En el hotel de Santo domingo donde me hospedo recojo el periódico REVISTA 110. En la página 14 trae un reportaje que muestra lo que pasa en este país como en tantos otros. Copio literalmente:
“No recuerdo desde cuando trabajo”. Con apenas ocho años Alexis nunca ha ido a la escuela. Sale de su casa en horas de la mañana para trabajar como limpiabotas, abrigando la esperanza de ayudar a su madre embarazada, abandonada por su marido”.
Más adelante se explica cómo hacen falta al problema:
“Desde sus elegantes instalaciones Conani ha elaborado los “lineamientos de política de protección integral a los niños, niñas y adolescentes en situación de calle 2007-2012” (…) Una política de ensueño que cuenta con 3 millones de pesos al año (unos 60.000 euros) que beneficiarían a los menores que se integren a las instituciones y ONG que desarrollan programas de rescate tales como Aldeas Infantiles, SOS Acción Callejera, Catholic Releaf Services/RD, Coalición de ONGs de Infancia (…) Hasta el momento Conani no ha recibido reportes de que esta política haya beneficiado a nuevos menores”.
Es decir, un gobierno condenado a la inacción por falta de recursos, como han impuesto los grandes organismos internacionales, y confianza en que las organizaciones no gubernamentales resuelvan los problemas a los que deberían hacer frente los gobiernos.
Y como postdata para que sea vea lo que se piensa por allí un titular significativo en la página 3: “Diplomacia a la española: la madre patria nos trata como hijos de puta. El Gran Almirante no necesitó visa para venir a descubrirnos”.
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