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La banca recurrirá el impuesto del Gobierno: debe parecerle injusto no quedarse con todo

Publicado en Público.es el 2 de diciembre de 2022

Nada más ser aprobado la semana pasada, representantes de diferentes bancos españoles han anunciado que se disponen a presentar recursos contra el impuesto extraordinario.

Naturalmente, la banca está en su derecho de hacerlo, pero eso mostrará una vez a la población española que se ha convertido en el negocio parasitario más oneroso y dañino para el conjunto de la economía de toda nuestra historia.

Como se sabe, el impuesto pretende recaudar unos 3.000 millones de euros como contribución del sector más rentable y privilegiado de la economía española a los efectos que está teniendo la inflación.

La reacción de la banca no tiene otra explicación que la de su codicia que ansía quedarse con todo, pues se trata de una contribución muy pequeña si se compara con los enormes prebendas y ayudas que el sector bancario viene recibiendo del Estado, es decir, de todos los españoles.

La mejor prueba de esto último es que el Banco Central Europeo, en el dictamen que elaboró al respecto e hizo público hace unas semanas, no ha sido capaz de mostrar de forma concluyente que el impuesto vaya a ser tan peligroso para la banca como se dice.

Como escribí junto a Enrique Corona Moreno recientemente (Un dictamen sobre el Banco Central Europeo), las consideraciones de ese dictamen se pueden considerar incluso paradójicas. El BCE se muestra preocupado por la pequeña brizna de paja que puede suponer un impuesto de tan pequeño efecto recaudatorio sobre la solvencia y situación patrimonial de la banca y no por la viga que supone, en ese sentido, la política monetaria que ha comenzado a realizar. Y, sobre todo, se muestra muy sensible por el pequeño quebranto que este impuesto puede suponerle a la banca española sin echar cuentas de los privilegios enormes, de las ayudas constantes y de los enormes beneficios que viene recibiendo por parte del Estado en los últimos años.

Como han señalado Carlos Arenillas y Jorge Pérez en un artículo reciente (Más impuestos o más donaciones a los bancos), los bancos españoles habrán ingresado, desde 2018 hasta finales de este año, unos 10.000 millones de euros como consecuencia de la peculiar política monetaria que ha venido aplicando el Banco Central Europeo: conceder préstamos a los bancos que luego estos devuelven pero en menor cantidad que la recibida. De hecho, los 3.000 millones que se pretende recaudar con el nuevo impuesto extraordinario equivalen a un poco más de los 2.863 millones de euros que este concepto supuso en 2021, según el balance del Banco de España.

A esos ingresos caídos del cielo que han recibido los bancos españoles hay que añadir los que ya han empezado a recibir desde el momento en que el Banco Central Europeo ha comenzado a retribuir los depósitos que recibe.  Ingresos de la banca que constituyen pérdidas del Banco de España que, como señalan Arenillas y Pérez, podrían llegar a consumir su patrimonio, lo que obligaría a que lo recapitalizase el gobierno o a que tuviera que vender sus reservas de oro.

Ni esos ingresos extraordinarios han sido utilizados por los bancos españoles para mejor su solvencia o el servicio que prestan, ni la subida de tipos de interés para retribuir mejor a los depósitos que recibe. Solo han repercutido en más beneficios, más dividendos, más compras de sus propias acciones, y crédito más caro para empresas y hogares.

Los privilegios y los beneficios extraordinarios que ha recibido la banca española en los últimos años por parte del Estado no han sido solamente esos.

Desde hace años se viene favoreciendo un proceso de concentración que reduce la competencia y que, como cualquier cliente puede fácilmente comprobar, encarece y dificulta el acceso a los servicios bancarios, mientras que, lógicamente, genera beneficios extraordinarios a los bancos. Los cuatro grandes controlan ya el 70% del mercado, frente al 40% de hace tan solo 20 años.

La banca española cobra comisiones cuya cuantía es de las más elevadas de Europa, no solo en comparación con nuestro nivel de vida sino en términos absolutos. Ha cobrado intereses superiores al 4% por préstamos ICO cuando los tipos de interés han sido negativos; según los bancos, por el riesgo que asumen cuando, en realidad, es el Estado es quien se hace cargo de las pérdidas que pueden producirse pues, por una vía o por otra, garantiza casi el 80% del riesgo que asume la banca. Y los bancos españoles no han dejado de recibir créditos, exenciones o privilegios fiscales de todo tipo en las últimas décadas.

Y todo ello, por no hablar del rescate que no iba a costar «ni un euro» a los españoles, según el Partido Popular y que, según las cuentas del Banco de España, nos ha costado 65.725 millones.

Privilegios de este tipo son los que explican que el sector financiero español tenga un beneficio tan elevado y muy superior al del resto de las empresas productivas. Hasta septiembre pasado ya había aumentado un 33% respecto al año anterior y, según la Contabilidad Nacional, en los cuatro años anteriores a la pandemia había aumentado un 28% cuando el del resto de las empresas (salvo las eléctricas) había caído un 10%.

La banca está en su derecho de recurrir. Y a nadie podría extrañar que consiguiera tener éxito, a la vista de tantas sentencias sorprendentes anteriores en su favor y de la composición bien conocida de la judicatura española. Si la derecha española y los jueces conservadores incumplen la constitución para evitar la renovación de los tribunales no es por el gusto de hacerlo sino, precisamente, para que allí esté quien debe estar de cara a recursos como este de la banca.

Los banqueros saben lo que hacen y conocen mejor que nadie que ganan dinero comportándose como auténticos parásitos de miles de empresas que de verdad crean riqueza y empleo, y de millones de españoles que sacan a su país adelante con esfuerzo diario. Saben las teclas que hay que tocar en la administración de justicia, lo mismo que las tocan en los medios, la academia o la política para que constantemente se trasladen a la opinión pública juicios sesgados sobre su actividad. Tal y como ha ocurrido, sin ir más lejos, con los comentarios difundidos sobre el dictamen del Banco Central Europeo sobre el impuesto, para hacer creer a la gente que decía lo que realmente no dice o que es lo que no es. Solo está por ver quien se impondrá finalmente, si la avaricia de una banca que lo quiere todo para sí, o el saber popular que dice que quien come y no da de empacho morirá.

6 comentarios

Andres Niporesas 10 de diciembre de 2022 at 21:01

De un tiempo a esta parte se nos ha inculcado la idea de que los banqueros y los empresarios son los elementos mas esenciales de nuestro sistema productivo. Nos lo repiten todos los días todos los medios de comunicacion, muchos economistas, los politicos de derechas y bastante politicos que se dicen de izquierdas.
Repiten el mantra de que los empresarios y banqueros son los que crean trabajo y ademas son los que pagan las pensiones. Algo de culpa, en la extensión de esta falacia, la tiene la izquierda, al asociar solamente los impuestos con la sanidad y la educacion en su discurso.
Pues no es así señores. Cuando vd. circula por una carretera, monta en un tren, se hace una resonancia. Piense que las obras publicas, el material ferroviario, los sofisticados equipos de hospitales y muchas mas cosas se han financiado con nuestros impuestos. Esos impuestos han permitido dar trabajo a muchas empresas, algunas de ellas incluso habran recurrido a bancos. El trabajo no lo ha creado Florentino ni Botin. Lo ha creado el Estado y lo hemos pagado todos nosotros.
En cuanto a la cuota empresarial a la seguridad social, que antes denominabamos salario diferido, ¿Quién la paga?. El empresario lo repercute en el precio del producto. Por tanto lo paga el consumidor. Asi, ocurre que cualquier persona, incluso personas jubiladas, cuando toman un café, compran un mueble o van al cine, estan contribuyendo al pago de la seguridad social.

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José Luis 12 de diciembre de 2022 at 17:35

Lejos de la demagogia a la que nos tiene acostumbrada la izquierda de este país, cabría hacerle una serie aclaraciones para que sus lectores puedan tener una información menos sesgada y más ajustada a la realidad sobre la rentabilidad bancaria.

La estadística de la evolución anual de la rentabilidad del sistema bancario en España desde 2010 hasta 2020, según la tasa ROE, alcanzó una ratio de aproximadamente un -2.5%, es decir una rentabilidad negativa en una década, con un año, el 2012, en el que alcanzó nada menos que un -35,5 % de rentabilidad. Esta baja rentabilidad se pone también de manifiesto con sólo echar un vistazo al precio de las acciones del sector desde el año 2010.

La banca ha ido respondiendo a esta bajísima rentabilidad en su negocio de diferentes formas. Por un lado aumentando las comisiones por algunos de sus servicios que no están ligados a un crédito o un préstamo (como las transferencias, las cuentas corrientes, los depósitos, el uso de las oficinas…), por otro tratando de fidelizar y vincular al cliente al máximo (obligando a tener varios productos de la misma entidad para rebajar comisiones, completar un producto con seguros obligatorios, etc.) y sobre todo con la reducción de los costes básicos de su negocio, es decir, cerrando oficinas y despidiendo empleados para reducir los gastos de plantilla, puestos que han sido sustituidos por procesos digitales, además de los procesos de concentración dentro del sector.

En un entorno como el actual, no es extraño que el supervisor bancario (Banco de España), en su Informe de Estabilidad Financiera de Otoño, haya advertido de que en los últimos meses haya aumentado la posibilidad de una recesión económica debido a la alta inflación, la guerra en Ucrania y las tensiones en el mercado inmobiliario y haya instado a los bancos a ser prudentes con el capital. Por un lado, explica que el entorno de alta inflación y la subida de los tipos de interés han deteriorado la capacidad de pago de hogares y empresas, lo que hace más probable que el sector bancario tenga que dotar provisiones adicionales para cubrir las mayores pérdidas por potenciales insolvencias. Por otro, apunta que los indicadores de desequilibrios del mercado inmobiliario continúan mostrando señales moderadas de sobrevaloración.

Por todo lo anterior, abogar por introducir un nuevo impuesto a la banca no deja de ser una medida que al final la vamos a pagar todos los españoles y que se va a traducir irremediablemente en una disminución del crédito tanto para empresas como a ciudadanos.

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Juan Torres López 12 de diciembre de 2022 at 18:25

Hacía mucho tiempo que no leía una barbaridad tan grande. Esto es lo que dice el gobernador delBanco de España:
«En segundo lugar, la rentabilidad del sector bancario español ha continuado mejorando
en la primera mitad del año, una vez que se descuentan los resultados extraordinarios que
se apuntaron las entidades españolas como consecuencia, en gran medida, de las fusiones
que ocurrieron en 2021. En concreto, el ROE de los bancos españoles se situó en el 10 %
en el primer semestre, 2 puntos porcentuales (pp) más que en junio de 2019, superando
nuestra estimación del coste de capital, que en ese mismo período se situaba en el entorno
del 7 %, nivel similar al estimado antes de la pandemia» Aqui: https://www.bde.es/f/webbde/GAP/Secciones/SalaPrensa/IntervencionesPublicas/Gobernador/Arc/Fic/IIPP-2022-10-04-hdc.pdf

Y en el siguiente enlace de la Autoridad Bancaria Europea puede ver que la banca española es de las más rentables y menos solventes de Europa:
https://tools.eba.europa.eu/interactive-tools/2022/powerbi/tr22_visualisation_page.html

¡Estudie y sea más modesto y menos imprudente!

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José Luis 12 de diciembre de 2022 at 21:50

No se ponga nervioso profesor y, si lo tiene a bien, demuestre a su parroquia que en los datos sobre la rentabilidad del sector bancario en España hay alguna incorrección.

https://es.statista.com/estadisticas/566005/ratio-roe-de-la-banca-espanola/#:~:text=Ratio%20ROE%20de%20la%20banca%20espa%C3%B1ola%202010%2D2020&text=En%202020%2C%20la%20rentabilidad%20sobre,de%20aproximadamente%20un%20%2D2.5%25.

Por si le interesa, también le muestro en el siguiente enlace los beneficios netos del sector bancario entre 2010 y 2020, que demuestran que en esa década se produjeron en el sector de la banca unas pérdidas netas de aproximadamente 24.500 millones de euros. Además, le recuerdo que la ayuda a la banca de 67.000 millones de euros que usted expone fue en las Cajas de Ahorros, trufada de cargos políticos y sindicales, no en la banca puramente privada. Dato a tener en cuenta si no queremos mezclar churras con merinas o tener una ganancia con el río revuelto.

https://es.statista.com/estadisticas/565697/beneficios-netos-de-la-banca-espanola/

Por último, naturalmente que el sector bancario, eléctrico o cualquier otro están en su justo derecho de acudir en auxilio de la Justicia cuando lo crean conveniente, no en vano tienen que defender a sus legítimos propietarios, los accionistas.

Si todavía está trémulo o nervioso, tómese la pastilla.

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Juan Torres López 12 de diciembre de 2022 at 22:01

Ya le he puesto entrecomilladas las palabras del gobernador del BAnco de España. También los datos de la AutoridAD Bancaria Europea. Es usted un Quijote, amigo

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