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La derecha nacionalista española, España y lo español

Quien haya leído mis opiniones desde hace tiempo sabrá que estoy muy alejado de cualquier tipo de nacionalismo. Aunque, curiosamente, no lo estoy en contra de ninguna de las dos acepciones que la Real Academia de la Lengua da a ese término: a) Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia y b) Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado.

Ambas me parecen razonables, legítimas y perfectamente aceptables. Rechazo, por el contrario, el nacionalismo que, en aras de esos sentimientos o aspiraciones, considera enemigo y no nacionales a sus compatriotas que no los comparten en su misma medida (reconozco, sin embargo, mis dudas: no estoy seguro de que esos sentimientos e ideología no vayan siempre junto al totalitarismo o terminen provocándolo). Tengo la impresión de que detrás de esto último están los momentos más sangrientos y deleznables de la historia humana.

Dejando a un lado los nacionalismos que están más lejos de nosotros y que conozco peor o que incluso desconozco, el que me ha parecido siempre más aberrante y rechazable ha sido el español, el de una gran parte de la derecha española. La que tiene la boca llena de palabras de amor a España, a su bandera y a sus gentes pero que rechaza como españoles a quienes no comparten sus valores ni su imagen de España.

Nunca he podido entender cómo se puede decir que se ama a una nación y perseguir a sus nacionales o considerar que no lo son si no tienen exactamente sus mismos sentimientos, la concepción de lo que es España, o iguales aspiraciones nacionales como sus legítimos y libres ciudadanos.

La derecha nacionalista española es la que habla de «auténticos» españoles, españoles «de verdad», «buenos españoles», «patriotas»… para referirse solamente a quienes piensan como ella, mientras que el resto son (tengo que incluirme y decir somos) los enemigos de España, la anti-España, quienes no amamos a nuestra patria o nación (no pelearé por los nombres), ni nos sentimos parte de ella o cubiertos por su bandera. La derecha nacionalista española es la que cree que España es ella y suya, y que España es real y exclusivamente tal y como los nacionalistas españoles la contemplan, la imaginan o la desean.

He vivido todo eso desde que tengo uso de razón, pero lo que me sorprende y me deja desolado es que siga viviéndolo con tanta o más fuerza ahora que vivo en democracia que cuando España estaba bajo una dictadura, la de la derecha nacionalista, la de los buenos y auténticos españoles, por supuesto.

Me vienen a la cabeza estas reflexiones ahora que la derecha española se opone a que lenguas españolas reconocidas oficialmente en la Constitución se utilicen como tales en la Unión Europa.

La derecha nacionalista critica al nacionalismo catalán, vasco o gallego porque no se siente español y reclama, por tanto la españolidad de Cataluña, País Vasco o Galicia y la de todos los catalanes, vascos o gallegos. Pero, al mismo tiempo, no considera españoles a buena parte de los catalanes, vascos o gallegos, ni a lo que es catalán, vasco o gallego, como sus lenguas (¡¡o el cava, cuando pide que se boicotee!!).

El totalitarismo nacionalista lleva a este tipo de incoherencias.

Si hay españoles que hablan otras lenguas diferentes al castellano, ¿no serán esas otras lenguas tan nuestras como la que hablamos con acento castellano, andaluz, o canario? ¿Por qué oponerse entonces a su uso?

El nacionalismo español define lo español a través de lo que no es común, sino sólo propio de una parte de los españoles, como la lengua castellana, la religión católica, o los valores conservadores. Es lo que hacen todos los nacionalismos, aunque en su caso de modo exacerbado y aún más totalitario, pues puede disponer de los aparatos del Estado y de su fuerza contra los demás españoles. Luego se extraña que haya catalanes, vascos o gallegos que, rechazando esa conducta de la parte poderosa de España, rechacen por extensión a su conjunto. Yo -para nada nacionalista- me lo pregunto a mí mismo: ¿cómo reaccionaría si me impidieran hablar con mi acento andaluz, dentro o fuera de Andalucía? Y vaya por delante que estas mismas reflexiones las hago extensivas al nacionalismo periférico que pone trabas a que usen el castellano quienes lo tienen o desean tenerlo como lengua propia.

La negativa del nacionalismo español a considerar como español todo lo que es de España me vuelve a parecer lamentable. Aunque, si eso lo es, también me resulta penoso que los españoles no nacionalistas, de izquierdas o derechas, no hayamos sido capaces de configurar a lo largo de nuestra historia una concepción diferente de España: transversal, respetuosa, abierta, unida y diversa, diversa y unida, cosmopolita y capaz de abrazar a toda la ciudadanía sin establecer cainitas fronteras interiores. Una España vertebrada por el sentido común y la libertad. Una España en la que una parte de ella no hiele constantemente el corazón de la otra.

PS. Leo hoy que el líder del Partido Popular que ahora ha maniobrado para evitar que se permita el uso de las demás lenguas españolas en Bruselas, hablaba allí en gallego cuando era presidente de Galicia y reclamaba su uso oficial. Todo vale para destruir al adversario.

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15 comentarios

Juan José Rodríguez Jiménez 28 de mayo de 2025 at 11:33

Excelente reflexión sobre el nacionalismo. En España ese concepto de nacionalismo que históricamente han patrimomializado los «patriotas» exluyentes explica buena parte de nuestros males. Sobre los móviles de estos «patriotas» baste leer, por ejemplo, el excelente libro del magistrado Joaquim Bosch, «La patria en la cartera».
El párrafo final (PS) de tu artículo confirma la inconsistencia intelectual y la incoherencia política y moral del personaje que lidera en España al principal partido de la oposición (y del propio partido), que no ve otro objetivo que derribar al gobierno que no sea el suyo. Nacionalismo y poder son para estos patriotas de pacotilla conceptos funcionalmente asociados por delegación divina.

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Jose 28 de mayo de 2025 at 11:47

Peor que ser nacionalista, es estar anclado en una ideología de la que además se come,. Todo este personal, carece de independencia. La única manera de ser independiente es no pertenecer a ninguna secta, de lo contrario la secta, y por secta entiendo todo tipo de organización con dogmas propios, te sorberá el poco cerebro que te pueda quedar, y solo tendrás crédito para los de tu mismo grupo, que son los que te harán creer que eres un tipo maravilloso y un analista de primera fila

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Juanjo 28 de mayo de 2025 at 12:12

Yo como gallego estuvimos soportando durante 14 años el lenguaje impostado del inclito Sr. Feijóo que siempre lo mantuvo con el palo y la zanahoria en un deje entre el rechazo y la asimilación por conviccón para contentar a ambas partes del espectro y cosechar el voto.
Poca épica y mucha estulticia la de este sr. que ofende día sí y día también a esta tierra a la que dice pertenecer y no hace más que denostar.

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julio collado 28 de mayo de 2025 at 12:33

Hola.
Suscribo tus palabras de pe a pa. Gracias por compartir esta interesante reflexión.

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Jorge Carrasco 28 de mayo de 2025 at 12:55

Buenas días:

Quería solicitarle una entrevista sobre su opinión en temas monetarios actuales.
¿Cómo podría contactarle?

Gracias de antemano.

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José Luis Pineda Acosta 28 de mayo de 2025 at 13:06

Totalmente de acuerdo profesor, no se puede definir mejor.
46 Años hace que pactaron la MITOCRACIA,el nazifascismo no sabe más que utilizar el poder y los medios para engañar, corromperse y acumular capital.
España,Patria,bandera y Dios, han sido los símbolos más rentables de los últimos 100 años.
Deberían definir y explicar en los colegios el significado de éstos símbolos, pues aunque siendo sagrados no pertenecen a los egoístas,corruptos,fascistas,terratenientes,capitalistas ni a ninguno de sus lacayos que nos quieren imponer por la fuerza esos repugnantes ideales para que los ricos acumulen más riquezas y todo el poder.
De ahí que el monopolio de la educación e información en sus manos es la semilla mejor para programar y endotrinar desde niños.La subvenciones que reciben es escandalosa,perjudicando siempre a la educación e información pública.
SIN LUGAR A DUDAS HACEN UN VIL USO DE DIOS,PATRIA Y BANDERA,HONOR, YA LO DEMOSTRARON CONTRA EL PUEBLO EN EL 36,NO FUE UNA GUERRA,FUE UN GENOCIDIO CON LA AYUDA DE NAZIS ALEMANES,FASCISTAS ITALIANOS Y MUCHAS DIVISIONES DE MOROS MUY BIEN PAGADOS.

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Jordi Domenech 28 de mayo de 2025 at 14:38

En el siguiente enlace hay unas reflexiones en torno a ese tema que quizá os guste leer:
«Nación y nacionalismos. Preguntas y respuestas breves»
https://expolio.blogspot.com/p/nacion-y-nacionalismos-preguntas-y.html

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Manuel 28 de mayo de 2025 at 16:22

Elogio su artículo y le agradezco su difusión junto a los comentarios que acompañan, gracias por hacerme saber que aún quedan personas con criterio, solo una cuestión que a menudo se repite siendo falsa, no son patriotas, son patrioteristas o patrioteros, y es como deberíamos definirles en todas y cada una de nuestras opiniones ya sean escritas o habladas en cualquier lugar, los matices importan.

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Juan Manuel 28 de mayo de 2025 at 17:19

La RAE define el nacionalismo como un sentimiento. Pero ocurre que los sentimientos brotan, no pueden obligarse, no pueden exigirse, se tienen o no se tienen, y sin embargo los nacionalistas pretenden que se pueden obligar y exigir, consiguiendo sólo que se imposten, que se simulen.
El nacionalismo es una aberración narcisista cuyo objetivo es el de manipular a la población. El actual gobierno de Israel es nacionalista, al igual que el ruso. Curiosamente, los palestinos son semitas y descendientes de los judíos de la antigüedad y los ucranianos son eslavos y descendientes de los creadores de la nación rusa, y hoy día ambos pueblos son masacrados de modo inmisericorde por los gobiernos nacionalistas israelí y ruso.

Por cierto, ¿la Universidad de Sevilla no podría compartir el campus con la Harvard durante cuatro años? Que vengan los profesores y los alumnos no americanos a dar las clases a Sevilla y arreglao.

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AGUSTIN SALVADOR BESGA 28 de mayo de 2025 at 18:22

«Cierra los ojos muy suave, / Meabe, / pestaña contra pestaña: / Sólo es español quien sabe, / Meabe, / las cuatro lenguas de España»
Gabriel Aresti.
De acuerdo. Todos los nacionalismos terminan incurriendo en lo mismo. Lo que pasa es que unos cuentan con mucha población y otros con bastante menos.
Con relación al tema del reconocimiento en la UE de la oficialidad del gallego, el euskera y el catalán, al necesitar de la unanimidad de todas las naciones que conforman la UE, estaba claro que era muy difícil, por no decir imposible, de conseguir. Son 27 naciones y 24 lenguas oficiales y más de 60 no oficiales. Supongo que todas estas últimas querrán ser oficiales, e incluso saldrán más. Y también supongo que puede ser un «Cristo» o una «Babel», debatible democráticamente. No sé si reconociendo la oficialidad de cada lengua en su ámbito geográfico y político, se podría llegar a consensuar-establecer una lengua franca para toda la Unión Europea. A mi juicio, habría que intentarlo, sin descalificar ni desproteger a todas las lenguas existentes.

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Antonio Moll 28 de mayo de 2025 at 19:18

Espero no apartarme mucho del tema . Hay economistas que consideran el trabajo como un factor de producción , lo mismo que . el capital .A mi me perece que no son lo mismo . Pero seguiré un poco con el argumento de ellos . Como la globalización es inevitable , el capital no debe encontrar fronteras pero el trabajo tampoco y entramos de lleno en el problema de la emigración .

Habrá excepcones pero creo que la gente quiere quedarse en el sitio en el que vive , a veces no puede ser. . Procuraré ser conciso Tenemos el problema de la lengua materna , que fué la mas importante para el niño y luego en la que se educó el joven . Eso es un problema que disuade a la mayoria . Y luego adaptarse a un acultura diferente . Creo que esas cosas no pueden tratarse como quieren algunos economistas . Comparando las complicaciones con los incrementos de ingresos .

Una cosa es qe no haya mas remedio pero ir mas lejos……………..

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Isabel 28 de mayo de 2025 at 20:20

El españolismo excluyente es el peor nacionalismo que conozco. El idioma de cada uno de nosotros es, evidentemente , su lengua materna y en este país existen cuatro lenguas oficiales no solo una como pretende la derecha españolista.

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Juantze 29 de mayo de 2025 at 10:37

El nacionalismo español está hueco, cuando no reconoce a las nacionalidades que componen a ‘España’.

Pues la diversidad de lenguas, cultura e historia de las mismas, junto con la de la propia ‘España’ , la última en configurarse y desarrollarse como nacionalidad, es la que realmente le concede sentido a la misma.

En otro caso, lo que se defiende no es ‘España’, sino una ideología concreta: autoritaria, ignorante, discriminatoria e imperialista.

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Mario Plaza Delgado 30 de mayo de 2025 at 10:30

He repasado los comentarios anteriores por encima, y no he visto ningún comentario sobre la expresión «nacionalismo periférico». Como una expresión geográfica que parece privilegiar por único un «nacionalismo central». En este caso éste sería el más abyecto. Como si la posible abyección de los demás se debiera al grado de parecido con el primero.

Me parce que sobre todo me siento antinacionalista español, ya que es el único del que tengo experiencia. Siempre han sido abyectos sus principales promotores.

Pero bueno, como siempre, profesor: enhorabuena y muchas gracias.

Saludos afectuosos.

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wenceslao 2 de junio de 2025 at 10:55

Quiere Pedro Sánchez y otros muchos que su españolidad signifique que sea ser él cabecilla de los Reinos de Taifas españoles, ser el cabecilla a cambio de unas migajas por su defensa de estructuras excesivas para las necesidades de un micro país de 47 millones de personas, organización que ineficiente o inviable, solo hay que ver como esta la sanidad, la educación, la deuda publica que es de mas de 86000€ por contribuyente y creciendo cada segundo…. y como dice el señor J. Torres con su “ Leo hoy que el líder del Partido Popular que ahora ha maniobrado para evitar que se permita el uso de las demás lenguas españolas en Bruselas, hablaba allí en gallego cuando era presidente de Galicia y reclamaba su uso oficial. Todo vale para destruir al adversario”. …que se pueda hablar en la Unión Europea en catalán, gallego o vasco y no le han dejado al presidente de Angola hablar en portugués, solo inglés o francés, ni siquiera castellano.
En resumen, España va bien…

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