Ayer hice un comentario con una imagen sobre la declaración que acababa de hacer la jerarquía de la Iglesia Católica española llamando implícitamente a votar al Partido Popular. Entre otras cosas, justifican su recomendación diciendo que no se puede votar a quien negocia con los terroristas. Podríamos discutir si la vía del diáologo, la negociación y el perdón cuando ETA abandonara las armas es una vía buena o mala, suficiente o insuficiente. El criterio de la Iglesia, como el de cualquier otra persona o institución es relevante para el conjunto de la sociedad. De eso no hay duda. Pero lo que me parece vergonzoso es que la jerarquía católica actúe con una doble moral: cuando negocian y hablan los suyos, el PartidoPopular (no me cabe duda de que con la intención de acabar con el terror) apoya el diálogo y no ponen objección alguna a la negociación. Pero cuando es un gobierno del Partido Socialista, la critican sin pudor. Cuando es un gobierno de su partido el que negocia con ETA incluso va un obispo a las reuniones (precisamente, a propuesta de ETA, lo que no es de extrañar sabiendo que ésta organización terrorista nació en gran medida en los seminarios vascos). Cuando es un gobierno del PSOE el que tratar de crear condiciones para la paz, lo ataca al cuello miserablemente. Esa es la asquerosa doble moral de los obispos y cardenales españoles.
Así contó el diario EL MUNDO la negociación del gobierno de Aznar con ETA en 1998, y así informaba del papel del obispo Uriarte:
¿Habrá suscrito también Uriarte la declaración de ayer de sus camaradas?
Señores obispos y cardenales españoles tienen ustedes muy poca vergüenza.