La Iglesia Católica va a canonizar a docenas de sacerdotes asesinados en la guerra civil española, que muchos de sus jerarcas contribuyeron a desatar como una Cruzada que luego bendijeron durante años.
Creo que es necesario y justo recordar a quienes murieron como consecuencia de aquella barbarie, sobre todo, para que ese tipo de hechos criminales no se vuelvan a repetir.
Pero lo que me parece una infamia es que la Iglesia Católica sólo recuerde a unos muertos y no a otros. Es tan atroz su fariseismo que a la hora de canonizar incluso olvida a sus sacerdotes que fueron asesinados por los fascistas (aquí más detalles).
¿Qué sinceridad hay en el deseo de paz que se basa en reconocer como mártires sólo a los tuyos y en dejar de lado a quienes murieron a manos de tus tropas?, ¿cómo pueden dar lecciones de moral quienes tienen criterios tan injustos y dispares, quienes condenan la violencia y los crímenes de los demás y justifican y callan los propios?
Con estas conductas, con las continuas y belicosas declaraciones de muchos obispos y cardenales y con las llamadas al odio civil que permanentemente propagan en sus medios de comunicación lo que parece es que, en lugar de querer contribuir a que ese tipo de cosas no vuelva nunca más a ocurrir, lo que busca la Iglesia Católica es abrir las viejas trincheras para que corra de nuevo la sangre. Lo han provocado en docenas de ocasiones y como se empeñen van a volver a conseguirlo en España.