no siempre equivale a la paz«.

Lo mismo ha ocurrido cuando alguien tan increíblemente transustanciado en esta coyuntura como el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, decía a la opinión pública que la censura de medios de comunicación que no defienden su posición es la forma de garantizar la libertad de expresión, dando así por cierto que los que defienden la suya ni mienten, ni manipulan.

Como escribió Eduardo Galeano en Patas arriba, «el arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento».

Incluso dejando a un lado que la invasión tuvo antecedentes que no es honesto olvidar (las provocaciones de Ucrania, la estrategia engañosa, agresiva y amenazadora de la OTAN, los actos terroristas previos…) y asumiendo al mismo tiempo que constituye un acto criminal injustificable, porque lo es cualquier violación de la integridad de un Estado soberano, lo cierto y lamentable es que las grandes potencias no han ofrecido otra alternativa como solución que la escalada militar. Y, además, que esta escalada no ha producido más efecto que el que cabía esperar: prolongación y endurecimiento de la guerra, sufrimiento en aumento y, eso sí, incremento del negocio armamentístico.

El ex primer ministro israelí Naftali Bennett lo reconoció hace unos días al desvelar que Estados Unidos y sus aliados occidentales “bloquearon” sus esfuerzos de mediación entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra en marzo de 2022.

Los dirigentes de las potencias occidentales no han manifestado en ninguna ocasión que la negociación y el diálogo, la apuesta por la paz, sean el camino. Han asumido, por el contrario, la estrategia de Publio Flavio Vegecio: si quieres la paz, prepara la guerra. Una alternativa reaccionaria, mutuamente destructiva y falsa porque, como ha dicho con toda la razón Federico Mayor Zaragoza, lo que hay que preparar si se quiere la paz no es la guerra, sino la palabra.

La apuesta por la escalada militar por parte de Estados Unidos e Inglaterra es incluso comprensible. Dada su historia de doble moral, no engañan a nadie.

El Reino Unido ha planeado o ejecutado más de 40 intentos de destituir gobiernos extranjeros en 27 países desde el final de la Segunda Guerra Mundial, llevando a cabo intervenciones militares encubiertas o abiertas y asesinatos. Y Estados Unidos ha realizado 392 intervenciones militares desde su fundación en 1776, la mitad de ellas entre 1950 y 2019 y la cuarta parte una vez acabada la Guerra Fría.

Pero ¿cómo ha podido la Unión Europea dejarse llevar a una estrategia que hipoteca, quien sabe si para siempre, el anhelo de paz y seguridad que le dio origen y que descarga sobre ella sus mayores costes y perjuicios? ¿Cómo puede olvidar el pueblo alemán su compromiso del «Nunca más» y aceptar que su economía se militarice? ¿Cómo pueden aceptar los dirigentes europeos como buenos socios y aliados a quienes sabotean con un acto terrorista la infraestructura de su principal potencia? ¿Dónde está su dignidad cuando se ponen sin más al servicio de quienes no tuvieron pudor alguno a la hora de manifestar sus intenciones: «Que se joda la Unión Europea«, le dijo la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, al embajador de ese país en Ucrania, en febrero de 2014.

Estados Unidos ha jugado con inteligencia sus cartas desde hace años haciendo prácticamente inevitable que Rusia interviniese contra Ucrania porque su resultado sería lo que buscaba y necesita para fortalecerse en su enfrentamiento con China, el debilitamiento económico de Europa. La propia Angela Merkel lo ha reconocido al señalar que los acuerdos de Minsk sólo se proponían darle tiempo a Ucrania para que se armase frente a lo que se iba a producir. Lo mismo que hizo el francés Françcois Hollande al afirmar que el mérito de esos acuerdos fue «haber dado esta oportunidad (fortalecer su posición militar) al ejército ucraniano».

Lo que han logrado los dirigentes europeos al renunciar a la paz y el diálogo como estrategia y optar por la militarización de su política -además de contribuir a acrecentar el dolor de Ucrania y del pueblo ruso- es condenar a Europa a la dependencia económica, militar, tecnológica y energética de Estados Unidos. Quién sabe lo que podido influir más, si el chantaje personal, la incompetencia, o la presión y el poder de quienes sólo piensan en vender armas y en hacer negocio después reconstruyendo lo que previamente han destruido.

Paralelamente a todo ello se silencia y ridiculiza a quienes pensamos que es ilusorio creer que hoy día se puede vencer militarmente a una potencia nuclear sin provocar un holocausto y que no es verdad que la escalada militar sea la única posibilidad de revertir la situación. O que una cosa es reconocer que Rusia cometió un acto criminal invadiendo Ucrania y otra que esté obligada a soportar, al lado mismo de sus fronteras, una amenaza de agresión que ninguna otra nación con dignidad estaría dispuesta a consentir.

Ha pasado un año de lo peor, pero no del problema. Es imprescindible reclamar el alto el fuego y la puesta en marcha de acciones diplomáticas que permitan llegar a acuerdos que pongan fin al conflicto. No podemos rendirnos ante quienes se empeñan en acabar para siempre con la palabra y la práctica de la paz.  Como dijo Erasmo de Rotterdam, la paz más desventajosa (más imperfecta, diría ahora mi recordado amigo Francisco Muñoz), es mejor que la guerra más justa.

23 comentarios

juanpa Enrique 27 de febrero de 2023 at 13:25

Me llama mucho la atención que nos repitan quién es el invasor (al que condenar) y quien el invadido (al que hay que apoyar con todos los medios). Mientras se repite ese mensaje que puedo compartir, me pregunto por qué no actúan igual con Cisjordania invadida por Israel y con el Sahara invadido por Marruecos

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Mikel 27 de febrero de 2023 at 18:08

En relacion a tu comentario esta claro que Ukrania tiene mucho mas valor para los paises de la OTAN y sobre todo para USA que el Sahara y Cisjordania que, además de ser pobres, no podrían devolver con intereses el dineral que se está invirtiendo en armas. Porque no hay que olvidar que las armas que se envían a Ucrania no creo que sean a fondo perdido. La guerra es sobre todo una inversión y hay que saber en que paises la inversión es, más rentable. Eso creo.

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José Luis 27 de febrero de 2023 at 19:03

Lo que dijo Erasmo es tan simple y bobalicón que se rebate con la Paz de Versalles (1919), que puso «fin» a la Primera Guerra Mundial, pero puso también las bases para la Segunda. Claro que al holandés no le dió tiempo a vivir tanto para demostrarse lo desacertada de su sentencia. Lo que me extraña, o no, es que usted cite esa frase. Quizás sea por desconocimiento de la Historia. Seguro.

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Juan Torres López 27 de febrero de 2023 at 19:06

Será por eso

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José Luis 27 de febrero de 2023 at 19:27

Un Chamberlain de nuestra época.

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Francisco Altemir Ruiz-Ocaña 27 de febrero de 2023 at 21:20

Si deseas la paz trabaja por la igualdad. La igualdad no es ciega.

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Julio 28 de febrero de 2023 at 07:15

No sólo la Paz. La iibertad de prensa lleva el mismo camino.

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Iñaki 28 de febrero de 2023 at 07:51

No tengo costumbre de comentar, porque lo propio es que si quieres dar tu opinión escribas tus propios artículos, pero en este caso no quiero dejar de felicitar a Juan Torres porque no puede reflejar mejor una opinión que he definido en mi entorno, y que la verdad no ha encontrado mucho apoyo. Enhorabuena.

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Jose Manuel 28 de febrero de 2023 at 08:31

Ucrania, es Rusia. Pregúntensé la que habría liado U. S. A. por mucho menos. El gran beneficiado de este conflicto es el de siempre, El Tío Sam. Los grandes perjudicados, también los de siempre, el inocente pueblo ucraniano y, en menor medida, las capas siciakes medias y bajas de la corrupta U E., además de la verdad, por supuesto. Un último inciso, ¿por qué nadie dice que con el «malo» de Trump no habría tenido lugar esta masacre?

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José+González 28 de febrero de 2023 at 09:11

Pues siendo así que,
hasta los no expertos en la geopolítica nos olemos que esta guerra ha sido deseada y buscada por los intereses de EEUU aprovechando la debilidad y el falso orgullo de Putin que se creía miembro de la alta oligarquía mundial, esta guerra nos perjudica doblemente. Muertos inocentes por ambos bandos y ruina económica para Europa. Vía precios las empresas, casi todas las grandes, se están apropiando de cada vez mayor parte de la riqueza de sus pueblos. No a esta guerra como todas desatada por intereses de los grandes.

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Ana 28 de febrero de 2023 at 09:54

La guerra que vendrá
no es la primera. Hubo
otras guerras.
Al final de la última
hubo vencedores y vencidos.
Entre los vencidos, el pueblo llano
pasaba hambre. Entre los vencedores
el pueblo llano la pasaba también.

La guerra no es la continuación de la política por
otros medios, la guerra es la continuación de los
negocios por otros medios.
Brecht

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Mixer 28 de febrero de 2023 at 15:17

Por cierto, José Andrés ha hecho mucho mas para aliviar el sufrimiento de l@s ucranian@s que todos los que estamos en este chat incluido el promotor.
Señal de que la acción es mas importante que los reproches e insultos velados.
Saludo.

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Mixer 28 de febrero de 2023 at 15:25

Señor Jose Manuel :
Ucrania es Rusia ?
Ucrania es lo que quieran los ucranianos y sobre todo, no será lo que no quieren. Si usted hubiera estado en Ucrania sabría que a la mayor parte de los ucranianos, Rusia les suena a Union Soviética, el peor recuerdo que tienen la mayor parte. Por supuesto, no incluyo a los que vivían del régimen soviético en la misma Ucrania.
Saludos

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Antonio 2 de marzo de 2023 at 14:33

Buenas tardes.

Estoy de acuerdo con usted, desde un primer momento me preguntaba como es que no se realizan los máximos esfuerzos para que, o no se llegue al ruido de balas, o iniciado acabe cuanto antes. Como siempre oscuros intereses que aupan a unos y perjudican a otros, generalmente los de simepre.

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José Ignacio 3 de marzo de 2023 at 18:58

De acuerdo con Juan Torres en todo el artículo. ¿Cómo se ha podido dejar meter la Unión Europea en este lío?¡Qué deriva tan peligrosa está tomando!

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juanpa Enrique 7 de marzo de 2023 at 14:16

Me suena lo que dice MIXER y le invito a que lea mi primer comentario. Reflexionando en la palabra hipocresía igual avanzamos un poquito. Y a partir de ahí que venga el diálogo que es lo único con lo que se acaban las guerra, bueno salvo que haya una derrota total de uno de los contendientes.

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Mixer 9 de marzo de 2023 at 23:16

Señor Juanpa Enrique:
A mi me parece que hipocresía es pasarse el día lamiéndose las heridas de lo malos que son todos menos usted por que no negocian y hacerlo desde casa calentito si hacer nada.
Saludos

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Pio 9 de marzo de 2023 at 23:59

A lo mejor en vez de Juanpa enrique habla desde su cátedra con otro nombre
Abrazo

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Mixer 10 de marzo de 2023 at 00:36

Ok leido su comentario señor Juampa Enrique
Sinceramente No me ha quedado muy claro si piensa que el invasor es Putin y el invadido es Ucrania ó al revés, ya que también dice que está cansado de oirlo pero a mi me parece que no deberiamos cansarnos de oír verdades, si es que piensa que es una verdad la invasión de Putin a Ucrania.
Por otro lado, tampco me queda claro cuando habla en tercera persona, quienes son » ellos «, los que no actúan igual con Cisjordania ni con el Sahara. Le recuerdo que en el tema del Sahara, nuestro presidente Sanchez se ha puesto a favor de marruecos, a pesar de que partidos como Podemos, incluso el PP están en contra de ello
Enel caso de Cisjordania e Israel, resulta que Marruecos, hace aunos años ha reconocido a Israel como estado y ha normslizado las relaciones con Israel. Israel entonces, entra en el mismo lote ó bando en el que nuestro presidente se se posicionó.
Entonces:
» Ellos » pueden ser los yankees que suelen ser siempre los malos.
» Ellos pueden ser tambien los dirigentes de la Unión Europea que unos dicen que comparten los valores de occidente junto con EEUU, aun que tambien dicen que la UE es el lacallo de EEUU
» Ellos » ó » El » también pueden ó puede ser el presidente Sanchez, como aliado repentino de Marruecos
«Ellos » pueden ser cada uno ó la combinación binaria ó ternaria de los tres snteriores.
» Ellos » también pueden ser algún grupo conspiranoico en el mundo.
No se. Si me lo aclara se lo agradeceré por que si hay muchos «Ellos» y mezclados, va a ser muy dificil poder resolver el problema.
Sin mas:
Mis saludos.

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Mixer 10 de marzo de 2023 at 16:18

Perdón, lacayo. No lacallo ¡ horror ! En que estaria yo pebsando
Saludos

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juanpa Enrique 11 de marzo de 2023 at 06:43

A MIxer muy breve para sacarlo de dudas

El invasor es Putin. Aclarado.
«Ellos» somos Occidente, los mismos que apoyamos y bendecimos la guerra de Irak para apartar a un dictador ¡con tantos dictadores que hay por ahí nos fijamos en uno que tiene petróleo y que no controlaban las empresas occidentales!. Por cierto en unos dias se cumplen 20 años de esa guerra y en nada ha avanzado la democracia en ese país.
Por otro lado dice que Marruecos ha reconocido a Israel y que nuestro presidente se ha puesto a favor de Marruecos ¿Y…? ¿Con eso ya quedan aclaradas y justificadas ambas invasiones?

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juanpa Enrique 21 de marzo de 2023 at 06:53

Como Mixer dejó su historia y ha dejado de responder, quiero aprovechar para decir NO a la guerra y NO a la poderosa industria militar, y a la vez felicitar al profesor Juan Torres porque, sin acabar de leer su libro «Más difícil todavía» él ya tenía claro, antes de la nueva crisis bancaria
que no estamos ante algo temporal pasajero.

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